Algo salvaje
Sinopsis de la película
Charles Driggs (Jeff Daniels) es un mediocre hombre de negocios, un tipo sencillo y de vida rutinaria, poco inclinado a las aventuras, que de repente conoce a Lulu (Melanie Griffith) un chica alocada, sexy y peligrosa que le traerá de cabeza mientras le roba el corazón.
Detalles de la película
- Titulo Original: Something Wild
- Año: 1986
- Duración: 113
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Opinión de la crítica
Película
6
93 valoraciones en total
Pais
Directores
Actores
- Adelle Lutz
- Anna Thomson
- Buzz Kilman
- Byron D. Hutcherson
- Charles Napier
- Chloe Amateau
- D. Stanton Miranda
- Dana Preu
- Dorothy Demme
- Edward Saxon
- Eleana Hutcherson
- Emma Byrne
- Gary Goetzman
- George Red Schwartz
- Gil Lazier
- Jack Gilpin
- James Hurd
- Jeff Daniels
- Jim Roche
- Joanna Kitchen-Hurd
- John Montgomery
- John Sayles
- John Waters
- Joseph Lee Davis
- Kenneth Utt
- Kristin Olsen
- Leib Lensky
- Margaret Colin
- Mary Ardella Drew
- Melanie Griffith
- Patricia Falkenhain
- Ray Liotta
- Robert Ridgely
- Sandy McLeod
- Sister Carol East
- Steven Scales
- Su Tissue
- Thomas Cavano
- Tracey Walter
- Vic Blair
Charles Driggs (Jeff Daniels) es un ejecutivo ascendido a vicepresidente de una Compañía que en uno de sus descansos de trabajo tiene un afortunado encuentro con la descarada Lulu (Melanie Griffith). Una tarde tranquila para ellos se convertirá en un desproporcionado viaje romántico en que se encontrarán a sí mismos y se alejarán de sus preocupaciones. Pero no falta decir que se encontrarán con otras.
Planteada en un principio como una alocada comedia, el futuro director de El Silencio de los Corderos (The Silence of the Lambs, 1991) supo también fusionar momentos de road movie y thriller en la que pareja protagonizada por Jeff Daniels y Melanie Griffith se conocen accidentalmente en una cafetería cuando ella le echa inapropiadamente los tejos y él se deja llevar por sus principios de buena fe. Cada uno busca lo que en principio no tiene, él necesita riesgo, ella ternura. Y se rellenan mutuamente sus vacíos. De distintas condición social como de carácter (él es más resignado y temeroso, preocupado por sus ocupaciones y ella más extrovertida y despreocupada), unen su química para formar la perfecta pareja dispuesta a tener una amorosa aventura imperfecta. El cóctel explosivo es completado por el personaje gamberro y exnovio de instituto protagonizado por Ray Liotta (en un estado de gracia que se consolidaría poco después con su recordado papel de Henry Hill en Uno de los Nuestros (Goodfellas, 1990) de Martin Scorsese).
Agraciada película de un director que empezaba a prometer y apuntar alto pero que, desgraciadamente, su carrera se fue por el desagüe tras fracasos posteriores como Beloved (1998), La Verdad sobre Charlie (The Truth About Charlie, 2002) o el remake, El Mensajero del Miedo (The Manchurian Candidate, 2004). Afortunadamente como documentalista nos ha aportado la brillante Neil Young: Heart of Gold (2006), todo un homenaje al músico canadiense y la muy anterior Stop Making Sense (1984) en que rodaba a los Talking Heads.
El director Jonathan Demme se dio a conocer con esta peculiar película en la que Jeff Daniels es una persona corriente y rutinaria hasta que conoce a una mujer extraña y especial (interpretada por Melanie Griffith), a partir de ahí va a iniciar un recorrido que le llevará por senderos peligrosos.
El director rueda una especie de thriller en clave casi cómica, a un ritmo casi vertiginoso, utilizando la imagen más perversa (y literal) de la mujer fatal para hacer pasar al protagonista de la película un auténtico. Una mujer que arrastra al protagonista casi hasta el borde del abismo.
Demme mantiene a lo largo de todo el film un tono ambiguo, entre el film sério y la comedia, contando con una estupenda Melanie Griffith en el que quizás fue uno de sus mejores interpretaciones, y la exagerada e histriónica presencia de Ray Liotta en un papel en el que parece volver a encarnar a su personaje de Uno de los nuestros pero pasado de vueltas (de hecho esta interpretación será repetida en diversas ocasiones) contribuyendo a esa sensación de mareante pesadilla que va in crescendo hasta su final.
