Bowling for Columbine
Sinopsis de la película
Famoso documental que aborda la cuestión de la violencia en América. ¿Por qué 11.000 personas mueren cada año en Estados Unidos víctimas de las armas de fuego? Los bustos parlantes vociferan desde la pantalla de TV echándole la culpa ya a Satán ya a los videojuegos. Pero, ¿en qué se diferencia Estados Unidos de otros países? ¿Por qué Estados Unidos se ha convertido en responsable y víctima de tanta violencia? Bowling for Columbine no es una película sobre el control de la venta de armas, es una película sobre el miedo de 280 millones de norteamericanos que se sienten más seguros sabiendo que la tenencia de armas es un derecho consagrado por la Constitución. En este incisivo y tragicómico estudio de la violencia y su relación con las armas de fuego aparecen personalidades como Charlon Heston, George W. Bush o Marilyn Manson. Ganó numerosos premios en USA al mejor documental -entre los que destacan los prestigiosos National Board Of Review y el Chicago Film Critics Awards-, así como el premio a la mejor película extranjera -compitiendo con largometrajes- en los César de la Academia Francesa de Cine.
Detalles de la película
- Titulo Original: Bowling for Columbine
- Año: 2002
- Duración: 120
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Opinión de la crítica
7.7
49 valoraciones en total
Podrá gustar o no la manera como Michael Moore defiende sus tesis, pero lo que es indiscutible es que a todos nos gustaría haber tenido a este rechonchito cineasta como profesor, ya que no importa lo que explique… siempre lo hace entendible, divertido y -sobretodo- interesante. Y esto es algo realmente encomiable.
‘Bowling for Columbine’ se divide en dos partes. En la primera se deja latente la obsesión de los americanos por las armas, que llega a extremos surrealistas, como el del banco que regala un rifle a quien abra allí una cuenta corriente, o también el hecho de poder comprar en cualquier supermercado munición de todos los calibres imaginables. Ésta obsesión pretende ser justificada por el pasado violento del país, por las películas de acción que año tras año inundan las pantallas de cine, por la diversidad étnica… razones que quedan banalizadas al comprobar como en otros países con las mismas características, el número de muertes por arma de fuego se queda en prácticamente nada si lo comparamos con los escalofriantes 11.000 de Estados Unidos.
Es en la segunda parte del filme donde Moore saca a relucir todo su genio, pues da con una explicación que hasta la fecha ha creado escuela: la llamada política del miedo. Una política especialmente usada por las últimas administraciones americanas, que da un excelente resultado a la hora de tener controlada a su población, pero que por el contrario lleva a un inevitable estado de -injustificada- psicosis generalizada. Y es que en un país que vive bajo la supuesta y continúa amenaza de incontables enemigos invisibles, no es de extrañar que sus habitantes hayan encontrado en el revólver a su más fiel compañero.
Aunque Moore halle en él mismo a su peor enemigo (a menudo su ego le supera), consigue triunfar gracias a su gran lucidez e ironía, que convierten a ‘Bowling for Columbine’ en uno de los mejores y más comprometidos documentales de la historia del cine. Y de paso, nos regala un puñado de momentos para enmarcar, como las entrevistas al injustamente satanizado Marilyn Manson y al presidente de la NRA (National Rifle Association) Charlton Heston. También hay que destacar la explicación al más puro estilo South Park de la anteriormente citada política del miedo y un breve pero demoledor repaso a la chapucera política exterior durante el siglo pasado de la supuesta policía del mundo.
Con todo ello, Moore se anota un antológico strike, no dejando ningún bolo en pie… o lo que es lo mismo: no dejando títere con cabeza. Sí, ‘Bowling for Columbine’ es uno de estos filmes imprescindibles para ayudarnos a entender el demente mundo en el que vivimos.
Buff, cuidado con Michael Moore, es un arma de doble filo. Estoy de acuerdo con él en casi todo lo que nos dice aquí, pero no en la forma. Me parece excesivo el sensacionalismo y morbo que utiliza para ofrecer los datos, el mismo sensacionalismo y morbo que critica ferozmente de las noticias norteamericanas, haciendo uso de los casos aislados y sucesos mórbidos como ellos, con un estilo muy similar al utilizado por la prensa amarilla. Veo que cae en el mismo error que la gente a la que critica. Si por un lado nos quiere mostrar el estado de miedo en el que vive EEUU, Moore nos transporta a otro en el que parece que todos y cada uno de los estadounidenses sean marionetas potencialmente peligrosas que duermen con una Magnum del 45 debajo de la almohada.
