Buck Rogers: El aventurero del espacio
Sinopsis de la película
En 1987, la NASA envía al espacio profundo la nave de prueba Ranger III. Por una lluvia de meteoritos, la nave se desvía de la órbita planeada y queda a la deriva por quinientos años. Su único ocupante, el capitán William Buck Rogers, es hallado en animación suspendida por una nave del Imperio Draconiano, en el año 2491. Una vez descongelado, el confundido Buck se entera que los Draconianos, un pueblo belicoso, planea un ataque e invasión sorpresa a la Tierra. Buck escapa en el Ranger III y llega a nuestro futurista mundo, donde es recibido con cierta desconfianza por las autoridades, pues sospechan que sea un espía del Imperio Draconiano. Pero conforme se adapta a este mundo del siglo XXV, va ganando amigos que prestan oidos a sus advertencias, justo cuando la nave Draconia está orbitando el planeta Tierra.
Detalles de la película
- Titulo Original: Buck Rogers in the 25th Centuryaka
- Año: 1979
- Duración: 89
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Opinión de la crítica
5.7
55 valoraciones en total
Uno de los recuerdos de infancia más prístinos que guardo de este querido y poco explotado personaje, es un rocambolesco y ortopédico baile que se marcaba con la sensual y malvada princesa Ardala, vigilados en todo momento por el siempre malvadísimo Henry Silva, este Buck era un savage de la vida que duda cabe. ¡Como para no recordar esto con una aviesa sonrisa!
Pues bien, investigando el asunto descubrí yo que había un episodio piloto de hora y media que había visto incluso pases en cines, me dispuse a buscarlo, verlo y recordar aquellas añejas secuencias. Y lo que encontré es digno de perplejo visionado, las bizarras y vetustas andanzas de este James Bond cósmico de «patacón» solo inducen a la risa estertórea al comprobar la gran cantidad de licencias y plagios baratos que se toma en pos del entretenimiento banal y despreocupado en medio de una cascada de televisivos efectos de 1979 a cada cual más esperpéntico y que dio como resultado una tele serie de dos temporadas.
Pero no nos llevemos a engaño, el Rogers del bueno de Gil Gerard tendrá sus décadas encima pero cae entrañable, por su carisma, por las estupendas y aguerridas partenaires encarnadas por Pamela Hensley (Ardala) o Erin Gray (Mayor Deering), caía simpática por sus naves de cartón, sus melodías psicodélicas y su galería de personajes, que incluía pintorescos amigos, enemigos salidos allende las estrellas y robots en clara alusión a la «sci-fi» que mandaba en la época. Star Wars y Star Trek han dado mucho, mucho juego para estos ejercicios de ciencia ficción pulp y chana que en aquellos entonces nos hicieron soñar despiertos.
En fin, que se lleva un dos que esconde más cariño que el frío dato estadístico, pues el primer recuerdo siempre es el que queda pero que siendo sincero con uno mismo no se merece más!!
A raíz del éxito de La guerra de las galaxias, el guionista y productor Glen A. Larson decidió dar el golpe, tanto en cine como televisión, con Galáctica de (1978) y al año siguiente con esta Buck Rogers. El aventurero del espacio, aunque su mayor éxito sin duda sería El coche fantástico, la serie con David Hasselhoff ya en los años ochenta, y que durante cuatro temporadas fue emitida en todo el mundo. Pero tanto con Galáctica, el Universo en guerra como con Buck Rogers. El aventurero del espacio repitió la misma fórmula: el episodio piloto colocarlo en salas de cine como si fueran largometrajes, arropados por la Universal, y así lanzar sus series posteriormente.
La jugada salió bien, económicamente hablando, ya que por ejemplo Buck Rogers. El aventurero del espacio recaudó en cine más de veinte millones de dólares de la época solamente en Estados Unidos. Creo que entre ambas me quedo con esta última, ya que el desparpajo y el sentido del humor supera a Galáctica, que en todo momento pretendía que se la tomaran en serio, y creo que ese fue su mayor error. De ese fallo aprendieron series posteriores de ciencia ficción como por ejemplo V.
