Brokeback Mountain (En terreno vedado)
Sinopsis de la película
Verano de 1963. Dos vaqueros, Ennis Del Mar y Jack Twist, se conocen mientras hacen cola para ser contratados por el ranchero Joe Aguirre. Los dos aspiran a conseguir un trabajo estable, casarse y formar una familia. Cuando Aguirre les envía a cuidar ganado a la majestuosa montaña Brokeback, entre ambos surge un sentimiento de camaradería que deriva hacia una relación íntima. Al concluir el verano, tienen que abandonar Brokeback y seguir caminos diferentes.
Detalles de la película
- Titulo Original: Brokeback Mountain aka
- Año: 2005
- Duración: 134
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Opinión de la crítica
Película
7
48 valoraciones en total
No está mal pero tampoco os paséis. Entiendo que no haya pelis de amor gay y por ello a todo el mundo le parezca que esta película es un peliculón. Lo novedoso en estos tiempos que corren puede ser tanto bueno, como malo, y Brokeback Mountain -el título en castellano es horroroso- no es ni de lejos una obra maestra. Es un buen film de un buen director y con un argumento notable.
Lo que sí espero es que nominen a Heath Ledger -el vaquero rubio- a mejor actor y le den uno o dos Oscars porque lo cierto es que lo borda. Pero seguramente la academia nominará o al que interpreta a Capote o al que interpreta a Jonhy Cash, dos actores haciendo biografías. El año pasado se lo dieron al pianista negro. Merito? Ninguno. Interpretar la vida de alguién es mucho más facil que interpretar a un vaquero guaperas y gay. De eso podéis estar seguros. Es parco en palabras pero interpreta fantásticamente la ambigüedad de su personaje: duro y enamorado de un hombre. Y la forma de encarnar su dolor es de diez.
Lo que no me gusta es la manera en que se desatan las hostilidades y los botones del pantalón en la tienda. Antes no ocurre nada significativo para ese salto. La fotografía pudo haber sido mucho más potente en determinados momentos, pero resulta bastante fría en general. También le sobra media hora. El final le sube un punto. Triste film.
PDT: Por cierto chicos… esta peli va del amor entre dos tíos, no? Joder, pues ni me he enterado. El amor es amor. Como si se follan a una oveja. Qué más da?
Quién me iba a decir a mí que una película de Ang Lee, director que hasta ahora no me había llamado mucho la atención, iba a emocionarme de esta manera. Quise ignorar toda la avalancha de elogios que se vertieron sobre esta obra en las semanas anteriores a su estreno para no provocarme expectativas imposibles de cumplir pero, visto lo visto, creo que no hubiesen sido necesarias tantas reticencias. La película es tan buena, tan hermosa, tan brutalmente honesta y sincera en todo lo que cuenta, que por mucho que mi imaginación volase siempre se habría visto recompensada por esta incomparable maravilla que es Brokeback Mountain, sin lugar a dudas la mejor historia de amor que han visto estos dos ojos en mucho tiempo. ¿Por qué será que las películas que más perduran en la memoria son aquellas cuyo desarrollo dista mucho de parecerse al esquema rancio y encorsetado que llevan años vendiéndonos desde Hollywood? Tierno, duro y profundamente triste, el film exuda amargura de principio a fin a través del relato de estos dos hombres que se ven forzados a ocultar (e incluso negar) el único sentimiento veraz e irrenunciable que, a lo largo de los años, ha llenado de sentido sus áridas y solitarias vidas. Es estupendo ver como la película trasciende las etiquetas que algunos se empeñan en colgarle, supongo que para poder menospreciar los logros de una obra absolutamente universal y transparente en sus variadas propuestas temáticas.
El film dará mucho que hablar (ya lo lleva haciendo durante meses), pero no por la polémica vuelta de tuerca a los cánones más clásicos y obtusos del western americano, mostrándonos sin dobles lecturas esta desgarrada historia de amores prohibidos, sino porque es bellísima y está narrada con una sobriedad y buen gusto (algunos la tacharán de fría) que para sí quisieran muchos cineastas actuales, tan perdidos en efectismos, truculencias y excesos visuales de todo tipo. Ang Lee da toda una lección de narrativa clásica que hoy en día apenas puede verse entre tanta artificiosidad formal, propia de realizadores pretenciosos con permanente vocación de arte y ensayo.
Es muy valiente por su parte abordar temas (¡aún hoy!) tan controvertidos y hacerlo además abandonando los absurdos clichés que rodean los filmes de temática (directa o indirectamente) homosexual. El resultado es, ni más ni menos, una de las películas más logradas, contundentes y demoledoras del año. Para quitarse el sombrero de cowboy.
