Cinco metros cuadrados
Sinopsis de la película
Álex y Virginia compran un piso, sobre plano, en las afueras de una gran ciudad porque no pueden permitirse grandes lujos. Con sus ahorros pagan la entrada y aceptan una hipoteca a 40 años. Cuando sólo faltan unos meses para la entrega de la vivienda, el edificio aún está sin terminar. Un día, inesperadamente, precintan la zona y paran las obras. Los compradores forman una plataforma de protesta y denuncian a la constructora. Así es como Álex conoce a Toño, otro afectado, que trabaja en la construcción, y que está convencido de que se trata de una maniobra para deshacerse de ellos.
Detalles de la película
- Titulo Original: Cinco metros cuadrados aka
- Año: 2011
- Duración: 86
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Opinión de la crítica
5.9
84 valoraciones en total
Hay veces que el argumento de una película está aparentemente bien porque básicamente en lo que proponen llevan toda la razón, sin embargo dicho y asumido esto, en muchas ocasiones esos buenos propósitos quedan en el desarrollo en aguas de borrajas porque el cine no es solo denuncia, es también arte con criterio, valga la tautología.
Esto es lo que pasa con la película que protagoniza Fernando Tejero y su compañera de andanzas televisivas. Todo está encaminado hacia la explosión final, cogiendo atajos de difícil explicación. La cantidad inicial entregada parece pequeña para lo que después se avecina. La relación con la familia política pasa de una aparente cordialidad a un endurecimiento de las relaciones difícilmente de explicar. ¿Qué pasaría entonces en una situación repentina de paro? Una secuencia ha de ser consecuencia de la anterior y causa de la siguiente, no una sucesión de elementos encadenados a la fuerza en busca de un resultado final. Este puede ser loable, como lo es, por ejemplo, un artículo de denuncia, pero no es cine, es así de claro.
Los detractores de Fernando Tejero ya pueden ponerse en la cola del paro. De uno en uno y sin hacer ruido. Adiós a la poca credibilidad de quienes sostienen que un actor que triunfa en la pequeña pantalla con un papel cómico no puede dar la talla en la grande con uno dramático.
Que existe la evolución del actor es algo obvio. Fernando Tejero es un buen ejemplo. Apenas ha necesitado una baldosa (concretamente 5 METROS CUADRADOS) para dar forma a Álex, un personaje con suficiente recorrido y un conflicto tan verosímil como apetecible: la esperanza de tener un piso normalito en propiedad con su pareja a las afueras de la ciudad. El actor está soberbio en los matices y, a ratos, incluso admirable.
Lástima que Max Lemcke (director también de Casual day y de algún que otro capítulo de la serie Gran reserva) no sepa desprenderse de ciertos tics televisivos que hacen que la cinta avance con ritmo torpe y cansino, especialmente en el segundo acto, laberinto donde precisamente acostumbran a perderse (y perdernos) la mayoría de ficciones televisivas.
Sin ser un gran guión, los Remón (Pablo y Daniel, Daniel y Pablo) aciertan a tensar la cuerda dramática de su protagonista entre la amargura y la sinrazón en una película construida como un edificio de tres pisos. Los cimientos del planteamiento (primer piso) son correctos y la credibilidad impera en la mayoría de escenas de la trama principal.
Todo lo contrario sucede con la trama que aborda la especulación sin escrúpulos. Lemcke descuida por completo el fondo político de la cinta y los diálogos suenan increíblemente falsos en boca de dos pesos pesados como Gutiérrez Caba y Morón haciendo de políticos con menos tirón en la ficción que en la vida real. Es por esto que la estructura del segundo piso se tambalea y la historia parece venirse abajo.
Sin embargo el edificio logra mantenerse en pie gracias al tercer piso, un desenlace que funciona como una perfecta obra de ingeniería. Tejero se echa toda la coherencia a la espalda y sube al tejado para hacer la revolución por su cuenta en veinte minutos que nos llevan al órdago cuando, una vez abajo, comprendemos que con la especulación no hay final feliz posible.
En tiempos de la burbuja no todo tiene que ser ladrillo: 5 metros cuadrados puede ser un auténtico boom si la gente se lanza a comprar pensando más en la calidad que en el precio. Aunque todo esté por las nubes, incluido el cine.
Después de ver las críticas de la película, la verdad es que me esperaba algo más. La película me ha dejado con un sabor agridulce, bien es cierto que durante tres cuartos de la película, es bastante absorbente, pero me ha parecido ver demasiados cabos sin atar, y demasiados tópicos (ver Spoiler). El ultimo cuarto de película, a mi manera de ver sobraba, ya que pienso que se podría haber echo hincapié en otros aspectos que hubieran dado mas juego y mas realismo a la escena.
