Buscarse la vida en América (Serie de TV)

5 comentarios en «Buscarse la vida en América (Serie de TV)»

1. Buenas noche señor@s, es la primera vez que escribo por aquí.
   
   Simplemente quiero decir que para mi es una seria bastante entretenida. Me gusta el enfoque que tiene, joven, realista y graciosa. En fin es una serie muy digerible.

2. Lo que quiero decir es que la serie no ofrece nada nuevo. Los jóvenes nos podemos sentir identificados, claro, porque sabemos de qué va eso de que nos cierren puertas en las narices o lo de tener que echarle huevos al asunto y enfrentarte a gente con más experiencia que te va a mirar por encima del hombro. Los jóvenes también sabemos lo que es vivir a lo cutre, con el mínimo de pasta en el bolsillo y con cero en la cuenta bancaria. Puede que coger el metro en Sants no tenga tanto glamour como cogerlo en Nueva York, pero para el caso es lo mismo. A lo mejor, en vez de trabajar en una tienda de tejanos de la capital del mundo, la peña aquí trabaja en el Stradivarius o el Bershka mientras sueña con un futuro mejor, pero también viene a ser lo mismo.
   
   Esta serie pretende ser fresca e innovadora mostrándonos lo que es enfrentarse al fracaso y seguir adelante. Pues yo para eso ya tengo mi día a día, buscándome mi propia vida en Europa. Y lo mismo la gente que se busca la vida en la vida en Japón o en Australia. Es más o menos la misma historia de cualquier país capitalista y competitivo.
   
   Si mezclaran todo eso con situaciones que nos arrancaran una sonrisa (ya no digo una carcajada, fijaos cómo bajo el listón), con algo que se saliera de lo común, la cosa sería diferente. Pero no me interesa ver a una panda de pardillos haciendo lo mismo que hacemos mis amigos pardillos y yo aquí mismo. Es que para eso no me hace falta poner la tele.

3. ‘How to make it in America’ podría decirse que es un retrato generacional. Veinteañeros a los que el sistema engulle (genial guiño el de las camisetas diseñadas por ellos: New York City eats it’s young, New York se come a sus crías). Sin oficio ni beneficio, pero con mucha ilusión entre medias. Optimismo inherente al sistema, tratar de salir de abajo para estar arriba. Buscarse la vida, al fin y al cabo, en América. Una América concretada en Nueva York, la esencia misma del sistema. Un New York que se aleja de la típica postal, de la cándida mirada hollywoodense, de la pomposidad y el lujo de la jet set, centrándose más (Julian Farino: creador, Ian Edelman: guionista, Mark Wahlberg: productor), en mostrar el corazón de la manzana podrida, los escondites más oscuros, la sombra de la ciudad. Los empleos precarios, la cultura del ocio (buenas fiestas se dan) y los fracasos sentimentales de nuestros protagonistas, se alternan con galerías de arte, influencias con financieros de Wall Street (buen papel de yuppie el de Eddie Kaye Thomas) y hasta líos con prestamistas casposos. El paisaje interclasista nos expone una realidad: América, la tierra de las oportunidades, no da las mismas oportunidades a todos (y más desde que Reagan llegara al poder).
   
   Con un formato breve de duración (capítulos que van de los 20 a los 25 minutos) y apenas ocho episodios por temporada (sólo he visto la primera), Julian Farina inserta la temática de su serie en la ilusión por triunfar, ganarse la vida y salir adelante mediante constancia, lucha y esfuerzo (más de una anécdota nos dan nuestros protagonistas de ello). No obstante, en el camino contemplamos un paisaje nada halagador, mostrándonos como la lugubridad se come a esa ciudad global. Tampoco conviene desdeñar, como ya se ha dicho, el apartado sentimental, principalmente la relación entre Ben y Rachel. Se añade a todo ello las buenas interpretaciones de un reparto joven y pujante, haciendo especial énfasis en Bryan Greenberg (Ben), Victor Rasuk (Cam) y Lake Bell (Rachel), y una BSO brutal. En fin, retrato generacional (también social) digno de toda admiración.

4. Bueno, bueno, bueno,…una serie de la HBO, con buena crítica y nota en FA, esto promete.
   
   1er capítulo: Pues no es lo que me esperaba…
   
   2º capítulo: hombre, entre que te haces con los personajes y tal…
   
   3er capítulo: no comedia, no drama, no accion, no intriga, no Ci-Fi,…
   
   4º capítulo: ahora vengo,..pero no hace falta que le des al pause, que tampoco me voy a perder nada…
   
   5º capítulo: mi límite mínimo para juzgar las series…
   
   6º y 7º capítulo: oh, venga ya! esto se sabrá en el FA!
   
   Fin.
   
   PD: no recomendada y gran decepción

5. 289/22(28/11/10) Muy entretenida serie, con el sello de calidad HBO, con un aire a ‘Entourage’, también la produce Mark Wahlberg, que explora una cara menos rastreada de Nueva York, no es la pija mirada de ‘Sex in the city’, no es de policías, no es de abogados, no es una sit-com con risas enlatadas, es la de la gente con problemas económicos, gente que tiene que buscarse la vida para salir adelante en la jungla que es esta ciudad, y estos jóvenes protagonistas, Ben Epstein (gran Bryan Greenberg) y Cam (excelente Victor Rasuk), son unos modernos Sancho Panza y Don Quijote, por un lado está Ben que es un tipo mesurado y algo pesimista, que acaba de romper con su pareja, esto le ha dejado tocado, que tiene a su mejor amigo en Cam, un hispano vitalista, siempre de buen humor, es un emprendedor optimista patológico, que busca hacer el gran negocio que le saque de sus problemas de liquidez y cumplir con ‘El sueño americano’, primero vendiendo tablas de monopatín grafiteadas por un supuesto genio, después con chaquetas de cuero compradas a un traficante del puerto para embarcarse finalmente con Ben en diseñar y fabricar una nueva línea de vaqueros, el dinero que les hace falta lo sacan del primo de Cam, René (magnífico Luis Guzman), un mafioso usurero recién salido de prisión, un violento tipo que también tiene su propio empresa en marcha, es la de introducir en el mercado americano una bebida energética jamaicana, ‘Rasta Monsta’. Estas historias se entrecruzan, junto con la de la ex de Ben, Rachel (correcta Lake Bell), diseñadora de interiores una insegura joven que sale con un hotelero, pero que en realidad no sabe lo que quiere, esta historia no está a la altura del resto, con un personaje de Rachel insoportable. Su puesta en escena es magnífica, exteriores de un New York menos conocido, magnífica cabecera en la que a ritmo de una gran música vemos estampas de la ciudad, y es que la música es uno de sus puntos fuertes, así como reseñable es el divertido recurso de mostrar escenas en elípticas sucesión de fotografías, está dotada de una estética y temática que conectará con la gente joven. En definitiva, un serie de las que te transmite buen rollo, dejándote un regusto de optimismo y de que los problemas siempre se pueden superar, y donde se realiza un bello canto a la amistad. Fuerza y honor!!!