Existen 2 posiblidades de adaptación al cine. Adaptar un material extenso, que inevitablemente deberá ser sintetizado para ser transferido a celuloide, y por otra parte, y aunque no sea muy común, cabe la posibilidad de adaptar un material reducido que deberá ser amplificado por los guionistas del filme en cuestión. Este último tipo de adaptación fue la realizada por Larry McMurtry y Diana Ossana tomando como punto de partida un relato breve de la ganadora del premio Pullitzer, Annie Proulx, titulado Brokeback Mountain. Desde su génesis, el guión fue vagando de despacho en despacho, de cajón en cajón, hasta que unos productores tuvieron los suficientes cojones como para enfrentarse al establishment y sacar al western del armario.
Y Fue el taiwanés Ang Lee quién entendió que detrás de tanto ruido latía el corazón de una historia descarnada, dolorosa, vibrante. Y a partir de ese momento consiguió la cuadratura del círculo, logrando el milagro: en septiembre se alzaba con el León de Oro en la Mostra de Venecia. Tras 5 meses de premios, Jack Nicholson apareció en el escenario del Kodak Theatre para otorgar el último oscar de la noche, abrió el sobre, esgrimió una de las sonrisas más maquiavélicas que he visto en mi vida, y su gran boca de Joker pronunció Crash. Y sí, se produjo una colisión
Brokeback Mountain es en última instancia un espléndido guión engrandecido por la brillante dirección y la infinita sabiduría del que posiblemente sea el último gran clásico (teniendo en cuenta que Clint Eastwood es el penúltimo), una banda sonora preciosa (merecidísimo oscar para Santaolalla por mucho que los puristas se tiraran la manta a la cabeza), que alcanza su cima en el viaje de Gyllenhaal a México, y sobre todo en la última escena, una fotografía nítida, en perfecta sintonía con los hermosos parajes que retrata (Rodrigo Prieto es, de lejos, uno de los mejores directores de fotografía del mundo), un diseño de vestuario cuidadísimo, un reparto arriesgado que resulta perfecto de principio a fin, unos flash-backs demoledores y paradigmáticos, un retrato preciso y efectivo de la familia americana, de la América profunda, de la situación de los homosexuales, de la hermosa decadencia de los cowboys, del paro, de la pobreza, de la clase media-baja, del mundo agrario, del sexo de todos los tipos y colores.
He tenido la ocasión de revisar esta película en su versión original tras haberla visto inicialmente doblada. Si la primera experiencia fue ya absolutamente impactante, en ésta he sacado una conclusión y es que estamos ante la más grande obra maestra de la historia.
La autenticidad que transmite es brutal, Ang Lee dirige con una conmovedora honestidad, sin trucos ni alardes, contenido y sobrio al máximo, con una técnica perfecta que no se nota pero que provoca que el relato apunte directamente al corazón.
Los silencios, las miradas, lo dicen todo, la cadenciosa música de Santaolalla subraya tenuemente cada momento de emoción, todos estos elementos nos van provocando un pequeño desgarro que va abriendo poco a poco una profunda herida.
Heath Ledger con su timidez, autocontrol y parquedad, Jake Gyllenhaal con su pasión contenida y su intensa mirada, crean a dos seres auténticos que traspasan la pantalla y nos comparten su íntima realidad.
La película termina, pero su recuerdo permanece… y creo que lo hará para siempre.
Amanece. Una nota de música ralla el alba. Un tren que quizá no vaya a ninguna parte cruza la pantalla. Un hombre solitario masca tabaco. Llega una furgoneta. Sale otro hombre. Se miran. Todo se estremece. Bajo las imágenes respira el aliento angustioso de una relación que sólo es de ellos, de Ennis y de Jack
No sé si Brokeback Mountain es una película perfecta, posiblemente no sea así pero para aquel que quiera saber de verdad de que va esto que llamamos cine sólo le queda rendirse ante una de las más bellas historias de amor que las pantallas han visto en mucho tiempo. Porque de principio a fin Brokeback Mountain tiene el sello de las grandes películas, es esta una narración honesta como pocas, sin trampas, siempre sobria, contenida y austera. No hay grandes pasiones desbocadas, ni melodramas inacabables, no hay tampoco héroes, ni personajes que se rebelen contra la moral dominante. No, lo único que hay es la vida en si misma: El estremecedor y sincero romance de dos personas que se aman de la única manera que saben, porque no les enseñaron otra, porque no les queda otra
Más allá de su apabullante revisión del western, género por excelencia de la masculinidad idealizada, Brokeback Mountain se mueve en el terreno de la dignidad humana, y en el de una realidad en la que los sueños han sido proscritos a un lugar con forma de montaña porque no hay espacio para ellos en nuestra vida . Es en ese espacio majestuoso, robado de nuestra imaginación y reubicado en un lugar perdido de las montañas rocosas donde la historia de Ang Lee crece hasta convertirse, sin decir una sola vez te quiero, en uno de los más grandes relatos de amor que aquí el que firma ha visto nunca
Y que digan que esto no tiene pasión…