Araghe Sard
Sinopsis de la película
Afrooz (Baran Kosari) es la capitana de la selección de fútbol sala (FUTSAL) de Irán. Tras 11 años de duro trabajo, su esfuerzo se ve finalmente recompensado: la selección ha llegado a la final del la Copa Asiática de Naciones . Sin embargo, cuando trata de viajar descubre que su marido le ha prohibido abandonar el país. Esto desencadena una serie de reacciones que sirven como reflexión social en un país en el que la mujer ha de pedir permiso al hombre para prácticamente cualquier gestión que desee realizar.
Detalles de la película
- Titulo Original: Araghe Sard aka
- Año: 2018
- Duración: 85
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Quizás, la principal razón por la que, en Irán (y en otros tantos países islámicos), las parejas prefieren tener hijos varones que mujeres, es porque, muy adentro de su ser, saben que toda mujer se encuentra en desventaja con los hombres. Irán -¡en pleno siglo XXI!- sigue siendo un patriarcado, ¡y todavía siguen vigentes leyes absurdas que conceden a los hombres dominio sobre las mujeres!
>, es otra –todavía necesaria- denuncia de la opresión que padecen las mujeres iraníes, las cuales, con el decidido respaldo de los intelectuales y realizadores más consecuentes y progresistas de su país, siguen -¡con toda razón, pues se trata nada menos que de su derecho a Ser!- buscando la transformación cultural que tanto reclaman las nuevas generaciones, hartas ya de tantos siglos de patriarcado.
A las desigualdades salariales, se suma la imposición de llevar (en las calles) cubierto el cuerpo durante todo el año… y otras perlas -véase nuestra crítica a la película, El Círculo(Dayereh) de Jafar Panahi- entre las que se cuenta: ‘la imposibilidad de salir del país sin el permiso expreso de su cónyuge, el cual no necesita motivo alguno para denegarlo’… aunque la mayoría, sin confesarlo, temen que su mujer se asile en otro país o se sienta estimulada por otra cultura más libre y equitativa. Pero, ¿por qué no han de tener ellas ese derecho? De hacerlo, ¿no sería prueba concluyente de que están insatisfechas e inconformes con la relación que tenían? Y el interés por tener mayores libertades, ¿no es un impulso inamisible de todo ser vivo? ¿Cómo puede ser que, en nombre de Dios, todavía haya culturas que patrocinen la esclavitud de la mujer?
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En su segunda película, el director Soheil Beiraghi, logra dejar bien claros los hueros argumentos con los que se sostiene el hinchado decreto que reza: La responsabilidad de dar permiso o no para poder viajar dentro de Irán, salir al extranjero, solicitar el pasaporte o someterse a ciertas operaciones quirúrgicas, es del marido, y representadas las mujeres por la joven futbolista, Afrooz (Baran Kosari), capitana del Equipo Nacional Iraní de Futsal, -cuyo marido le deniega el permiso para ir a la final en Malasia-, veremos la valiente, pero, desigual lucha que sostendrá en su incontenible afán de librarse de su obtuso marido, Yasser (Amir Jadidi), quien, paradójicamente habla de Dios y del amor en un programa que orienta en la televisión.
Con la mayor altura, Beiraghi lanza unos buenos dardos a las rancias instituciones y a la hipocresía social -y si conseguimos excusar uno o dos alegatos que resultan un tanto estridentes- podremos sentirnos ante un filme tristemente actual, y sin duda, muy plausible.
Especialmente recomendada para todos aquellos que, saben muy bien, que este mundo reclama con urgencia unos buenos ajustes… y quiero concluir recordando una importante frase de, Hasán Rohaní (presidente de la República Islámica de Irán, desde el año 2013), la cual dijo durante su campaña:
Las mujeres deben tener las mismas oportunidades, protecciones y derechos sociales que los hombres.