Chocó
Sinopsis de la película
Chocó es una mujer campesina, negra, en la plenitud de sus veinte años, lleva a cuestas una familia de dos hijos menores y a Everlides, su esposo, un músico que sólo sabe tocar marimba, beber biche y jugar dominó. En la mañana ella trabaja buscando oro en el río San Juan y en las tardes lava ropa de otras familias para alimentar y educar a sus hijos. Es el cumpleaños de la pequeña Candelaria, y por primera vez Chocó le promete una torta, sin embargo, las cosas se complican al tratar de cumplir esta promesa, desencadenando consecuencias inesperadas para Chocó y toda su familia.
Detalles de la película
- Titulo Original: Chocó
- Año: 2012
- Duración: 80
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Opinión de la crítica
6.3
87 valoraciones en total
Vi nuevamente la película dos años después del estreno y es de aquellas que se disfruta más y se entiende mejor al repasarla. Va de violencia pero no la del narcotráfico, no la de la guerra de guerrillas. La violencia casera, la que perpetúa las otras dos. Mucha gente no la vio en Colombia por no querer recibir mas de lo mismo.
Pero ella no es más de lo mismo. La guerrilla apenas se ve pasar a lo largo de la carretera en tres segundos cuando van las mujeres hacia el trabajo. El narcotráfico no se nombra y nadie consume más que cigarrillo y alcohol. Lo primero que vislumbré muy claramente es algo que se dice a diario al analizar el machismo: la mujer es su cómplice y perpetuadora. A pesar de que la niña está en su cumpleaños es el niño quien tiene derecho a sentarse en la única silla del comedor. Pero no es que la mamá no la quiera. Por el contrario pasa toda la película intentando concederle su deseo: tener una torta de verdad. Pasan varios días y la torta va envejeciendo en el mostrador de la tienda pero no la lucha por conseguirla.
Con cariño recordé pasajes de mi infancia cantando con las palmas a Don Pepe y su barriga, que Chocó y la niña interpretan magistralmente con dramatización y todo.
También el hecho de destrozar cualquier flor o un atado de hojas (en vez de las famosas margaritas) para saber si un hombre te quiere o no.
Estas chocoanas manteniendo a sus maridos también me recuerdan a mis antiguas compañeras de trabajo en el mismo oficio, solo que amargadas y mal servidas.
Chocó no es una película habitual. Colombiana de procedencia, el debut del director (que anteriormente ha trabajado produciendo diversas películas) Jhony Hendrix detrás de las cámaras es una interesante película que nos muestra un retrato curioso y humanizador de algunos de los lugares más pobres de Colombia.
La película es quizá un compendio de la estética más antepuesta a la producción Hollywoodiense media, y por eso desgraciadamente sea una película de difícil acceso y con una distribución comercial menor. Pero poco tiene que ver con la calidad de la película, que deslumbra pese a sus detalles imperfectos. Afortunadamente parece que en los últimos años el cine colombiano ha dado pasos adelante, y su distribución internacional está en auge.
Chocó, además de ser la protagonista de la película, es una zona del país colombiano. En ella, además de zonas de explotación ilegal minera (hecho reflejado en la película) y fuertes tasas de desempleo, nos encontramos con que en torno al ochenta por ciento de la población es afroamericana . También desgraciadamente es una de las zonas más pobres del estado.
Lo más elogiable es el sentimiento crítico de la película. Nuestra protagonista principal se llama Chocó, pero podría tener otro nombre perfectamente, porque el director se sirve de ella para dignificar la gran cantidad de mujeres que como ella, se desviven completamente por su familia. Choco trabaja en una mina en condiciones totalmente insalubres, pues la mina está contaminada de mercurio. Choco tiene dos hijos pero apenas puede dar lo mejor para ellos y no es capaz de prometer un trozo de tarta para su propia hija (la tarta es el elemento que moverá toda la película), porque carece del presupuesto suficiente. Además, por si fuera poco, tiene que aguantar un marido que se pasa el día completamente borracho. En cierto sentido además la película dignifica el papel de la mujer, siendo el pilar básico sobre el que se tiene que sustentar la familia.
Sin lugar a dudas, la película es una patada para cualquier espectador occidental que se atreva a verla. Tira todos los valores por los suelos, y empequeñece nuestra propia existencia. La película, aunque sea sin quererlo, se convierte en un despertador de consciencias. Revelándonos este mundo sobre el que parece que no echamos nunca en cuenta.
La puesta en escena tiene algunos momentos de interés que convierten la película en un relato más que crítico. Hendrix prefiere la utilización de planos estáticos en donde observamos a nuestros protagonistas moverse de manera libremente. En cierto aspecto, la película tiene muchas semejanzas con el carácter documental. No sólo por el aspecto crítico con el que la película trata de definir el mundo que rodea Choco, sino que la película también releva esta esencia en su puesta en escena.
