Cheatin
Sinopsis de la película
Séptimo largometraje animado de Bill Plympton, inconfundible e incombustible animador norteamericano de estética y personalidad inmediatamente reconocibles, que demuestra seguir en plenitud de facultadas tras casi cincuenta años de profesión. Esta vez se inspira en una obra del escritor James M. Cain para traernos la historia de Jake y Ella, que tras un accidente de coche terminan por convertirse en la pareja más unida que os podáis imaginar. Un universo de dos en perfecta armonía que comienza a desmoronarse cuando la aparición de una misteriosa mujer hace que surjan los celos y las inseguridades…
Detalles de la película
- Titulo Original: Cheatin
- Año: 2013
- Duración: 72
Opciones de descarga disponibles
Si lo deseas puedes descargarte una copia la película en formato 4K y HD. Seguidamente te añadimos un listado de fuentes de descarga directa activas:
Opinión de la crítica
7
90 valoraciones en total
Cheatin es probablemente el 8½ (Otto e mezzo, 1963) de Bill Plympton: todas sus obesiones estéticas y temáticas están en este largometraje de hora y cuarto: el perro de Guard Dog, la damisela en apuros (Waiting for her Sailor), las escenas de sexo como óperas salvajes (I Married a Stange Man), los personajes de fisionomía imposible, la localización rural como figura añadida a la narración (Hair High), el motel como antro y motivador de un crimen (Shuteye Hote), y así podría seguirse un buen rato. Pero la clave de este trabajo que ha sido financiado, por cierto, a través de Kickstarter (a esto han tenido que llegar los verdaderamente grandes del cine independiente) es cómo es capaz de abordar no sólo los conceptos previos sino además darles una capa de barniz, entregando la que quizá sea su película más madura a nivel puramente formal. Los ángulos imposibles, sombras y siluetas, deformaciones, metáforas visuales y gags de varios sentidos, funcionan con una perfección incuestionable.
Lo que se consigue aquí es perpetuar un género (el cine negro) a través de los códigos internos de la obra de Plympton, tendiendo un hilo al fantástico de (por ejemplo) Hans Christian Andersen. Como en Drive (2011) de Nicolas Winding Refn, el príncipe azul es todo lo contrario a lo acostumbrado, y qué decir de la princesa, un tía buena al uso con los movimientos felinos de una Ava Gardner y la cabellera ardiente de Rita Hayworth/Gilda o Jessica Rabbit. Los personajes están lejos de la idealización y como en la obra dal danés la violencia es puesta en pantalla desde la estilización. Lo que varía -y dejo la comparación, pues era sólo una forma de encauzar la idea de la reinvención del cuento- es el tono, y ahí entra el estilo personal de Plympton, que sigue siendo él hasta sus últimas consecuencias. Un ejemplo concreto lo tenemos en una secuencia que se inicia con un plano aéreo, que sobrevuela una casa y nos muestra su interior, para terminar en un encuadre con los pies de dos personajes que están teniendo sexo. Tenemos también, por ejemplo, una fantasía de venganza por parte de la protagonista y que la muestra asesinando a varias mujeres. Toda la violencia está dirigida hacia el borrado de los límites del medio. La animación (narrativa) jamás ha llegado tan lejos que con la obra de Plympton, donde todo (absolutamente todo) es posible.
En Cheatin tenemos así una revisión de la femme fatale, de los roles del hombre y la mujer en una relación idealizada que se rompe por la mayor gilipollez posible, las fantasías de venganza más alocadas, y la introducción de la magia (o ciencia-ficción) en un entorno muy determinado, que crea un nexo entre todo lo anterior, amén de el abrazar la comedia negra más hilarante vista en mucho tiempo. Para Plympton no existe el ridículo, pues su concepción del medio es lo que puede hacerse y lo que no . Afortunadamente para nosotros (los espectadores) lo primero es mucho más generoso y con Cheatin tenemos la que es (a falta de revisar mi otra favorita, Mutant Aliens ) su mejor película hasta la fecha. Madura, pero no en un sentido que impida que su (¡bendita!) inmadurez bloquee su creatividad y su comedia más salvaje, logro que consigue además prescindiendo totalmente de los diálogos. Total, que la veáis: es brutal.