Berlin Alexanderplatz
Sinopsis de la película
Franz Biberkopf, que sale de la cárcel después de una condena por homicidio, se muestra dispuesto a convertirse en un hombre honrado. Primera adaptación al cine de la exitosa novela homónima de 1929 escrita por Alfred Döblin, que también colaboró en el guión.
Detalles de la película
- Titulo Original: Berlin Alexanderplatz. Die Geschichte vom Franz Biberkopf aka
- Año: 1931
- Duración: 90
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Opinión de la crítica
Película
6.4
97 valoraciones en total
Mucho antes de que Al Pacino protagonizase Atrapado por su pasado (1993, Brian De Palma), hubo un hombre que ya sufrió la misma historia que Carlito Brigante en aquella gran película. Se trata de Franz Biberkopf, que suena a defensa de fútbol alemán, pero es un hombre que acaba de salir de la cárcel y la vida le pondrá la vida difícil si quiere ser un hombre honrado.
Basado en la novela homónima escrita por Alfred Döblin en 1929 (quien colaboró en la elaboración del guion), es la historia de como a veces la vida nos pone a prueba en momentos complicados con tentaciones y de la propia persona depende si tiene la voluntad suficiente para pasar la prueba o no. Y nuestro protagonista no lo tiene fácil, da pena de lo que tiene que sufrir cuando solamente quiere ser una buena persona y ganar dinero decentemente, aunque a veces se desvía de ese camino.
Quienes sean partidarios de ver todo tipo de cine sin tener en cuenta época, país, medios o género, esta puede ser una película que les merezca la pena dedicarle poco más de hora y veinte minutos de su tiempo. Tras 88 años de existencia hay filmes que cuentan historias similares, e incluso son mejores (como la del propio De Palma), no obstante para contar con más de ocho décadas de vida, se mantiene sorprendentemente bien, si se ignoran las obvias limitaciones técnicas de la época.
Y sí les suena familiar el título, sí, también es el nombre de una famosa plaza en Berlín.
Berlín es cine. Los planos descriptivos de la ciudad y sus habitantes son lo mejor de esta película junto con la interpretación de Heinrich George como Biberkopf. Viendo ese Berlín bullicioso del propio tiempo del Berlin Alexanderplatz de Döblin me acuerdo de la interesante película El asesino está entre nosotros de Staudte (1946) cuya pronta (y ejemplar como el célebre poema de Niemöller) denuncia de los crímenes del nazismo se enmarca en un Berlín devastado en el que cualquier decorado no sería más que una trágica coincidencia. De un Berlín a otro pasaron muchas cosas pero sólo 15 años.
Llevar al cine Berlin Alexanderplatz de Döblin, Ulises de Joyce o Viaje al fin de la noche de Céline debe ser todo un reto debido a la gran cantidad de elementos literarios que contienen. Jutzi no deja de apuntar algunas líneas argumentales del libro original, pero discretas en su conjunto por su simplificación y su final edulcorado (aunque siempre nos quedará Fassbinder). La novela de Döblin, crítica de un sistema social desigual e injusto y una condición humana desquiciada, eleva a Berlín como gran protagonista y se publicó en 1929 alcanzando más éxito que la película que sólo es dos años posterior. Sin embargo, en 1933, en la Bebelplatz de Berlín, se produjo la quema de miles de libros que los nazis consideraban degenerados marcando el comienzo simbólico del suicidio europeo. Berlin Alexanderplatz, como tantas otras obras, estaba condenada, cosa que, paradójicamente, no sucedió con el director y actor principal de su versión cinematográfica.
Phil Jutzi, comunista comprometido, había realizado interesantes obras como Hambre en Waldenburg (1928) sobre la emigración campesina, El infierno de los pobres o el viaje a la felicidad de madre Krause (1929) obra demoledora sobre la lucha por la supervivencia o documentales como 1º de Mayo sangriento (1929). Pero a partir de 1933 abandonó el llamado cine proletario y colaboró con la Alemania nazi dirigiendo 50 documentales menores hasta 1939 como Las anécdotas sobre el viejo Fritz (1935), El alcohol y el volante (1937) o La malversación de fondos (1938). Murió en 1946 en su Rheinland-Pfalz natal.
Heinrich George, también militante comunista, trabajó con Brecht e intervino en casi 100 películas como Metropolis (de 1926, Patrimonio de la Humanidad de Fritz Lang y Thea von Harbou). Pero también a partir de 1933 pasó a colaborar con el régimen nazi en películas de propaganda como la glorificación de las juventudes hitlerianas (continuación el la línea de Hans Westmar. Uno de los muchos. Un destino de Alemania en 1929) El flecha Quex (1933), la antisemita El judío Süs (1940) y muchas otras. Como Jutzi, murió en 1946 pero en la prisión soviética de Sachsenhausen.