La figura de Buck Rogers proviene del mundo del cómic en 1928, una creación de P. F. Nowlan, como tira para periódico, y, a pesar de no ser tan conocida entre nosotros, anterior incluso a Flash Gordon.
Los protagonistas son: Gil Gerard fue el guapetón elegido para interpretar al capitán Buck Rogers, todo un machote al que algunos televidentes confundían con Lee Majors, cosa que realmente ocurría y que yo desconocía. Hoy día no elegirían un actor de pelo en pecho o le obligarían a depilarse. El vello, para el público norteamericano y esto no es ninguna broma, se ve casi pornográfico. En estos tiempos de estúpida corrección obligada ocurre más que nunca, y ejemplos en el cine hay miles. La malvada princesa Ardala es Pamela Hensley, cuyo físico pareció inspirar a los que seleccionaron a Jane Badler para el personaje de Diana de la serie V, y a la cual sacan como si se tratara de un film bíblico o peplum, con esclavas que le liman las uñas, le peinan o dándose un baño, aunque no de leche. La tercera en discordia es la coronel Deering (Erin Gray), con un cierto parecido a Lauren Tewes, la que encarnaba a Julie en la serie Vacaciones en el mar, aunque sin su cierto estrabismo, que tan atractivo en algunos actores y actrices resultaba para los americanos en el siglo pasado. Eso sí. Afectadas por la era disco más que por el género sci-fi al que pertenecía la serie, no se escatiman en cardados de la época y pintalabios con mucho brilli- brilli, acrecentado todo por la bisutería y adornitos que en la actualidad parecen comprados en una tienda de chinos.
De secundarios, entre otros, Henry Silva, que con esa cara tan característica, siempre hacía de ser inquietante o directamente del malo de turno, Tim O´Connor, o Felix Silla, el que se lleva el más difícil y mejor papel de reparto, el robotito Twinki, que se nota mucho que es un enanito vestido de traje metalizado y que hace un ruidito que, supongo, haría reír a los más pequeños. El Bidi- bidi- bidi característico de Twiki parece sacado del tema de La Cenicienta de Disney Bibbidi- bobbidi- boo y que fue nominada al Oscar como mejor canción.
El vestuario fue el utilizado para Galáctica y eso se nota en cómo le quedan los uniformes a algunos de sus actores, unas camisetas con pliegues raros y a las que les han puesto en uno de los bíceps un anagrama con un arcoiris, muy bonito, y que hoy día quedarían como un distintivo de gay friendly.
En resumidas, dirigida por Daniel Haller con rutinaria profesionalidad, creo que con el tiempo ha ganado en simpatía, como se demuestra en sus títulos de crédito, a lo James Bond, muy choni, con el nombre de nuestro héroe en luces blancas y chicas que parecen rondar el orgasmo, y como decíamos al principio, con más desparpajo del que hoy día se ve en ninguna producción, y con unos respetables efectos especiales teniendo en cuenta su presupuesto.
Mero pasatiempo al que no se le puede pedir mucho y que es ideal para ver en compañía con ganas de disfrutar y punto de pitorreo, sin plantearse nada.
Y pasamos brevemente a su spoiler.
Hay películas y series con fecha de caducidad y otras imperecederas. Buck Rogers es de las primeras. Ver esto a día de hoy sin haber tenido contacto antes es como ir a ver una crucifixión sin ser romano, como masturbarte con una barra de pan sin de griega, como comer caca de foca mezclada con grasa en un tupper sin ser esquimal, como momificar a tu abuelo sin ser egipcio o como cortarte un dedo por una conducta inapropiada sin ser Yakuza. Es decir, No hay nada a nivel técnico ni artístico que conecte con una persona que vive en el siglo XXI. Más allá de la nostalgia o del interés cinematográfica no aporta nada.