Black
Sinopsis de la película
Narra la historia de amor imposible entre dos jóvenes que pertenecen a bandas urbanas rivales. Mavela, 15 años, origen africano, es una Black Bronx del barrio de Matonge, y Marwan, un magrebí 1080 del distrito de Molenbeek Saint-Jean. Cuando ambos se enamoran —en comisaría— hasta el extremo de emprender una relación clandestina, la lealtad hacia el clan pandillero les plantea un serio conflicto, no sólo íntimo. Porque ser miembro de una banda implica serlo para siempre, y abandonarla resulta inviable.
Detalles de la película
- Titulo Original: Black
- Año: 2015
- Duración: 95
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Opinión de la crítica
Película
6
72 valoraciones en total
Pais
Directores
Actores
- Aboubakr Bensaihi
- Ashley Ntangu
- Axel Masudi
- Brahim El Abdouni
- Brandon Masudi
- Emmanuel Tahon
- Eric Kabongo
- Faysel Ichakarene
- Glody Lombi
- Jérémy Zagba
- Kobe Van Steenberghe
- Laetitia Nouhhaïdi
- Lorris Masudi
- Marine Scandiuzzi
- Martha Canga Antonio
- Natascha Boyamba
- Sanaa Alaoui
- Sanaa Bourrasse
- Simon Frey
- Soufiane Chilah
- Théo Kabeya
Desapasionada rebelión belga.
¿Estaría Shakespeare orgulloso de este contemporáneo Romeo y Julieta?, ¿de su fuerza, carácter y localización ubicada?
De la Italia de su tiempo a la Bélgica actual, cuna de radicalización religiosa, de violencia extremistas y de clanes pandilleros procedentes de una desconexión social, exclusión laboral, vacío moral y desestructuración familiar que les convierte en grupos cerrados, de apoyo incondicional entre sus apadrinados miembros, esos eternos hermanos de alma para lo bueno y lo malo, al tiempo que incluye su no leída letra pequeña, ese ser esclava servicial de una angustiosa cárcel coercitiva, de atrape y desconsuelo peligroso, por la osadía de intentar abandonar a la familia adoptiva, pues sólo la muerte separa el matrimonio de sangre establecido entre ellos.
Se elige el estatus social opuesto, la marginación y las dificultades económicas van más con los tiempos, esa frustración y pasotismo de una sociedad que te arrincona y en la que no encajas, aunque el fondo y recorrido no cambie ni una coma.
Dos jóvenes coinciden, se conocen y gusta, nada malo en principio, hasta que entra en acción la presión de alrededor, esa que dicta orden y sentencia a ejecutarse.
Música seductora para una ciudad que enamora con su habla fotográfica, fiel reflejo de una criminalidad juvenil, vandalismo urbano a cargo de adolescentes que se burlan del sistema, que no valoran el peligro y sus consecuencias, que viven al límite de un impuesto desmadre, sin rumbo ni sentido, que marca sus existencias.
Atraviesa los clichés clásicos con rápida ligereza, flojedad generalizada para diálogos sin calado ni consistencia, únicamente lenguaje corporal escénico inunda la pantalla, obligación de paso necesario para llegar al asunto importante, los golpes, las peleas y el amor imposible, su lectura es relajada y adivinable, sabes lo que hay/sabes lo que viene, todo con corrección de intenciones/con suavidad de aspirado latido, establece el camino sin mayor registro que observar lo sabido y esperar que suceda, sin inquietud ni escándalo.
No puedes dejarlos, ellos deciden, y Adil El Arbi y Bilall Fallah deciden coger una mítica historia y expresar su corazón potente con llaneza pasiva, una propuesta más de un relato mil veces contado, sin decibelios que deslumbren o ardor que queme, de hecho nunca llega a encenderse ningún incendio, pues su fuego es tan tenue y convencional, que los bomberos no hacen falta.
Aunque hayas nacido aquí, eres diferente, siempre serás un extranjero, no seas flamenco, recuerda que eres negro de otra tierra, odio, venganza, protección, asalto, una combativa combinación caótica, cuya línea de separación es el atrevimiento y ofensa de llevar la contraria y decidir por ti misma, eres de una banda, ya, por nunca más, tocarás en solitario.
Lo mejor, la fotografía de una trama que sigue dando mucho juego.
