Charlot, héroe del patín (C)
Sinopsis de la película
Charlot trabaja como camarero en un restaurante y sufre un percance con Mr. Stout, un cliente testarudo y gordinflón. Tras acabar su jornada se dirige hacia un local de patinaje donde casualmente se encuentra con Stout, y ambos competirán por la atención de una guapa joven que también ha ido a patinar.
Detalles de la película
- Titulo Original: The Rink (S)aka
- Año: 1916
- Duración: 25
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Opinión de la crítica
Película
7
21 valoraciones en total
Charlot trabaja de mozo en un restaurant elegante. Pero sus torpezas son proverbiales, como por ejemplo, cuando para sentar a una senora excedida en kilos rompe los 2 brazos de un asiento convirtiéndolo en una silla con sólo el respaldo. Tiene varios problemas e incidentes también en el sector de la cocina y también, como lo indica el epígrafe, cuando patina en un salón contiguo del local. Sobre esa base muy simple se hilvana el film que, sin ser deslumbrante, ni igual de cómico en todo momento, logra despertar el humor en varias oportunidades. Las actuaciones, a tono. Algo más de siete.
Charlot trabaja para hacerse una pista de patinaje que es su gran pasión. Una pasión de un gran patinador. Para pagarse su pasión lo mejor es trabajar por horas en un restaurante de lujo. El lujo es tener un camarero patoso y genial que todo lo hace bien para el espectador. Patinando da clases de maestro a cualquiera que se ponga en su camino. Luego habrá tiempo para flirtear con la maravillosa Edna Purviance. Poca gente se habrá dado cuenta que Henry Bergman está igual de señora que de señor, no os preocupéis por eso ya que yo he tenido que consultar un libro para acordarme de su nombre. Charlot, héroe del patín es algo más que un 10.
El cortometraje conocido como Charlot, Héroe del patín (en su título original the Rink) de 23 minutos de duración está considerado como uno de los mejores de Charlot, y se trata del octavo film que realizaba Chaplin para la productora Mutual Films.
El cortometraje empieza en un pequeño restaurante donde Charlot trabaja como camarero. Ahí empiezan los diversos gags cómicos que tendrán a nuestro actor británico como protagonista, y donde cometerá mil y una tropelías contra los clientes, enfadando además a un personaje alto y gordinflón, físicamente todo lo contrario que nuestro Charlot, conocido como Mr. Stout e interpretado por Eric Campbell. Pero lo mejor de la obra viene después de este encontronazo en el restaurante, cuando ambos protagonistas coinciden en una pista de hielo. Con razón, mucha gente, como el crítico de cine Manuel Villegas López (autor que realizó una biografía sobre Charles Chaplin) ha hablado de la película diciendo que The Rink es el más loco, rápido, y más bello ballet cómico que se ha hecho jamás en el cine. El cortometraje combina dos de las facetas que mejor dominaba Chaplin, como era su vena cómica y su gran aptitud para el patinaje de hielo. Las dos vertientes se unen para formar un bello ballet en el que la risa resulta inevitable, más cuando tenemos una unión de contrarios como los que representan magníficamente Chaplin y Campbell en la película.
Un corto muy divertido, de lo mejor que hizo Chaplin en aquella época para la Mutual. Combinaba los desastres de un torpe camarero en un restaurante, con los incidentes que tenían lugar en una sala de patinaje. En media hora había tiempo para todo: pollos saltarines, un gato vivo servido en bandeja, jefes amenazadores, broncas en la cocina, una chica en disputa (la encantadora Edna Purviance), un malo (maquillado como tal), que no paraba de recibir, infidelidades por duplicado, un actor disfrazado de mujer poco agraciada , que también recibía lo suyo, y unas peleas en patines, que no me canso de ver. Chaplin todavía no había hecho sus obras mayores, pero ya daba muestras de su talento para la comedia.
Pues una de tantas del señor Chaplin. Vuelve al restaurante, donde más gags hace, aunque claro está: con su gran control del cuerpo (y también del elenco de actores), hace que la pista de patinaje se convierta en una fiesta de risas.
Hay momentos muy buenos, y otros que con el paso del tiempo simplemente te son entrañables. Me ha gustado, aunque un poco repetitivo, su gracietas.