En resúmen, un film interesante y entretenido y un avance de lo que vendría a continuación de este buen director.
El arranque y la primera parte de esta película son de muchos quilates. La sensualidad y el atractivo que desprende Melanie son espectaculares, con treinta años esta chica presentaba un físico impresionante y un talento que apuntaba a bastante más de lo que después consiguió. A un magnifico Daniels le roba el corazón, y no me extraña, a mí también, sus argumentos no dejan lugar a dudas, una cara preciosa, un cuerpo esplendido y un encanto que cautiva.
El guión no da tregua, algo fundamental en la comedia, con situaciones originales y muy bien conseguidas, tienes la impresión que de seguir así estás ante una cinta de culto. Pero claro no es fácil mantener ese ritmo durante todo el metraje, y ya antes del meridiano notas que algo va cambiando, la chica mala y traviesa ya no es tan mala, el argumento da un giro evidente, de la comedia casi se pasa al thriller, y en ese tránsito hay un notable retroceso. Entra en escena Liotta, y lógicamente con él un nuevo personaje, fundamental en el desarrollo de la película pero que la lastra de forma evidente.
Aun así, a pesar de ese giro poco afortunado me agrado mucho, bastante más ahora que cuando la vi hace años. Si hubiera mantenido el mismo nivel toda la proyección, hubiera sido de matrícula de honor. Y después e insisto está Melanie, bellísima y brillante, no me extraña que algunos años más tarde se llevara al huerto a Banderas, lo que ya me resulta más extraño es lo que hizo Banderas para conseguir conquistarla.
126/15(18/06/17) Sugerente y atractiva propuesta fílmica del realizador Jonathan Demme, un thriller que mezcla géneros de modo equilibrado, aun con sus defectos se convierte un muy ameno producto donde se dan cita la comedia, la road-movie, el romanticismo y por último la acción desbocada. Siendo sus grandes pilares un guión hábil del principiante E. Max Frye (Foxcatccher), donde lo imprevisible es nota predominante, con lo que gana al espectador, relato con claras influencias de la maravillosa After hours (1985) de Martin Scorsese, donde un yupi de la floreciente Manhattan de los 80 es puesto su acomodado mundo contra las cuerdas por un encuentro con una mujer, donde vemos que hay otros mundos tras la fachada de la supuesta Arcadia en que viven los hombres de negocios, por otro lado está un trio actoral, (Melanie Griffith, Jeff Daniels y un debutante Ray Liotta), en estado de gracia, teniendo nominaciones los tres a los Globos de Oro. Una narración claramente partida, primero una comedia romántica ágil, con momentos delirantes, con situaciones de genuino screw-ball que beben claramente de la maravillosa La fiera de mi niña (1938) de Howard Hawks, donde el protagonista masculino sufre gradualmente una transformación por el encuentro con una díscola y extrovertida chica, y la segunda parte que arranca a la mitad con la aparición en escena del ciclón Ray Liotta, marcando el cambio de registro hacia el drama de acción, un penetrante psyco-thriller, aun así con gráciles toques de humor. Relato que tiene su fuerte en la metamorfosis que sufre Charlie (Jeff Daniels), haciendo el realizador que nos identifiquemos con este desorientado rol que se ve envuelto en una vertiginosa aventura, primero voluntariamente sintiendo el gusanillo por salir de la rutina, y luego al verse forzado a cambiar de personalidad. Curiosos son los cameos de los directores John Sayles (agente de policía) y John Waters (vendedor de coches de segunda mano). Demme después de haber comenzado su carrera en la escuela de Roger Corman, caracterizada por sus películas serie B exploitation (género donde se mezclan el erotismo, la violencia, e incluso las drogas), debutando en 1.974 con La cárcel caliente, luego mezcló films intrascendentes con la dirección de videos musicales y documentales de conciertos (la película del concierto de Talking Heads Stop Making Sense (1984), siendo su zenit la Obra Maestra Icono El silencio de los corderos (1991).
Arranca en Nueva York, Charlie Driggs (Jeff Daniels) es un ordinario ejecutivo en la hora de almorzar, tras un incidente con la cuenta conoce a Lulu (Melanie Griffith), con ella comenzará una aventura que lo llevaran a una celebración que reúne a veteranos exalumnos del instituto, allí aparecerá en escena Ray (Ray Liotta), un tipo misterioso.
