Azúcar amarga
Sinopsis de la película
Gustavo es un joven comunista de La Habana entusiasta de Castro. Yolanda, una firme disidente que quiere ir a cumplir su sueño de ser bailarina en Miami. El amor les une, pero también les hace tambalearse todas sus convicciones políticas.
Detalles de la película
- Titulo Original: Azúcar amarga
- Año: 1996
- Duración: 105
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Opinión de la crítica
Película
6.4
83 valoraciones en total
Abyecta película, claro ejemplo de cómo lo humano va muriéndose en el hombre cuando la política deambula entre cámaras. Mi decepción no tiene que ver sólo con la radicalización ideológica sino en una inverosímil narrativa. Esta pseudo película, o mejor dicho, este engendro es fruto de los delirios nocturnos del señor Ichaso y de sesgadas conversaciones que mantuvo con disidentes del más alto linaje. Nos cuenta la historia de Gustavo, estudiante modelo que obtiene una beca universitaria, y de Yolanda, la hermosa joven a quien conoce en un concierto clandestino de heavy rock, qué difícil me es encontrar quien se enamore cuando te intentan llenar de trampas los sentidos. Esto se adereza con el padre de Gustavo que es psiquiatra pero deja la psiquiatría para trabajar como pianista en un hotel, porque las propinas en dólares son mejor sueldo que el de un médico, porque: en Cuba todos están locos y él prefiere escupir retratos de Fidel. A su vez, el hermano roquero de Gustavo se inyecta el virus de SIDA como protesta política, en fin, sólo faltaba que nos mostraran a Fidel defecando en el pecho de un cubano o comiéndose a un niño untado en pimentón y sal.
Esta película parece más bien reflejar los retazos periodísticos más casposos contra la isla que la realidad que sucedía en Cuba por aquellos años y aunque alguna de esas cosas fueran ciertas, su crasa acumulación y exaltamiento permiten advertir que la ideología política es la que construye y guía al relato cuando debería desprenderse y resultar de él.
Funciona porque no plantea el problema cubano de modo intransigente como lo hacen la mayoría de películas anticastristas. Azúcar amarga encara el problema cubano desde el enfoque de gente que creyó en una revolución que quiso ser y nunca lo fue, una revolución que creyeron que era sinónimo de progreso y fue retraso, una revolución del pueblo y fue de unos pocos, una revolución de la esperanza y es pobreza.
Las actuaciones no son perfectas, pero sirven. Posee diálogos agudos e inteligentes. La argumentación va progresando poco a poco, luego de un inicio un tanto lento, la fotografía es aceptable y la decisión del blanco y negro es adecuada para el film.
Ojalá no falte mucho para que lleguen buenos días para el pueblo cubano.
Dr.Juventus
Curiosamente al ir a Blockbuster te topas con varios filmes cubanos, que desde mi particular punto de vista el cine de está nación se encuentra etiquetado por sus temáticas de corte socio-político, se polarizan los puntos de vista de sus creativos: los que defienden el sistema político imperante vs aquéllos que lo señalan como obsoleto e injusto. Creo que por eso existe por mi parte resistencia por conocer más de los habitantes de la isla.
De cuatro cintas que llevo vistas, considero que hasta el momento ésta es la mejor, desde el enfoque del habitante golpeado por la pobreza, discriminado y hasta cierto punto engañado. El doble discurso es empleado por muchos de sus personajes, tópicos del tercer mundo que te recuerdan con familiaridad situaciones de nuestros países (Hispanos) que no excluyen a la Cuba de Fidel Castro. Es un filme de y con personas que anhelan los privilegios del capitalismo, pero que también se les olvidan las obligaciones y las sorpresas que depara el destino, en países donde la libertad (como la llaman) no es suficiente para la plenitud y el bienestar. Es una cuestión recurrente en habitantes de países azotados por la pobreza, que se reitera por la opresión del gobierno castrista y despótico.
Cada país tiene tópicos particulares, Cuba no es la excepción. Considero que para el avance de cada industria cinematográfica se necesita variedad y evitar el constante estancamiento para recuperar credibilidad.
Una película intensa. Un retrato de una realidad, dura para muchos cubanos, tal vez llevadera para otros o al menos soportable. Cuando se han hecho a la idea que no hay mucho por hacer y lo poco que queda es ir pasando los días, entre rumba, haciendo largas colas, jugando ajedrez o viviendo de sueños, de la memoria, en una isla donde el tiempo parece interrumpido, eterno, como la revolución que un día comenzó y no termina.