Copying Beethoven
Sinopsis de la película
La joven Anna Holtz aspira a ser compositora, pero carece de medios. A pesar de todo, viaja a Viena, la capital mundial de la música. Estudia en el conservatorio y se las ingenia para trabajar con el mejor y más atrabiliario artista vivo: Ludwig van Beethoven. Cuando, improvisadamente, el escéptico genio la pone a prueba, Anna demuestra sus dotes para la música. El maestro decide entonces aceptarla como copista, comenzando así una extraordinaria relación que cambiará la vida de ambos.
Detalles de la película
- Titulo Original: Copying Beethoven
- Año: 2006
- Duración: 104
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Opinión de la crítica
Película
6.4
56 valoraciones en total
Como ocurre con todos los movimientos que pretenden defender y corregir injusticias, cuando estos triunfan, el movimiento no se disuelve, sino que sigue creciendo hasta alcanzar las mayores cuotas de poder.
El feminismo fue sobre todo una necesidad ante una situación que llevaba demasiados siglos enquistada, aunque entendible si se hace un mínimo de historicismo. El problema vino después, una vez aceptado por el sistema sus reclamaciones y consumadas en Ley, el siguiente objetivo es la cultura, en especial el pasado de todos nosotros: La Historia, materia que necesitaba su reinterpretación inmediata. Por existir tenemos hasta la Teología feminista que se pueden imaginar lo que dice, y una literatura donde el 80% de las portadas aparecen mujeres que lucharán por su familia y sus derechos. El cine ha seguido la misma estela, en cartelera siempre verán alguna película así. Ahora también la tenemos y española.
Hay un leve contratiempo en todo esto, y es que de forma abrumadora son los hombres los que han destacado –por las razones que prefieran- en la mayoría de las artes del pasado, por tanto acercarse a la medicina, a la ciencia o a la música no es fácil para una feminista. ¿Qué se puede hacer por tanto para hablar de Beethoven, machista por antonomasia? Pues inventarse una copista, que sea joven, guapa e inteligente y que sea la única persona que le comprende y realmente le llama la atención. Centrarse en el genio alemán y en su obra no hubiera sido adecuado, hay que hablar alguna mujer que anduviese no ya cerca, sino delante de él.
En el top ten de escenas absurdas de la década deberíamos de incluir la de Diane Kruger, agazapada entre la orquesta y siendo clave y vital para que el pobre Beethoven, pudiera salir airoso del trance. La directora Agnieszka Holland se lo debió pasar en grande.
Excelentes actuaciones, buenos decorados y grandísima música para una película con un guión horripilante que vuelve a reincidir en el fascismo feminista de siempre.
La película va de sordera, talento y mujeres, un cóctel irresistible para cualquier cinéfilo. En las tres vertientes la película desbarra y es una tontería, aunque por lo que leo en los periódicos les ha gustado mucho a casi todos los críticos serios y la han llenado de estrellitas, que Dios les perdone. A mí me ha parecido falsa, falsa, falsísima, una de esas películas en las que se nota que todo el mundo va disfrazado y las actuaciones son de óscar (o sea, enfáticas, exageradas, pura retórica). Los personajes principales, ya se sabe: Beethoven, un genio gruñón pero con un corazón de oro, un pedazo de pan, un bendito amante de sus amigos y de la familia, un sabio un poco cascarrabias adorable, Anne: aplicadísima, lista, sufrida, la demostración de las mujeres estaban capacitadas para corregir y superar a Beethoven y que si no componían sinfonías era porque los hombres -esos bichos- no las dejaban, no porque no tuvieran talento. Si los protagonistas son la encarnación del tópico o de lo evidente, los secundarios directamente parecen espectros sin entidad, meros apuntes fantasmagóricos: todo el mundo habla y actúa como sólo se hace en las películas, no en la vida real.
Aparte, a la cámara de la Holland le debía de faltar un tornillo en el trípode y otro en la grúa porque tan pronto empieza a traquetear como se desliza a derecha e izquierda de una manera tan vertiginosa que parece que han contratado a Valerio Lazarov para hacer los travellings y retransmitir El Conciertazo. Al guión le falta también varias páginas y al asesor musical autoridad para haber suprimido todas las barbaridades que aquí aparecen y que son tan evidentes como para que las perciba un asno músical como yo.
El resto de los detalles, en la sección expolio, digo spoiler
Aviso para los que se fían de las estrellitas: lo único bueno de esta película es la música.
A diferencia de la brillante Amadeus , ésta no es una película autobiográfica. Se trata de una adaptación, por lo que existen diferencias narrativas. Y gordas, mire usted.
La única explicación que tiene es que hubieran decidido adquirir licencias históricas precipitadas para aumentar el dramatismo de la obra.
Las impresiones que se desprenden al ver la película son caóticas, debido a momentos de gran recreación personal que contrastan con numerables descuidos históricos, tremendamente trascendentales:
Beethoven fue el principal precursor de la transición del clasicismo al romanticismo (enterrado totalmente en el guión). Se puede observar una gran evolución de sus primeras obras hasta las últimas, hecho que sí prevalece en la cinta (los espectadores eran incapaces de aguantar hasta el final ya que no entendían lo que escuchaban. Décadas mas tarde fue cuando se reconoció el verdadero valor musical que tenían).