En definitiva, pienso que la película podía dar muchísimo más de sí (es mala) y que el excelente papel de la pareja Malena-Fernando ha eclipsado en demasía a los secundarios, aun así, la veo poco creíble debido a ciertos aspectos de la trama.
Posiblemente estemos ante el mejor papel que haya realizado Fernando Tejero en su carrera cinematográfica y lo curioso es que es en un drama, repito, un drama, nada de comedia como puede pensar mucha gente, sobre un tema conocidos por los españoles, la corrupción urbanística y como les afecta a una pareja llena de ilusión por vivir juntos que se ve truncado. A la película no le sobra ni un minuto, va directa al grano, mostrando el lado de la pareja que decide comprar una casa, así como el del constructor y del concejal involucrado, que solo quieren el dinero. Cada minuto que pasa, parece más lejana la posibilidad de tener un hogar o, por lo menos, vivir con la persona que quieres y la desesperación se apodera de ellos.
Un reparto donde Fernando Tejero es el protagonista absoluto, el resto del elenco, en especial Malena Alterio, que quedan eclipsados por su actuación pero no por ello significa que lo hagan mal, todo lo contrario, lo hacen genial. Fernando Tejero consigue mostrar la desesperación y la agonía que sufre el protagonista como si él lo hubiera sufrido en su propia piel. Nos enseña un lado que, posiblemente, nadie conocía de él y que le va a venir muy bien para su futuro cinematográfico, porque no todo son comedias.
En fín, película muy recomendable…
LO MEJOR: Fernando Tejero. Hablan claro sobre la corrupción urbanística.
LO PEOR: El resto del reparto quedan eclipsados.
Cinco metros cuadrados , es una película protagonizada por Fernando Tejero, Malena Alterio, Jorge Bosch, Manuel Morón y Emilio Gutiérrez Caba. Tras ver el trailer, la sinopsis y el reparto, pensé que Max nos iba a ofrecer el drama de una pareja que acaba de comprar un piso donde pasar el resto de su vida, y cuyas obras son detenidas, pero en tono de comedia.
Y no podía estar más equivocado. De comedia nada: Cinco metros cuadrados es un drama puro y duro. Pero sobre todo, un drama real. El drama de tantas y tantas personas, de ver como el sueño de tu vida, de tener tu propio piso, en el que montar tu familia, se viene abajo hasta convertirse en la peor de tus pesadillas. Me empecé a dar cuenta de ello cuando, a la media hora de empezar la película, noté que mi compañera, que está comprándose un piso en construcción, estaba llorando como una magdalena.
Max Lemcke, que ya nos sorprendió con la más que interesante Casual Day , nos propone una denuncia ante tantos y tantos casos de corrupción urbanística que cada día se destapan en la prensa. Y ante tantos y tantos otros que nunca llegan a salir a la luz. Ante tanto concejal de urbanismo sobornado, ante tanto alcalde sin principios, ante constructor vendido…
Fernando Tejero da un golpe sobre la mesa con su papel de Álex, el comprador de la casa de sus sueños, de su piso… Un piso con dos habitaciones, cocina, salón con chimenea, y sobre todo, una pequeña terraza. Una terraza de solo cinco metros cuadrados, con vistas al mar. Un pequeño espacio donde descansar tras su rutinaria vida de trabajo, donde tomarse una cerveza con su suegro… Un personaje que empieza blanco, casi transparente, con inocencia e ingenuidad, feliz por poder cumplir su sueño, por poder casarse con su novia, Virginia (Malena Alterio), pero que, al igual que la película, se va tornando cada vez más gris, más oscuro, más negro… Empieza perdiendo su casa y acaba perdiendo la cabeza. Pero no es lo único que pierde por el camino. Un espectacular Fernando Tejero, convertido en un héroe anónimo, que sorprende llevando todo el peso de la película, de principio a fin. Protagonismo absoluto en un drama para él, que es considerado un cómico: lleva años enseñándonos que tiene también una gran vis trágica, aunque suele mostrarla en papeles más pequeños ( 8 citas , El club de los suicidas , Va a ser que nadie es perfecto o Los lunes al sol ).
El protagonismo de Tejero destaca sobre todas las cosas, pero no resta ni un ápice de credibilidad al trabajo de Alterio, fantástica como siempre. Los secundarios, entre los que destacan Jorge Bosch, Secun de la Rosa, Manuel Morón y Emilio Gutiérrez Caba, completan un reparto creíble, que no falla en ningún momento. Sobre todo, la labor de los malos , que nos provocan una profunda sensación de rabia, de impotencia, de ira…