Amistad
Sinopsis de la película
Una noche del verano de 1839, cincuenta y tres esclavos negros que viajaban a bordo del navio La Amistad se amotinaron y tomaron el control del barco frente a las costas de Cuba. Fracasado su intento de regresar a África, fueron detenidos por tropas americanas y se encontraron en un país extraño y a merced de un sistema judicial que les era ajeno.
Detalles de la película
- Titulo Original: Amistad
- Año: 1997
- Duración: 155
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Opinión de la crítica
Película
5.9
26 valoraciones en total
Después de ver esta peliculucha llegué a la conclusión de que los americanos son tan guays que me planteé cambiar de nacionalidad sobre la marcha..Bromas aparte, la invención de la Historia es notable en este eterno y cansino filme, ponen a los españoles como los esclavistas y los americanos como los libertadores, casi dan ganas de vomitar. Ahora resulta que el algodón lo recogían los blancuchos del sur, los negros vivían a cuerpo de rey en sus mansiones de Virginia debido a que según este tipejo, América era el paraíso de los esclavos. Es lo más patético que ha hecho Spielberg hasta ese momento, siempre con su bandera americana y su gorra de baseball por insignia, para recordarle al mundo lo guay que es ser americano (y judío) y lo malo que es ser europeo o español. La historia está ahí por mucho que el super guay de Spielberg lo quiera ocultar, los españoles traían menos esclavos que los portugueses, ingleses y franceses, quienes manejaban el comercio esclavista, ya que los españoles solían comprarlos estando ya en América..los españoles también eran esclavistas pero a un nivel muy inferior que los demás países, por mucho que quiera el super guay hacernos creer que nosotros somos los malos y ellos los buenos..como dicen en mi tierra, vete a acostarte, colchón
Hay muchas razones para considerar Amistad como una mala película, pero yo diría una sola: representa lo peor del cine de Spielberg. Si pensamos que este director tiende a caer en sentimentalismos artificiales, construir personajes planos, ser demasiado pretencioso cuando toca temas trascendentales, etc. Todo esto y mucho más lo encontramos en esta película que pasa por ser de las más aburridas que han salido nunca de un megaestudio, que ya es decir. Hasta tengo la sensación que el propio Spielberg se debió aburrir haciéndola.
Con semejante presupuesto que mueve su director, es normal que la ambientación y la calidad visual de la película sea impecable, pero lo que se oculta tras todo esto no es mas que una barata novela de litigios al mas puro estilo John Grisham. Hasta los actores parecen andar bastante perdidos. Se nota bastante la presencia de alguno por pura moda, como Matthew McConaughey, y otros cubriendo la cuota de estrellas a las que les falta un Spielberg en sus curriculums ( quiero trabajar con este o tal actor , dicen siempre los directores, sin pensar si son los mas adecuados para el personaje) como Anthony Hopkins o Morgan Freeman, cuya desaparición a mitad de metraje dice mucho del desbarajuste argumental de una historia bastante trucada para acentuar los aspectos mas dramáticos y humanitarios.
Si hay algún otro que quiera dar su visión acerca de la historia de la esclavitud, lo tiene muy fácil para subir el listón.
La trama es interesante y trata sobre el racismo, la esclavitud, etc. Pero en la trama histórica se miente descaradamente para dejar a los españoles como traficantes de esclavos, cuando eso fue prohibido por la corona española y además el tráfico de esclavos lo hicieron los portugueses, los ingleses y los holandeses. Una versión almibarada para dejar como héroes a los americanos.
No soy uno de esos tocacojones que cuando ve una película sobre un hecho histórico se pasa todo el metraje diciendo No, eso no era así , Eso no sucedió de esa manera , Los de ese ejercito iban de color azul, no de color verde y toda esa mierda, no, no, no.
Por ejemplo, una licencia que se toma esta película y que no tengo ningún problema en aceptar (y me parece hasta simpática) es la de mostrar a una pre-adolescente reina Isabel II en cuyas manos se ha dejado el control de los conflictos internacionales españoles. La realidad era distinta, pues fue María Cristina de Borbón quien ostentó la regencia del trono desde la muerte de Fernando VII hasta 1840 y, posteriormente, sería el general Espartero quien ocuparía el puesto hasta 1843. Así que dudo mucho que la niñita de 12 años tuviera algo que decir al respecto. Otra licencia que se toma la película (que tampoco molesta) es la de Martin Van Buren como presidente de Estados Unidos durante todo el desarrollo de la trama, cuando parece ser que sólo lo fue hasta 1841. Tampoco hay problema con eso, Spielberg no quería que la compleja realidad histórica de las regencias en las monarquías o los cambios de legislatura en las democracias hiciesen su historia más complicada, esa es la clase de licencia que acepto sin problemas.
Nada de eso molesta, el problema realmente es otro. El problema aquí está en la Fórmula Spielbergiana que tan bien funciona en algunas películas y tan mal funciona en otras. Spielberg necesita que sus películas las protagonicen héroes muy muy buenos y villanos muy muy malos. Así de infantil es el tío, en verdad os lo digo.
