Bosque de sombras
Sinopsis de la película
Norte de España, finales de los 70, el verano más cálido de los últimos años. Norman (Paddy Considine) y Lucy (Virginie Ledoyen) son un matrimonio inglés que no atraviesa su mejor momento. Unas vacaciones junto a unos amigos, Paul (Gary Oldman) e Isabel (Aitana Sánchez-Gijón) pasa por ser la solución. Alejados de Londres, lo que se presenta como un idílico fin de semana de naturaleza y caza en el caserío recién comprado por Paul, no acabará como ellos hubieran deseado. El choque cultural con los lugareños encabezados por Paco (Lluis Homar) y el encuentro fortuíto de una casa abandonada, desencadenará una espiral de violencia entre ellos.
Detalles de la película
- Titulo Original: Bosque de sombras (The BackWoods)
- Año: 2006
- Duración: 96
Opciones de descarga disponibles
Si quieres puedes descargar una copia la película en formato 4K y HD. Seguidamente te mostramos un listado de posibilidades de descarga directa activas:
Opinión de la crítica
5.6
49 valoraciones en total
Bosque de sombras comparte demasiados lugares comunes con Perros de Paja , el excelente film de Sam Peckinpah. Es una lástima, pues a pesar de tener una factura impecable en todos los sentidos (fotografía, sonido, interpretaciones…), la película de Koldo Serra pierde mucho interés en la inevitable comparación…
Especie de Perros de paja a la vasca, recorrido por el espíritu del Western por sus masculinas rivalidades forasteras.
Mi idolatrada Virginie Ledoyen está perfecta en un papel no muy simpático, con el que emula admirablemente a la inolvidable Susan George de Perros de paja, con esa peligrosa sensualidad entre consciente e inconsciente, que pone los cimientos para la confrontación…
Lluís Homar, tan grande como siempre en su papel de temible criatura rural.
Quizá el mejor papel, porque viene a ser el de Dustin Hoffman en la película de Sam Peckimpah (el pusilánime que termina explotando) lo tenga Paddy Considine, pero el actor no le saca todo el partido que podría.
Muy adecuada la ambientación en los 70 (y no sólo porque ayuda a enlazar con el espíritu de Peckimpah):
Al no quedar muy bien esa España negra frente a esa Europa más avanzada (encarnada en Oldman, Ledoyen y Considine) siempre queda el consuelo de que eran otros tiempos. Consuelo tal vez artificial.
Eso sí, tampoco se puede decir que la película sea maniquea: los supuestos buenos (extranjeros) no están exentos de turbiedad, y los supuestos malos (los lugareños vascos) también tienen destellos de humanidad.
La ambientación salvaje, verde, animal y neblinosa, colabora lo suyo al desasosiego.
Aunque para terrorífico el doblaje: supuestamante los protas hablan inglés, y no se entienden con los hoscos lugareños, que hablan español, pero con el doblaje todo Dios habla perfecto castellano. Pff, muy mal…
Cuando uno se introduce en ella, es prácticamente imposible esquivarla o salir ileso ya sea físicamente o mentalmente. Y así lo mostraron John Boorman con su excelente Deliverance o Sam Peckinpah mediante su magnífica Perros de paja .
De esa idea, y adquiriendo muchos préstamos de los dos films mencionados anteriormente, Koldo Serra saca un partido que, si bien no se vislumbra en su arranque, debido a lo exasperante que puede resultar el personaje interpretado por Oldman o la irregularidad de la trama, sí llega a adquirir cotas más altas a medida que avanza, mostrando sin complejos y con dureza las consecuencias de la violencia y los actos que pueden llegar a ser perpetrados tras el manto de la misma.
La labor realizada tras las cámaras resulta muy digna, prácticamente de artesano, ya sea por ese logrado movimiento de cámaras cuya sencillez logra hacerlo todo más palpable, por esa banda sonora angustiante en diversos momentos o por el desarrollo de la acción, que resulta vivaz e intranquilizante, haciendo de esta obra un interesante manjar para todos aquellos que vivan con intensidad las propuestas sobre la condición humana.
