Christine
Sinopsis de la película
La historia de una mujer que se encuentra a sí misma cayendo en una espiral de crisis entre su vida personal y su carrera. Ella siempre ha sido la persona más inteligente del lugar en la estación de noticias de Saratosa, Florida, donde se siente destinada a hacer cosas más grandes y es implacable en su búsqueda de una posición en el aire en un mercado mayor. Como aspirante a mujer de noticias, siempre con los ojos abiertos e interesada en la justicia social, se encuentra a sí misma constantemente chocando con su jefe, empeñado en reconducirla a historias más jugosas para televisión. Plagada de dudas y con una vida familiar tumultuosa, Christine alimenta esperanzas en su creciente amistad con su compañero, lo que se convierte en otro amor fallido. Desilusionada con un mundo que siempre le cierra las puertas, Christine toma un oscuro y sorprendente giro.
Detalles de la película
- Titulo Original: Christine
- Año: 2016
- Duración: 119
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Opinión de la crítica
6.5
69 valoraciones en total
La película narra la crisis y dolorosa decisión de la reportera Christine Chubbuck, que durante la transmisión en directo de un noticiero buscó una trágica salida a sus problemas. La historia describe la crisis existencial de Christine mostrando su infelicidad en un trabajo que la hacía sentir atada y limitada en su quehacer profesional, sus dificultades para entablar relaciones sociales, su soledad y tensiones con su madre, sus frustraciones amorosas (con 30 años de edad era virgen) y su enfermedad. Todo un cóctel que repercutió en uno de los eventos más impactantes de la televisión estadounidense.
El filme ambienta muy bien la década de los 70s, y su contexto político está muy bien logrado (mención especial son las noticias relacionadas a Nixon y el episodio Watergate). Sobre las actuaciones, Rebecca Hall lo hace muy bien, aunque teniendo pocas referencias de la personalidad de la verdadera Christine, es difícil saber qué tanto se acercó a su personaje. Aún así, se evidencia en la performance de Hall a una Christine perturbada, distante y muy cambiante, pero que, gracias a Hall, se llega a sentir afinidad con ella. Así mismo, sobresalen Michael C. Hall y Tracy Letts.
Ahora bien, lo negativo es que el director no logró plasmar de gran forma la crisis de Christine, quedando a deuda algunos diálogos o comentarios de esta sobre el suicidio, algo que al parecer era habitual en sus charlas. Según la película pareciera que ella tomó la decisión de forma impetuosa.
Es merecido indicar que la cinta trata y aborda con mucho respeto la figura histórica de Christine, mostrándola como una profesional que buscaba hacer un periodismo más social, y responsable con el contenido. Pero que, particularmente, su acción terminó siendo parte de lo que ella más aborrecía del periodismo: el amarillismo.
Esta Christine del señor Campos me ha hecho pensar en ese momento a inicios de los años setenta, donde el flower power hippy y la inocencia estaban casi marchitos, y se abría una nueva época más descreída, menos inocente y con mayor individualismo. Ese trance lo encarna una inmensa Rebercca Hall en un papel durísimo y muy difícil, poniéndonos a los espectadores en su contra debido a su poca simpatía, sus paranoias y su incapacidad emocional. Y todo basado en una persona real.
No es una película para todos los públicos, pero puede apreciarse una gran ambientación -no solamente en el atrezzo general, si no también en la atmósfera de toda ella-, y unas buenas interpretaciones especialmente la de la protagonista.
Para los serie adictos hay dos perlas: la de Holling Vincoeur-John Cullum de Doctor en Alaska , al que apenas había vuelto a ver desde entonces, y al eterno Dexter Morgan-Michael C.Hall de Dexter , siempre inquietante con su aspecto tan característico.
Nota: 6,35.
Es difícil considerar como spoiler el destripar el argumento de una película basada en hechos reales, pero en este caso optaré por revelar algunos detalles específicos de la historia en la sección spoilers , ya que estoy seguro de que aquellos que no estén familarizados con la vida de Christine Chubbuck encontrarán el desenlace mucho más impactante.
Christine es una cinta oscura. Turbia, tristona, con un ramalazo de incomodidad en su forma de enmarcar las escenas que en más de una ocasión me recordó a la Foxcatcher de Bennett Miller. Tanto director como guionista hacen un estudio bastante interesante de Christine Chubbuck, una mujer que en el primer acto parece bastante normal, pero a la que poco a poco se le empiezan a notar las costuras. El personaje está, en mi opinión, bastante bien construído, y aún mejor interpretado por una enorme Rebecca Hall que por desgracia está siendo injustamente ninguneada durante la temporada de premios.
