Blackfish
Sinopsis de la película
Tilikum es una orca que fue responsable de la muerte de tres personas, entre ellas una experimentada entrenadora. Blackfish muestra las consecuencias, a veces devastadoras, de mantener a esas inteligentes y sensibles criaturas en cautiverio.
Detalles de la película
- Titulo Original: Blackfish
- Año: 2013
- Duración: 83
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Opinión de la crítica
Película
7.3
89 valoraciones en total
Es un buen documental, es ameno, es sincero, es doloroso y es efectivo.
Pero su importancia reside en la pregunta última que deja al acabar, ¿Esta es la educación que queremos darle a nuestros hijos?, Que pueden disponer de uno de los animales mas majestuosos, mas feroces e inteligentes, del lobo del mar como un mero entretenimiento, un payaso para nuestro disfrute, para cubrir la monotonía de nuestras vidas.
Porque el mayor logro del documental no es mostrarnos la realidad de la vida de las orcas en estos lugares, su mayor logro es hacernos pensar algo que no queríamos pensar. Son muchos quienes al ver este tipo de documentales comentan algo escandalizados que ellos no tenían ni idea de que las cosas eran así, pero la verdad detrás de esa frase, la verdad mas oscura y dolorosa, es que no querían verlo, no querían pensarlo, porque todo aquel que vaya a un circo y vea un elefante montando en bicicleta, una orca saludando con la aleta, la primera pregunta que aparece en nuestro cerebro aletargado es ¿que hace un animal así, ahí?, pero la relegamos con otras miles de preguntas que nos invitan a pensar y aplaudimos extasiados cuando el león se convierte en un lindo gato.
Porque la verdad, señores, es que pensar no es fácil, ni cómodo, porque pensar incomoda, nos hace darnos cuenta de la realidad y nos deja dos opciones o actuar o comportarnos de la misma manera con la constante sensación de saberse inconsecuente. Pensar no es fácil, mucho menos en esta época donde todo esta diseñado para que no nos planteemos nada de la esencia, de la razón de las cosas que ocurren a nuestro alrededor y así pasa nuestra vida, sintiendo mas profundamente el enfrentamiento entre dos personajes en cualquier programa de tele-realidad, que las noticias o la vida real que la contemplamos como quien mira llover.
Gabriela Cowperthwaite (que debutó en el largometraje en 2010 con el documental City Lax: An Urban Lacrosse Story) quedó conmovida con la muerte de Dawn Brancheau, una reconocida entrenadora del parque SeaWorld en Orlando, Florida. Gabriela había asistido muchas veces a SeaWorld y había disfrutado como muchos otros de sus espectáculos marinos, desde niña y ahora como madre que lleva a sus hijos.
Pero este incidente y el misterio que lo rodeaba la llevaron a investigar. ¿Por qué en un lugar donde suceden los sueños de miles de niños hay cabida a estos traumáticos sucesos? ¿Cómo es posible que en un complejo tan preparado como SeaWorld, con entrenadores cualificados y animales tan felices pueda revelarse a su cuidadora y causar un trágico accidente? Éste es el germen del documental, que acabó siendo casi una defensa al medio animal.
Si el año pasado te estremeciste tras el accidente que tenía el personaje de Marion Cotillard con una orca en De óxido y hueso, no puedes perderte Blackfish.
Tilikum es una orca que ha matado a varias personas a lo largo de su vida en cautividad. ¿Qué lleva a un animal, de inteligencia demostrada como las orcas, a atacar a la mano que le da de comer? Cowperthwaite explora este y otros temas relacionados, apoyándose con entrevistas de ex entrenadores de SeaWorld o pescadores de orcas. Poco a poco se va viendo como el idílico mundo de los parques acuáticos no es tal y que se intenta maquillar estos accidentes para no dañar la imagen del parque.
El tratamiento emotivo del tema hace que reflexionemos sobre nuestro papel en el mundo con relación a otras especies. Hechos como oír a una orca llorar por haberle arrebatado a su cría encogen el corazón.
Quizás el no tener bien claro el punto final del documental, sino que se haya yendo creado según la investigación ha dado como resultado un film un tanto partidista, acrecentado por la negativa de SeaWorld a ser entrevistada para la película, pero el propósito por el que está hecha y el cariño a lo que cuenta son suficientes para olvidarlo.
