Aos Teus Olhos
Sinopsis de la película
Rubens, profesor de natación infantil, es acusado por los padres de un alumno de besar a su hijo en la boca en el vestuario del club. Es imposible verificar su culpabilidad o inocencia, pero cuando la acusación se viraliza en las redes sociales y los grupos de mensajes de la escuela, dan comienzo los juicios precipitados sobre las acciones e intenciones de Rubens.
Detalles de la película
- Titulo Original: Aos Teus Olhos
- Año: 2017
- Duración: 88
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Opinión de la crítica
Película
6.3
88 valoraciones en total
La película está bien, crea suspenso y con un poco de esfuerzo se puede reflexionar sobre varias cosas. Digo esfuerzo porque no se entiende bien a quién o a que cuestiona (quizás a todo) y eso hace que pierda fuerza. Te hace ir y venir de la empatía a la duda y al rechazo con todos los personajes. Aunque al final me da la impresión que el director solo quería hacer una película taquillera de suspenso entonces agarró un tema delicado, tiró acusaciones por todos lados y dejó todas las puertas abiertas haciéndolo pasar por cuestionamiento social.
El film brasileño Aos teus olhos, de la realizadora Carolina Jabor, aborda el caso de un profesor de natación que es acusado de pedofilia. La película no se estrenó en ningún país de habla hispana. Su título podría traducirse como ‘En tus ojos’.
Por Nicolás Bianchi
El primer largometraje de la directora brasileña Carolina Jabor viene a plantear una serie de preguntas y a poner en foco algunos cuestionamientos pero no a dar respuestas acabadas, porque para eso no está el cine, o al menos esta película. En una sociedad gobernada por los impulsos que se vierten en las redes sociales cualquier principio de inocencia se torna difuso, más cuando las acusaciones están relacionadas con la pedofilia.
Rubens (Daniel de Oliveira) es un profesor de natación con un cuerpo apolíneo que trabaja con chicos que todavía no entraron en la adolescencia. En el club en el que está empleado pasa gran parte de la jornada vestido solo con una zunga. Durante las clases, que da dentro de la pileta, indefectiblemente se producen roces con los cuerpos de los niños, que también están cubiertos solo por una malla. Rubens debe ayudarlos a entrar o salir de la piscina, a veces les ata los cordones que les sostienen los trajes de baño, incluso los abraza para felicitarlos cuando logran algún objetivo.
En el vestuario, al final de su tarea, bromea con otro compañero de trabajo sobre la madre de una de las niñas de 13 años que asisten al club. Rubens parece tener una gran libido y energía sexual. La primera insinuación que planta Jabor es que el protagonista podría ser un depredador sexual. ¿Pero lo es?
Del otro lado, Alex (Luiz Felipe Mello) es un niño presionado por una familia desintegrada. Sus padres divorciados parecen exigirlo al máximo, tal es así que en una competición obtiene el segundo lugar, y una linda medalla por eso, y sin embargo se muestra ofuscado por lo que considera una derrota. Su rol como hijo cumple con el estereotipo ya que el niño parece el campo de batalla en donde los adultos dirimen sus diferencias. La segunda insinuación que se plantea en el film es que, por el contexto en el que vive y por el desamor que experimenta de parte de sus padres, Alex podría ser un mentiroso. ¿Será?
El primer acto concluye cuando los padres elevan una denuncia contra el profesor de natación porque Alex, quien se mostraba triste en los últimos días, contó que Rubens lo abrazó y lo besó en la boca. El padre decide hablar con la directora del club, Ana (Malu Galli), quien parece más preocupada por el problema que se le avecina más que por el hecho en sí. Por su parte la madre toma el celular y comienza a escribir en el grupo de WhatsApp de los padres de los compañeros de Alex. Redacta un largo mensaje. Duda. Corrige algunas palabras. Cuando pulsa el botón de enviar es como si hubiera apretado el gatillo de un arma. Lo mismo se replica con un posteo en Facebook.