Lo peor, correctos ingredientes, de libro teórico, para un plato sin sabor ni fascinación en la práctica.
lulupalomitasrojas.blogspot.com.es
Flojo drama suburbano esta Black de Adil El Arbi y Bilall Fallah, segundo largometraje juntos antes de ponerse a las manos de la vuelta de Axel Foley en la cuarta entrega de Beverly Hills Cop. Tras coincidir en una comisaria arrestados por diferentes motivos, Marwan (Aboubakr Bensaihi), un joven marroquí de la banda de los 1080 y Marvela (Martha Canga Antonio), miembro de los africanos Black Bronx empiezan una relación a escondidas de sus compañeros a sabiendas de lo que puede llegarles a ocurrir si cualquier se entera de ello. Una pseudo Romeo y Julieta modernos situados en dos barrios de Bruselas, Molenbek para los marroquíes y Matonge para los africanos. Black es una película convencional y sin apenas fuerza o interés, su mensaje denuncia a la actual sociedad adolescente carece de garra y determinación, ni los episodios violentos resultan efectivos porque no hay ninguna empatía con sus protagonistas, ni tan siquiera entre ellos, no hay química entre los actores principales y sobre ellos gira toda la historia. Los secundarios están de paso, ni la madre de Marvela tiene suficiente protagonismo ni el hermano de Marwan y mucho menos esa ristra pintoresca de matones y pintamonas que pueblan todo el metraje, ninguno tiene el suficiente peso como para importarnos lo que les ocurre. Este tipo de cine critica social de los bajos fondos de una ciudad ya lo hacia en la década de los 70 excelentemente José Antonio de La Loma y sus perros callejeros, aquí esta vez con el aderezo de esa comparación con Romeo y Julieta (hasta se menciona a Shakespeare en la película), West Side Story, The Outsiders de Coppola, la basada en hechos reales Alpha Dog, la española 7 Virgenes o mas recientes como Dope. A mi personalmente me recordó mucho a una miniserie británica que se realizo no hace mucho, Top Boy, de Channel 4, si os gusta este film belga no os perdáis dicha serie. Es entonces Black un intento muy light si por ejemplo la comparamos con la italiana de Sollima Suburra, no la comparare con Gomorra la serie porque esa ya raya a un nivel excelso y el formato televisivo permite un mejor desarrollo de secundarios pero es que en Suburra, en menos tiempo ocurre casi mecánicamente este desarrollo y en Black, por mucho que sus directores intentan e intentan que empatizemos con unos u otros, resulta imposible, tienen muy claro como son los personajes pero no les dan ni los minutos ni los diálogos necesarios para terminar de explotar su personalidad, todo ocurre deprisa y a veces sin lógica alguna. O bueno, quizás haya una lógica racista en según que y que no mostrar. Porque mostrar practicamente completa la violacion de una chica y no de la otra? Es por ser una marroquí y otra africana? Imagino que debe haber algún motivo para que esto no sea como yo estoy pensando aunque…si recuerdo…en la película los marroquíes son mostrados como ladrones de turistas y maleantes capaces de lanzar cócteles molotov a la policía mientras que los africanos son unos vendedores de droga pertenecientes a una organización mafiosa además de unos violadores sin escrúpulos…no quiero pensar mal pero las imagenes y el montaje que también es de los propios directores, esta ahí, no juzgo, solo os cuento lo que vi. Estrenada el pasado 12 de agosto en plataformas online y en España a través de Karma Films, la pelicula dirigida, montada por Adil El Arbi y Bilall Fallah y co escrita por ellos mismos junto a Hans Herbots y Nele Meirhaeghe es una adaptación de los libros Back & Black del escritor belga Dirk Bracke y tiene una duración aproximada de 90 minutos, la banda sonora es practicamente no original y esta repleta de temas de hip hop con bases africanas y árabes. La fotografía si es uno de los puntos destacables de Black, compuesta por Robecht Heyvaert (Baghdad Messi) y ofrece una visión magnifica de Bruselas y de los barrios conflictivos, de sus recovecos y de sus bellas puestas de sol reflejadas en sus empedradas calles. Black es una película carente de interés y su mensaje se queda a medio camino como el propósito de la historia, ni drama romántico ni critica social alcanzan el nivel exigido.
Crítica completa en BLOODSTAB: http://bloodstab.blogspot.com/2016/08/black.html
Con lo que me gusta Ciudad de Dios.
Siempre he sido un poco misántropo, o al menos poco dado a apreciar el comportamiento humano, pero creo que además me estoy haciendo viejo. Eso, o me estoy acarlosboyerizando. Una de dos. En cualquier caso, voy a optar por la primera opción y escribiré una crítica como si fuese un anciano, alguien que dice frases inconexas, aunque no carentes de sentido, que ya todo le da igual, excepto tener que enfrentarse a los cambios producidos en una sociedad que cada día se distancia más de él.
