Cautiva
Sinopsis de la película
Cristina, una joven de 15 años, es sacada de su clase en un estricto colegio católico de Buenos Aires y llevada ante un juez, quien le revela que ella es en realidad Sofía Lombardi, la hija de una pareja de jóvenes arquitectos militantes desaparecidos en los años 70, durante la dictadura militar argentina.
Detalles de la película
- Titulo Original: Cautiva
- Año: 2004
- Duración: 107
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Opinión de la crítica
Película
6.5
55 valoraciones en total
No sé por qué hablar siempre sólo de Hitler cuando EEUU -Kissinger- hizo cosas peores que Mengele. Qué si no es eliminar una generación tirando a muchos de ellos desde aviones al mar, -los vuelos de la muerte- y dar los bebés a parejas afines a la dictadura. Quienes, está claro, escondieron a los niños su identidad siempre. Pero Kissinger, siempre sonriente tiene buena prensa, claro al fin y al cabo tienen toda la propaganda del mundo. Son incluso capaces de hacer pasar el lanzamiento de dos bombas atómicas sobre la población inerme como un acto de justicia. Lo que hicieron los americanos con objeto de frenar las simpatías comunistas en América del sur, es lo mismo que Hitler cometió, genocidio. Con todas las letras.
Cautiva, la película argentina, es simplemente brillante, una historia dura contada con profundidad, crudeza, y a la vez ternura.
La historia de la apropiación de menores durante la dictadura militar en Argentina ha tenido diferentes relatos, ya sea en forma documental como en otros géneros.
En la película de Gastón Biraben podrás asomarte a este drama y verlo desde los ojos de su propia protagonista, podrás sentir el mismo vacío, la misma incertidumbre de quien un día descubre que su vida jamás le había pertenecido.
Es la ópera prima de un director joven, rodada en un momento difícil de Argentina, diciembre de 2001.
Muy bien por Bárbara Lombardo, la actriz protagónica, y ni hablar de Mercedes Funes que también brilla y conmueve.
En síntesis… no debes dejar de verla
Es una historia conmovedora acerca de la Apropiación Ilegal de Menores, cuando los padres se hallaban ilegalmente detenidos, durante la dictadura militar que azotó la Argentina.
Cristina, una joven que descubre a los 15 años que es hija de una pareja de arquitectos detenidos y desaparecidos durante la dictadura militar que azotó la Argentina entre 1976 y 1983. Es llevada ante un juez, quien le revela que ella es, en realidad, Sofía Lombardi.
El juez le presenta a su abuela biológica. La adolescente, impactada y rechazando a esta extraña, se escapa. A partir de ese momento comienza la búsqueda de su verdadera identidad.
Durante la dictadura militar que asoló a la Argentina entre 1976 y 1983, unos 280 niños de corta edad y la mayoría nacidos en cautiverio, pasaron a ser parte del botín de guerra del cual sacaron provecho los militares en el poder.
Los niños eran apropiados por los represores, entregados a otras familias y su identidad sustituida por medio de documentación falsa. Existen testimonios de varias enfermeras que trabajaron en la maternidad clandestina, internaban a las prisioneras a punto de dar a luz.
La mayoría de ellas permanecía con los ojos vendados y, en algunos casos, con las manos atadas. Las enfermeras relatan también que la mayoría de las veces las madres no veían al bebé y que se les aplicaban inyecciones para cortar la leche materna.
También hubo prisioneras que fueron llamadas a asistir en los partos, las mujeres sabían que iban a ser separadas de sus hijos. Pero lo que más llamaba la atención era que a los bebés se les vestía con un ajuar costoso y eran colocados en cunas portátiles de lujo , sólo gente con muchos medios económicos podía darles eso a sus hijos.
La verdad sobre el horror vivido por tantas madres y sus hijos continúa estremeciendo a los argentinos, mientras se confía en que se podrá avanzar en las investigaciones alcanzando a todos los niveles de responsabilidad: las familias apropiadoras, los militares que cometieron los delitos y las autoridades del país, que permitieron que ello ocurriera.