El ejemplo más crudo de este sensacionalismo lo veo en la parte en la que entra a un centro comercial con un chaval en silla de ruedas por un disparo de arma de fuego. Allí utiliza la desafortunada situación de este chico para coaccionar a la ex-directora de relación con los medios del centro comercial para que retire la munición que tiene a la venta en su establecimiento. Hay mil ejemplos más, como la manera de utilizar los datos de muertes por arma de fuego (en cómputo total, en vez de por porcentaje), de presentar los daños provocados por las guerras perpetradas por EEUU, el estilo rebuscado de hacer las entrevistas, aislando las preguntas y respuestas que a él le conviene obtener haciendo uso de una labia exquisita. Demasiado subjetivismo, creo que Moore debería haber sido más neutral abordando el tema, sin defender a unos o a otros, simplemente debería haberse limitado a documentar.
Repito, no estoy de acuerdo con las formas de este documental, pero Michael Moore, sin embargo, tiene razón en todo lo que dice. Son ciertos, por desgracia, todos los datos y sucesos que nos expone dejándonos helados ante tanta información desalentadora.
Creo que este documento es muy útil, es interesante, y en cierto modo no deja de ser verdad todo lo que nos cuenta. En mi opinión, creo que la prohibición de la venta indiscriminada de armas debería estar vigente en todos los países del mundo, o por lo menos en aquellos que presumen de ser civilizados. El problema de EEUU es la mentalidad, y no cambiará hasta que no dejen de creerse los matones del recreo, alguien que sabe que conseguirá lo que quiera utilizando la fuerza bruta. Un poco más de humanidad, por favor.
Documental que nos hace ver que el llamado sueño americano, puede convertirse en una pesadilla, Estados Unidos por décadas se ha erigido como el símbolo del desarrollo y como la única superpotencia a nivel mundial que existe hoy en día, tristemente en América Latina algunas personas les gustaría seguir este estilo de vida lleno hipocresía en donde el lujo y el consumismo es lo que priva, Bowling for Columbine desnuda una cruel verdad, muchos americanos se han vueltos paranoicos con el terrorismo y necesitan defenderse, el asunto de las armas de fuego tratado de manera magistral este tema solo es el trasfondo de lo que nos trata de decir el film, los norteamericanos viven atemorizados y a veces ni saben el porque de esto.
Michael Moore refleja lo que puede hacer el miedo a la gente, haciéndolas personas inseguras que pueden arremeter de manera violenta por quienes se sientan amenazados siendo el blanco fácil de esto, personas como los árabes, negros, latinos y cuanto grupo étnico les resulte distinto, todo esto acompañado de un sensacionalismo mediático, me pareció interesante la apreciación que le hace Moore a un productor de televisión para que haga un programa con arrestos de criminales de cuello blanco, la repuesta de el productor no pudo ser más sincera, esto no seria entretenido.
Los medios de comunicación no solo son blanco, de la crítica de Michael Moore, los programas sociales de este país también reciben su dosis, es triste el caso de la madre que por causa de sus tres trabajos casi no veía a su hijo y que al final el infante mato a un a niña de tan solo seis años, aunque es claro que Moore no los responsabiliza directamente, en donde factores como la política belicista y el sensacionalismo mediático, se combinan para generar esta situación de pánico.
Moore en su documental trata de encontrar respuestas a la tragedia de Columbine, no señalando a tal o cual sino que trata de hacer un trabajo de investigación dirigiéndose a las fuente más directa, lo jóvenes, así que amigos Latinoamericanos, por favor vean este documental que les mostrara que la llamada superpotencia mundial no esta muy alejada de los problemas que se sufren en el mal llamado tercer mundo, no piensen que es odio a los estadounidenses es rechazo a este sistema de vida que se nos quiere implementar en nuestros países.
El entorno en que se desenvuelven los documentales suele ser, cuanto menos, arbitrario. No hay mas que comprobar como unos buscan tu atención con una narración pretendidamente confusa e inconexa para encontrar tu cara de estupefacción o de estreñimiento (temas como la astrología, los números gigantescos o las palabras elevadas, por ejemplo), otros la buscan con problemas sociales que atestiguan ser tan hirientes que acaban por descolocarse de su intención de análisis y de la búsqueda de tu sensibilización sobre el asunto. Otros, como todos sabemos, te son encasquetados después de comer para darte a conocer que la raza humana es una ignorante, al pensar que somos los seres mas poderosos del planeta, en relación con el virtuosismo con que actúan algunos animales, pero que por lo general suelen ser fallidos en pos de una agradable arcada o de un rápido movimiento de muñeca para cambiar de canal.
