Ángeles en América (Miniserie de TV)
Sinopsis de la película
Cuando Prior Walter (Justin Kirk) le confiesa a su amante Lou (Ben Shenkman) que ha contraído el sida, éste lo abandona. A medida que la enfermedad y la soledad destruyen a Prior, la culpa consume a Lou. Al mismo tiempo, Roy Cohn (Pacino), un hombre muy influyente, anima a Joe Pitt (Patrick Wilson), un abogado mormón y republicano, a trabajar en el Departamento de Justicia. Ambos ocultan su homosexualidad: Pitt por vergüenza y por razones religiosas, Cohn para conservar el poder. Por su parte, Harper (Mary-Louise Parker), la frustrada esposa de Pitt, está deseando librarse de la farsa de su matrimonio. Un ángel mensajero (Emma Thompson) invita a Prior a actuar como un profeta.
Detalles de la película
- Titulo Original: Angels in America
- Año: 2003
- Duración: 352
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Opinión de la crítica
7.2
86 valoraciones en total
No conocía esta miniserie de nada. No había oído hablar de ella –para bien ni para mal- ni cuando se estrenó hace una década, ni ahora, cuando la he visto. Así que cuando me topé con ella por casualidad no pude más que sorprenderme: un producto HBO, unas notas altísimas en Filmaffinity, en IMDB,… un director (Mike Nichols) que aunque no es de mis preferidos había hecho algunas películas interesantes (Armas de mujer, A propósito de Henry, Primary Colors…), y encima un reparto de lujo lleno de estrellas como Al Pacino, Meryl Streep, Emma Thompson,…). Tenía todas las papeletas, así que me lancé motivado a devorarla.
Para empezar no se si calificarla de película larguísima (6 horas) o de mini serie. Al parecer esto realmente era una obra de teatro en dos partes (tituladas El milenio se aproxima y Perestroika, respectivamente) y cuando la adaptaron a la televisión cada parte duraba 3 horas y estaba dividida en 3 capítulos de 45 minutos, pero más por motivos de poderla emitir en un formato aceptable que porque haya episodios propiamente dichos.
La serie cuenta la historia de una serie de personajes homosexuales en Nueva York a mediados de los años 80, es decir, en plena época del conservadurismo de Reagan, y cuando el SIDA empezaba a causar estragos y a estigmatizar y aterrorizar a sus víctimas.
No hay realmente un protagonista claro, es una serie más bien coral. Tenemos gays abiertamente gays, como la pareja formada por Louis, un chico judío que trabaja en los juzgados, su novio Prior, al que le diagnostican la enfermedad, o su amigo Belice, una drag queen negra que trabaja como enfermero. Tenemos gays que todavía están en el armario, como Roy Cohn (Pacino), un fiscal ultraconservador famoso por investigar comunistas durante la época McCarthy, que al parecer está basado en un personaje real. Y tenemos gays que ni siquiera saben que lo son todavía, como Joe Pitt, un abogado de la corte de apelación, mormón convencido, y al que Roy ayudará a trepar.
Y también está el entorno: la doctora de Prior, la madre mormona de Joe, Harper, su mujer, una pastillera neurótica y frustrada adicta al valium…
Y como podéis imaginar el tema central es el SIDA, cómo se enfrentan a él los enfermos y su entorno (parejas, amigos, familia,…) y la homosexualidad masculina y la hipocresía que la rodea (sobre todo entre los que todavía no han salido del armario y que está bien representado por el personaje de Al Pacino).
Lo más original de la serie quizás sea el tratamiento: los personajes tiene sueños/alucinaciones, a veces incluso compartidas entre ellos. Es decir hay un tratamiento fantástico, pero muy muy fantástico, con ángeles volando que aparecen a través del techo y cosas así.
Como decía a priori la serie parece que lo tenía todo, por lo menos en cuanto a estrellas de relumbrón. Hasta los secundarios son secundarios de lujo: Emma Thompson hace tanto de ángel como de la doctora de Prior, Meryl Streep hace tanto de madre mormona de Joe Pitt como del fantasma de Ethel Rosemberg que se aparece a Roy, quien ayudó a condenarla por espía comunista, James Cromwell hace de médico de Roy… Porque eso sí, los actores, interpretan varios papeles además de a su personaje principal.
Sin embargo, y pese a todo lo anterior, ¡mi gozo en un pozo! No esperéis ver aquí un melodrama tipo Philadelphia, ni siquiera una frikada tipo Rent (que trataba el tema como una ópera rock). La serie, pese a ser mini, para mi gusto es insufrible, pretenciosa y llega a aburrir. Sobre todo si no entras demasiado en el tema fantástico (que por otra parte creo que está metido con calzador). En este caso nuevamente mi opinión discrepa ampliamente de la mayoritaria: al parecer ganó Emmys, Globos de Oro y premios por un tubo, y toda la crítica especializada la aplaudió con entusiasmo. En fin, para gustos colores…
Más en: http://el-pobre-cito-hablador.blogspot.com/2014/07/angeles-en-america.html
Envidia… siento una profunda envidia hacia todas aquéllas personas que no han visto está película… la razón descubrir, experimentar, disfrutar por primera vez de una OBRA MAESTRA.
Ayer vi la primera parte y ya le puse un 10 y hoy he visto la segunda y lo ratifico… hay muchas razones para calificar una película de Obra Maestra pero casi todas se reducen finalmente a un gusto personal no mensurable objetivamente.
Lo único que puedo decir para alentar a las masas indecisas entre tanta película es que miren los actores que intervienen, la fotografía del increíble Goldblatt, música de Newman, si todos estos factores no son suficientes para llamarles la atención no seré yo quien les haga cambiar de opinión… pero aquéllos que le concedan una oportunidad descubrirán ironía, crítica, política, sentimientos (no sentimentalismo), fantasía, humor, drama,…
Una delicia.
