Coraza negra

5 comentarios en «Coraza negra»

1. ¡Que tiempos aquellos de sábado por la tarde viendo estas películas! ¡Que tan buenas nos parecían entonces y que inocentes ahora! pero como las disfrutábamos. ¡Y si! la he vuelto a disfrutar. Cine de espadachines, donde los buenos son muy buenos y los malos muy malos, chicas guapas, Janet Leigh está para comerla y una acción que quedó inocentona, como toda la película, pero que bonitas eran.
   
   ¿Porqué no pondrán en la tele películas de este tipo en vez de tanto programa del corazón?

2. La película no es mala, la verdad, pero tampoco es buena. Yo diría que es bastante lineal, sin nada que destaque mucho. Los actores están bien y los decorados también (el vestuario es precioso) pero después de visionar la película lo cierto es que deja un regusto a ya visto porque es otra más de castillos, traición, amor y final previsible. No hay sorpresa, ni giros, ni pasión en esta peli. Todo es templado, ni frío ni calor.

   El argumento tampoco es para tirar cohetes, mil veces ya visto y trillado. Es una peli para pasar el rato si no hay nada mejor. Considero a Curtis un gran actor y en Coraza Negra no hace un gran papel que se diga. Las luchas de los escuderos son un pelín falsas y coreografiadas, para qué engañarnos.

   Se ve con agrado pero no con entusiasmo ¿Me explico? El film pasa delante de tus ojos sin pena ni gloria y al cabo de unos días ya ni te acuerdas porque le falta fuerza. A los que les guste las pelis de esta época, les recomiendo El león en invierno.

   Saludos!!

3. En la primera mitad de los años cincuenta asistimos a la época dorada de las películas medievales de aventuras, se hacen infinidad de ellas El caballero negro, El príncipe valiente, La rosa negra, Las aventuras de Quentin Durward, Los caballeros del rey Arturo, Ivanhoe…

   Coraza negra es una más de tantas, y no de las mejores precisamente. La historia es en exceso previsible, y se puede anticipar todo lo que va a ocurrir minutos antes de que pase. Además la adaptación de la novela en la que se basa no es muy allá –en realidad como el libro- y cambia y omite demasiadas cosas importantes.

   Tampoco Tony Curtis responde al patrón de héroe medieval que sería necesario, otra cosa es Janet Leigh, que queda perfecta de princesita medieval. Ambos repetían juntos de nuevo después del éxito de El gran Houdini.

   La dirección corre a cargo de Rudolph Maté, un polaco formado en Hungría, y que como tantos otros acabó en Hollywood, convirtiéndose en uno de los mejores fotógrafos de su tiempo, estando nominado al Oscar en esa categoría cinco veces.

   Como director la cosa no le fue tan bien, a pesar de que tenga muchos incondicionales por el mundo, por ejemplo en nuestro país Antonio Giménez-Rico, y de poseer algunos filmes de mérito sobre todo westerns (Hombres violentos) y cine negro (Con las horas contadas).

   Desde luego que Coraza negra no es de sus mejores títulos, es una película muy de estudio en el sentido más peyorativo del término, es decir, muy encorsetada y poco imaginativa. Sólo destaca las escenas finales del duelo, la cuidada fotografía, la belleza de la Leigh y que es tremendamente digerible.

   Película que seguía una moda en su tiempo, sin mayores pretensiones que obtener una buena taquilla y hacer pasar un buen rato a los que se acercaran a ella. Que no es poco.

4. … recuerdo en mi niñez ver muchas de estas pelis. Nos la vendían como de aventuras y la verdad es que me lo creía. Para los ojos de un niño era lo más. Un héroe atípico, siempre buscando la manera de meterse en problemas, para comenzar una pelea o una discusión con alguien, con lo que daba pie a la acción… que al fin y al cabo es lo que queríamos. Si a esto añadimos lo bien abientada que está, la época a la cual se refiere la historia, la fotografía ( grandiosa en todos los sentidos ), el vestuario y los decorados… hoy se ve pocas cosas como estas. Le añadimos una musica coqueta para la ocasión, un par de chicas monas de las de antaño… ( sin silicona, ni nada por el estilo ), caballos, castillos, duelos y demás… tenemos el producto perfecto para darle un 9 como mínimo.

