Comandante
Sinopsis de la película
El director Oliver Stone pasa tres días con Fidel Castro, hablando de la situación política internacional, de la revolución castrista de 1959, del embargo americano, de la crisis de los misiles cubanos, etc.
Detalles de la película
- Titulo Original: Comandante
- Año: 2003
- Duración: 93
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Opinión de la crítica
Película
6.5
37 valoraciones en total
Me parece un documental fallido que depende casi en exclusiva de la habilidad -indemostrada- de un Stone formulando preguntas que son, o parecen, improvisadas y de un Castro patriarcal, respondiéndolas. Muchos de los temas abordados son previsibles y se tratan de forma previsible (democracia, derechos humanos, USA, Batista, los soviéticos, la crisis de los misiles, Bahía Cochinos, Che Guevara, etc.). Otros temas, que posiblemente estén más relacionados con la trayectoria del propio Stone (muerte de JFK, Nixon, Vietnam, etc), o sobre la marcha (necesidad de psiquiatra, similitudes con Evita Perón, vida familiar, o el globo-sonda acerca de la relación amorosa con su interprete, etc.), tampoco aportan mayor frescura o interés, aun cuando sean aspectos más casuales o menores.
Castro, astuto él, busca ganarse a Stone con su cercanía y -falsa- modestia, y brinda a Stone un trato muy privilegiado, abrumadoramente cordial, cargado de gestos deferentes. Stone, dicho sea de paso, no parece dejarse impresionar con facilidad. Castro, por lo demás, tolera bien las incomodidades de una grabación que a veces se realiza en espacios muy reducidos (un coche, un ascensor) y con unos cámaras algo impertinentes moviéndose siempre alrededor.
La obra, creo, no es hagiográfica (a pesar de las opiniones vertidas aquí por otros intervinientes) pero tampoco ni incisiva, ni irónica ni crítica. Creo que es una obra fallida, más bien mediocre, que no alcanza ninguna de las categorias anteriores. El documental hubiera podido tener un formato más convencional, para televisión, en plan Informe Semanal. No por el hecho que un renombrado director de cine esté detrás queda garantizado que ésta sea La Entrevista a Castro que perdure tras su muerte o caída.
Es un trabajo que se nota se ha hecho rápidamente, que aborda demasiados temas sin detenerse lo suficiente, que trata de disimular su superficialidad con un ritmo forzadadamente acelerado, basado en tomas cortas y con la cámara en movimiento. Se opta por el recurso a imagenes de archivo casi exclusivamente como soporte memorístico para que el espectador no pierda el hilo, muy cambiante, de la conversación.
Castro esperaba seguramente una Gran Ocasión para lucirse o redimirse ante la opinión pública o la posteridad, pero no pudo ser con Stone. Se entiende que luego acudiera a recursos más clásicos con una voluminosa entrevista en formato libro concedida a Ignacio Ramonet.
En fin, que Stone no hubiera debido confiar tanto en sus capacidades de entrevistador, ni querer compensar con aire cool la escasa familiaridad con su tema antes de llegar a la isla. Tampoco el hecho que las entrevistas tuvieran lugar de forma tan concentrada e intensiva (3 días), o que se necesitara de una intérprete todo el tiempo, o a que varios cámaras siempre andaran revoloteando, ayudaron a crear el clima de intimidad que la ocasión requería.
Excelente documental en que Oliver Stone nos muestra una imagen más humana y sincera de lo que sin duda es uno de los grandes protagonistas del siglo XX.
Acostumbrados a que nos lo muestren sus fanáticos detractores como un dictador sin escrúpulos o sus incondicionales defensores como un iluminado sobrenatural, aquí podremos hacernos un juicio más objetivo de la realidad de la figura más importante de la Revolución Cubana, así como entender la necesidad de ésta.
Stone se viste de entrevistador para visitar a Fidel, consiguiendo una entrevista en la que podemos ver al presidente cubano respondiendo tanto a preguntas sobre su vida cuotidiana, como dando su punto de vista en diferentes hechos históricos.
La entrevista en gran parte es interesante (¿como no va ser interesante una entrevista a una persona que ha vivido tanta historia en primer plano?), aunque Stone le podría haber sacado más jugo. Yo personalmente le perdono por el hecho de haberse atrevido a ponerse delante de Castro pese a que su gobierno le informó de que iba a casa del demonio más malvado que existe en la tierra.
Viendo algunas críticas de usuarios de esta web comparando el reportaje con propaganda franquista me veo en el deber de comentaros que no hagáis caso, ya que lo único que demuestran es su ignorancia.
Enriquece el conocimiento del significado de la revolución cubana. Si te gusta no te pierdas el libro de entrevistas a Fidel Castro de Ignacio Ramonet con DVD incluido. Es complicado entender los logros de la revolución cubana desde el mundo desarrollado donde la prioridad es que pegue el color de los zapatos con los pantalones o que la comunidad de vecinos sea una realidad nacional, cuestiones éstas para las que no hay libertad en la isla…. lástima.
Apasionante que no apasionada entrevista-documental a uno de los últimos dirigentes políticos mundiales vivos con algo interesante que contar: Fidel Castro.
Cinematográficamente todo es muy rudimentario y poco innovador para el 2003, las preguntas de Stone son simples pero necesarias y en todo momento se percibe un cierto criticismo hacia la figura del viejo Comandante. Realmente sólo existen dos formas de acercarse a este film, una la más extendida que es desde un enfoque partidista-ideológico donde podrán encontrar en las críticas de la web un buen grupo de ellas, tanto en un sentido o en otro. En realidad no entiendo para qué vieron las películas ambos grupos cainitas. Su valoración final estaba predeterminada antes de darle al play.
Queda sólo una opción y es el enfoque politológico. Y ahí es donde Comandante se convierte en una joya que ganará irremediablemente con el tiempo.
En mérito de Fidel Castro hay que apuntar la capacidad que tiene para enlazar explicaciones complejas sin guiones previos, sus argumentos no pertenecen a la clase política de los últimos treinta años donde la demagogia y la frase hecha inundan la tertulia y el debate, Castro arriesga con cada frase e intenta profundizar en ella dando su opinión. Maneja los tiempos de la puesta en escena, controla las pausas, los gestos y la mirada. Es un estadista consumado, un oso panda en peligro de extinción. Menos mal que cuando ya no esté nos quedarán documentales como los de Oliver Stone.
Nota: 6,5.