Anohana: The Flower We Saw That Day (Serie de TV)
Sinopsis de la película
Serie de TV (2011). 11 episodios. Un grupo de amigos de la infancia se separa a causa de la muerte de una amiga. Ahora Jintan, un chico parte del grupo de amigos, sufre de estrés a causa del fantasma de Menma, que sigue queriendo que este cumpla una promesa que le hizo antes de su muerte. Pero para eso Jintan deberá reunir sus antiguos amigos de la infancia, el problema es que ellos han cambiado mucho…
Detalles de la película
- Titulo Original: Ano Hi Mita Hana no Namae o Bokutachi wa Mada Shiranai (AnoHana) (TV Series)
- Año: 2011
- Duración: 25
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Opinión de la crítica
Película
7.6
60 valoraciones en total
Anda que menudo título.
Perdonad, a veces me gusta empezar mis reviews de forma detestable para descargar un poco la tensión al empezar a escribir. Cuando me intereso por una obra y la veo, suelo hacer lo posible por meterme de lleno, y no siempre funciona. Mirad el ejemplo de Angel Beats!: hice lo posible porque me apasionara y, a pesar de que me ha gustado mucho, no me ha transmitido lo suficiente como para sentir vacío al final, cuando una semana más tarde sigo sin recomponerme de Toradora!.
Eso, claro está, ya son gustos y preferencias. Pueden ser mejores o peores productos, pero lo que en el fondo cuenta es que a uno le gusten. Y hoy vengo a hablaros de Anohana: The Flower… Bueno, de Anohana: una obra que tenía ganas de ver desde que terminé de ver Toradora!. ¿Y por qué, os preguntaréis? Pues porque me dijo un pajarito que el mismo señor que había hecho éste mi tercer anime preferido también había dirigido Anohana, y enseguida me interesé por el proyecto.
Si tengo que definir Anohana en pocas palabras para ahorraros el aburrimiento de leer mis pedantes líneas, diré que me parece un anime bastante sólido, bueno y con un buen fondo que, a pesar de que está desaprovechado como muchos otros, para mí ha tenido ciertos puntos de brillantez que le han subido la nota que normalmente le habría dado de no haberme calado.
No hablo de la obra en general: Anohana me ha gustado bastante, pero no me ha emocionado, o no me ha hecho derramar lágrimas. Me ha sorprendido en ciertos puntos y me he dejado llevar por lo bueno que le he visto, pero no entremos todavía en esos detalles puesto que primero quiero contaros lo malo que le veo.
Empecemos.
Anohana es un anime previsible desde el primer momento: una historia de un grupo de jóvenes que pierden a una amiga y cuyo espíritu se le aparece a uno de ellos, nuestro protagonista Jintan, puesto que no ha conseguido reposar. (Ver zona spoilers la continuación)
Los personajes son arquetípicos todos… O casi todos, pero de esto hablaré cuando me meta con lo que me gusta, si es que dejo de quejarme. En ningún momento me he sentido identificado con Jintan, con Menma o casi todos sus amigos por el mero hecho de que sus personalidades no se desarrollan en ningún momento. Es cierto que es un anime de once episodios y que tampoco da para mucho, pero con la trama que me cuentan, debería ser suficiente para que sus formas de ser, frente a un hecho paranormal como lo es la aparición del fantasma de Menma, cambien por lo menos una pizca.
Así como los personajes, la trama en sí misma es toda una línea recta y de principio a fin sólo hay un final posible, una moral posible. Hay incoherencias en algunas partes y escenas forzadas para ser simplemente emocionales y ponerte esa pedazo de música de la que por cierto presume el anime con todo derecho, pero no me extenderé demasiado en daros muchos ejemplos: creo que si lo veis, entenderéis de qué os hablo. Además, Anohana cuenta con varios recursos muy pobres de la animación que he visto en otros animes, como pueden serlo los veinte litros de lágrimas que cubren toda la cara del personaje o las mismas que se derraman en el suelo para señalar que están jodidos y que las cosas no están para nada bien.
Espera, ¿he dicho que están jodidos?
Sí, lo están, y si algo me gustaba en Toradora!, aquí lo he vuelto a encontrar. Creo que es por esto que me he dado cuenta de que ha sido el mismo hombre quien ha hecho ambas obras. Más allá de los recursos de dibujo y animación pobres para expresar una emoción en la pantalla, Anohana sabe crear escenas y contextos en los que fastidia a su personaje y lo pone al borde de su paciencia. Puede tener mayor o menor sentido, pero con o sin él, esa sensación de dolor y de estar jodido se transmite correctamente y se consigue cierta identificación del espectador con estos personajes. Resumiendo, no se trata del carácter de éstos a la hora de ser ellos mismos, sino a la hora de darse cuenta de que tienen problemas que todos podríamos tener.