El film recibió siete nominaciones para el Cóndor de Plata de la Asociación de Críticos Cinematográficos de Argentina, por mejor actriz de reparto (2): Lidia Catalano y Susana Campos, mejor actriz revelación (2): Bárbara Lombardo y Mercedes Funes y mejor opera prima: Gaston Biraben, ganando por mejor actor de reparto: Hugo Arana y mejor música: José Luis Castiñeira de Dios.
Participo además en cuatro festivales de cine, ganando premios en tres de ellos: Flanders International Film Festival, Bélgica, Havana Film Festival, Cuba, San Sebastián International Film Festival, España y el Toulouse Latin America Film Festival, Francia
Realmente no es una mala película… Entonces ¿Por qué esa nota tan baja? Porque este tipo de trabajos son tan predecibles que no mantienen la tensión dramática, se sustentan únicamente sobre la emocional, de ella se nutren y avanzan.
Cuando veo alguna película, serie, corto, me interesa su desarrollo, su planteamiento y.. por supuesto la parte creativa y emocional.
Este tipo de cine, sobre desaparecidos raptados, es siempre el mismo, los cauces son análogos unos a otros, y sin consecuencia en su desarrollo.
No me gusta, no aporta nada creativo, sorprendente, original y que te haga pensar. Todo está dirigido hacia las emociones con un orden preestablecido y que funciona como el rutinario engranaje de un reloj de cuerda: Monótono y efectivo.
Película necesaria la de Gastón Birabén que ahonda en el destino de los hijos de los desaparecidos, y que narra el descubrimiento de la verdad desde la óptica de la adolescente protagonista (estupenda Bárbara Lombardo).
El mayor mérito de la película es el punto de vista, que se centra en las víctimas contemporáneas de aquella masacre: esos jóvenes de hoy día a los que se les arrebató la verdad para crearles una vida ficticia. Sofía/ Cristina es objeto de una pesadilla Kafkiana. Como en El proceso , la protagonista se ve de la noche a la mañana llevada de un lugar a otro, de una familia a otra, presa o cautiva de una situación de la que es absolutamente inocente. Se me dirá que eso no es creíble. Temo que haya que vivir en Argentina para comprobar que eso pasa: los procesos vía juez federal, la caracterización de personajes, detalles como que la única cabina que funcione sea la que dice no funcionar… Argentina es así.
El otro mérito del director, consiste en que evita colgar la etiqueta de la culpabilidad: simplemente nos invita a compartir el desarraigo, la tragedia de los inocentes cuya farsa ha devenido en farsa. Los padres adoptivos de Sofía no son monstruos… Por momentos parece que todo hubiera sucedido sin que mediara la acción humana. Pero todo eso pasó, y pasó mientras el país y el mundo miraban a otro lado: al fútbol.
Leo por aquí que ponderan la seriedad del film como un lastre, atribuyendo al tono cómico-trágico la mayor virtud del cine argentino. Ningún argentino se atrevería a decir los que mis compatriotas señalan.¡Buscar una comedia donde se habla de algo que duele a todo un país! ¡Olvidar lo que una dictadura sanguinaria significa! El drama argentino sigue vivo, porque no hubo nunca una reparación real. En solo siete años en Argentina murieron 30,000 personas. No fue un frente a frente, no fue una guerra. Fue un proceso de eliminación paranoide, que seguía un frío procedimiento: los enemigos al sistema simplemente desaparecían. Los casos se archivaban mientras las familias vivían cinco diez, veinte, treinta años de angustia hasta saber si sus hijos, hermanos, eran cadáveres o no. Videla-Viola sabían lo que se hacían, lo habían aprendido de Hitler: si las víctimas oficialmente no estaban oficialmente muertas, no había estatus legal para iniciar gestión alguna.
Aquí lo reprimido es la verdad, el cautiverio es el silencio. Aún hoy, sí, 26 de noviembre de 2009, hay seres que como Sofía descubren ya adultos que su vida fue un invento. Y me disculparán, pero esta tragedia humana no permite el más mínimo chiste a lo Campanella.
En mi opinión, Birabén ha rodado un tema real y triste con la seriedad y la honestidad que el tema merece. Si no le pongo una valoración mayor es por cierto desmaño cinematográfico. La imagen está al servicio de la historia, a la que lastra más que aporta. Por lo demás, una película veraz y conmovedora que invita a dar las gracias al director.