Belgrano: La película (TV)
Sinopsis de la película
Belgrano se centra en los últimos diez años de vida del prócer, creador de la bandera argentina. En 1810, Manuel Belgrano cree que es posible reemplazar la autoridad real –la de Fernando VII prisionero de las tropas napoleónicas– por la de una comunidad de hombres virtuosos que, identificados con la Patria, interpreten con fluidez al Pueblo. Esta convicción guía la práctica política y militar de Belgrano, que lo muestra animado y confiado. Luego llegarán las batallas ganadas, las derrotas, el desencanto, la indisciplina, y el replanteo permanente de sus fuerzas y de sus aptitudes para continuar con la gesta.
Este telefilme cuenta cómo la vida personal de Belgrano quedó rezagada a su vida pública y cómo su virtud patriótica lo obligó a postergar lo privado, sinónimo de pasión individual. Por eso sus amores ocuparon un segundo lugar, recatado, un tanto invisible a los ojos de los demás.
Detalles de la película
- Titulo Original: Belgrano: La película (TV)
- Año: 2010
- Duración: 82
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Opinión de la crítica
6.2
100 valoraciones en total
Tuve el privilegio de asistir hace instantes al estreno mundial de Belgrano en el monumento a la Bandera de la ciudad de Rosario antes unas 15000 personas. No me arrepentí. Buen film biográfico. Corto pero efectivo en su intención, compacto y creíble en la intención de mostrar el perfil humano de uno de los mas grandes próceres de la independencia americana.
Discreto en el montaje, sabe disimular cualquier falencia de presupuesto. Pablo Rago es mejor actor que antes de hacer esta película…sin duda.
Cierto es que conocer algo de historia argentina o no conocerla ,no es indistinto a la hora de disfrutar y de comprender esta película.
Interesante film hecho para la televisión -producida por Canal 7, Encuentro y 100 Bares (Juan José Campanella)- en donde la narración se centra en la parte más humana del creador de la bandera, poniendo énfasis en una supuesta visión de la revolución que era compartida por él y por San Martín (que aparece en un par de escenas, lamentablemente interpretado por Pablo Echarri), según diálogos que se dan en Tucumán y Salta, y que se alejaba de una visión de negocios que tenían los que tomaban las decisiones en Buenos Aires.
Es un film sobre la persona de Belgrano y como se articulan sus sentimientos con los acontecimientos históricos ya conocidos. En esto radica su interés, en acercarlo al público de una manera más simétrica, bajándolo de ese pedestal de prócer. En este sentido lo logra de una muy buena manera, más allá de lo comprobable o no de tales diálogos o visiones.
Es emotiva y la composición del personaje, interpretado -bastante bien- por Pablo Rago, es lo suficientemente diferente de la construcción enciclopédica que resulta en asombro y entretenimiento que caminan juntos hasta el final. Las construcciones de Lamadrid y Dorrego son también llamativas, casi inéditas, sustancialmente diferentes de las pocas líneas que podamos leer en libros de historia.
Los chismes (como hijos de que en realidad son hijos de) y ciertas lecturas que deja a entrever son igualmente destacables, en el sentido de ese entretenimiento antes mencionado.
El diseño narrativo también apunta a diferenciarse de una película con fines netamente históricos, sobre todo en las escenas que vemos a un Belgrano sano (y un poco más joven) discutir, reprochar y recibir reproches de un Belgrano viejo y muy enfermo. Poner en evidencia la mano de Pivotto con esos fondos negros es, quizás, la parte más desprolija y menos estética del film.
Como engrandecer un prócer. Simple mostrando sus logros pero a través de su lado humano.
Sus pasiones, amores, errores, aciertos, su coraje, optimismo, su furia, su compasión, su entrega, su ego, sus temores, su carácter.
Entre con la idea de ver una secuencia de imágenes que me recordaran las figuritas de una revista de escuela.
Salí con la alegría de que por fin se muestra en parte a uno de los más grandes próceres de Argentina. No por el solo hecho de la bandera. Sino por su mente. Por su lucha. Por si idea de igualdad y libertad.
Por que nos lego mucho más que un símbolo. Mucho, mucho más.
Y por el arte en si mismo. Se deja entrever toques al estilo Campanela. El flashbacks correctamente utilizado.
La fotografía muy buena.
El ambiente y las actuaciones más que correctas.
Me impacto desde el punto que no lo esperaba.
El enfoque personal y detallado de sus personajes. Y la forma en que se va construyendo un Belgrano notable y comprometido.
Simple, corta, directa, emotiva.
Una grata sorpresa.
Ver a Belgrano interpretado por Rago es, cuanto menos curioso (por no decir desacertado). Como contrapartida de las viejas películas evocativas de héroes de la independencia argentina, con sus protagonistas en actitudes de bronce , usando un lenguaje algo barroco y diciendo frases célebres, aquí se nota un progreso. Se sale de los estereotipos de próceres acartonados. Pero, paradojalmente, se cae en otro extremo no menos repudiable. Un Belgrano asimilable a cualquier porteño de estos días, de aspecto más bien popular que, francamente, parece un mozo con peinado de peluquería, parodiando un cuadro del prócer. Más allá del dudoso parecido físico -peor aún es ver a San Martín compuesto por Pablo Echarri- no hay que olvidar que Belgrano, así como todos los que llevaron adelante la revolución, en sus cuadros dirigentes, eran la aristocracia de éstas tierras y es inverosímil el Belgrano ajeno a todos los modales de refinamiento y distinción que cabría encontrar en el actor protagónico. Como antítesis, resulta ejemplar la composicion de personajes de distinta extracción social que se ve en El secreto de sus ojos , también argentina y recientemente laureada, con centro de gravitación en el ambiente del Poder Judicial. También es absurdo ver a Belgrano muy débil y expeliendo sangre por su boca y su mujer socorriéndolo con una expresión más bien sensual dadas las circunstancias. En fin, mala, apenas interesante, salvo como curiosidad por todos estos elementos.
A orillas del Paraná Belgrano miró al cielo y de allí creó la bandera . Ciertas veces, lo que aprendimos en los manuales escolares nos recuerda que no todo es exactamente como nos lo enseñaron.
Con un serio revisionismo histórico, Sebastián Pivotto nos muestra un héroe con sus aciertos, sus virtudes, su honor y su patriotismo, pero también dejando expuestos sus errores, sus fracasos, sus debilidades, es decir, su humanidad.
Producción respetable y actuaciones a la medida decoran una historia contada de manera extraordinaria: una dialéctica que recorre los últimos 10 años de la vida de un prócer que merece ser recordado como actor principal en la historia de la Argentina.