El único personaje que realmente me ha parecido natural en todo momento es el de Naruko, una chica que me gustó desde el primer momento en que la vi. No por su estética cuqui que a mí particularmente me gusta, sino por su trasfondo, por su forma de ser y su forma de lidiar con la situación. Se te da un carácter y ella lo lleva a buen raudo en casi todo momento. Hay algún que otro punto de la historia forzado, pero ella respira como una persona normal (siguiendo, de nuevo, el protocolo de su carácter) y es de hecho la que más jodida se muestra, por lo menos bajo mi percepción.
En paralelo, el tema de la madre de Jintan también me ha parecido un gran acierto: no por el hecho en sí, sino por la conexión que tiene con Menma. Puede ser más o menos meloso, pero es algo a lo que realmente no te esperas. No lo definiría como un plot twist para nada, de hecho, puede llegar a pasar sin pena ni gloria si no estás llorando en ese punto del anime, pero la forma en que utilizan a la madre para recordarte que el pobre Jintan no sólo ha perdido a su amiga de la infancia, sino también a su madre, es espectacular: introducen flashbacks de vez en cuando e incluso un pequeño altar dedicado a la pobre mujer en la casa a través del cual varios personajes hablan.
En cualquier caso, si os gusta el anime, os aconsejaría Anohana para que os alegre (o deprima) un poco el día. No tiene pérdida ninguna, es un anime cuanto menos digno y entretenido, y para mí ha sido uno directamente bueno. Un bonito recuerdo que me llevaré será Naruko y todo lo que ha sido capaz de transmitirme a lo largo de estos once episodios… aunque, repito, jamás al nivel de Toradora!.
Hay pocos animes que puedan contarte algo que empieza con tantos clichés y acabar convertido en una obra digna de revisionar al menos una vez al año.
Pd: Preparad pañuelos porque os vais a hinchar a llorar.
Con solo 11 capítulos, este anime ha conseguido más de lo que muchos animes más largos del mismo genero han logrado conseguir.
La premisa no es del todo original, pero está muy bien aprovechada en este caso. Esto es porque desde el primer capítulo logran que conectemos con Menma y su recuerdo, y con ella nos hagamos enseguida con los personajes y su amistad. El tiempo ha pasado, la amistad se ha separado y todos los personajes están dolidos y han tenido problemas para superar su trauma. Con mucha eficacia, no se necesitó más de un capítulo para hacernos entrar en esa situación.
La serie cumple muy bien en todos sus aspectos, tal vez sin llegar a un nivel de perfección en su genero, pero sí de notable alto. Pero donde esta serie, por lo menos para mi, ha destacado realmente, es en el tratamiento de sus personajes.
En solo 11 capítulos, este anime nos ha regalado a 6 personajes humanos, entrañables, memorables, carismáticos y con una fuerte conexión entre todos ellos.
Son buenas personas y se les toma mucho cariño, pero eso lo consiguen sin forzar esa bondad y esa entrañabilidad, pues son totalmente humanos y necesitan evolucionar y lidiar con sus lados mas oscuros.
Jintan con su egoísmo y su incapacidad para adaptarse. Anaru intentando escapar de su trauma mediante una falsa faceta, y su incapacidad para superar el trauma. Yukiatsu con sus celos y su obsesión. Tsuruko con su represión silenciosa y su madurez fingida. Y Poppo con su soledad y la necesidad de tapar sus ansias de sentirse útil y no solo mirar.
Todos ellos lidian con estos traumas y están atrapados en el pasado, y Menma, que mentalmente sigue siendo una niña, tendrá que descubrir la manera de cumplir un deseo que les concierne a todos y de hacer que vuelvan a reír juntos y seguir adelante.
A día de hoy, el único anime de 12 o menos capítulos que me pareció redondo y al nivel de los grandes, fue Madoka Magica. Ahora con Anohana son dos animes que cumplen ese mérito, cumpliendo perfectamente con lo que quería contarnos y con su genero, de principio a fin.
Recomendable para todo el mundo excepto para el que sepa que no conecta con este genero.
A mí siempre me ha gustado el manga, pero ya estoy algo crecido para pasar horas viendo series de peleas que nunca acaban… Prefiero las que tienen un principio y un final y que pretender contar algo. Ésta puede parecer que se pasa de dramática a veces, pero todos crecemos y dejamos atrás la infancia, por lo que pienso que puede gustarle a cualquiera que la vea. Eso sí, si no espera acción desenfrenada por todas partes. Un buen testimonio de cómo ha madurado la animación propiamente dicha, y las historias que se narran.
¿Qué esperáis de los recuerdos? Yo deseo que al mirarlos me devuelvan un reflejo de la persona que fui, para entender la persona que soy ahora y, al mismo tiempo, me preparen para la persona que voy a ser. Parece sensato, parece maduro, pero lo cierto es que a veces me duele el pensar lo rápido que desaparece todo. Me duele el pensar en todo lo que he perdido con los años y que ya nunca recuperaré, porque ya no soy una niña. No sólo es que todo cambie con el tiempo (en parte por las arraigadas normas sociales, en parte por la propia naturaleza de la vida), es que aunque queramos retomar algunas cosas del pasado la tarea es un hecho inútil, y es que nosotros mismos ya no somos las personas que eramos entonces. De niños vivimos en la creencia de que nuestra existencia es eterna, y con ella todo lo que nos rodea ¡he ahí la ilusión más bella y trágica del ser humano! Y cuando esa ilusión se desvanece lo único que nos queda es seguir adelante, como adultos.