El uso de los chats y las redes sociales suelen ser una complicación cinematográfica pero Jabor lo resuelve bien. Muestra lo justo durante el tiempo exacto. En un primer plano de la pantalla del celular se comienzan a leer las reacciones de los padres. Los menos piden cautela. La mayoría ya decidió: Rubens es culpable. Aquí no hay lugar para las insinuaciones. Un grupo de personas decidió condenar, luego de leer unos párrafos, que hay un pedófilo que merece ser castigado.
Con la duda de si es o no es, Jabor mantiene la tensión hasta el final y exhibe lo que ocupa un lugar central en el film: el linchamiento virtual (y no tanto) que recibe Rubens. De a poco la realidad del profesor de natación se torna asfixiante aunque se mantiene la incertidumbre sobre su culpabilidad por lo que no hay una empatía con el personaje como se puede dar en La caza (2012), la magnífica película del danés Thomas Vinterberg sobre un maestro acusado de abuso sexual infantil.
Aos teus olhos es una película pequeña, con pocos personajes, que transcurre casi íntegramente en el club de natación, en la que se plantea un cuestionamiento central sobre el uso de las redes sociales y la manera de relacionarse de las personas con supuestos hechos aberrantes. Está bien filmada y narrada, por lo que es probable que prontamente haya próximas películas de Jabor.
Hace poco se publicaba en un periódico de tirada nacional un artículo que cuestionaba las formas en las que se habían tratado las denuncias de abusos sexuales de un actor de reconocimiento internacional como Morgan Freeman. Finalmente, ha quedado absuelto de todo, sin haberse podido demostrar ninguna acusación. Y, ¿ahora qué? ¿Quién restaura el honor de la persona y la reputación del actor?
Este desconocido drama brasileñó explora -como ya hicieran en su momento también La duda (Doubt, John Patrick Shanley, 2008, USA) y la excelente La caza (Jagten, Thomas Vinterberg, 2012, DAN)- precisamente esto: cómo la presunción de inocencia se convierte en un mero espejismo, y afloran los más profundos y arraigados instintos humanos ante la más mínima posibilidad de profanación de la inocencia de un niño. En esta ocasión, a diferencia de los anteriores títulos, hay que sumarle el valor de Carolina Jabor para añadir además el debate sobre las redes sociales, un recurso de fácil acceso en momentos de calentón , sin haber meditado las palabras ni el posicionamiento, y sin realmente consciente de las repercusiones que tu acto puede conllevar.
Os planteo la situación: tu hijo te cuenta que ha sufrido abusos de connotación sexual por parte de su profesor. Además de informar a los directivos del centro de lo supuestamente ocurrido, ¿sacarías a tu hijo de ese centro? ¿Hablarías directamente con el profesor? ¿Denunciarías a la policía? ¿Lo contarías a los demás padres? ¿Lo harías público por redes sociales? En una primera instancia, probablemente responderías que sí a todo. Y, posiblemente, si te lo cruzaras por el pasillo, a más de uno le herviría la sangre por dentro y acabaría agrediéndolo físicamente. Pero reflexionemos. Es una acusación gravísima. Imaginemos por un solo momento que todo lo que ha contado el niño no es verdad. Era todo inventado. Una persona cuya vida gira en torno al niño, su educación y formación, pierde toda su reputación por un escándalo sexual con niños que nunca llegó realmente a existir. ¿Crees que algún padre volverá a ver de la misma manera a ese profesor? ¿Crees que su reputación podría volver a restaurarse plenamente? ¿Quién contrataría después a ese profesor con la duda acechándole constantemente? El equilibrio es imposible. El debate está abierto.
Rodada ágilmente, con una fotografía cuidada y unas interpretaciones implicadas, Aos teus olhos te invita a reflexionar sobre las consecuencias de nuestros actos, la sobreprotección a los hijos de hoy en día y el peligro de las redes sociales. Y, una vez acabada esta crítica, me pregunto: ¿cómo habría actuado yo si fuese mi hijo?