BECK: Mongolian Chop Squad (Serie de TV)
Sinopsis de la película
Serie de TV (2004-2005). 26 episodios. Beck: MCS es la historia de Koyuki, un chico normal de 14 años que no parece tener grandes aspiraciones y que se siente deconectado del mundo en general. Tras salvar a un perro raro de unos niños que lo molestaban conoce a Ryuusuke Minami (el dueño), un hábil guitarrista. Tras una serie de eventos Koyuki se ve envuelto en la nueva banda de Ryuusuke: Beck y su vida monótona y gris empieza a cambiar mientras intentan escalar a la fama…
Detalles de la película
- Titulo Original: BECK: Mongolian Chop Squad (TV Series)
- Año: 2004
- Duración: 25
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Opinión de la crítica
Película
7.6
50 valoraciones en total
Mucha gente dice que beck es solo una serie para adolescentes pero yo no lo creo así por que beck te hace pensar en una pregunta que todos nos hemos hecho.¿Cómo será nuestro futuro? .Muchas series no tienen la capacidad de contactar contigo como Beck. Además de tener una banda sonora inolvidable .También hay que destacar los conocimientos musicales que están basados en grandes grupos y las grandes guitarras que son de un gran prestigio.
Además de que si tocas la guitarra te sentirás muy identificado con la serie por que también describe como se siente uno al empezar.
En esta crítica hay algún que otro spoiler.
La historia trata de Koyuki, un adolescente de instituto que no sabe muy bien qué hacer con su vida. Lleva una vida rutinaria, del colegio a casa y viceversa, y poco más. Un buen día vuelve a encontrarse con una amiga de la infancia, queda con ella y sus amigos y ésta le enseña el mundo de la música indie y underground. Por otro lado, conocerá a Ryuusuke, un joven guitarrista que le hará interesarse por la guitarra y, como es muy carismático, Koyuki querrá aprender a tocarla para entrar en el grupo de Ryuusuke, Beck. Además, conocerá a la hermana de Ryuusuke, Maho, con la que empezará una estrecha relación. A nivel argumental, a veces se nota demasiado que es una adaptación de solo 24 capítulos de una serie manga de 34 tomos. Hay momentos que pasan excesivamente rápido y no están tan trabajados como debieran, sobre todo durante el desenlace, donde hubiese sido preferible un mayor desarrollo de la tan ansiada gira por Estados Unidos, que apenas transcurre en los últimos diez minutos del último capítulo. Es cierto que el modo de presentarlo es original, con el tema de las diapositivas y con Koyuki y Maho comentándolas, pero la gira bien se merecería por sí sola como mínimo tres capítulos (o más). Es entonces cuando empiezas a reflexionar y a decirte que quizás la serie no debería haberse alargado tanto con las tramas de instituto anodinas y plagadas de clichés (por favor, estoy cansadísimo de ver a gamberros extorsionando a alumnos tímidos), que no deberían haber tardado tanto en enseñarnos al protagonista interesándose por tocar la guitarra, que no llevaba a ningún lado gastar minutos con tramas románticas irrelevantes, como la de su antigua amiga de la infancia, que no sabes muy bien qué pinta en la historia, o que no se hubiesen liado con la trama criminal de Leon Sykes, que le resta realismo a la historia y ofrece momentos bochornosos, como el del helicóptero. Pese a ello, Beck tiene buenos momentos y hace que veas un capítulo y sigas interesándote en saber qué ocurrirá en el siguiente. El festival Greatful Song está realmente bien, sobre todo cuando el grupo se disgrega antes de la actuación, y Koyuki sale solo a cantar para salvar el grupo y no defraudar a la audiencia y luego vemos como los demás van llegando uno a uno, para sumarse al grupo. El festival está tan bien porque los personajes ganan en profundidad, quizás demasiado tarde, pero la ganan. Por otro lado, la relación entre Koyuki y Maho se aleja de los clichés del shojo y, pese a sus altibajos, avanza de una forma más o menos realista y es de agradecer. Se besan, acto al que parecen alérgicos los guionistas de muchos shonnens, y tienen momentos románticos agradables.
Después están los personajes. Aquí la serie sale ganando, aunque no todos ellos estén tan perfilados como debieran. Koyuki cae bien y su evolución está muy trabajada, los tempos están bien marcados. El protagonista tarda, quizás demasiado, en animarse con el tema de la guitarra y le lleva un tiempo aprender a tocarla, a meterse en el grupo de Beck y a mejorar paulatinamente hasta ponerse al nivel de los demás. Al final, después de tanto esfuerzo, consigue tirar del grupo. Pasa de ser un chico indeciso que no sabe muy bien cuál es su lugar, ni qué le gusta ni qué quiere hacer con su vida, a tipo que sabe lo que quiere, que es capaz de enfrentarse a los reveses típicos de cualquier persecución de sueños, en definitiva, tienes la sensación de que la progresión de Koyuki no se da de golpe. También Maho tiene carisma y Saku cae bien, pero son los demás los que pecan de poco trabajados, como Taira o el oponente de Ryuusuke, que acaba quedándose en nada. Además, algo que me fastidia y mucho de las series de grupos de personajes es cuando no todos interactúan entre sí. Sé que en los grupos de amigos siempre hay alguno con el que no te hablas mucho, pero en una serie valoras el hecho de que todos mantengan un mínimo de relación con los demás. Es de esperar que uno se lleve mejor con otro que es más afín a él, como es el caso de la relación de amistad que se forja entre Koyuki y Saku, pero también esperarías que, como mínimo, se relacionasen con los demás un poco más. Koyuki pasa tiempo con Ryuusuke y con Chiba, pero apenas habla con Taira. Y Saku, más o menos igual.