A duras penas vemos explosiones de sentimientos o primeros planos. El director parece quererse mostrarse poco sentimentalista y prefiere explotar otros caminos para hacer sentir al espectador la vida latente de la población, como la utilización de una música folclórica, así como los juegos infantiles tan singulares de los niños y otros elementos que no son tan agradables, como el racismo o la degradación a la que se ve sometida nuestra protagonista. También es curioso ver el mestizaje religioso de la provincia, en la que se combinan elementos católicos con otros de diferentes raíces, no en vano Hendrix le dará un peso importante a esta cuestión.
Hemos de tener en cuenta que el director nos está mostrando una realidad que conoce bastante bien y es que de hecho el director proviene de la región de Choco. Él mismo cuenta en diversas entrevistas que la idea para la película le surgió cuando observó a dos mujeres que hablaban de sus respectivos maridos, cuando en realidad eran la misma persona, es decir, estaban compartiendo marido.
Para la inteprete principal, el director cuenta con una mujer descendiente de familiares afroamericanos, Karen Hinestroza, con una trayectoria curtida especialmente en el mundo del teatro, y sin embargo su interpretación es más que digna de mención. Claro ejemplo de que las luces de Hollywood ciegan a uno en muchas ocasiones.
Chocó es cine valiente y comprometido. En resumidas cuentas, cine del que hace falta.
http://neokunst.wordpress.com/2013/07/10/analisis-filmico-choco/
Es una película que permite esclarecer tres puntos muy particulares sobre el pacifico colombiano.
1. Machismo: es bastante acertada la propuesta de la película acerca del machismo en el choco, es una viva imagen de los prejuicios con los que debe vivir la mujer chocoana en todos los ámbitos que la rodean.
2. Sumisión femenina: la película deja en claro la aceptación de la mujer chocoana frente a la dominación que adquieren los hombres contra ellas.
3. Explotación de los recursos naturales y la mano de obra: para nadie es un secreto que el choco es potencia en la extracción de oro y a pesar de todos los daños que a causado esta practica al medio ambiente aun se siguen implementando de manera degradante y despiadada no solo con la tierra, sino también con la gente que trabaja en estas minas ya que su trabajo es desvalorado de una manera desorbitada.
En resumen es una película que denota la costumbres de una población que ha sido marginada por muchos años en el país.
Fué la clausura del festival de cine de Cali, 7000 asistentes, noche de cine bajo las estrellas en los cristales, con director y actores a bordo, músicos de la banda sonora todo una maravilla.
La cámara siempre bien puesta, las imágenes resaltan la belleza de esta reserva mundial de agua y de especies que es el chocó biogeográfico, el paisaje se mezcla con los sonidos de la marimba y las cantadoras del pacifico junto a la sonrisa de los niños envuelta en esa naturaleza virgen. La película ataca la moral de las empresas mineras que están explotando los ríos, las personas y la selva, también el machismo y su maltrato contra estas mujeres que no se pueden revelar a los hombres que solo beben viche (bebida afrodisíaca salida del estrato fermentado de la caña de azúcar, licor típico del Pacifico Colombiano) y no hacen nada por su familia. Muerde tejidos morales de la sociedad excluida, y para mi ya se convierte en una joya de nuestro nuevo cine.
Chocó es una joven analfabeta que apenas sabe nada del mundo aparte de lo poco que conoce de su entorno. Y tan pobre que ni siquiera puede comprarle una tarta a su hija en su cumpleaños.
Pobreza y analfabetismo llevan de la mano fervor religioso. Ya que no tienes herramientas intelectuales para comprender el mundo que te rodea (física, química, matemáticas), ni criterio, ni mentalidad para darse cuenta de que en gran parte tu destino es consecuencia de tus actos, lo único que te queda es creer que un ente sobrenatural es el que rige tu vida, y te da y te quita. Y si no te da, le rezas para que te dé.
Además, como todas las adolescentes, no fue a enamorarse del chico trabajador, educado, que busca prosperar con su esfuerzo. Se enamoró del músico sandunguero y caradura que era un vividor, un rebelde.
Pocos años después, tiene dos hijos de ese músico que ahora es un borracho sin oficio ni beneficio, que toma el dinero que ella gana para gastarlo en emborracharse y jugárselo en el bar, que le pega y que la viola todas las noches.
Chocó tiene 20 años, pero aparenta 35.
La película acaba con una dedicatoria que dice textualmente: a mi madre, a mi padre y a mi hijo, por enseñarme que ser negro es un milagro . Pues va a ser que no. Es más bien cosa de genética y de evolución de la especie para adaptarse al medio. Además, los milagros no existen. Son cuentos de un libro escrito y reescrito hasta la saciedad por decenas de personas. Al menos yo no he visto ninguno todavía, ni lo espero.
Puedo parecer cruel, pero a mí Chocó no me da ninguna lástima. Ya que es tan religiosa, le diré que a quien Dios se la dé, San Pedro se la bendiga .