Alien: resurrección
Sinopsis de la película
Más de doscientos años después de su muerte, Ripley (Sigourney Weaver) vuelve a la vida gracias al empleo de técnicas avanzadas de clonación. Pero, durante el proceso, el ADN de Ripley se ha mezclado con el de la Reina Alien, por lo que Ripley empieza a desarrollar ciertas características de la peligrosa alienígena.
Detalles de la película
- Titulo Original: Alien Resurrection aka
- Año: 1997
- Duración: 108
Opciones de descarga disponibles
Si deseas puedes descargarte una copia la película en formato HD y 4K. Seguidamente te citamos un listado de posibilidades de descarga activas:
Opinión de la crítica
Película
5.6
86 valoraciones en total
En 1997, siguiendo la tradición de contratar directores primerizos prometedores (recordemos que Ridley Scott en 1979, James Cameron en 1986 y David Fincher en 1992 respectivamente, poca cosa tenían a sus espaldas), alguien de la Twenty Century Fox tuvo la marciana idea de contratar a Jean-Pierre Jeunet, que ya contaba con las estupendas Delicatessen y La ciudad de los niños perdidos, amigo del exceso, la pantomima y de utilizar el zoom de la cámara a toda ostia como si de una punta de lanza se tratara. Se nota que tras el fiasco de la tercera, esta vez los productores dejaron bastante más margen y libertad creativa, visto el resultado final, en el que el estilo del director de Amelie se hace inconfundible.
Nosecuantos cientos de años después de la inmolación de Ripley (Sigourney again) en Fiorina 161, cuando estaba preñada de una reina alien, un equipo científico logra clonarla (sic), para poder extraerle el embrión en la gigantesca nave Auriga. Así acontece, amén de que gracias a la imperfección del proceso, algo de la genética alienígena se le ha transmitido a la resurrecta teniente, que parece que tanto le dé quedarse hipnotizada mirando un tenedor, que sacarte los higadillos con el mismo. Un grupo de piratillas espaciales llega a las instalaciones, para vender cierta carga en forma de humanos para infectarlos con huevos alien. Un científico de las instalaciones (Brad Dourif con unas copas de más) juega con los aliens nacidos intentando amaestrarlos, pero la inteligencia diabólica de los seres provoca la consabida fuga e inicio de la gincana por la supervivencia. La depredadora Ripley junto a los bucaneros, un soldadito y el científico jefe intentarán escapar con vida de la Auriga, cuyo protocolo de emergencia ha puesto a la nave rumbo a la Tierra.
Hay dos condiciones para que te guste este film. Una es que te guste el estilo cartoonesco del director francés, y otra es que no te lo tomes en serio. No hay que considerarla como una cuarta parte, sino como una derivación mutante, estrambótica, algo surrealista, burlona y desacomplejada del universo Alien. En este sentido, parece más un comic de ciencia ficción futurista del tipo Métal Hurlant, que los franceses son muy suyos, o más específicamente, de aquellos de la editorial Dark Horse basados en la saga, que experimentaba con distintas especies de alienígenas y demás idas de olla galácticas. (Más en spoiler).
Un film plenamente disfrutable, de vacuo contenido, pero muy resultón gracias a la espectacularidad y el sentido del humor que imprime Jeunet, que elabora un entretenido e hilarante producto autoparódico de tendencias gore y que odiarán aquellos fans talibanes que se toman demasiado en serio la saga y quizás también a sí mismos.
Con una Ripley que recuerda a Riddick, unos aliens ya sin apenas parecido con el original, infinidad de extrañas libertades argumentales que desafían a la física, y una aberrante filia de la prota por los sanguinarios bichos, se le da a la lamentable saga que nunca debió existir (el nivel de la primera era imposible de repetír) un colofón de lo más penoso, entre interpretaciones bajo mínimos, mucha casquería de latex y un guión repleto de tópicos. ¿Lo único a destacar?: la escenografía, y eso no es suficiente motivo como para ver semejante despropósito.
Sólo recomendable para quien no haya tenido el placer de ver la peli original, porque aunque ni así puede llegar a gustar, al menos no ofende.
Efectivamente, la teniente Ellen Ripley ha vuelto de entre los muertos y algo ha cambiado en ella, pero por desgracia no para bien.
Y con esto no digo que se haya pasado al bando de los malos del cine, sino que esta cuarta entrega es la peor de las cinco películas sobre alien, a pesar de que está bien traída, la clonación de Ripley para volver a verla en la saga es algo original y creo que nada descabellado, y además el argumento sobre el intento de emplear a los aliens como armas es algo lógico ya que era un tema que se destacaba en las otras tres entregas y que era algo que debía llegar.
Sin embargo con estos buenos ingredientes no se consigue un film que convenza, la historia está contada demasiado rápido y se basa más en las escenas de acción que en contar una buena historia, probablemente sea porque se contratara a un director europeo que al no tener tanta influencia en Hollywood como podría tenerlo uno con algo más de renombre debió amoldarse a las exigencias de los productores, (esto solamente es una impresión personal sin contrastar, aunque no sería nada nuevo.)
Para finalizar diré que el final es por una parte prácticamente calcado a los de las dos primeras y por otro lado, (el del monstruo final) es algo que desvirtúa la saga, más intencionado en dar miedo o asco que en ofrecer un final de calidad.