Pese a los múltiples fallos que acusa la serie, aporta reflexiones interesantes, como cuando tratan el tema de lo importante que es ser uno mismo, por diferente que seas, y que tus gustos no se aproximen a los de la mayoría no quiere decir que seas un bicho raro y que tengas que sentirte culpable por ello. O de perseverar en tus objetivos, a no rendirte nunca y no dejarte amedrentar por aquellos que te pondrán palos en las ruedas. Sin embargo, en este plano no todo es positivo. Me irritó el ambiente pedante que se respira a lo largo de toda la serie, a veces piensas qué tiene de especial mostrarnos a un japonés hablando inglés en plan guay con su familia y si eso aporta algo a la serie, porque la verdad es que poco o nada. Y luego están las referencias musicales, que dan a entender que el mundo de la música indie es mejor y más guay que cualquier otro estilo musical. Estoy de acuerdo en que es un estilo que me satisface, pero no hace falta denostar otros géneros. Enlazando con la BSO, hay temas bastante buenos (la versión original de los temas, no los interpretados por los actores de doblaje, que son flojillos), como Hit in the USA de los Beat Crusaders (el tema de apertura de la serie) o Brainstorm de Justin Cook.
Continúo en spoiler, por falta de espacio.
Ayer navegando por Filmaffinity y mirando mis recomendaciones encontré una serie de televisión que no me sonaba el título para nada, entonces me entró curiosidad para ver cuales eran las series de TV mejores valoradas de FA, así que me puse a mirar. Por mi sorpresa la que me habían recomendado estaba hacia arriba, pero aún me sorprendió más el hecho de encontrar la serie de Beck en el puesto 17. Inmediatamente abrí la página de la serie y le di el voto que se merecía.
Indudablemente esta serie es una de las que mejores que he visto en mi vida, ya que podría decir tranquilamente que fue la impuslora del cambio de mis gustos musicales. Antes de ver la serie principalmente escuchaba la música comercial y rap y después de verla digo bien orgulloso que yo escucho Metal, Rock, Indie, Punk y muchos otros estilos.
Esta serie la empecé a ver porque varios amigos me la recomendaron, pero también porque encontré interesante que estuviera basada sobre un grupo de música, no tenía ni idea de como podría ser así que empecé a verme los capítulos. Una noche bien emocionado me puse a ver el primer capítulo y como un niño pequeño empecé a grabar ese capítulo en mi mente. Entonces vino el segundo. Y el tercero. Y el cuarto. Y el quinto. Llegado a este punto ya no tenía más capítulos bajados, pero tampoco tenía unas ganas locas de ir a buscar el sexto. La animación era mala. La historia dejaba algo que desear y, en general, no me llamaba nada. Pero un amigo me animó a que la continuará, que el principio era lo peor. Confié en ese amigo y ahora le estoy muy agradecido. A partir de ese momento la serie empieza a ganar mucho, y aunque sigue siendo verdad que la animación sigue siendo penosa, la historia es tan buena y los personajes tan carismáticos que te da igual y te obliga a seguir viéndola hasta que te la acabas.
Una vez acabada la serie me quedo una sensación extraña, como si el final no fuera un final, así que pregunté y, como me imaginaba, la historia continúa en el manga. A los pocos días ya estaba al día del manga que me enganchó aún más que el propio anime, aunque no lo parezca es mejor así que recomiendo a toda la gente que no lo esté leyendo que lo lea ahora mismo.
También me gustaría remarcar su tremenda Banda Sonora que es una de mis preferidas y la más escuchada con grandes temas como Face o Slip Out o una de mis canciones preferidas como puede ser Moon On The Water.
En fin, 100% recomendable.
PD: Y si he escrito esta crítica no es porque me apasione escribir críticas, al contrario es mi segunda, sino porque creo que esta magnífica serie se merece esta crítica y muchas más.
Bueno como ya ha habido demasiadas críticas, tanto buenas como malas, hablando de este anime, ahora recién terminado voy a dar con ciertos topicazos (los pongo en spoiler para no alarmar conciencias, y aquí pondré una idea general.
