Carnet de baile
Sinopsis de la película
Tras quedarse viuda, Christine Sugere (Marie Bell) piensa que su vida habría sido más afortunada si se hubiese casado con otro hombre. Así que echa la vista atrás y comienza a recordar a todos los hombres con los que mantuvo algún encuentro amoroso en su juventud.
Detalles de la película
- Titulo Original: Un carnet de bal (Life Dances On)
- Año: 1937
- Duración: 144
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Opinión de la crítica
Película
7.1
72 valoraciones en total
Revisando el cine de Duvivier, vuelvo a ver este film que tenía olvidado. Es una delicia ver a esos grandes actores franceses, muchos de La Comedie Francaise ,, pero la historia de Carnet du Bal se superpone en el recuerdo a esa Obra Maestra que es La Ronde de 1950 de Max Ophuls. Hasta cierto punto la mirada hacia el pasado y el futuro las coloca en una misma dimensión. Pero la Obra de Ophuls es una obra maestra y si el recuerdo te juega la mala pasada de compararlas se ven más las costuras de Carnet du bal .
Las historias, algunas son un tanto lourde , premiosas, debido al guión de Henry Jeanson, poco dado a los etéreos vuelos y ligerezas que imprime Max Ophuls a sus historias. La ronde , junto a Madame de.. y Carta de una desconocida , son obras maestras pero recuerdan demasiado a Carnet du Bal , y la hacen perder grados, a pesar de que los films de Ophuls son posteriores a la obra de Duvivier. Pero la puesta en escena, la realización y las interpretaciones son excelentes. Un gran film.
Christine de Guérande ha quedado viuda, y mientras se deshace de las cosas que la atan aún a su marido (dándonos una pista de que la relación no fue lo bastante afortunada), su asistente descubre un antiguo carné de los que se acostumbraba a regalar en los bailes de sociedad, en los que las muchachas anotaban los nombres de aquellos con quienes bailaron y dejaron en su mente y en su corazón alguna huella. Llamándose de nuevo con su nombre de soltera, Christine Surgère, la todavía muy bella viuda, rememora, entonces, aquel baile de 1919, cuando apenas tenía 16 años… y surge enseguida, en su agitada mente, el deseo de ir tras los rastros del pasado con la esperanza de poder saber que hacer con su futuro.
>, es a todas luces una película del más alto significado, pues, apunta con claridad al entendimiento de ciertos mecanismos de la existencia que, bien aplicados, nos permitirán dar un paso en el camino de la evolución. No todos los episodios tienen el mismo impacto, pero, los encuentros de Christine con Marguerite, la trastornada esposa de Georges Audié, con Pierre Verdier, abogado convertido en ladrón y proxeneta, con Alain Regnault, ahora monje dedicado a formar musicalmente a los hijos de otros… y con François Patusset, alcalde -con ciertos parecidos a tantos otros- a punto de casarse con su empleada de servicio, nos tocarán unas cuantas fibras… y en lo que a mí respecta, buena parte de la noche me la pasé rememorando viejos encuentros y, por suerte, la gente que vino a mi mente fue la más grata que he conocido, y entonces, me hice las ya citadas preguntas, sin poder obtener ninguna respuesta.
Es así, como la atractiva viuda comienza a visitar, uno a uno, a los hombres que bailaron con ella veinte años atrás… y será la ocasión de llevarse unas cuantas sorpresas y de comprobar lo mucho que –sin llegar a saberlo- hemos afectado a muchas de las personas que han ocupado un lugar en nuestras vidas.
El director, Julien Duvivier, en colaboración con Henri Jeanson, se ocupó de escribir esta sugerente historia que, en cierta manera, se anticipa a It’s a Wonderful Life, la inolvidable película que, en 1946, nos regalara el director Frank Capra. No es en vano nuestro paso por el mundo, cada encuentro y desencuentro deja una huella que, a veces, se borra como un nombre escrito en la playa, con el agua o con el viento… pero, hay otros tantos seres que llegan a nuestra vida y su recuerdo, grato o infortunado, deja una huella imborrable que nos transforma para siempre.
Es entonces potestad de cada uno preguntarse (y vale la pena hacerlo): ¿Qué pensarán de mí aquellas personas que me fueron cercanas en algún momento de la vida? ¿Tendrán de mí un recuerdo grato o acaso habré contribuido a su infelicidad o su desgracia? De la respuesta que podamos dar a estas preguntas, depende, en sumo grado, la paz interior y la calidad de vida sentimental, emocional y física que hoy venimos llevando.
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No puedo terminar sin hacer mención de Marie Bell (1900-1985), la guapa actriz que representara a Christine, quien, con la llegada de la II Guerra Mundial se convirtió en una efectiva militante de la Resistencia Francesa, a tal punto que, de manos del presidente Charles De Gaulle, fue galardonada con la Legión de Honor por su valiente tarea.
Título para Latinoamérica: UN CARNET DE BAILE
Una continua búsqueda de aquello que se fue, pues sí, inevitablemente, en busca del tiempo perdido de la señora Bovary y su educación sentimental. Un viaje al pasado en busca de un ancla que te deje en el futuro. Pero todo aquello que pasó, la niebla del tiempo lo ha descompuesto y de nuestros viejos amores sólo queda lo viejo y lo sacudido por el polvo del destino. Un viaje a ninguna parte y a ningún lugar por uno de los directores franceses que más m gustan en sus diferentes vertientes pero sobre todo en los cruces de posibilidades. Un plantel magnífico, una puesta en escena muy buena, un carné de baile se lleva mi ocho.