Y solo nos queda el grupo en que se encuentra esta maravilla de documental: ese en que el realizador te expone los acontecimientos contrastados en multitud de fuentes para buscar como único objetivo la cruda veracidad y el conocimiento accesible para el ciudadano poco exigente, en que el tipo que firma llega hasta donde haga falta para dar la noticia (el que firme documentales salvajes no necesita hacerle preguntas al hipopótamo afectado, en un supuesto) jugándose su reputación y su integridad, en que se convierte, por medio de técnicas visuales, paciencia e imaginación, un argumento tan delicado en un show cómico que no pierde su concesión de denuncia en el proceso. Es decir: el grupo de Michael Moore.
Sin apenas florituras, con mucha concisión y economicidad, realiza el documental definitivo para comprender por fin lo que se cuece al otro lado del charco.
No descarto el certero intento de tipos como Sam Mendes en su ópera prima, pero en general los directores yankis que pretenden exacerbar a su país practican su actividad a modo operístico, cosa que evita un Moore mas visceral para quedarse bajo tu piel.
La letra pequeña, por así llamarlo, creo que se encuentra en la ejecución de las entrevistas callejeras (dada la naturalidad con que filma Moore, es difícil saber si fueron desechadas escenas por desajuste de respuestas, por reacciones amenazantes de los entrevistados. Pero ahí está el apabullante realismo de la obra, vaya).
Ya escribió Bloomsday sobre la desembocadura, o la alimentación con que realizaba sus obras Abbas Kiarostami, al estar unas apoyadas por la anteriores. Muy posiblemente ocurra lo mismo aquí: sin Bowling for Columbine, no hubieran existido Farhenheit 9/11 ni Sicko.
Y probablemente, aunque es una suposición propia, Gus Van Sant no hubiera hecho Elephant si no se hubiera comunicado lo que pretendía hacer Moore.
Elijan cuál de las opciones les parece mejor para que les cuenten la historia. Yo hace tiempo que elegí las dos.
Los propagandistas que se enriquecen con la mentira me irritan. Y eso que comparto la condena que hace este Follonero XXXL de la posesión de armas. Sólo me ha gustado la importancia que concede al tratamiento de la delincuencia en los medios, ya que, mientras los delitos han ido decreciendo, los telediarios se han convertido en auténticas crónicas de sucesos para acojonar a la ciudadanía. Y la aparición de Marilyn Manson, un provocador con las cosas bastante claras.
Me irrita que Moore aproveche la matanza en un instituto para vomitar su propaganda, entrelazando complejos asuntos socioeconómicos con la política internacional de los últimos 200 años. Agita algunas evidencias, otras medias verdades y varias descaradas mentiras. El montaje es caótico y las líneas argumentales conducen a la confusión, en la que habitualmente pesca este tipo. Mezcla el culo con las témporas, pues nada tiene que ver la omnipresencia de las armas en la sociedad estadounidense con los bombardeos sobre Kosovo o la metedura de pata de Clinton en Sudán.
El tebeo según el cual el miedo llevó a los norteamericanos a exterminar a los indios, esclavizar a los negros e incluso a matarse entre ellos, tiene el mismo rigor histórico que ‘Mortadelo y Filemón’. Por cierto, afirma que fue la esclavitud la que convirtió a USA en la nación más rica del mundo. Ocurrió precisamente lo contrario: el despegue tuvo lugar tras la guerra civil, cuando el modelo esclavista sureño dio paso al industrializado del norte. Moore sabe que la gente lo ignora. Ah, y Gandhi, además de un obseso de la defecación e inveterado machista, era firme partidario de la libertad de armas. O al menos eso dejó escrito.
Otras manipulaciones flagrantes: el KKK y la NRA nada tienen que ver: la NRA fue fundada, entre otros, por U. Grant, que se afanó en exterminar a los racistas encapuchados. La verdad es que Heston resulta patético, un analfabeto prepotente y sin argumentos –no hay muchos-, que ni siquiera se ha preparado la entrevista. Otra cosita: Moore sugiere inclinaciones racistas del actor, cuando es notorio que apoyó en los 60 la lucha por los derechos civiles de los negros. En cuanto al niño que dispara sobre otro menor, se omite que el arma había sido adquirida ilegalmente por un tío del niño homicida, que se dedicaba al tráfico de drogas.
Moore toma sus datos sobre homicidios de las estadísticas hospitalarias, que incluyen todo tipo de muertes por arma de fuego (defensa propia, accidentes, delincuencia, actuaciones policiales), mientras que para el resto de países se ofrecen cifras de fuentes policiales. Obviando, además, cualquier proporcionalidad de población entre las distintas naciones.
Armas no, mentirosos, tampoco.