Anacleto: Agente secreto
Sinopsis de la película
Adolfo, un treintañero que trabaja de segurata, está pasando una mala racha. No sólo le deja su novia de toda la vida por ser un tipo sin ambición sino que, para colmo, se convierte en el objetivo de una serie de matones liderados por Vázquez, un peligroso criminal que acaba de escapar de la cárcel. Además descubre que su padre tiene una doble identidad. No es un payés dedicado a la producción de embutidos, como él ha creído toda la vida, sino que es Anacleto, un agente secreto en horas bajas y el hombre que encerró a Vázquez hace treinta años. Adolfo tendrá que abandonar su zona de confort y colaborar con su padre, la persona con la que peor se entiende del mundo, para sobrevivir a la venganza de Vázquez y, de paso, entre tiroteos y persecuciones, intentar recuperar a su novia.
Detalles de la película
- Titulo Original: Anacleto: Agente secreto
- Año: 2015
- Duración: 87
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Opinión de la crítica
5.6
98 valoraciones en total
Bienvenida sea esta entretenidísima cinta que parece cabalgar sobre la ola de las adaptaciones mastodónticas e híper-inflados presupuestos, pura mercadotecnia aburrida y repetitiva. Pero estamos ante una agradable sorpresa que va casi a contracorriente: recupera la ingenuidad, el desparpajo, la ironía y el buen hacer del primer James Bond (de aquellos pretéritos años 60), sin caer en el estruendo ensordecedor de las superproducciones yanquis o internacionales que todo lo pervierten y banalizan a golpe de explosiones, arbitrariedades, pilas de dinero y anacolutos. Aquí hallamos cierto candor debido a las limitaciones de presupuesto, supliendo con talento y chispa lo que con más dinero hubiese acabado en el desagüe de los plagios indecentes.
Esto es el universo Vázquez – como en otros casos se habla del universo Marvel – y conviene ponderar el ingenio intrínseco de ese maestro del cómic de la piel de toro, que ha sido un extraordinario retratista de la España de las últimas décadas y de varias generaciones. Lo cercano preferimos denostarlo como chabacano en vez de ponderar en su justa medida lo que de artera y perspicaz crítica tiene su extraordinario reflejo distorsionado y esperpéntico de un mundo que no por local y reconocible deja de tener un valor casi antropológico. Y el ocurrente y magníficamente dialogado guión sabe recoger lo mejor de esa fauna patria que produce sonrojo y vergüenza ajena si no formásemos parte de la misma.
Y el director sabe engrasar todas las piezas como un sólido engranaje de relojería suiza, acertando con el tono de parodia, salpicando de humor – tanto físico como verbal – casi cada imagen de la desaforada cinta. La hora y media pasa demasiado rápido y deja con ganas de más, porque estamos ante un juguete en apariencia atolondrado pero nada inicuo, donde no se da pespunte sin hilo ni se suelta frase sin retruécano, ni se ofrece escena sin sorpresa ni requiebro ingenioso. Y todo ello adornado con un elenco actoral que no sólo parece disfrutar con lo que hace, sino que transmite una contagiosa vitalidad al agradecido espectador. Hay una química innegable en el atípico e insospechado dúo protagonista que ilumina y dinamiza todo el metraje. Pero es Rossy de Palma la que – en sus breves escenas – se hace con la película al ofrecer la más desternillante versión de una amantísima madre inmaculada.
En definitiva, para quien vaya a verla sin prejuicios, se verá recompensado con una vigorosa película de acción, con sus dosis de humor salvaje y una disfrutable deconstrucción del espía de superproducción en declive. Ojalá encuentre su público – porque lo merece.
Película entretenida en su conjunto, que cuando parodia las películas de espías aburre (porque ya se ha hecho antes y muchas veces) pero cuando entra en el campo de la comedia arrasa. Hay momentos realmente hilarantes. El duo Imanol – Quim se sale, pero falla Areces (que goloso y difícil es el papel de malo y cuantas grandes oportunidades tiradas por la borda. ¿Alguien se acuerda de Moreno en Torrente 2?). Mención especial a Berto, que solo tiene que aparecer en pantalla para que sonrias. La película se olvida a los 10 minutos pero hay un par de escenas que vuelven a tu memoria e irremediablemente te harán sonreír una y otra vez.
Si Anacleto – Agente Secreto fuera una comida no sería un vanguardista y refinado plato de Ferran Adriá, ni una porción de sushi del japonés más hipster y minimalista, sería una hamburguesa con queso, una sencilla pero inmejorable hamburguesa con queso, con su carne jugosita, su queso fundido, una deliciosa comida que no tiene animo de ser algo más que una sencilla hamburguesa.
De todo lo anterior se pueden sacar dos conclusiones, la primera, que la película es un excelente entretenimiento sin pretensiones, y la segunda y más importante, que no es recomendable escribir críticas con hambre.
Desde el arranque comprobamos que nos encontramos ante una pelí con una factura impecable. La cuidada fotografía, la verosimilitud de los efectos, y la ausencia de nacionales y republicanos nos deja claro que esta película no va a caer en los esteriotipos que se tienen respecto al cine español. Y aun diría más: Más.
Anacleto – Agente Secreto es un blockbuster perfecto en el que el ritmo no decae en ningún momento, sigue la senda actual de películas en las que la acción se combina con humor con el único fin de entretener, bueno, y de ganar pasta, sobre todo de ganar pasta a saco… Aunque en este caso el humor predomina sobre la acción, o dicho de otra manera, aquí la acción es una excusa para hacer humor, y no al revés como suele suceder en el cine de entretenimiento estadounidense.