Me imagino a los directores Adil El Arbi y Bilall Fallah reunidos con el resto de guionistas mientras desarrollaban la idea principal de Black y sus recovecos:
— Hay demasiadas muertes por tiroteos entre bandas en nuestra sociedad, 23 desde 2002, tenemos que hacer algo que conciencie a todos los chavales que crean que estar en una banda e ir de malote mola.
— ¿Y cómo?
— Hagamos una versión de Romeo y Julieta adaptada a nuestros tiempos, un clásico modernizado y que use el lenguaje de la calle. Podríamos crear personalidades más cercanas a la realidad, para ello, cambiaríamos a las familias Capullote y Mongolesco por dos bandos de diferentes barrios y culturas, aunque manteniendo los mismos apellidos, y así los jóvenes se sentirán mucho más identificados con los personajes.
— ¿Y qué podemos hacer para que los protagonistas se conozcan? Los bailes de máscaras ya no tienen el mismo éxito que antes.
— Bastaría con sustituirlo por un encuentro en una comisaría de policía y si eso en el metro, para dar más dramatismo, y así tendremos un romance aún más creíble.
Resulta bastante decepcionante comprobar que estamos ante una historia de amor más cercana a Los Serrano (donde no quedaría mal del todo), que a William Shakespeare, aunque este escritor también destacara por construir protagonistas capaces de resolver sus problemas de las formas más rocambolescas (por no usar otro adjetivo). Por otro lado, la parte de la historia que se centra en la maldad humana, los grupos y la delincuencia, nos aleja aún más de la película, puede que por no tener ningún trasfondo, más allá del conocido o intuido por nosotros. No les conocemos, sólo son gente que pasa por ahí y actúa como cree conveniente, aunque a veces se nos quieran dejar caer algunas respuestas a preguntas que deberíamos hacernos y, no demasiado a menudo, nos hacemos (o se intenta exculpar a los protagonistas de sus pecados). Es decir, al principio los dos personajes principales (Martha Canga Antonio y Aboubakr Bensaihi) hacen lo mismo que los malos, y ellos se lo toman a risa y se lo pasan bien, en cambio, una vez se enamoran, ya no les hace ninguna gracia. ¿Por qué? Porque están enamorados.
Los jóvenes de Black son bastante irritantes. El que no es un malote con ínfulas mafiosas, violento y agresivo, está colocado o borracho, o es un salido que va buscando sexo (a su manera). ¿Qué diferencia a El Padrino o El precio del poder de Black, aparte de lo atrayente de la ambición y el poder mostrado en las dos primeras? Que nadie soporta a los adolescentes, no se soportan ni ellos mismos… y eso no ha cambiado desde los tiempos de Shakespeare (lo que ha cambiado es que al segundo día ahora ya están dale que te pego). No hay demasiada química entre la pareja protagonista, pero sí los suficientes intercambios de fluidos para parecer creíble. Y supongo que como retrato de una porción de la sociedad, Black es un 10, pero un sobresaliente sin ningún atractivo. Unos chicos que siempre tienen un pollo en la garganta listo para ser excretado, y que hace que cuando veo a nuestros dos enamorados comiéndose la boca, sólo pueda acordarme de los lapos que lanzaban antes… Y sin necesidad de beber grog.
Existe una hipótesis de la robótica, llamada Valle inquietante, que dice que cuanto más se parezca un robot a un ser humano, mayor será el rechazo contra él, algo que explicaría, por ejemplo, por qué las cintas de animación con personajes humanos carecen de un realismo completo en ese sentido (ya que no se busca). En cambio, cuando de humanos se trata, parece que cuanto más diferentes sean, más rechazo y odio absurdo habrá entre ellos. Quizá por eso Mefistófeles ha abandonado su forma humana y se ha convertido en arma de fuego. Ahora compra almas a cambio de balas y facilita que otros se acribillen a balazos. A él no le importa ese final, a los participantes de los tiroteos parece que tampoco, igual porque se creen que es una película y que la vida vale poco o no termina, al ser ellos los protagonistas, que las demás personas están ahí para satisfacerles. Habría que preguntar a sus familias. Lo jodido es que Black muestra una realidad, con estos personajes y sus hábitos, difícilmente soportable para el espectador. No importa lo cierta que sea esa realidad, y sea cual sea el discurso que hay detrás del guion, y tenga la dirección que tenga (más que correcta), y haga el uso que haga de los recursos que tiene (la ciudad que lo ve todo como si hubiera una pantalla delante)… el resultado final es bastante irregular, con un clímax que obtiene lo opuesto de lo pretendido, mezclando lírica bucólica, abstracción y tiempos muertos musicales algo carentes de sentido.
(Sigue en Spoiler sin spoilers)