Bigfoot: The Lost Coast Tapes
Sinopsis de la película
Sean Reynolds, un ambicioso presentador de televisión, se embarca en una misión para desenmascarar al popular investigador de Bigfoots Drybeck Carl, quien dice poseer el cuerpo de un Sasquatch muerto. Sin embargo, cuando Drybeck es misteriosamente atacado, el equipo quedará sólo, a merced de la realidad. Las evidencias se irán acumulando, la teoría de Drybeck podría no ser un engaño y la existencia del Bigfoot podría ser la menor de sus preocupaciones.
Detalles de la película
- Titulo Original: Bigfoot: The Lost Coast Tapes
- Año: 2012
- Duración: 85
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Opinión de la crítica
Película
3.5
81 valoraciones en total
Pues eso, agonía es lo que sentí yo al ver esta película.
Dentro de un subgénero ya castigado por la repetición y la nula frescura de ideas, esta película destaca, precisamente, por ofrecer más de lo ya visto docenas de veces en los falsos documentales.
Como siempre, las verdaderas escenas de terror son limitadas. En este caso tan limitadas que son, exactamente, cero.
– Los supuestos sustos se basan exclusivamente en dar gritos y correr de aquí para allá con lo que las cámaras, lógicamente, no captan ni una escena nítida: suelos, techos, paredes, las que quieran.
– Guión pésimo (por decir una cosa, dejan la furgoneta abandonada y llevan a los protagonistas con capucha para que no conozcan el camino, pues… cuando les entra el canguelo, deciden ir a buscar la furgoneta… y se van, sin necesidad de que se les indique el camino)
– Actores… lo de siempre, amiguetes y secundarios mal dirigidos.
– Diálogos absurdos (los personajes cambian de opinión cada dos minutos… lo único importante parece ser vociferar, imagino que para dar más miedo …)
Ya no tengo ganas de hablar más. No lo merece. Por no verse no se ve ni al maldito bigfoot… o lo que sea (spoiler).
Lo bueno que tiene el found footage es que desde que un falso documental se plantea así, uno ya sabe el resultado, y las malas decisiones que los protagonistas hacen inevitablemente en las cintas de este género, sabemos que van a tener las consecuencias que tantísimo deseamos en otros géneros sin ver nuestras plegarias atendidas. Aquí, tus malas decisiones e ideas se pagan, la vas a palmar, chaval.
En el que nos ocupa, un equipo de más o menos éxito televisivo en California decide entrevistar a un zumbado rural que asegura ser el descubridor de un cadáver de Bigfoot. Se van con una furgo cochambrosa a mitad de los extensos bosques californianos y lógicamente se pierden y encallan el vehículo. Pero bueno, el zumbado aparece y ojo: les requisa los móviles y les pone un saco en la cabeza a cada uno para que no descubran su remota y escondida vivienda . Muybien por ellos. Ya sabemos, acabarán pagándolo. El resto de la cinta es lo esperable, de factura decente, eso sí, con interpretaciones polares y bipolares.
Lo mejor: Corta, poco intensa y no demasiado ofensiva al ánimo cinematográfico.
Lo peor: Pues eso, es de lo peorcito de un subgénero en alza que no sé cómo siempre encuentra financiación.
No decepcionará en absoluto a los fans del género.
A los que pocas veces nos gusta (Mandy is missing se salía) nos parecerá más de lo mismo. Y eso, amigos, acaba cansando.
No esperes otra basura «Willow Creek», que a mí, sin dejar de gustarme —me resultó pasable— sí que me pareció que era lo mismo de siempre. Unos en el bosque oyendo ruidos dentro de una caseta de campaña. Esta, en cambio, tiene, buenas actuaciones, buen guion, buenos giros de guion, buenos personajes por los que sufres si les pasa algo, no como en la otra que te gustaría que el Big Foot les metiera la mano por el recto la sacara por la boca y les diera la vuelta cual episodio de «Los Simpsons», y actores buenorros, en especial el prota y su amigo, y la chica pues a mí me pareció bastante guapa la verdad, imagino que si el protagonista está todo «hot» la chica pues debe de estar al mismo nivel.