Pero no sólo es el cariño lo que sustenta el documental, ofrece imágenes impactantes y poderosas, tanto de incidentes en shows, ensayos u orcas en su hábitat natural que harán las delicias de los amantes de la naturaleza.
Blackfish (que es el nombre que le daban los nativo-americanos a las orcas, a las cuales tenían gran respeto por su gran tamaño) fue presentado en Sundance, y aunque el premio se lo llevó el documental Blood Brother, su nombre ha cobrado gran notoriedad, recibiendo muy buenas críticas tanto en Metacritic como en Rotten Tomatoes.
Es así que John Lasseter y Andrew Stanton cuando la vieron, decidieron cambiar el final de Finding Dory (película en la que estaban trabajando, continuación de Buscando a Nemo) y modificar la descripción del parque marino que sale en la película.
Y es que tras ver Blackfish, es prácticamente imposible volver a mirar con los mismos ojos a los zoos y parques acuáticos.
Un documental de denuncia, contra este maldito sistema capitalista, donde el dinero es más importante que la vida de personas, engañadas o por lo menos faltos de toda la verdad, y por supuesto, contra el maltrato animal, en este caso una orca, y su explotación, sin tener en cuenta si ese animal tiene derechos o sentimientos.
Los que amamos a los animales, rara vez comprendemos, ciertos comportamientos tan abusivos por parte de ricos nefastos insensibles, de falsas asociaciones pro animales y por supuesto de organismos estatales, se entiende, que de transfondo, está el beneficio, el capital, el euro o dólar, por ello vivimos en este sistema, pero las cosas se podrían hacer de forma muy diferente, el gasto es mayor, pero los beneficios, para todos a la larga también sería mayor para todos, esto es mi opinión personal y por supuesto no aparece en el documental, pero como esto es para opinar, ahí la dejo.
En fin, es lo qué hay, y mientras exista en este mundo, la gran palabra, CORRUPCIÓN, jamás existirá la verdad, justicia y por supuesto compasión, y la única forma de llamar la atención del mundo es con pequeños actos de rebeldía, sin violencia por supuesto, como estos videos documentales y las acciones no violentas, pero lo qué el público realmente ve, es una milésima parte de lo qué realmente sucede. ¡Suerte Mundo!
Decía Thomas Hobbes que el hombre es un lobo para el hombre , y no se equivocaba, pues éste documental demuestra que algunos hombres no entienden qué es eso del contrato social (y lo extiendo a animales) o la conciencia, o el corazón… porque solo entienden de dinero, de codicia y ambición. Aunque ello suponga tratar de dominar y domesticar a animales salvajes que acaban por volverse en contra de aquellos que pretenden dominarlos, de forma violenta y agresiva con fatales consecuencias.
En ese sentido hay que reconocer que este es un documental necesario y valiente, pues algunas imágenes de archivo son bastante duras y acusadoras. Por supuesto ninguno de los responsables del parque acuático quiso ser entrevistado para el documental. Y España no se libra, pues también aparece un lamentable episodio relacionado con el Loro Park de Tenerife y su sección acuática, que es realmente muy muy duro de ver por los testimonios de los protagonistas.
Porque seamos claros, un animal salvaje es un animal salvaje y cómo tal, nunca se puede aspirar a controlarlo porque esa aspiración de control ni siquiera podemos tenerla sobre nuestras propias vidas. Sin embargo, el control y la ganancia económica a través de ese control es a lo que aspiran los dirigentes de este tipo de parques, y eso solo puede traer consecuencias terribles. Porque ya no hablamos de ataques, sino de muertes.
Las orcas siempre me han parecido animales magníficos y mamíferos no muy diferentes del ser humano. Viven en sociedades, formadas por familias, distribuidas en grupos diferentes, como los seres humanos, cada una con su lenguaje propio, su tribu o su estructura social.
¿Entonces cómo se puede aspirar al control de animales salvajes de diferente procedencia que tienen que convivir juntos en una mini piscina de la que no pueden escapar si alguno se cabrea con el otro? Obviamente eso degenera en lo que degenera, ataques entre animales, que luego se trasladan a los shows y a los entrenadores. Entrenadores por otro lado muy coaccionados por los dirigentes para sacar el máximo posible de los animales con la máxima rapidez, sin importar separar a madres de sus crías (durísimo también ese fragmento), o sin importar frustrar al animal a través de ejercicios mal recompensados y mal comprendidos.