Aún así la mente humana es benévola y preserva en la memoria los recuerdos, generalmente atados a emociones, nuestros más preciados tesoros. Es importante visitar los laberintos de la mente de vez en cuando y revivir aquellos tiempos en que eramos otras personas y, al mismo tiempo, no lo eramos. Recordar es determinante para nuestra vida, y casi siempre va de la mano del bienestar. Sin embargo a veces ocurre que durante esas dulces visitas aparece el crudo elemento de la pérdida, y eso nos ata a la certeza de que hay cosas en nuestro pasado que nunca volveremos a tener, a tocar o a vivir. A veces recordar duele, en lo más profundo.
AnoHana me ha hecho recordar mi niñez. Mejor dicho, me ha hecho recordar que mi infancia es un tiempo pasado, una época de felicidad que nunca volverá a mi, y me ha puesto triste. Si, he llorado con éste anime, he llorado lágrimas amargas, por mi y todo lo que he perdido. Después de todo ¿Quién no ha perdido cosas -y a personas- con el tiempo? ¿Quién no desearía volver atrás y revivir ciertos momentos?
Éste anime es el retrato de un grupo de cinco adolescentes corrientes, como miles de jóvenes y prometedores japoneses aún por abrirse al mundo. Jintan, Yukiatsu, Anaru, Tsuruko y Poppo son jóvenes, enérgicos, tienen una vida fácil, un entorno que los apoya y todo un futuro por delante. Naturalmente todos ellos se conocen desde niños… pero si por casualidad se encontraran por la calle fingirian no verse, o quizás se mirarian con desdén los unos a los otros, valorando lo diferentes que se han vuelto sus vidas. Ya no son amigos, dejaron de serlo muchos años atrás. Al mirarlos ahora cuesta creer que hubiera un tiempo en el que Jintan, Yukiatsu, Anaru, Tsuruko y Poppo fueran un grupo inseparable que se hacían llamar los Super Peace Busters, que tuvieran una base secreta en el bosque y que vivieran mil y un aventuras como solo los niños pueden disfrutar. Tan solo la infantil y adorable Menma, la última integrante del grupo, recuerda vividamente esos días felices y lamenta en lo más hondo que sus viejos amigos se hayan vuelto unos extraños. Pero no hay mucho que la dulce niña puede hacer, ya que murió diez años atrás y ahora sólo puede ser vista y oída por Jintan, a quien todos toman por un pirado y un fracasado. Incluso el propio muchacho cree en un principio que la Menma que ve es el fruto de su mente desquiciada por la culpa, el hastío y los videojuegos. Sin embargo la actitud cristalina y natural de Menma pronto le hace comprender que su visión es un verdadero fantasma y, como tal, si continúa en el mundo de los vivos es porque ha dejado un asunto pendiente. Lástima que ni la propia Menma sepa porqué está ahí, así que dependerá de Jintan descubrirlo para que la joven pueda trascender. Pero no estará solo, y es que sus nuevos movimientos hacia el pasado de Menma y los Super Peace Busters llaman la atención de los antiguos integrantes del grupo, si bien no todos reaccionan igual… ni todos se creen que Menma siga estando entre ellos.
Poppo, el más entusiasta y alegre de todos, confía plenamente en su antiguo líder y está encantado con ese viaje hacia los recuerdos. Anaru lleva enamorada de Jintan desde niña, y aunque se esfuerza por aferrarse a su vida adolescente actual -amigas, móvil y ninguneo a su madre- bastará una mirada hacia Jintan para que ella se olvide de todo y le siga, aunque se enfade consigo misma. Mucho más complejo es el caso de Yukiatsu, ahora un intelectual centrado en entrar en la Universidad, que desprecia profundamente a Jintan y le congratula ver a su antiguo líder tan perdido y hundido. Tsuruko también tiene la vista fija en su futuro universitario y es con diferencia a la que menos le importan los nuevos acontecimientos, ya que para ella su vida es ahora.
Así, aparentemente tenemos un heterogéneo grupo de jóvenes formado por dos bandos: uno (Jintan, Anaru y Poppo) feliz por iniciar un viaje hacia su pasada niñez y el otro (Yukiatsu y Tsuruko), que considera que los que se quedan anclados en el pasado son gente fracasada a la que mirar por encima del hombro. Pero las apariencias a veces engañan. Aunque traten de ocultarlo con todas sus fuerzas a todos les afectó la repentina e inesperada muerte de Menma, la cual no solo provocó que los amigos se separaran cada vez más los unos de los otros, sino que individualmente les marcó de por vida. Todos llevan dentro la sombra del remordimiento.
(Sigue en spoiler)