Attack The Block
Sinopsis de la película
En pleno Londres, un grupo de chavales tendrá que enfrentarse a una invasión de alienígenas. Todo empieza cuando los adolescentes asaltan a una enfermera, a la que dejan en paz, cuando un extraño objeto aterriza sobre un coche. Al acercarse al vehículo, de su interior sale una extraña criatura…
Detalles de la película
- Titulo Original: Attack The Block
- Año: 2011
- Duración: 88
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Opinión de la crítica
Película
6
32 valoraciones en total
De las tres películas que conforman la que podría llamarse ‘Trilogía alienígena ochentera de 2011, a saber, Paul de Greg Mottola, Super 8 de J.J. Abrams y la presente Attack the Block de Joe Cornish, quizá sea esta última la que mejor consigue sus objetivos de ofrecer un entretenimiento intenso y a la altura. Super 8 es mejor película en general pero en su búsqueda de la implicación emocional dedica más tiempo de metraje que en lo referente a la supervivencia. Dejemos fuera del juego a Paul por ser una comedieta chorras con puntazo en forma de alienígena CGi con voz de Seth Rogen y centrémonos en la que, de las tres tiene más papeletas para ser una auténtica película de culto como hace algunos años lo fueron Shaun of the Dead y Hot Fuzz.
Attack de Block vendría a ser una mezcla entre los Gremlins, Asalto al distrito 13 y cualquier película en las que los códigos de los pandilleros se superpongan a los morales, digamos, por ejemplo, Ciudad de Dios, aunque la cosa no vaya tan lejos ni busque analizar la situación desde tantas aristas. Hay instantes de reflexión y drama pero lo que se prodiga es la acción y, en algunos pasajes, el terror. Porque aunque sea una película con algún elemento humorístico creado en base a referencias (cinematográficas o de cultura pop, como los videojuegos y la música) aquí lo que importa es sobrevivir. Y quien no lo consiga va a tener una muerte cruda entre niebla, oscuridad e interminables pasillos que dan mucho mal rollo.
Acertadísima en el tono y más aún en su ritmo: ochenta minutos que se pasan volando y en los que se nos implica sin posibilidad de escape. El notable trabajo realizado por su reparto (no esperéis ver a Nick Frost más que unos minutos, tiene un cameo muy limitado) aporta solidez a una historia tan sencilla como el mecanismo de un chupete. Supervivencia bien diseminada (y musicalizada) en un guión cargado de referencias e interesantes personajes representados por pandilleros portando armas improvisadas: katanas, cuchillos, navajas o bates de béisbol. Todo vale: son ellos o esa suerte de lobos-gusiluz venidos del espacio exterior. Afortunadamente aún queda un hueco en la pandilla pensado para cualquier espectador con ganas de pasárselo bien. Así que no dudes: el viaje merece la pena.
Joe Cornish, ante la huida de Edgar Wright a producciones made in USA, parece haber cogido el relevo inglés de la revisitación cómica por la vía del homenaje iniciada en Zombies party y Hot Fuzz y dar más brío a la Serie B de Evil Aliens, Feast y Demons 2, bajo la mirada de formulas mainstream ochenteras en la onda Gremlins. De hecho sus propios protagonistas no saben dónde ubicar a las criaturas amenazantes caídas del cielo utilizando referencias potterianas, tolkianas o cinematográficas. Esa despreocupación por el entorno y la amenaza queda inicialmente expuesta en que están más inquietos por aquello que puedan ganar frente a si van a sobrevivir.
Y ese retrato de supervivencia es esta vez doble ya que el enfrentamiento es entre depredadores. ‘Los alienígenas aterrizaron en el lugar equivocado’, parece una premisa interesante si el lugar escogido es Bada Bing! de Los Soprano, las casas bajas de The Wire y ese edificio protagonista de Attack The Block, donde los asuntos del bloque quedan y se resuelven por ellos mismos. Más allá de una apología a la cultura de pandillas y quitando cualquier sentimentalismo spielbergiano la amenaza es real, ataca, muerde y mata pese a coquetear la cinta con la comedia, la acción y el terror a partes iguales. Y la película parece ser consciente de los lugares comunes que visita, de esos personajes secundarios con caducidad y sus resoluciones de guión pero mantiene cierta ubicación de otra realidad: niños pandilleros armados con navajas, katanas y bates de béisbol que son conscientes de su escala social y racial. Inteligentemente esa capa, diálogos y discursos sobre drogas, armas (y ahora alienígenas) contra el black power quedan exonerados, rebajados y desdramatizados con detalles de la cultura musical y/o pop.
Pero aparte de ser una entretenida cinta con un banda sonora chula, que suma logros anteriores, Attack The Block nos revela una cruda verdad: da lo mismo que haya una crisis financiera, laboral y social global o una invasión alienígena. Los que pagan los platos rotos (y realmente son los héroes, por incontestable supervivencia propia y salvación del resto) son siempre los mismos.