Consideraciones técnicas y de guión a parte, quiero destacar a Quim Gutiérrez en su papel de pasota tirado, a Alexandra Jiménez en su papel de novia arpía, y a Scottex en su papel del culo. Además Imanol Arias borda su papel de Anacleto, y se convierte en un contrapunto genial del verdadero protagonista, el anteriormente citado Quim Gutiérrez. Pero lo más importante de todo es que estamos ante una buena comedia, tanto los diálogos como las situaciones están a buen nivel, consigue hacer reír, no cae en la escatología, y lo más importante, no la protagoniza Adam Sandler.
Resumiendo, si quieres pasar un rato divertido esta es tu película, siempre que te llames Javier Ruiz Caldera, si no no es tu película, es una película que te va a gustar pero no es tuya, es de Javier Ruiz Caldera que es su director.
Vídeo críticas en: https://www.youtube.com/playlist?list=PLxvGnhAqe5bkzKdkmyirkhkVbz3i6W3TC
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Se ha hecho realidad. Si los ingleses ya cuentan desde hace un año con su particular parodia del cine de espías, representada a la perfección por Colin Firth en Kingsman, ahora llegamos nosotros, españolitos de a pie, y nos plantamos con una digna réplica. Anacleto. Agente secreto adapta a la actualidad la caricatura de James Bond que Manuel Vázquez Gallego engendró en los años 60 para la editorial Bruguera. Sabiamente, no lo hace para contentar a los pocos incondicionales de tan remotas viñetas sino con el firme propósito de reventar la taquilla. Las cifras del primer fin de semana han sido menos apoteósicas de lo esperado. Sin embargo, la propuesta de Javier Ruiz Caldera es tanto o más satisfactoria que la de Matthew Vaughn, aunque a algunos les cueste equiparar la flema británica con nuestro humor patrio.
Complicado lo tenía el director catalán para superar 3 bodas de más, sin duda alguna una de las mejores comedias que ha parido el cine español en los últimos años. Y más con la difícil tarea de adaptar otro de nuestros clásicos tebeos. Si Fesser salió victorioso con la primera encarnación de Mortadelo y Filemón, no ocurrió lo mismo en sucesivas entregas ni con otras aventuras como las de Zipi y Zape. Caldera afrontó el reto de la forma más inteligente posible: jugando con las teclas (y los actores) que ha demostrado saber manejar.
Prácticamente el mismo elenco de secundarios que funcionó a la perfección en la comedia romántica se acopla sin problemas a este cine de aventuras repleto de diálogos y escenas desternillantes. La delirante conversación en casa de Rossy de Palma es el mejor ejemplo de que más es mejor si se cuenta con los intérpretes adecuados. A diferencia de Torrente, aquí no se trata de meros cameos más o menos afortunados, sino de apariciones breves pero que dejan huella. En ese sentido, la otrora musa de Almodóvar se lleva la palma como secundaria de lujo en una producción sin ni una sola actuación de saldo.
La elección de la pareja protagonista ha sido uno de los mayores aciertos de casting de los últimos años, a la altura de Clara Lago y Dani Rovira en Ocho apellidos vascos, salvo que en esta ocasión la apuesta era sobre dos valores seguros, un Imanol Arias que encaja como un guante en el papel de superhéroe patrio y un Quim Gutiérrez que certifica de una vez por todas su innegable talento para la comedia. El cobarde y dubitativo Adolfo podría haber caído fácilmente en el histrionismo y la sobreactuación en manos de otro actor.
Para sorpresa de muchos, mía incluida, Anacleto se ha convertido en una gratificante revelación, en otra de esas escasas películas de humor terapéutico que amortizan de pleno el pago de una entrada. Caldera resucita así a un personaje olvidado de nuestra historia del cómic y lo dota de los elementos necesarios para asegurar su continuación. Lo hace con astucia, sin acomodamiento, jugando con un entorno tan auténtico como el barrio de Bellvitge y regalándonos escenas para el recuerdo como la lucha karateka con vibrador o la reacción alérgica de Adolfo a los cacahuetes. Un divertimento de lo más disfrutable.
Divertida, alocada a ratos y con sus tintes de acción. No es una historieta típica de Anacleto, de esas que muchos hemos leído en revistas y tebeos. Pero sí contiene mucho humor, lógicamente adaptado a nuestros tiempos (incluyendo el negro) pero con algún que otro guiño a los cómics que los aficionados sabemos reconocer. A priori, el argumento planteado podía pensar que daría lugar a un truño. Pero no ha sido así, pues Ruíz Caldera ha sabido organizar muy bien una película que para nuestra sorpresa sí es buena. Aunque esté tan alejada de las viñetas, como muchos verán al escuchar demasiados tacos.
Imanol Arias desempeña muy bien su papel, se nota que es un actor veterano y no le tiembla el pulso en ningún momento. Ni en situaciones de acción ni humorísticas. Pero mención especial merece Quim, que refleja la evolución de un personaje cobarde y sin espíritu de superación que se ve forzado a cambiar. Carlos Areces hace también un buen trabajo interpretando a un despiadado antagonista, aunque sabe hacerlo mucho mejor. En cuanto a Berto y Alexandra son los que realizan una actuación más floja, pero aceptable. No en vano son el contrapunto a la pareja protagonista, la que se ve envuelta en todos los líos como es fácil de adivinar. Por último, Eduardo Gómez es el único que arranca sonrisas de los secuaces.
Se cumplen 20 años del fallecimiento de Manuel Vázquez, el genio y figura. De seguro que si siguiera vivo, se hubiera reído y disfrutado con esta adaptación aunque sea tan libre . No olvidemos que era un tanto anarquista, pero irreverente y amante del humor y muy influyente tanto en otros autores de cómic como en series de televisión.