Aclamadísima miniserie producida por la cadena americana HBO y que nos traslada a la Nueva York de los ochenta, a los Estados Unidos de Ronald Reagan y en particular a una sociedad atemorizada entonces por una enfermedad, el SIDA, que incluso hoy en día todavía causa escalofríos.
El veterano director Mike Nichols, grandes estrellas como Al Pacino, Meryl Streep o Emma Thompson, jóvenes y sorprendetes actores como Patrick Wilson o Jeffrey Wright y la gran cadena HBO se unen para llevar a la pequeña pantalla esta adapatación de la exitosa novela de Tony Kushner que lleva su mismo nombre. Todo el talento de cada una de las personas participantes en este proyecto está aprovechado al máximo poniéndose en escena una maravillosa producción a la que hay que sumar además una excelente caracterización y vestuario y una hipnótica y preciosa banda sonora.
En sí el film es muy complejo. Para mentes muy muy despiertas. Se ponen encima de la mesa temas complicados: política, religión, enfermedad, conciencia, moralidad, influencias, economía, del más allá y del más acá…todo ello salpicado por la homosexualidad y el SIDA en los Estados Unidos de los ochenta. Diálogos densos hasta la extenuidad y discusiones casi, y no tan casi, metafísicas. Sueños y realidades, tierra y cielo se mezclan de una manera poética en cada uno de los protagonistas y escenas de la cinta.
Producción con mucho mérito, con grandes estrellas, con una ciudad magnífica como plató, Nueva York, con mucha inteligencia, con grandes historias y que usando recursos inesperados (doble interpretación de los actores durante toda la película) consigue llevarte a lo más profundo de un problema que todavía hoy en día, aunque de otra manera, está entre nosostros.
Me temo que esta miniserie no hay por donde cogerla. Es un pastiche de drama, comedia, fantasía, que aunque toca temas serios ( el SIDA, la homosexualidad, la religión), resulta demasiado presuntuosa. Hay varios momentos muy pesados y aburridos, con discursos pseudo-intelectuales
Mezcla de Philadelphia, La hoguera de las vanidades, Las horas, Pacto con el diablo, Lejos del cielo, Cielo sobre Berlín, etc.
Al Pacino, en su línea, sobreactúa, Meryl Streep, siempre grande, el resto de actores, muy bien.
Dios ha abandonado a las criaturas que creó a su suerte. A principios del Siglo XX, El Creador se fue y comenzó un centenario de muertes, matanzas y plagas, de luchas absurdas motivadas por razones egoístas y avariciosas. Los Ángeles y los humanos ya no tienen guía. Su progreso, en lugar de construir vida y mejoras en unas estructuras vivas preestablecidas, avanza como un tanque por campos de centeno. Arrolla con todo lo vivo, quiebra todo lo bello, mata todo lo posible. Y el castigo es inevitable. El último de ellos, una epidemia, el SIDA, que hará mermar a la población y los enfrentará aún más si es posible, de camino a una caída del cielo, a un apocalípsis inevitable.
En el Nueva York de los años 80, la esperanza está perdida. Con Ronald Regan como presidente, la Nación de la Libertad vivió un periodo de desigualdad y de merma ideológica alarmante. Sus medidas sociales, políticas y fiscales abanderaban una ideología lejana a la libertad, el progreso y el respeto.
Prior Walter (Justin Kirk) y Louis Ironson (Ben Shenkman), judío, son pareja homosexual desde hace tiempo. Prior contrae SIDA y su amante no es capaz de soportar el dolor y la enfermedad de su compañero, así que lo abandona. Ni siquiera sus ansiadas ideas democráticas y humanistas son capaces de redimirlo. Prior, por su parte, avanza por el valle tenebroso de la muerte, y mientras las yagas y el dolor deshacen sus entrañas, interno en un hospital y cuidado por su enfermera (Emma Thompson), comienza a tener visiones de un Ángel (Emma Thompson) que le anuncia como mensajero de Dios en la tierra, como sacrificio ejemplar en el fin de la raza humana. Joe Pitt (Patrick Wilson) es un abogado mormón de convencidos ideales republicanos, que sin embargo no puede seguir negándose a si mismo el hecho de que es homosexual. Pese al cariño que tiene con su esposa, Harper (Mary – Louise Parker), ella le abandona, perdida en un mundo que no comprende y que le toma por loca, cuando es otra mensajera, otra conocedora del fin, como le dice su aparición, el Sr. Lies (Jeffrey Wright). Roy Cohn (Al Pacino) es un afamado abogado que ofrece a Joe una oportunidad única en su carrera, por un beneficio secreto, uno de tantos secretos que posee, pues Roy está terriblemente enfermo de SIDA, aunque por su ira hacia seres repugnantes como negros, judíos u homosexuales, trate de ocultarlo. La madre de Joe, Hanna (Meryl Streep), llega a Manhattan para ayudar en estos cambios, y el choque de su tranquila vida mormona, con la verdad escupida en la cara, con la enfermedad, con la soledad, con el deseo insatisfecho, quiebra todo en lo que creía creer. Entretanto, Roy yace próximo a la muerte en un hospital donde es atendido por Belize (Jeffey Wright), el mejor amigo de Prior, homosexual y negro, y es visitado por Ethel Rosenberg (Meryl Streep), judía, a quien Roy mandó ejecutar en la era Mccarthismo, ansiosa por ver el sufrimiento del ejemplo del mal en la tierra.
(Sigue sin Spoiler)