Unos chicos que ruedan un webisodio, si no entendí mal, intentan demostrar que una persona que les llamó afirmando que tenía el cuerpo de un Big Foot, les miente. Una vez allí y de buen rollo, la cosa se empieza a enrarecer cuando oyen gruñidos y ruidos de desplazamientos por la vegetación. Sin ser buena, creo que tiene algo de suspense, cosa que me encanta, y además, mucho humor, que siempre te la hace más llevadera. Aparte de esto, las actuaciones son de alto nivel, se nota que quisieron hacer algo serio y no una chapuza.
Yo se las recomiendo, creo que les puede sorprender gratamente, no hagan caso de la nota que las he visto muchísimo peores que esta con más nota. Si tuviera que comparar esta película con la música lo haría con el álbum de Devendra Banhart «Mala», que es pues eso, interesante en su conjunto aunque haya canciones que te gusten menos. Si quieres saber qué tema escogí ve a mi canal de YouTube, busca esta crítica y podrás oírlo. Encontrarás mi canal en mi perfil de FilmAffinity.
Volvemos al género del metraje encontrado , que tantos y tantos films está generando últimamente, siendo la mayoría bastante decepcionantes.
En este caso la excusa es el mito del Bigfoot, mito alrededor del cual se han rodado nada más y nada menos que tres films en el año 2012, dos ellos con la tarjeta de presentación del manido ya, found footage. Esta es floja, bastante floja no creo que la otra, Bigfoot County, (Stephen Stewart, 2012), que tratare de ver, sea mejor, lo dudo.
El género esta explotado ya en exceso, y pocas se salvan de la quema, y el mito del pobre Bigfoot, esta explotado aún más, tanto por films, como por supuestos pseudo-documentales. Aunque aquí se añade algo inquietante al mito, como es el hecho de que según las leyendas indias, los Bigfoot, a ojos de los indios, son como guardianes… para protegernos de lo que viene del otro lado… ¿?… y que esas extrañas luces finales dejan entrever algo extraño, relacionado con esa leyenda.
Al final es lo de siempre, un grupo de cuatro o cinco, en el que uno de ellos es tonto, que es el primero en desaparecer y así sucesivamente, uno tras otro con gritos, movimientos de cámara erráticos, carreras y más gritos…sin llegar a ver claramente la famosa evidence… nunca. Y a eso le añadimos un guion bastante malo, con muchos agujeros que dejan entrever los mismos errores que otras películas similares, y que parece no haber visto previamente el director de este decepcionante film, Corey Grant (Dysfunctional Friends, 2012).
Actores desconocidos, y mediocres, del que solo se salva el guía interpretado por Frank Ashmore, (The Clonus Horror, 1979), que es el único que consigue dar un halo misterioso al asunto, aunque interprete a un personaje mil veces visto en cine y televisión.
Para aficionados irredentos al found footage … como yo, aunque luego le saquemos mil pegas. Por rescatar algo, me quedo con su enigmático título y su aceptable poster, bueno eso… y que por confiarme viendo la flojedad de la película, me lleve un susto de narices que no me esperaba en determinado momento del film, que me dejo riendome de mi mismo.
Así que a cada uno lo suyo.
..y no se la arreglaron. De hecho hay una cuestión conceptual que merece la pena destacar: los found footage son precisamente eso, archivos encontrados. Lo raro de esta peli es que en un momento se filma con tres cámaras distintas cuando los personajes se encuentran divididos en distintos lugares. Esas mismas filmaciones se superponen creando un montaje claro de cambios de plano y de narrador. Supongamos que los que encontraron luego los archivos lo editaron para que quede más bonito, es la única defensa que se me viene a la cabeza para tapar la torpeza de base. Es obvio que ya nada queda de la original found footage (Proyecto Blair Witch) en donde, bien o mal, se nos presentaba un documento en crudo de lo ocurrido. Actualmente asistimos a ficciones normales tomadas a la fuerza con una cámara en mano. El recurso estilístico no funciona para cualquier situación.
Del argumento ni hablar: van a buscar pie grandes y se encuentran con otra cosa. En rigor, jamás veremos nada, y de lo que ocurre detrás solo tenemos indicios vagos. La historia está tomada del modo más folckórico posible, partiendo de supersticiones indias. Punto.
La historia, tal como está contada (economía de recursos, sobre todo de FX), debería recaer en los actores. La forma de la filmación, más sus propios desempeños actorales, los subordina completamente. En fin, que salió todo mal, salvo cierto suspenso bien llevado que termina por derrumbarse cuando ya la peli revela que en realidad no tiene más nada por revelar.