Aníbal
Sinopsis de la película
Segunda guerra Púnica (218-201 a.C.) El plan romano de realizar un doble ataque contra los cartagineses, en Hispania y en África, fracasa ante la sorprendente ofensiva de Aníbal (Victor Mature), que cruza los Pirineos y los Alpes con 50.000 hombres, 9.000 caballos y 37 elefantes. En su avance hacia Italia conoce a Silvia (Rita Gam), una mujer que ha escapado de prisión para unirse a las tropas romanas al mando de Fabio Massimo. Tras muchas batallas, Aníbal, gran estratega y estadista, acaba comprendiendo cuál es su verdadero destino.
Detalles de la película
- Titulo Original: Annibale
- Año: 1959
- Duración: 100
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Opinión de la crítica
4.4
34 valoraciones en total
Péplum italiano sobre la campaña de Aníbal en tierras italianas, que transcurre desde la hazaña del paso por los Alpes hasta poco después de Cannas y las Delicias de Capua .
La película introduce una ficticia historia de amor entre el general cartaginés y una joven romana que lastra sobremanera la historia. Por otro lado, la batalla de Cannas queda bastante simplificada, aunque no pueda decirse que se haya filmado con total descuido. Aparecen los dos cónsules romanos Lucio Emilio Paulo y Cayo Terencio Varrón, y, a grandes rasgos la táctica de la batalla fue como se narra en la peli, haciendo retroceder a la propia infantería para atraer a la infantería romana y rodearla. Lo que ocurre es que las secuencias de combate puro y duro quedan un poco amariconadas . Cuando los contendientes se golpean con las espadas lo hacen despacito para no hacerse mucho daño.
Por último, señalar la aparición de Terence Hill interpretando a un joven romano y a Bud Spencer (irreconocible!) como Ruterio, el aliado galo de los púnicos.
En definitiva, para los amantes de la historia: prescindid de este péplum y leeros la novela de Gisbert Haefs.
Me gusta el cine clásico pero esto no hay por donde cogerlo, la película es mala, y desde luego hay una cosa obvia… y es que tampoco hubo presupuesto para el doblaje, es de lo mas nefasto que uno se puede echar a la cara, para añadir a la lista junto al resplandor, por ejemplo. Tampoco ayuda la versión original, sigue siendo igual de cutre, no hay nada destacable que ayude a pasar el sufrimiento, ni el guión, ni la realización, ni actuaciones… que despropósito.
Suficientes palabras derrochadas, he puesto más esfuerzo en escribir esto que el que se puso en hacer esta película…
Demasiado trastocada la historia real con ese amorío que se lleva por delante media película.
Protagonista guaperas pero de cera, inservible para la actuación, Victor Mature no era, precisamente, un actor de categoría, y un Terence Hill mucho mejor en Le llamaban Trinidad que como hijo del procónsul romano, y una batalla, la única que se representa carente de toda emoción y de toda calidad, y para terminar un doblaje lamentable. Todo ello lo metes en una coctelera y te queda un producto deslavazado y pobre.
Y es una pena porque es una bella historia. Gran decepción. Un 3,5.
Muchos han sido los grandes estrategas que ha dado la Historia. Alejandro Magno, Julio César, Napoleón… Todos ellos han generado opiniones que los ensalzan como los titanes de su tiempo, o bien los hunden en la miseria como crueles tiranos que oprimieron bajo el polvo de sus huestes a muchos pueblos. Todo es discutible y la realidad siempre compleja y con aristas, pero lo que es indudable es que en esa polémica lista, Aníbal Barca tiene el curioso mérito de ser uno de los pocos grandes caudillos que fue reconocido como un genio de la guerra, siendo la información que nos ha llegado sobre su persona, relatada por su acérrima enemiga, Roma.
Probablemente el último gran hombre de estado cartaginés de su tiempo, el tuerto general que dirigió a ejércitos multi-étnicos sin sufrir nunca un motín, podría generar no solamente una, sino mil películas sobre su persona. En mi humilde opinión, una serie bien financiada y por una cadena prestigiosa que no reparase en gastos y tuviera buenos asesores (para respetar la Historia) y aún mejores guionistas (para hacerla atractiva al gran público) a lo largo de tres o cuatro temporadas, sería la única fórmula para acercarse con garantías al mítico africano.
Desafortunadamente, la cinta dirigida a varias manus es un peplum que ni siquiera llega a funcionar como tal, notándose muchas carencias técnicas, un ritmo acelerado y un número de licencias curiosas que, no tienen el salvoconducto de estar hechas para mejorar la emoción de la trama precisamente. Todo un especialista en el género, Victor Mature, fue la gran baza para esta película italiana, pero no se intuye en esta ocasión bajo su rostro la complejidad de aquel hombre a quien el futuro Imperio llegó a temer a lo largo de generaciones, incluso cuando hacía mucho de su muerte, cuando las matronas gritaban a los retoños más traviesos que el demonio púnico estaba a las puertas.
La obra se deja ver, pero realmente pondrá a prueba la paciencia a más de uno, los pobres elefantes y los medios de la época no pueden ocultar el tiempo transcurrido, allí, donde Aníbal debería tirar de interpretaciones y guión para sobrevivir a las futuras generaciones, falla de una manera notable.
El hijo de Amílcar y su época siguen esperando esa adaptación al séptimo arte que acerque su poderosa e inquietante figura a los espectadores.
En Hollywood, el género del cine pélplum dio lugar a verdaderas obras maestras como Ben-Hur , Los diez mandamientos o Espartaco . Como es lógico, con este tipo de cine ocurrió lo mismo que con el western, y es que le salió un poco agraciado hermano italiano. Pronto, en la década de los 50, la industria cinematográfica italiana se contagió de la obsesión hollywoodiense por este cine (principalmente en el estudio Cinecittà) dando lugar a una enorme cantidad de infumables películas realizadas con bajo presupuesto.
Una de ellas es Aníbal , protagonizada por el mediocre actor Victor Mature y dirigida por el pésimo cineasta Carlo Ludovico Bragaglia. La película es mala, y se nota. Guion amorfo y carente de estructura narrativa, mala dirección, sobreactuaciones por norma general en el reparto y un pobre sentido del espectáculo que horrorizaría al gran David Lean son algunos de sus más notables errores. Por lo demás, lo dicho, una película mediocre de esas que emiten por televisión en Semana Santa y que se olvida tras haber visto. Solo se salvan su pegadiza banda sonora y la escena del duelo entre Aníbal y uno de sus guardias.