Amigo de nadie
Sinopsis de la película
Julián cometió un asesinato cuando era niño, pero nadie quiso darse cuenta. Fue algo mecánico, por miedo, casi en legítima defensa, piensa él. Más tarde, siendo un adulto, junto a sus amigos, disfruta de las ventajas que le otorga el prestigio de su familia pero siente que el mundo al que pertenece se desmorona en un ambiente de violencia generalizada. Sus apellidos parecen no significar nada, la representación de él mismo y de lo que significa su historia son ahora ruido sin sentido, decadencia. Julián decide entonces resolver sus problemas personales de la misma forma en que se resuelven los conflictos sociales en la sociedad en que vive, a bala.
Detalles de la película
- Titulo Original: Amigo de nadie
- Año: 2019
- Duración: 104
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Tras haber logrado un cierto oficio –y un claro éxito comercial- con sus series televisivas sobre las mafias colombianas (Sin Tetas no hay Paraíso, El Cartel de los Sapos, Las Muñecas de la Mafia…), es bien factible que, al director antioqueño, Luis Alberto Restrepo, le haya quedado la piquiña por hacer un largometraje sobre este tema, no obstante lo mucho que se ha discutido en Medellín sobre la forma como este cine estigmatiza a la ciudad… pero, nadie podrá tapar las muchas e impactantes historias que ocurrieron durante la existencia del temible Cartel de Medellín, y menos ahora que a tantos hechos se les comienzan a correr los velos… ¡y cuando resulte una buena historia, habrá quien quiera hacer con ella una película de éxito!
Juan José Gaviria y Simón Ospina, se encontraron con una sorprendente historia ocurrida en la Medellín de los años ’80 y ‘90 -barrio El Poblado, para más señas-, en la que, el protagonista, fue el hijo de una prestante familia de la ciudad a la que ellos identifican como los Mejía (conservando la reserva del verdadero nombre) y también agregan que fueron filántropos emprendedores, fundadores del Medellín moderno. ¿Podía surgir de una familia así, una suerte de asesino sin piedad? Pero, si Juan Camilo Mejía, El Milicio -nombre también ficticio. En la película, Julián Vidal- lo fue, el o los por qué, es lo que la novela -y el filme- tratan de desentrañar.
Partiendo del libro de Gaviria y Ospina -inicialmente titulado, Para Matar a un Amigo (2012), pero, ahora retitulado y modificado para aprovechar la publicidad del filme- Luis Alberto Restrepo, se tomó algunas libertades que consideró necesarias, y así, el guion firmado por él junto a Gaviria, es un cuento de ficción con mucho aroma a hechos reales. Incluso, la impactante masacre del Bar Oporto (Loma de los Benedictinos de Envigado), acaecida el 23 de junio de 1990, en la cual asesinaron a 23 personas, también se recuerda por sus efectos dramáticos.
En lo personal, pienso que lo valioso de este filme -cuyo personaje central se vuelve excesivo y predecible, con un desenlace paradójicamente blando- es la manera como se ilustra la que bien podría ser la génesis del paramilitarismo: Las clases altas quieren preservar sus vidas, su lugar y sus pertenencias a toda costa, y el intenso miedo que las acecha cada día, les lleva a perder cualquier escrúpulo y se disponen a ponerse, de igual a igual, con aquellos enemigos, inferiores y feos que rondan sus territorios. Quieren la paz… pero, están convencidos de que, para alcanzarla, tienen que eliminar a todo aquel que les inspira miedo. Tarde comprenderán que, mientras sean ellos quienes propicien las desigualdades, jamás dejarán de sentir miedo. La culpa acorrala indefectiblemente.
Atractivas actuaciones de Juan Pablo Urrego (Julián) y Catalina García (Carla) y, sobresaliente, Patricia Tamayo como la madre.