Buddhas Lost Children
Sinopsis de la película
Aclamado documental -premiado en varios festivales- que narra la historia de un boxeador tailandés convertido en monje budista en la escabrosa región del Triángulo de Oro de Tailandia. Desde su conversión, se ha dedicado a mejorar la situación de los niños y a viajar a caballo ofreciendo curas médicas, oraciones, educación y amor a los habitantes que están lejos de la protección y el soporte de organizaciones gubernamentales y no gubernamentales. Se dedica, también, a reclutar monjes novicios para su monasterio, el Templo del Caballo de Oro, un refugio para los niños de la región, que ven en él a un chamán, un padre y un guía espiritual. El director Mark Verkerk obtuvo un acceso sin precedentes para filmar esta dramática e íntima historia durante todo un año.
Detalles de la película
- Titulo Original: Buddhas Lost Children
- Año: 2006
- Duración: 97
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Opinión de la crítica
7.2
55 valoraciones en total
El Triángulo de Oro de Tailandia (cuyos vértices son Mai Sai -frontera con Birmania-, Sop Ruak -frontera entre Birmania, Tailandia y Laos- y la antigua ciudad de Chiang Saen – al lado del Mekong con Laos) es una de las zonas más hermosas y pobres de Tailandia. Pero ya no suele ser tranquila, ni insólita, ni tan sorprendente. Centenares de autobuses, furgonetas y coches cuatro por cuatro culebrean entre los austeros poblados de minoría étnica. Son viajeros que sueñan con encontrar esas aventuras de grandes exploradores en mapas donde ya no quedan zonas negras. Sólo el opio daba una pequeña oportunidad a esta vida rural para poder sobrevivir. Hoy, el turismo es la mejor fuente de ingresos para muchos de estos poblados que acogen a viajeros que quieran dormir en los diferentes poblados. Nunca se tiene la sensación de vivir algo auténtico, pero al menos, quiero pensar que una minoritaria parte de los bath de cada turista, sirve para mejorar las durísimas condiciones de esta gente.
Khru Bah es monje budista que lucha contra este tráfico de opio y que intenta, dar un futuro a cientos de niños de las diferentes minorías étnicas que habitan en estas escarpadas montañas. Durante un año, la cámara de Mark Verker sigue a dicho personaje y nos descubre, que otro tipo de educación es posible. Una educación no basada en el aprendizaje de datos, ni en la competitividad. Es una educación que se basa en crear personas autosuficientes, en darles unos valores éticos, y en ejercitar no la superación, sino el buen uso de las cualidad que cada niño tenga.
Una educación basada en el esfuerzo, en el trabajo físico -que a ningún niño mata si sus condiciones son óptimas- y en el refuerzo positivo. Es la educación a la que se debería volver en las aulas. Mejor, es la educación que necesitan cientos de padres. Cuando ellos la tengan asumida, que eduquen a sus hijos, porque hay padres que se creen a pies puntillas que la educación es cosa de los profesores. Pues no señores: en el colegio no se educa. En el colegio se enseña. El monje Khru Bah nos demuestra que educar a adolescentes es posible.