Carmen
Sinopsis de la película
Narra la historia de Antonio, el director de una compañía de baile que está trabajando en el montaje de la Carmen de Bizet. Cuando encuentra a la protagonista ideal, que también se llama Carmen, inicia con ella una relación enfermiza que reproduce el libreto de la ópera. Carmen es una historia de amor y celos en donde el deseo aniquilador conduce a los personajes inexorablemente a la destrucción.
Detalles de la película
- Titulo Original: Carmen
- Año: 1983
- Duración: 102
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Opinión de la crítica
Película
6.3
24 valoraciones en total
Saura es para mí uno de esos pocos directores dedicados al arte en el amplio sentido de la palabra y además capaz de fusionar varios artes en uno.
Amante del baile, de la música, y del cine es capaz de fusionar estos artes en uno, capaz de contar una historia con el baile, de atraparte con el baile dentro del cine, de hipnotizar al espectador con el baile dentro de su cine, así a grandes rasgos podría definir el arte de Saura, su cine y amor dedicado al baile.
La primera película que he visto de Saura dedicada al baile fue Tango, y cual fue mi sorpresa al ver otro tipo de cine, saber contar una historia con el baile, con la música, ser capaz de hacer una película juntando varios estilos.
Sus películas dedicadas a este arte son a su vez documentales, donde nos refleja todo el mundo que se mueve en torno a este, como se trabaja y todo el mundo del maquillaje, vestuario, nervios, ensayos, vidas personales que se mueven detrás de cada espectáculo.
Saura además es capaz de reflejar no solamente el espíritu del baile sino el espíritu de este como un reflejo del espíritu español, donde se ve su carácter, su temperamento, su sangre, el arte español, esa fuerza que caracteriza al arte español.
Esto podemos ver en esta película, la sangre y fuerza española a través del baile.
Carmen al ser anterior a Tango no tiene el colorido tan espectacular de Tango, esos colores que envuelven a las coreografías, aquí es más austero, los personajes tienen ese toque real dándole a la película ese matiz de documental, en sus interpretaciones los actores, o mejor dicho los bailarines, son eso, bailarines no actores por eso la película tiene ese toque real, se pueden sentir a los personajes.
Al igual que en Tango, mezcla el montaje de una obra con bailes y una historia de amor además de entre tanto nos muestra todo lo que en ese mundo se mueve tal como ya he enumerado anteriormente.
Tango es una película más artística en la puesta en escena pero sigue los mismos moldes que en Carmen, las dos nos muestran ese espíritu, el baile como reflejo del alma.
Ese genial director español que tenemos y que muchas veces no sabemos apreciar tanto ya que no es tan comercial hace unas películas sorprendentes dedicadas al arte con puro amor y entusiasmo, ese es Saura.
Carlos Saura y Antonio Gades, maestros del cine y el baile respectivamente crearon una obra maravillosa que fusiona con el cine, el baile, el flamenco, la novela de Prosper Mérimée y el inmortal drama lírico con música de Geroge Bizet, ópera que a pesar de estar escrita y cantada en francés, recrea todo el arte, el folclore y el genuino carácter español. La historia de una Carmen muy española, indomable, una mujer seductora, libre que ama con pasión y quiere ser amada, pero sin ataduras, sin pertenecer a nadie excepto a ella misma. Se trata de la segunda entrega de la trilogía musical que rodó junto al bailarín y el productor Emiliano Piedra, posterior a Bodas de sangre y anterior a El amor brujo.
El caso es que el cineasta aragonés ha influenciado suficientemente al bailarín como para montar en Carmen un ballet que tiene de apasionante su propio estado de provisionalidad, el baile como expresión artística y corporal de las emociones y las fantasías, de invención constante sobre las tablas. Se parte de una idea ya existente, la historia de la Cigarrera, seduciendo a Don José encarnado por Gades y más tarde al torero Escamillo. La tragedia de una mujer apasionada, gitana, voluble, instintiva. Historia de amores encontrados, celos irrefrenables que pueden conducir a un hombre a la infelicidad. Historia de unas atmósferas populares y populistas que sólo se sostienen en pie porque los tópicos son siempre sagrados.
Estamos ante una ficción lírica enarbolada sobre un lenguaje en cuatro figuraciones: el baile, el cante, el sonido y la palabra. Acostumbrados a los musicales americanos que utilizan el play-back, una cinta de sonido perfecta y limpia, pero aquí todo cambia. Saura prefiere el realismo, recoger el sonido de las batas de cola al arrastrarse por las tablas, el chasquido de los dedos, el de los tacones repicando sobre la madera, donde crece la fiebre de la pasión, eso es lo que lo hace más cercano y atractivo, cómo refleja todo un mundo de sensaciones, miradas, desplantes y texturas de expresión artística.