   Ahora analizándola desde una nueva perspectiva de adulto llego a la siguiente conclusión. En la década de los 50 fue especialmente productiva en este tipo de productos medievales y buscadoras de héroes, daba igual el motivo o la razón. Si unimos a un actor como Curtis en pleno auge, y con unas cualidades físicas que le valieron para muchas películas de este tipo, nos daremos cuenta del poco peso que tiene el guión en sí. Es muy predecible, te adelantas a todos los acontecimientos venideros antes de que ocurran, parece que todas seguían el mismo corte. Chico de pueblo que quiere venganza y llega a ser caballero y se queda con la nena más guapa. Por cierto… se quedó con ella varios años, ya que Janet Leigh se convirtió en su primera esposa de las seis que ha tenido hasta el día de hoy. Auténticos bellezones las dos chicas protagonistas… en especial la Leigh. Su papel le venía como anillo al dedo en proporción a su belleza.

   En resumen, es una película de aventuras con pocas sorpresas, con bastante acción de la de antes, no hay sangre, no hay brutalidades… todo muy light y nunca temes por el físico del protagonista, aún así la recomiendo para pasar un rato bastante entretenido.

5. El acento de Tony Curtis ha suscitado cierto debate en ambientes anglófilos, al resultar más apropiado en territorio Bronx que para una película sobre el medioevo anglosajón. Evidentemente, quienes solo dominamos el inglés si es pequeño y se deja y hemos visto la película en versión doblada debemos mantenernos al margen de la cuestión y valorar el film por otros aspectos.

   Estamos ante un film de aventuras, subgénero gestas, torneos y caballeros medievales, que tuvo allá por los 50 un cierto boom con películas como Ivanhoe (Richard Thorpe, 1952), Los caballeros del Rey Arturo (Richard Thorpe, 1953) o El Príncipe Valiente (Henry Hathaway, 1954). Cine de evasión que en algunos casos se sustentaba sobre obras literarias de prestigio, tal era el caso de las novelas de Sir Walter Scott y que, apoyado en el Technicolor y en un Cinemascope naciente, se hizo con el favor del público. Muchos de aquellos muchachos que salían del cine jugando a espadas, hoy ciertamente sostendrán un juicio muy distinto y hablarán de previsibilidades y de poca consistencia en algunas fases del film, y hasta es probable que duden de la idoneidad para el papel de aquel Tony Curtis que entonces les pareció el mejor de los actores en su rol de paladín defensor del honor de la estirpe de los Falworth.

   Como en casi todo, en el término medio se suele mover la verdad. Así la película resulta entretenida, Janet Leigh luce espléndida como Lady Anne y Barbara Rush da vida a Meg la hermana sosita de Miles (Tony Curtis) en un papel que no se contemplaba en la obra original de Howard Pile (Men of Iron) donde era la madre de Miles quien compartía aventura. A destacar la presencia del Herbert Marshall como Conde de Mackworth.

   Películas como Ivanhoe, La túnica sagrada o El halcón y la flecha supusieron el pistoletazo de re-salida a un género aventurero que dormía un tanto desde aquellos clásicos inolvidables de los 30 tipo Robin Hood. Al carro de las taquillas y del interés de los espectadores por las hazañas históricas se apuntaron otras productoras como en este caso, donde la Universal trató de aprovechar las reconocidas habilidades fotográficas de Maté para explotar al máximo las posibilidades que ofrecía el Technicolor.

   Seguramente aquellos muchachos que salían de las salas de cine blandiendo imaginarias espadas hoy sonreirán condescendientes, pero así es la vida y así es el cine.