Ya me imagino al señor Esteban sufriendo y pasándolo mal cada vez que la compleja realidad le molestaba en su película. Cosas como que en realidad Joseph Cinqué terminase siendo un comerciante de esclavos tenían que ser omitidas a toda costa, dado que él era uno de los buenos. Veo a Spielberg tapándose los oídos y gritando Lalalalala, no oigo nada! Lalalalala Cinqué era bueno! . Claro Spielberg, tú di que sí. ¿Cómo iba a ser ese Cinqué una persona normal y por lo tanto tan corruptible y egoísta como cualquier otra? Él tenía que ser bueno y tenía que pertenecer a una tribu de hombres buenos que nunca hacían nada malo y que seguramente se regía por normas mucho más justas, igualitarias y avanzadas que cualquier sociedad de hombres blancos horribles y malvados.
Tampoco parece muy verosimil que un ex-presidente de Estados Unidos como John Quincy Adams insinuase tantas veces la idea de igualdad de derechos en sus discursos, cuando es algo en lo que ni siquiera Abraham Lincoln creía. Adams era abolicionista, sí, igual que Lincoln. Pero de querer abolir la esclavitud a creer en la igualdad entre blancos y negros había muchísimo camino todavía. Hubo varios abolicionistas que querían acabar con la esclavitud pero ni en broma un estado en el que los derechos de blancos y negros fuesen equiparados. Pero en fin, asumamos que ese ex-presidente de mediados del siglo XIX ya tenía una ideología que no se impondría en su país hasta los tiempos de Kennedy, unos 120 años más tarde.
PERO lo que más chirría en esta película no son esos detalles tampoco. Sino que parece que Spielberg quería que toda esa controversia de los amotinados del Amistad girase sobre temas tan profundos como ¿Es justa la esclavitud? , ¿Acaso no somos todos iguales? , ¿Acaso no somos libres por naturaleza? . Pero esa no fue la realidad. Por mucho que en su discurso final Hopkins (interpretando a John Quincy Adams) le de vueltas y más vueltas a esos temas NO ERA ESO LO QUE SE ESTABA DISCUTIENDO en el juicio. ¿Nadie ha caido en ese detallito?
El asunto en aquel procedimiento versaba sobre si aquellos esclavos en concreto habían nacido libres en Africa o si, por el contrario, habían nacido siendo hijos de esclavos (y si se demostrase que eran hijos de esclavos no había problema en que también ellos fuesen esclavos). Así que NO. Ese no fue un juicio tan bonito como le habría gustado a Spielberg. Al final del juicio nos cuelan un monólogo en contra de la esclavitud y a favor de la igualdad entre los hombres. Es un hermoso discurso, pero ese no era un proceso en el que se estuviera debatiendo sobre si los Estados Unidos deberían seguir permitiendo la esclavitud o si ésta debería abolirse. De hecho es bien sabido que la esclavitud seguiría existiendo durante algunas décadas ¿Entonces por qué hacen que el ex-presidente dé un discurso sobre una cosa cuando teóricamente la que se está intentando demostrar es otra totalmente distinta?
Amistad no me parece su peor película aunque sea la que más detesto. Spielberg, tras Schindler y las dos sagas jurásicas, no sabía que hacer con tanto dinero y fundó Dreamworks (ya sabéis… la del puñetero niño sentado en la luna… ufff… qué grima…) y qué mejor que una peli suya para inaugurarla. La misma opción que eligió en La lista de Schindler pero abordando el tema con negros en lugar de judíos. Se le olvidó que la Academia que le otorgó sus Oscars es judía y no negra, pero claro, a Spielberg hay que explicarle este tipo de cosas.
La película parte de un hecho real y va derivando hacia lo empalagoso y estúpido. Un Anthony Hopkins que apenas aparece se nos planta diez minutos parloteando un alegato aburrido y pendenciero. No se puede realizar esto tras dos horas de película, hombre. Además el historiador Spielberg intenta vendernos que la libertad de los esclavos supuso el comienzo de la guerra civil americana para darle más épica al asunto, cuando todos sabemos que hasta finales de los sesenta del siglo pasado el problema no desapareció. El insulto final es que al término del film aparecen los diversos personajes con subtítulos indicándonos que ha sido de ellos, como queriendo reforzar el hecho de que lo que acabamos de ver (soportar) es una historia real.
¿Por qué Spielberg no nos cuenta que Cinqué regresó a su tierra y se convirtió en cazador de esclavos prosperando económicamente? Pues porque el héroe de este tipejo luego no puede convertirse en un ser ruin ya que los niños no irían a ver la película y se perdería mucho dinero.
DESTACO la fotografía y la secuencia de cincuenta negritos a hacer puñetas.
SUSPENDO la horrorosa música que compuso John Williams en esta ocasión. La dirección más patética de toda la filmografía del tipejo este. La moralina de los cojones. Los subtítulos, a veces sí y a veces no. El alegato de Hopkins. El tratamiento analfabeto sobre la corona española del momento. El guión de los cojones… etc.etc.etc.
Sin el dinero la vida de Spielberg se sumiría en un caos y podría llegar a producir películas independientes o alguna deshonra similar.