Así mismo, amplió destacadamente el concepto de forma y expande la tonalidad (la expande, señor guionista. No la elimina.).
Y llegamos al momento cumbre, con el caudal desbocado: Anna Holtz (Diane Kruger) nunca existió, ni como estudiante aventajada y como copista del genio .
Ergo todo lo demás forma parte de la absoluta ficción: Jamás hubiera permitido que nadie, y menos una mujer, le corrigiera. Ni muchísimo menos que fuera ayudado a dirigir el estreno de la 9ª sinfonía.
Aunque sí se tiene constancia , gracias a cartas escritas de su puño y letra, de que en su vida hubo una mujer importante para él, pero sin duda no se llamo Anna Holtz. Él la llamaba amada inmortal .
Las diferencias históricas son destacables. Sin embargo, aunque parezca casi desahuciada, la película permanece fiel en la puesta en escena, la escenografía y el ambiente de las calles y de los bares.
Fielmente reflejada su morada, precaria e insultante, su imparable sordera(conforme aumentaba, mayor era su rechazo hacia los demás) y su aspecto sucio y maloliente.
Gran parte del éxito reside en el excelente Ed Harris (es difícil caer en la sobreactuación con tal personaje, por ello sus gestos sobresaltados y descarados responden al talento libre del actor).
Holland demuestra guante de seda para ir regulando las dosis de mayor altura dramática, especialmente en la destacada realización de la 9ª sinfonía (el final de la obra está encarada de forma descarada para el lucimiento gestual del señor Harris, que parece tan poseído en su actividad como si el propio Beethoven estuviera).
La agitación y el movimiento resulta factible (no se pueden hablar de otros terminos para analizar la mente de éste compositor).
Es destacable decir que Beethoven representa un nuevo tipo de compositor. Compuso menos obras que otros músicos y ésto se debe a que meditaba mucho el tema principal de la obra, y que luego desarrollaba de forma magistral a lo largo de la misma. Ludwig compuso nueve sinfonías mientras que Haydn, por ejemplo, escribió mas de cién.
A duras penas pude aguantar toda la película sin dormirme.
Para cualquiera que conozca la historia esta será una experiencia surrealista: ¿una estudiante corrigiendo la partitura de Beethoven?, ¿haciendo de codirectora en el estreno de la 9ª?, ¿presentándole ese trabajo de composición en el que Beethoven compara algunos pasajes con ventosidades?. Y qué me dicen de ese guión pretencioso, que llega a ser pedante hasta la exasperación en la escena en la que él, postrado en la cama le dicta esa obra sin tonalidad (¡uau, qué cool!) y en la que el segundo violín dialoga con Dios y Dios (cómo no) le responde. O ese sobrino arrepentido que siente la genialidad de su tío mientras llora entre bambalinas el día del estreno, momento en el que Diane Kruger dirige a la orquesta con unos movimientos dignos de una reponedora de cajas de tabaco.
Si uno quiere reirse un poco ante tanto disparate es recomendable, pero me imagino que pagar 4 euros por un tedio insoportable no es algo a lo que estén dispuestas muchas personas.
En fin, que entre el Copying Beethoven y Mi nombre es Bach, no me etrañaría que estos hombres del pasado se levantaran de sus tumbas y nos persiguieran para meternos unos arcos de violín por los ojos. Y visto lo visto, nos harían un favor.
En primer lugar no hay que tomarse una película como biografía de Beethoven, es una película con sus verdades e invenciones acerca de la vida, en los últimos 3 años, del genio. Quién quiera una historia rigurosa que les las biografías, que ahí están.
Centrándonos en la peli, a mi me parece bastante buena, muy convincente el Beethoven de Ed Harris, y más que aceptable la interpretación de Diane. La dirección acierta en el enfoque de la historia pero hay fallos importantes, como que en 3 días, le da tiempo a terminar la novena, ensayarla y sacar copias. La sordera de Beethoven es más o menos grave por momentos y la forma de dirigir la novena, bastante cómica, admito que pongan a un Beethoven sordo (o casi sordo) dirigiendo, que es falso, pero que al menos que no parezca ridículo. A quien le interese, ese día Beethoven no dirigió, estaba en el escenario pero al lado del director, y según las crónicas de la época pasabas las hojas del mismo, si al final le tuvieron que avisar de la ovación del público. Estos fallos deslucen un poco la peli, pero en general a mi me encantó, pase 1 h y 40 minutos increíbles, en ningún momento se me hizo aburrida.
También me encantó que se centrase en la Gran Fuga, obra muy desconocida y poco entendida, decir que esta obra pasó 30 años olvidada después de su primera interpretación y hoy en día es considerada una de las obras más sublimes de toda la música, una obra atemporal que se adelantó a su tiempo.
Creo que Ludwig se debía parecer bastante a como lo han retratado en la peli y eso me parece lo más reseñables, podía haber hecho una caricatura de los ya demasiado frecuentes tópicos de Beethoven.
El final me parece algo soso, te deja un poco, como esperando más, pero te hace reflexionar.
Y por último un consejo, a todo aquel que no ha descubierto a Beethoven en su vida, esta peli junto con Inmortal Beloved pueden servir de comienzo y créanme, morirse sin descubrir a Beethoven, es morirse sin descubrir una de las mejores cosas que tiene la vida.