Como ya han dicho, las canciones que salen son bastante buenas. Me resulta curioso que el grupo, pese a tener la etiqueta de indie , sea una amalgama de nu-metal y grunge, los dos únicos géneros que a día de hoy están muertos y enterrados (a falta de que terminen de morir el heavy metal y el punk, en cuanto se disuelvan las bandas clásicas que lo mantienen vivo, ya se llamen Iron Maiden y Metallica o Nofx y Bad Religion). La banda Beck viene a ser la que está llamada a transmitir y cambiar conciencias, a pasar del tema comercial, y es contradictorio cuando la mayoría de sus temas son un bodrio Nirvana total. Las canciones que canta el prota son un pastel terrible, las del Chiba, el Fred Durst japonés, más macarra y menos gilipollas, están todas de puta madre, incluso con alguna reminiscencia punk a la mitad de la serie. Japón, no obstante, musicalmente es muy distinta al resto de países, tiene mucho que ofrecer y muy distinto, y eso se agradece. El tema de la intro de este anime se te queda pegado en la cabeza durante días, pese a ser rollete Green Day, que me repatea, es un temazo como un piano, la verdad. Además ese hit in américa quedaría genial con una retrospección de fotos de yihadistas. Atentos los más freaks al capítulo del festival del instituto, en el que uno de los grupos que sale canta la canción I love love you del juego Jet Set Radio Future, ahí lo dejo.
En fin, la animación, como ya se ha dicho, muy irregular. Hay otro anime que tiene que ver con música, del gran Watanabe, llamado Boys on the slope , en el cual cuando los músicos salen tocando, se corresponde nota por nota con lo que suena, y eso es de agradecer. En esta serie a la animación le faltan frames (dibujos por segundo). Cuando el chinorri aporrea la batería da una ostia y suenan 5, por ejemplo, y eso es de una dejadez que termina por repercutir en la intensidad que reflejan los músicos en el escenario. Esto me estuvo repateando toda la serie. Aun así, por el resto me gustó mucho, al tener un estilo bastante maduro, y un colorido diferente, que le da una atmosfera perfecta. Aunque como han dicho, tiene demasiados altibajos.
Las historietas de amor, muy deficientes, restan intensidad a la serie, pero bueno, supongo que hay que meterlas porque si no el productor te tira el guion a la cara.
El tema de que hablar inglés mole mogollón me dejo un poco roto. No sé si será así en Japón, pero se pasan un poquito. Además ponen a todos los angloparlantes de cretinos totales, soltando todo el elenco de tacos posible del que carece el idioma japonés, sin ton ni son. Esto me parece divertido, no obstante. El acento de los dobladores en inglés, se nota nativo pero muy forzado, no se quien coño grabaría eso.
Hay capítulos muy flojos, que incluso me forzaron a dejar esta serie una temporada, pero después gana mucha fuerza, y resulta muy entretenida, todo hay que decirlo. El Kosyuuke o como se llame, típico emo introvertido molón de las series japonesas, un capullo total. Y el bajista, probablemente el mejor personaje de la serie junto con el batería, pasa por la serie como Pedro por su casa, pero sin pena ni gloria.
Los capítulos del festival de verano, tanto en animación como en argumento, dignos de ver, me pareció que le dieron el empujón total a la serie. Al igual que ese espíritu underground que caracteriza a la banda en todo momento de principio a fin, y esas pequeñas puyas al j-pop cutre que tanto se lleva por allí.
En el anime hay dos chicas pirradas por el prota: Un zorrón que le trata como a una esterilla y una gimnasta rítmica mas maja que las pesetas, adivinar con cual se queda el tontaco.
Ahora una de tópicos animes que me tienen harto:
La serie nos cuenta la historia de Koyuki, un chaval de catorce años que vive una vida más o menos normal, promedio. Koyuki se nos muestra desde el principio como una persona sin metas ni objetivos, una de esas personas que simplemente se dejan llevar y que son infelices sin siquiera saberlo. Por suerte para él, su vida cambia bruscamente cuando se cruza con Ryuusuke Minami, un guitarrista con una personalidad completamente opuesta a la de Koyuki: metas claras, valor y determinación para conseguir lo que quiere. De esta amistad nacerá el interés del protagonista por la música, algo que dará un nuevo sentido a su vida.
Una serie slice of life sobre música, muy entretenida y motivadora, de las que te hacen querer coger una guitarra nada más acabarlas. Los personajes principales funcionan muy bien juntos, cada uno teniendo su propia personalidad, sus carencias y sus virtudes. Diría que lo mejor de esta serie no es la historia en sí misma, sino la forma en la que se cuenta, siendo capaz de transmitir muy bien el impacto que tiene en Koyuki el desarrollo de cada una de las tramas, y haciendo que el espectador consiga sentir su nueva pasión por la música. La evolución de Koyuki con la guitarra (y de Beck, en general) es tratada de una forma bastante calmada y realista. Por otro lado, las subtramas amorosas consiguen darle un toque de emoción a la serie en algunos momentos clave, haciendo algunos capítulos especialmente memorables. La animación no es su punto fuerte, siendo ésta bastante simple y estando algunas escenas animadas en un 3D bastante mejorable. Sin embargo, esto no supone un impedimento para disfrutar la serie, e incluso se le acaba cogiendo algo de cariño a ese estilo old school . La banda sonora estupenda, muy variada y con canciones que no te dejan de emocionar por mucho que las escuches.
Para mí un 8.5.