Battle Royale 2: Réquiem
Sinopsis de la película
Tres años después de los sucesos de Battle Royale, Shuya Nanahara es un famoso terrorista que está empeñado en derrocar al gobierno. Como respuesta, ellos ordenan la creación del programa Battle Royale 2 y enviar a una clase de estudiantes de secundaria para buscarlo y matarlo.
Detalles de la película
- Titulo Original: Batoru rowaiaru II: Rekuiemu (Battle Royale 2: Réquiem)
- Año: 2003
- Duración: 133
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Opinión de la crítica
Película
3.6
53 valoraciones en total
Que las segundas partes nunca fueron buenas es una cosa, pero que sean maliiiiiiiiiiiiiiiiísimas es demasiado. Después de la primera cualquiera se espera que aunque la originalidad ya no le va a sorprender por lo menos le entretenga.
Pretende ser una película de guerra entre adultos y niños, y se convierte en una lucha entre el sopor y el sueño que finalmente nos gana la partida y nos hace perder el ya imaginado final.
El film nos narra cómo, los supervivientes de la anterior película se han transformado en unos terroristas dispuestos a aniquilar a todos los adultos.
El gobierno en este caso selecciona de nuevo una clase, pero no para matarse entre sí, sino para eliminar al grupo terrorista.
Esta secuela, que partia de una base tan interesante como su predecesora hace aguas por todas partes, batallas sin fin y sin sentido, estética de videojuego mezclada con filosofadas sin pies ni cabeza.
La película adolece de todas las virtudes de la original, es aburrida, muy aburrida, una verdadera decepción para todos aquellos que adoraron la primera parte y una mala experiencia para los primerizos en el mundo Battle Royale. Mejor abstenerse de verla.
Enoch
No creo que la película sea demagógica, es más, creo que incluso parodia a los demagogos en algún que otro momento, pero eso no la salva de la quema total, ni eso ni la parodia a sí mismo que se marca Takeuchi. Es social y filosóficamente pretenciosa y no dice casi nada, está llena de escenas calcadas de la primera parte, los actores sobreactuan sin cesar, la acción es vulgar y el guión es absurdo y descoordinado, las explicaciones que se dan de por qué ocurren las cosas son manidas a más no poder, algunos diálogos son de risa y el metraje deja de interesar antes de la media hora (y encima dura poco más de dos). Una secuela nefasta y por completo innecesaria. Un insulto a la primera parte.
Battle Royale fue una de las propuestas más llamativas del cine oriental del 2000. No era original: la idea partía de un híbrido entre Escape de Absolom y un reality teenager que combinaba perfectamente la violencia, el gore, la acción y altas dosis de humor negro que provocaba un entretenimiento y risas garantizado.
Por su parte, Battle Royale II huele a chamusquina en sus primeros quince minutos: sobreactuaciones bochornosas, violencia muy gratuita y un humor negro apenas percibidle. Puede verse como parodia nipona teen de Salvar al soldado Ryan en sus siguientes veinte minutos, pero es imposible de soportar desde ese punto una película con un metraje excesivo: más de dos horas, y con una parte lamentable de demagogia barata sobre el terrorismo.
Que al espectador como a los protagonistas se le haga escoger entre dos bandos: los ganadores y los perdedores, los terroristas y aquellos que utilizan la democracia para invadir y bombardear países cae en un discurso vomitivo de dudable y retorcida moral.
Que segundas partes nunca fueron buenas, puede que salvo excepciones cinematográficas sea cierto. Pero esta segunda parte no es que no sea buena, es reiterativa, aburrida, idiota y dañina.
Su horrible y pésimo final es uno de los momentos más gratificantes para el espectador, precisamente por eso: porque es el final de semejante cúmulo de despropósitos.
Menos mal que vi este bodrio en mi amado y protector de gasto DVD, a veces también me sirve para ver maravillas del cine como El Padrino, ¡Qué bello es vivir!, Ben –Hur…., pero claro esas son mías y no las tengo que alquilar en el video club de siempre.
Volviendo a esta calamidad llamada Battel Royal 2, autentica patata con toques gores, unas estrategias Bélicas que ni Patton en sus mejores momentos y unos diálogos escritos por el mismísimo Woody Allen, hace de esta Niponada, una de las más autenticas Bazofias del celuloide, que se encuentra entre una mezcla de Peligrosamente Unidos (Lewis Teague 1991) y el corto de Stephen King Los niños del maíz (Fritz Kiersch 1984) donde son odiados los adultos (imbécil, que en cuestión de un par de años tu también lo serás, ¿qué harás suicidarte?, mejor haber si acaba pronto esta porquería de película) los quieren exterminar, eso si procrean los japoneses que da gusto, cuantas criaturas tienen para fortalecer un ejercito de torpones.
Al bando contrarío un cocainómano con aspiraciones a jugador de Rugby con una verborrea que atonta por aburrimiento, junto con unos soldados dispuestos a todo por ganar una guerra a cuatro mocosos con fusiles, que por cierto nunca se les acaba la munición ni aun estando en una isla desierta, para ello tienen que obligar a otros críos que no saben aun que es una maquinilla de afeitar, pero si lo que es tinte para el pelo, ya que para diferenciarse entre ellos se ponen peinados, estilo Llongueras y tintes estilo Lucia Bosé.
Una de las cosas más deprimente es cuando los empiezan a nombrarlos, uno por uno (al principio del film), una retahíla de nombres, incomprensibles para todo oído no acostumbrado a tonos nipones y caras parecidas (de ahí los tintes y melenas ridículas de los críos), se hace interminables, vamos que si tienes el mando que conecta los collarines de perro los hubieses apretado a diestro y siniestro.
Lo mejor el chico que se niega a participar en la guerra, con tal de no aguantar las 2 horas y pico que dura este documental sobre peinados, confieso que en fases de la película le daba al botón de adelantar, y lo hice varias veces, ya que los diálogos son tontos y sin ninguna aportación para crecer intelectual y mentalmente, solo es una apología en contra de la guerra y los terroristas, pero eso con 80 minutos hubiese estado hasta entretenida la película, todo lo que pasa de ese tiempo es considerado tortura.
Más o menos como esta critica que se me esta alargando mucho, por eso termino y dejo mi collar a punto de explotar para los votadores de filmaffinity y que de ellos dependa mi explosión de cabeza contra el ordenador (con lo que pringa eso) o su beneplácito para seguir haciendo alguna que otra crítica.