Alegría Tristeza
Sinopsis de la película
Marcos (Roberto Álamo), Sandra (Maggie Civantos) y su hija Lola (Claudia Placer) forman una familia vital y carismática. Marcos, bombero de profesión y acostumbrado a vivir situaciones límite, recibirá un duro golpe que hará que su vida de un giro inesperado. A partir de entonces, sufrirá un bloqueo que no le permitirá reconocer las emociones de los demás ni empatizar con ellos. Con la ayuda de los suyos, iniciará un tratamiento para superar este shock. En el camino para volver a sentir, su hija Lola será la clave para reconstruir de nuevo su universo.
Detalles de la película
- Titulo Original: Alegría Tristeza aka
- Año: 2018
- Duración: 97
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Opinión de la crítica
5.8
57 valoraciones en total
El Bilbaíno Ibon Cormenzana muy conocido por producir las películas de Pablo Berger como Blancanieves o Abracadabra y con dos películas en su haber como director. Se encarga de realizar esta triste historia con un guión suyo y de Jordi Vallejo, tocando un tema grave psicológico que es el bloqueo mental sufrido por un shock traumático.
Roberto Álamo es un bombero de profesión con una mujer e hija maravillosas, su vida da un vuelco terrible y él queda tocado. No puede mostrar sus emociones ni distinguir las de los demás. Tras otro grave accidente en el trabajo lo ingresan en un hospital psiquiátrico, donde una doctora comienza a interesarse por el.
Álamo está magnífico en su papel y consigue remover emociones por dentro al ver en el estado en que se encuentra. Manuela Vellés con gran sutileza interpreta a Luna, una doctora que choca con los tratamientos del Dr Duran (Pedro Casablanc) que lo está tratando. Y la pequeña Claudia Placer nos trasmite muy bien la soledad en la que se ve inmersa. Tres secundarios de lujo completan el reparto como son Maggie Civantos, Carlos Bardem y Andrés Gertrudix.
Lucas Vidal compone una banda sonora que acompaña muy bien todo el desarrollo de esta historia, que nos despierta muchos sentimientos y emociones y aunque sea muy triste también es alentadora
Destino Arrakis.com
Un gran dolor, inmenso como Roberto Álamo, ocupa esta película de manera clara y ese es su gran acierto, captar ese sentimiento o desconcierto, enorme desconsuelo, ese estupor o estupefacción en tus huesos. Lo malo es el cómo, la dramatización de esas sensaciones o hechos, la prosa que le ponen a esa poesía enfermiza es tosca, dispersa, errática, caótica, montaña rusa que sube y baja un poco a la buena de dios, a lo que salga.
Él es muy buen actor, pero sobran muchas cosas, o faltan, o que las expliquen de otra manera, mejor, el ángel de la guarda en forma de Manuela, preciosa, siempre especial, no viene mucho a cuento salvo como licencia poética o modo un poco burdo de arreglar esta historia, no está, además, bien construido ni desarrollado, a la hija la fuerzan demasiado, pobre niña y ya actriz al duele y el llora, el doctor Mengele es una exageración desmedida, un puro estrambote, habíamos pasado de un realismo adusto, clínico, a una película de terror americana de todo a cien en un segundo, en fin, Bardem, ese elemento, suele estar bien cuando está contenido, aquí correcto, y vaya, que no está mal del todo esta película, pero es eso, que no acaba de encontrar su tono, se pierde y se les va de las manos varias veces, es en general muy poco creíble todo lo que allí acontece, un tanto disparatado, a veces muy melodramática y otras más envarada, en definitiva, fallida, delicada, triste y con un final emocionante, catártico, bonito, previsible, familiar, menos mal, consolador, eso creo y espero, tras tanta ignominiosa desdicha.
Súper dramón.
El loable el intento de Ibón Cormenzana de exponer el dolor y sufrimiento de un ser un humano expuesto a tales hechos y la repercusión que tiene para consigo mismo y por ende para con los miembros de su familia, en este caso de su hijita.
Sin embargo el guión del propio realizador junto a Jordi Vallejo es un tanto rígido, sin prácticamente ningún rasgo de humor que le hagan algo más ligero. Supongo que será tan, tan, tan serio el filme porque lo que se cuenta es muy grave, pero al final del metraje queda una extraña sensación de pequeño cansancio debido a la acumulación de desgracias y situaciones cada cual más dramática.
Cinta muy digna y por supuesto honesta pero que creo que al final no convence, pese al indudable esfuerzo interpretativo y a un empaque técnico excelente, como la exquisita fotografía de Albert Pascual.
Una película de esas que se las califica de necesaria pero que quizás llega un poco tarde y a pesar de los esfuerzos realizados por todos sus creadores, no da en el clavo de la sensibilización que deseaban para con el espectador, que se queda un tanto insatisfecho.
https://filmsencajatonta.blogspot.com
El papel de Roberto Álamo encarnando a un bombero incapaz de mostrar emociones tras un shock es sencillamente soberbio, no se entiende que no haya sido galardonado o mencionado porque realmente merece la pena. Aunque hay ciertas cosas de la trama y de guión que parecen faltas de consistencia, solo el hecho de conocer la relación de Álamo con la niña y de dónde proviene el mal que le aqueja, ya resulta lo bastante interesante para querer llegar hasta el final.
No me ha gustado la película por su falta de verosimilitud.
La película está muy, muy mal asesorada desde el punto de vista psicopatológico. No costaría tanto consultar a un psiquiatra o a un psicólogo clínico para dar un poco más de realismo a la historia.
Yo tengo alguna experiencia en este tipo de casos y la falta total de realismo te saca de la trama. No quiero hacer spoiler, pero me refiero a los trastornos psicopatológicos que se abordan en la película y al comportamiento de los personajes implicados en estas situaciones.
La película no está mal hecha pero así queda muy floja.