Una coreografía magistral y tres bailaores en estado de gracia: Antonio Gades, Cristina Hoyos y una joven Laura del Sol que deslumbra con su desparpajo, su temperamento y su belleza, que hace creíble el drama. Un film donde lo representado se superpone a las relaciones de sus figurantes fuera y dentro de la escena. La guitarra de Paco de Lucía, farrucas, seguirillas y otros palos del flamenco, cine musical genuinamente español y diferente. En spoiler detallo la mejor escena para mí, del notable film de Saura.
En Carmen Saura consigue entremezclar las historias de las dos Cármenes, jugando en algún momento con el espectador, al que mantiene engañado. Aunque quizás su engaño comienza con el inicio de la película cuando pensamos que vamos a ver lo que no veremos.
De aquí deriva todo, y su producto son fantásticas situaciones de baile que servirían, sin apenas emplear palabras, para narrar la película gracias a la expresividad facial y gestual de los actores, de los cuales hasta llegamos a ver bailar sus sombras en una impresionante escena, por lo visual y por su momento en el film (…)*.
Que Saura ha trabajado anteriormente con Gades se nota y que ha visto mucho baile también. Su cámara se mueve acorde a los movimientos y pasos y se suele situar siempre en la posición correcta, recordando y diferenciando que vemos cine.
Si algo falla son los diálogos, bastante pobres en algunos momentos, pero como ya he dicho las palabras son lo menos necesario aquí.
Carmen, es símbolo de la mujer mariposa. Quiere vivir libre, sin juramentos eternos, luciendo su belleza para uno… y para todos los seres que crucen por su lado, yendo de un lado para otro, sin detenerse ni echar anclas, y queriendo palpar, oler y sentir todo lo que el inmenso mundo tiene para ofrecernos.
De la pluma de, Prosper Merimée, cobró vida Carmen, la gitana, la andaluza, la que compartió un amor loco con el cabo don José. Carmen la tempestuosa, la que no tuvo por propiedad ni siquiera su propio ser. Carmen la bella, la que prefirió que fuera cegada su vida a perder su libertad… que, a fin de cuentas, la muerte es liberadora de fuertes ataduras.
Escritas en 1845, las 72 páginas de Carmen han dado la vuelta al orbe, sembrando huellas en las culturas más diversas y, creo yo que, es la intensidad de sus personajes y la fuerza de su carácter, lo que ha hecho de Merimée uno de los más grandes escritores románticos. Mateo Falcone, Colomba, Arsenio Guillot… y Carmen, son singulares, son ellos. Se resumen en sus personalidades las más firmes convicciones, una férrea voluntad y la individualidad más excelsa.
También, Georges Bizet, reconoció el valor de Carmen y aportó a su perennidad una de las composiciones para ópera más bellas y apasionadas que jamás se hayan hecho. Cantada por las mejores voces del planeta e interpretada por calificadas orquestas de todo el mundo, es, éste, uno de los más exquisitos placeres que se pueden ofrecer al oído en términos musicales.
Por enésima vez, Carmen vuelve a la vida en el celuloide y son, Carlos Saura y Antonio Gades (realizador y bailarín de grandes créditos en España), los responsables de esta agradable adaptación. La protagonista, es una seductora y fascinante, Laura del Sol, y el resultado es una película que merece verse en butaca de primera fila. Aunque, con la sombra imponente de Bodas de Sangre , y en ese estilo de teatro-ballet dentro del cine, Saura proyecta una forma novedosa y entremezclada de ficción-realidad para recrear a la Carmen literaria confluyendo con una Carmen terrenal de origen madrileño, que preserva su carácter y su afán de incesante vuelo, mientras un hombre, don José-Antonio, se hace mella en sus afanes arcaicos de posesión total.
El filme mantiene una correctísima adecuación de las coreografías al medio cinematográfico, y el sentimiento y la destreza de Gades, el frenesí y la sensualidad de Laura, más las atinadas comparsas… son muy apreciables como experiencia artística.
En cualquier caso, Carmen es un personaje que nos llega al alma, porque defiende esa libertad que casi todos perdemos en aras de un sentimiento mal entendido, y peor experimentado, que muchos llaman amor, pero que no es otra cosa que egocentrismo calcinante.
De pronto, esta historia se siente como un clamor que proviene del infinito:
¡Todavía estás a tiempo! ¡Decídete y levanta el vuelo! ¡Que jamás nadie te prive del derecho a vivir tu vida como la desees!
Nos encontarmos ante una película de Saura muy original en su planteamiento, pero que para disfrutar de ella tienes que ser amante del flamenco. Laura del Sol está guapísima y como siempre Saura deja su toque personal en cuanto a la fotografía y encuadres de la película , pero como no soy amante de el flamenco no me ha enganchado esta propuesta tan original. Muy buenas interpretaciones de Antonio Gadés y Laura del Sol, pero me gustaría saber la opinión de alguien experto en flamenco que comente si están bien a nivel artístico.