Aladino
Sinopsis de la película
Un muchacho pobre de nombre Al haddin encuentra una lámpara con la que invoca a un todopoderoso genio, que le concederá todos sus deseos, desde ligarse a la chica que le gusta hasta poder ganar un campeonato de ski acuático.
Detalles de la película
- Titulo Original: Superfantagenio
- Año: 1986
- Duración: 95
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Opinión de la crítica
Película
4.2
49 valoraciones en total
El tándem Bruno Corbucci-Bud Spencer tuvo en Superfantagenio o Aladino una de sus cimas más exitosas.
Emblemática producción de 1986 distribuida por la no menos representativa fusión de firmas Izaro-Cannon, donde el grandullón Spencer representa al genio de la lámpara en plena década de los ochenta. En Aladino el protagonista es un adolescente perdedor que encuentra en la ayuda extraordinaria de este personaje, símbolo de los relatos más célebres de Las mil y una noches, la oportunidad de ser la estrella del equipo de básket y el más popular del barrio.
Efectos visuales casposos pero acordes a su tono de comedia entre costumbrista, fantástica y con influencias de todo el cine comercial para jóvenes que venía de Hollywood, el intento no peca de pretensiones más allá de regalar momentos cumbre en la trayectoria de todo un icono de la década de los setenta y ochenta.
Después de haber visto esta película solo puedo darle una puntuación: entretenida. De todas formas decepcionará a muchos, porque tiene muy pocas escenas de acción (y no la ensalada de mamporros y tortazos a la que nos tiene acostumbrados Bud Spencer) y porque la película podría haber dado mucho más juego… las escenas de humor no funcionan tan bien como deberían…
A olvidar también los efectos especiales para esta película. Las apariciones del genio son simple fogonazos de luz o luces muy brillantes al materializarse el mismo, pero lo peor de todo son las escenas en las que se vuela con una alfombra mágica. Se nota DESCARADAMENTE que el truco consiste en una pantalla gigante de cine con la ciudad vista desde arriba a la que ponen delante al niño y al genio. Os lo juro que da vergüenza ajena y si no me creéis comprobadlo por vosotros mismos.
En fin: El inicio no está mal, la parte central es la más sosa y aburrida de todas, y por fin en la parte final vemos algo de acción pero tampoco es nada del otro mundo.
Película olvidable de BUD SPENCER y es una pena porque la película podría haber dado muuucho más de sí.
Los caminos de Cannon Films -o mejor dicho, la distribuidora Cannon International, sacando petróleo a todo lo que oliera a dinero- son inexcrutables. Aunque el devenir del 50 % del dúo integrado por Bud Spencer y Terence Hill sí tardaría en cruzarse en el camino de los productores israelíes desde que ambos adquirieran la compañía: aquí resultó igual, o incluso más reconocible, aquella intro con la cantábrica Isla de Ízaro con que coronar el arranque en la mayoría de las ediciones videográficas a las que se les colgaba el precintado ALQUILADO nada más llegar a la estantería del videoclub.
El protagonista de origen humilde -pero con una casa cojonuda, ironías de la vida-. La lámpara mágica. El genio de los deseos. Y ya, ahí se termina (por fortuna) la similitud con el gastadísimo -en lo que respecta a reinterpretaciones- relato original que fue agregado a Las mil y una noches.
Todo lo demás es Bud al 100 %. Y estoy plenamente convencido de no estar columpiándome al decir que en estas contadísimas escapadas, no estrictamente en solitario -porque esas son más- sino en el fantástico, siempre tuve la impresión de verlo menos encorsetado en el rol de gruñón y demostrar su comicidad, reivindicando el magnífico gag (aunque el truco se note a kilómetros) de Bud cascándose él solito una ensaladera de cerveza. El genio Eugenio (sic) solamente tiene dos puntos flacos: pierde los poderes al caer la noche y cuando bebe Coca-Cola.
Los F/X -persecución entre helicópteros y alfombra incluída- no son, ni por asomo, la catástrofe que se le podría presagiar erróneamente a la cinta.
Y claro, hay peleas. Aladino (1986, Bruno Corbucci) continúa siendo, ante todo, una entretenida y tardochentera excusa para lucimiento de Bud.
¡Sei fantastico, Carlo!