Es difícil saber cuando una producción cinematográfica se va a convertir en película de culto. No se sigue un patrón, aunque suelen ser películas marginales sin mucho eco en su presente pero que gozarán de él en el futuro. La ciencia ficción es el género estrella y este verano 2 películas combatían cuerpo a cuerpo para ganarse el favor el público en la memoria: Super 8 y Attack the Block. Oficialmente también estaban Paul y Cowboys & Aliens pero la primera carece de profundidad más allá del carisma de sus secundarios y la segunda…James Bond e Indiana Jones nunca se las han visto con alguien del talento de Jon Favreau, así que ni siquiera contaría. En el libreto de Joe Cornish (que también dirige) se encuentran las mismas señas de identidad del cine de los 80 que el sobrevalorado Abrams intentaba homenajear en la entretenida Super 8, con la diferencia de que el británico aboga por una falta total de escrúpulos, prejuicios y sin tomarse para nada en serio, consciente de que el cálculo milimétrico para que algo quede como un clásico del pasado solo consigue un efecto artificial y prefabricado.
El inicio del film juega con una ambigüedad moral peligrosa para el espectador, pues no es precisamente empatía lo que esos chavales de los suburbios de Londres desprenden. Afortunadamente, eso va variando poco a poco pero sin hacer ninguna concesión al estúpido buenrollismo exacerbado que sacude nuestros días. Los personajes son como son, no son héroes, son chavales de 15 años (algunos de 9) que ya son una lacra para la sociedad y viven marginados del resto, como el Hamsterdan que Howard Bunny Colvin creó en la 3ª temporada de The Wire. Nadie les echará de menos, solo las cárceles de la ciudad. En cierto sentido, es un mini-The Wire con el paralelismo de los bloques con las torres de venta de droga de la serie de David Simon y unos personajes que bien podrían ser protagonistas de la misma, tristemente. Pensándolo fríamente, ése sería su futuro más probable, a pesar de haber luchado para salvar a la humanidad. El referente de After Hours de Scorsese también lo considero acertado, pues los chavales hacen frente a algo repentino e inesperado en una sola noche, en tiempo real.
Sigo en spoiler pero no es spoiler
Primero que nada decir que basuras de films llegan a nuestras carteleras, y otros, que son mucho menos despreciables, ni siquiera tienen hueco de estreno en los cines. Políticas de distribuidoras que controlan como una mafia poderosa lo que se estrena en nuestro país, y lo que no…
Damos gracias a la red que viene a suplir estas carencias, porque una obrita menor de serie B de terror como esta, merece la atención del espectador que agradece esas raras joyas que de vez en cuando descuelgan del genio de algun realizador o intérpretes casi desconocidos.
Advertir que aquí no vamos a encontrar los efectos especiales del Sr Spielberg o el Sr Lucas. El único efecto de estos perros del espacio es que les brillan sus afiladas dentaduras. Lo demás es imaginación, creatividad, personajes y diálogos creíbles, humor a raudales y una conexión plena con el sentir juvenil de la calle de hoy en dia que valorará su contínuo hip hop y su estética de barrio marginal.
Dénle una oportunidad a esta serie B, disfrútenla por el mero hecho de pasar un buen rato, por comprobar que un guión divertido y sin escenas rodadas con cientos de pantallas azules y efectos de ordenador, aún pueden tener una dignidad y calidad que respete la inteligencia del espectador, y le brinden 80 minutos de buen entretenimiento.
Porque el presupuesto no lo es todo, porque existen muchos otros factores ( realización, guión, personajes, entusiasmo… ) que hacen que una buena idea se plasme con éxito en una pantalla.
Francamente no me esperaba encontrar un producto que me hiciera soltar alguna que otra carcajada y que además me metiera de lleno en la historia, como ha ocurrido.
De hecho, empezar y encontrarse a unos malotes dando el palo a quien puedan encontrar en su camino no es muy prometedor. Pero ya es empezar la invasión y todo cambia para mejor. ¡Y vaya si divierte! Los malotes de antes tendrán que plantar cara a una legión de bichos negros que parece ser se los quieren cargar. Si es que me encantan esos malotes que se van de pros y acaban dando el cante.
La historia en sí es simple, y si una historia buena aparte es breve, dos veces buena. El otro punto fuerte son los personajes, los cuáles prácticamente todos rallan a un alto nivel (breve aparición de Nick Frost incluida) teniendo en cuenta que hacer el papel de pandillero puede resultar fácilmente cargante. En este apartado quiero destacar a los dos chavales que lo hacen de cine. Los efectos también están bien conseguidos, así como los aliens, es una película muy agradable a la vista.
Qué más se puede pedir, una historia divertida, unas personajes convincentes y carismáticos, unos extraterrestres y unos 80 minutos que se pasan a una velocidad endiablada. Si la ves sin pretensiones puede dejarte un muy buen sabor de boca. Si te gusta sacar punta a las cosas…igual no.