Lamentables por otro lado las explicaciones grabadas de algunos responsables acerca de las causas de los incidentes y muertes (aclaro en spoiler). Y emotivas las declaraciones de los ex-entrenadores de orcas que decidieron levantarse en contra de esa explotación animal, de esa política del todo por el todo sin importar las consecuencias.
Le doy un 9, puede que formalmente sea corto y directo (apenas dura hora y veinte), pero en cuánto al fondo, no es todo lo perfecto que debería, pues lamentablemente le falta esa otra parte para contrastar opiniones. Una parte que, cómo explican en el documental, no se prestó a ser entrevistada, obviamente. Pero por lo demás, necesario, valiente, arriesgado, con escenas muy duras (la de la ballena herida por otras ballenas y expulsando sangre a borbotones, cualquiera de los ataques a sus entrenadores…), comentarios y entrevistas muy muy sinceras y honestas (los propios cazadores se avergüenzan y se arrepienten, aunque tarde, de lo que hicieron), y declaraciones emotivas que conducen a una clara reflexión: los animales salvajes, y en este caso animales tan grandes y magníficos como las orcas, no han nacido para ser enjaulados, expuestos, entrenados o ser parte de un negocio, no. Han nacido para ser libres y poder disfrutarlos en la naturaleza. Porque si no los dejamos en paz, ellos se encargarán de que los dejemos en paz.
Y lo harán por las malas, porque ellos son más grandes, más fuertes y rápidos que cualquiera de nosotros.
Me han machacado bastante por esta crítica en otras páginas, así que probablemente me van a caer mil negativos, pero muchas gracias si me lee alguien y me valora positivamente!
No le puedo poner un diez por su lenguaje marcadamente televisivo y la manera sesgada en que se afronta un tema que quizá merecía un debate más abierto. Esta película aborda el problema de la inmoralidad en el trato a animales salvajes para espectáculos familiares o circenses de una forma muy focalizada: se habla de una sola especie (las orcas), de una única compañía mercantil (SeaWorld) y sin contraponer debidamente todos los puntos de vista (esto es más comprensible, claro)…
Vale, Blackfish no es una obra perfecta. No obstante, sí creo que merece el calificativo de NECESARIA, con mayúsculas. La película denuncia unos hechos sobre el que la sociedad en general sufre una enorme desinformación, motivada por el interés de grandes compañías y administraciones que no quieren que se les estropee el negocio.
Seguramente, la humanidad tiene problemas más acuciantes que el maltrato animal en dolfinarios, y quizá por ello la gente en general no es tan receptiva ante las llamadas a la movilización. Ello justifica sobradamente el lenguaje impactante y directo del documental. En cualquier caso, es difícil imaginar comportamientos tan aberrantes, crueles, injustificados e hipócritas como los que se ponen a la luz en Blackfish . Se maltrata animales de manera incruenta y salvaje, cada día, justo al lado de nuestras casas. No hay excusas. No vale decir candorosa e ingenuamente que todo se hace por hacer felices a los niños. Tampoco vale ya la excusa de hacernos creer que un delfín en cautividad lleva una vida despreocupada y feliz. El único móvil es el económico. Y eso hace que, al final, los accidentes y pérdidas humanas se conviertan en meros gastos de explotación. Aberrante.
Algunas escenas son durísimas y sobrecogedoras: en especial, las que se refieren a la separación entre madres y crías. En cuanto a las imágenes de vídeo sobre los ataques a cuidadores, el gran mérito de la película es que el punto de vista del espectador queda alterado. Vemos situaciones espeluznantes de animales y cuidadores en las que ambos, de algún modo, son víctimas…
En fin, una buena película que llama al activismo, siquiera por omisión. En España en general y en Cataluña en particular llevamos años debatiendo sobre los espectáculos taurinos, y casi en todas las ciudades hay parques acuáticos, zoos y circos en donde seguramente se maltrata animales de una forma gratuita y cruel, sin que nadie parezca haber caído en la cuenta. No creo que los animales, como tal, tengan derechos , pero sí creo que el hombre tiene el deber moral y legal de respetar y conservar el planeta y a todos los seres que habitan en ella. Blackfish es una película que DEBE verse. Y quizá habría que empezar por las escuelas…