Demme despliega una cinta a un ritmo trepidante, donde no paran de suceder acontecimientos, con giros inesperados, con un avance con bastante humor ingenioso, mezclando en un coctel explosivo a un tipo ordinario epítome del ejecutivo plano junto a una femme fatale dicharachera y volcánica, esta arrastra al lado oscuro al pacífico tipo, involucrándolo en varias situaciones extremas (le engaña haciéndose pasar por una camarera, le fuerza a tener que escapar haciendo un sinpa, le hace pasar por su marido, y más). La historia es una oda a la rebeldía, al inconformismo, a la aventura, atacando el aburguesamiento y al modo de vida americano, sus huecas y artificiosas existencias de falsa placidez, que cuando salen de su zona de confort se estrellan con el mundo de verdad. En su vertiente road-movie sabe explotar que cada etapa en el recorrido vire en conocer más a los personajes y a la vez que estos evoluciones en un arco de desarrollo notable. Demme delinea con esmero a unos personajes que transpiran humanidad, con aristas, defectos y matizados, donde los choques de personalidades provoca chispas de humor, o de violencia, y en el trayecto del metraje los personajes van evolucionando, retroalimentándose unos de los otros, donde las máscaras de carácter se van resquebrajando a medida que se van conociendo, la fortaleza y autosuficiencia e impulsividad de ella demuestra muchas grietas e inseguridades, y el aburguesamiento y docilidad aparente de Charlie tiene sus fugas. Esta transformación del dueto protagónico es mostrada de modo creíble, exhibido mediante momentos que los ponen contra las cuerdas a los dos, y donde sus reacciones hablan de su mutación, todo de modo natural.
La cinta no es redonda, el comportamiento de los personajes en algunos momentos se vuelven incoherentes, abruptos, ejemplo máximo es el cambio radical que sufre Lulu al llegar a su pueblo, muda en Audrey y se acabó el volcán imprevisible y travieso, queriendo tocar el romanticismo en este tramo chirria un tanto. Aún con estas taras, es muy apreciable como producto ameno.
Melanie Griffith encarna con gran sentido impulsivo, extrovertido, vivaraz, sensual, divertida, con gran expresividad sin caer en la sobreactuación, resultando cautivadora en su entusiasta personalidad, un espíritu libre que pone en modo caos a Chalie, tras esa autosuficiencia se hayan debilidades que a medida que transcurre la narración salen a flote, transmutación que escenifica con su cabello y vestimenta, cuando es morena y viste de negro es un torbellino que improvisa a cada momento, pero cuando torna a rubia y viste de blanco su carácter se ablanda y serena, maravillosa actuación, Jeff Daniels encarna al yuppie Charlie de un modo que rebosa autenticidad, dotando a su rol de una gran vis cómica, con recursos gestuales y físicos fenomenales, tipo que dentro de su rutinario porte esconde una vena gamberra que intenta explorar cuando conoce a Lulu, manteniendo una química formidable con la Griffith, mostrando una transición estupenda,… (sigue en spoiler)
Película interesante, una mezcla de comedia (así inicia), thriller, acción y romance, con humor incluido.
El reparto hace un trabajo excelente, con un brillante Jeff Daniels en su papel de hombre convencional, una convincente y alegre Melanie Griffith, y magnífico Ray Liotta, quien en ese año de 1986 fue nominado al mejor actor de reparto por el Círculo Críticos de Nueva York.
La historia no da tregua, con un guión trepidante, una cámara ágil, situaciones originales muchas de ellas llenas de comicidad, en fin que la cosa va que arde sobre todo en los inicios de la cinta.
Pero en un punto, que se sitúa sobre la mitad de la obra, las cosas cambian a mal. La Griffith ya no es tan traviesa e irreflexiva, y cambia el argumento que pasa prácticamente en un visto y no visto de comedia a película de acción, un poco de melodrama, road movie y thriller, lo cual que estropea el pastel tan divertido y jugoso de los inicios. En este punto entra en escena Liotta, ex marido de ella que acaba de salir de la cárcel tras varios años de condena.
A partir de aquí lo que ocurre es que el guionista mete con calzador al personaje Ray, lo cual lastra de manera evidente la parte final que convierte una historia libre y natural en su comienzo, en un trama con moraleja, o como decía Nietzsche, con moralina. Pero a pesar de este giro inopinado la película mantiene la atención, pues la historia se desarrolla por los caminos de la picaresca de Lulú, el enamoramiento mutuo de ésta con Charles Driggs, y por supuesto el malillo de Liotta que no da tregua ni tolera que su ex mujer se vaya con un pringado como Charles.
En resolución, que se puede pasar un buen rato, que está divertida y al final un poco melodramática y romanticona, buenas interpretaciones y que a nadie le amarga un dulce, y menos una estupenda Griffith.