Aunque no todo es malo en esta película, es entretenida y no está mal para pasar un rato, además Sigourney Weaver vuelve a estar muy bien, aunque su personaje esta vez no sea de tanta calidad como anteriormente. Además la escena en la que encuentra el laboratorio con los siete primeros intentos de clonarla es estupenda.
No está mal para pasar un rato, pero si esperas algo al nivel de las anteriores película saldrás defraudado.
Pese a que el final de Alien 3 me pareció bastante bueno en la idea, no así en la práctica (la imagen de Ripley superpuesta en el río de lava es ridícula), lo cierto es que el arranque de Alien Resurrección es lo suficientemente atractivo como para no echar por tierra todas las expectativas creadas de inicio. De nuevo, una cinta de la saga Alien sirve para abrir puertas a un grandísimo director, algo que ya ocurrió con absolutamente todas las entregas (Ridley Scott -Gladiator-, James Cameron -Titanic-, David Fincher -Seven-): Jean-Pierre Jeunet, conocidísimo ahora por la preciosa e íntima Amelie , firma una obra aceptable, obsesivamente entretenida y capaz de sorprender por su buen ritmo.
Nunca se hace pesada y lo cierto es que el elenco de personajes es más que notable. A la ya mítica teniente Ripley se le une un grupo de lo más variopinto, más chulos todos que un ocho, científicos, etcétera. El resultado es un casting perfecto, muy de videojuego, con el típico negro con rastas y cachas, el matón, la tía buena que es extremadamente fuerte, la joven con grandes aspiraciones, etcétera.
No podía ser menos viniendo el guión de manos de Joss Whedon (Buffy, Angel, Serenity), un tipo capaz de construir personajes secundarios tremendamente atractivos sin ser excesivamente complejos o ahondar en sus motivaciones. Como ejemplo de su estilo está el primer acercamiento de Ripley a la tripulación, con la pelota de baloncesto y demás.
La fotografía mantiene el nivel de la saga, de nuevo la cinta abre con una escena de una nave en el espacio y finaliza en forma de guiño a la primera película de la serie. Los efectos especiales son notables, los mejores de las cuatro, claro que aquí se nota demasiado ordenador, siendo las anteriores más manuales y por tanto quizá más meritorias. Por desgracia un gran lastre de esta Resurrección es el diseño del Alien Definitivo , tremendamente absurda mezcla de una de las criaturas y un humano.
Por lo demás, estamos ante una película típica, con buena factura técnica, una BSO notable, un guión potable y un ritmo frenético, acabándose en una abrir y cerrar de ojos. No es la mejor de todas, pero al menos es entretenidísima. Y sobra decir que está por encima de la media en lo que a acción y ciencia-ficción se refiere.
A pesar de los pesares, la saga Alien era rentable, y supongo que algún pez gordo pidió otra secuela.
Le dijeron que no era posible, que no sólo la secuela anterior ya era una mierda sino que encima terminaba con la muerte de la protagonista, y él supongo que dijo me suda la polla que esté muerta: si hace falta decís que toda la película anterior era un sueño que Ripley tuvo mientras hivernaba, o que resulta que la que se murió no era Ripley sino su hermana gemela o algo así…
Probablemente algún enterao objetó que ningún director con un mínimo de sentido común querría hacerse cargo de semejante chapuza, pero el jefe dijo que si hacía falta, lo irían a buscar a Europa, un continente maravilloso lleno de cineastas con talento que se mueren de ganas de cruzar el charco por un puñado de dólares.
Y así es como llegó a Hollywood el francés Jean-Pierre Jeunet (cuando todavía no era ñoño y no había rodado Amélie va a la Guerra) y les demostró a esos imperialistas zampabollos de que somos capaces los nativos del viejo continente.
¿Que Ripley y el monstruo están muertos? Da igual, los clonamos. ¿Que dicen los empollones que es imposible que los clones conserven la memoria y el carácter de sus hermanos? Da igual, decimos que los monstruos estos son tan monstruosos que conservan los recuerdos metidos en los genes. ¿Que todo el asunto apesta a refrito innecesario? Da igual, incluso vamos a mezclar los genes de la chica con los del monstruo y ambos adquirirán superpoderes y lo vais a flipar.
Y, contra todos los pronósticos, el producto resultó ser más que correcto.
Algo realmente resucitó: el montruo volvió más siniestro, más espabilao y más baboso que nunca, y la Teniente Ripley recuperó el morbo que había perdido en anteriores entregas haciendo de niñera o afeitándose el coco.
Y así es como una saga que empezó siendo de ciencia ficción de terror y suspense, evolucionó hacia la acción pura y dura, navegó hacia el despropósito de arte y ensayo, y culmina triunfalmente en forma de comedia paródica en la que los malos comen limones, las chicas guapas son androides, y los monstruos y los humanos tienen sentimientos ambivalentes entre ellos.
(Y digo que la saga culmina porque lo de Alien Vs Predator no tiene nombre y además tampoco sale ni la Winona Ryder ni la Sigourney Weaver).
Nota: excelente, en serio.
(en realidad hay mucha gente que afirma que ésta es todavía peor que la tercera, pero el espectador sin prejuicios disfrutará asqueándose y fascinándose como en la primera entrega, y además puede partirse de risa en varias escenas y, si se fija un poco, también encontrará más mensajes y segundas lecturas que en la trilogía original).