Por desgracia, el resto actores no están a la altura de Rebecca, pero no se nota demasiado, ya que la película se dedica única y exclusivamente a Christine, en su carácter metódico y obsesivo y su necesidad de conectar con otro ser humano. Los demás personajes se pasean por la pantalla, pero nunca son nada más que bocetos, aunque creo que esto es más una decisión narrativa que un defecto. Algunas modificaciones argumentales son ficticias, para ajustar la realidad a lo que te pide una obra cinematográfica. Esto se puede entender (todo biopic se toma sus licencias), pero algunos de los caminos que toman no me terminan de cuajar. Pondré algún ejemplo en la sección spoilers.
En resumen diré que Christine es una película interesante, bien dirigida, con una historia que merece ser conocida y una gran interpretación, pero algunas decisiones del guionista me chirrían un poco y me hacen dudar del nivel de veracidad de algunas partes de la trama.
Puntuación: 6,7
Ayer vi Christine (2016) de Antonio Campos con Rebecca Hall, Michael C. Hall, Maria Dizzia, Rachel Hendrix, J. Smith-Cameron, Kim Shaw, Timothy Simons, John Cullum, Tracy Letts, entre otros. Drama sobre el episodio de vida final de Christine Chubbuck, periodista estadounidense que se suicidó mientras presentaba su programa de televisión, en directo, en 1974. La película tiene una gran ambientación de los años 70, y no solo se hace evidente a través del decorado y el vestuario, sino también a través de la cámara y el encuadre. Impresionante trabajo actoral de Rebecca Hall, aunque en algunos momentos mantiene por mucho tiempo la vis psicótica, y parece que cae en la sobreactuación, no obstante, logra que empaticemos con su personaje. La historia busca los motivos por los cuales la llevaron al famoso suicidio, basándose más en sus vivencias profesionales, dejando por fuera otros motivos fuertes, como su cáncer, su vida íntima y pasada, y su relación familiar. Película notable.
RECOMENDADA.
PRONTO en Lecturas Cinematográficas
http://lecturascinematograficas.blogspot.com/
Las valoraciones de otros son el infierno de tu propia persona, si dejas que te afecten.
Todos estamos expuestos a ellas, pero hay lugares donde tienen más peso que en otros: en determinados ambientes, en determinados trabajos, cuando tu idea rabiosamente genial se va por el retrete con menos dificultad que la que te ha costado crearla.
Hay veces que dependes de valoraciones, y al juicio de otros no le da la gana de ser piadoso con tus anhelos.
Por eso la historia de Christine es tan importante, y a la vez, tan dolorosa por su carácter anónimo… casi nadie puede decir que conociera su caso, porque otras noticias estaban pasando en su convulso país.
Ola de crímenes, el Watergate, Richard Nixon… casos que se enlazan con precisión milimétrica para salir a la hora establecida, empalmados por personas que pertenecen más a una cadena de montaje que a un verdadero ansia informativo: lo que importa es sacar lo más impactante, antes que nadie.
Es una mentalidad que Christine no comparte del todo, pero bajo la que ha aprendido a moverse como pez en el agua, ganando de paso un cierto respeto que protege con uñas y dientes. Tiene su hueco, su espacio.
En un noticiario de los 60, eso no era cualquier cosa.
Sin embargo, aparece la oportunidad del deseado ascenso, encima en una emisora de Baltimore, permitiendo a la reportera fantasear con dejarlo todo atrás… y es entonces cuando lo que lleva intentando hacer años se ve puesto a prueba en cuestión de minutos.
La radiografía de todo su entorno llevada a cabo por Antonio Campos, extensa y enfermiza, es algo desoladora cuando se excava tras el buen rollo entre compañeros de profesión, porque deja traslucir que cada cual va a su bola: sí, te darán palabras de ánimo, sí, cuando algo te salga bien se alegrarán por ti, pero también, sí, no te tendrán en cuenta una mierda a la hora de tomar sus propias decisiones.
Es una verdad tan dolorosa como injusta, que va haciendo mella en la salud mental de Christine, queriendo reconducir sus informativos reportajes a las truculentas piezas que pide su jefe. En sus gritos y sus discusiones, es difícil no verla como una pobre criatura progresivamente más cercada por las valoraciones de los demás.
Casi como un Fausto de la televisión de tubo, ella se compra y se vende continuamente, sin que nadie le haya ofrecido nada, solo por la ilusión de poder por fin tener algo que quiere.
Llama la atención la ironía de que sus intervenciones en el informativo crezcan en incoherencia y sus teatrillos de marionetas, sin embargo, sean cada vez más una consulta de psicólogo en la que puede expresar lo que realmente siente.
La viva locura de la gente delante de nuestros ojos, que pide noticias, información, verdad, realidad … y al final solo busca poner la tele de acompañamiento mientras come.
Un sin sentido que se cobra víctimas como Christine, personas que, dolorosamente, ven que no pueden triunfar con lo que quieren, por mucho que lo intenten.
¿Y como encajan esas piezas solitarias, lógicas, en el desordenado puzzle del caos mundial?
A golpes.
Valga la crudeza de esos golpes para que nunca se olviden.