Quizá el mejor adjetivo para definir el film del debutante Serra sería incómodo, puesto que pese a la sensación de deja vu que puedan llegar a producir determinadas secuencias, logra su objetivo con creces sirviéndonos un áspero duelo donde su elemento principal, la violencia, parece no tener fin.
Todo ello bajo un elenco prácticamente de lujo, donde destacan un gran Considine y Lluís Homar, muy inspirado, que hacen de Bosque de sombras un buen retrato sobre la naturaleza del ser humano y los desencadenantes de susodicha naturaleza.
Tolerando algún que otro fallo de raccord, meritoria cinta de cine español.
No suelo leer las críticas de otros usuarios antes de confeccionar las mías porque no me gusta dejarme influenciar por nada ni por nadie. Obviamente, no se trata de un acto de prepotencia. Todo lo contrario. Solo intento aportar mi granito de arena evitando, en la medida de lo posible, que mi opinión se vea prostituída ante la retórica de cualquier frente abierto de antemano.
He de admitir, sin embargo, que no siempre logro respetar esos buenos propósitos. Algunas veces le echo un vistazo a los títulos para prevenir cualquier posible repetición y otras veces un vistazo más minucioso tan sólo pretende esquivar reiteraciones y reincidencias cargantes y anodinas.
Así pues, procuraré ser consecuente y no hacer referencia a Perros de paja ni a Deliverance.
Me limitaré a loar el debut en la dirección de Koldo Serra porque su peli me ha gustado. Y me ha gustado porque, como buen thriller, Bosque de sombras es inquietante, angustioso, frenético y delirante. En este mismo orden. Me ha gustado porque su realizador respeta los tiempos y gestiona la tensión como mandan los cánones: sin prisa pero sin pausa. In crescendo. Como lo haría cualquier director maduro, con mucha mili y los huevos pelaos de tanto sentarse en la silla de tijera.
Tal vez para ser una ‘opera prima’ la peli de Serra no sea esa obra íntima y personal que muchos hubieran querido pero… ¡qué coño!, visto el panorama en estas latitudes (comedias tontorronas, historias de la posguerra, idas de olla almodovarianas y fuegos-de-artificio-de-jóvenes-realizadores-que-se-las-prometían-felices-y-nunca-más-se-supo) resulta sumamente estimulante que vayan emergiendo en nuestra filmografía vernácula trabajos como La noche de los girasoles o la cinta que hoy nos ocupa. Una respetuosísima revisitación o recreación del más puro y genuino thriller setentero. Un homenaje, vaya. Un trabajo sobrio, firme, que no pretende engañar a nadie y que en lugar de vendernos la moto, opta por mostrarnos unas credenciales francamente irreprochables.
Y es que este vasco (de apellido catalán, por cierto) apunta maneras. Poco importa que lo que nos cuente o como nos lo cuente no sea del todo novedoso. Y menos para un peckinpahiano como yo. Su método y su discurso es tan válido y legítimo como la de cualquier otro porque, entre otras cosas, es efectivo. Yo compararía a Serra con aquellos pintores barrocos españoles que viajaban a Italia para inspirarse en los maestros del cinquecento. Solo espero que con el tiempo logre encontrar un estilo propio. Probablemente así ya no dependa más de que ese marmitako salvaje a base de Peckinpah, Oldman, Homar y compañía le salve de nuevo la papeleta.
Koldo Serra me interesa, sobre todo por su tan atractivo como tramposete corto El tren de la bruja, pero Bosque de sombras no me resulta una película interesante.
Serra resulta llamativo por intentar realizar cine perteneciente a otra época (Perros de paja o Deliverance). Por mostrar lo que es un acertado ejercicio de estilo resuelto con pulso y buscando la época cinematográfica que quiere emular en la propia historia, pero en sí Bosque de sombras nunca puede resultar tan interesante como los filmes de Peckinpah o Boorman al ser una simple (y acertada en cuanto dirección) copia y existir otros referentes del cine moderno como Un plan sencillo, Fargo o la también española La noche de los girasoles – más modernas e interesantes.
Una buena labor interpretativa y técnica para una ‘curiosidad’ muy aceptable y que sirve para tener en cuenta y seguir a este director en un futuro.