Abril en Nueva York
Sinopsis de la película
Valeria y Pablo son una joven pareja de argentinos que vive en Nueva York. Se aman profundamente y disfrutan sus momentos juntos. Ella intenta ser actriz y él músico de rock. Los conflictos económicos parecen dinamitar la relación, cuando ella se cansa de que su trabajo de camarera sea el único sostén de ambos. Pero sólo se tienen el uno al otro en ese país que no deja de serles ajeno.
Detalles de la película
- Titulo Original: Abril en Nueva York
- Año: 2012
- Duración: 78
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Opinión de la crítica
Película
4.7
68 valoraciones en total
Veo que soy el único al momento que calificó con un 8 a la película, y el primero en escribir algo sobre ella.
Vengo de ver la multivendida e hiperpromocionada Relatos Salvajes, y me pareció mejor Abril en Nueva York. Porque es más suave, más cálida, tiene un tema y una idea mucho más clara, no se quiere presentar como reveladora, no aspira a la grandeza, sino a un guión sólido y eficaz y una situación típica, pero muy poco retratada: la juventud que emigra a los centros del mundo en busca de experiencias. Tiene un poco de la europea Piso compartido , que ocurre en Barcelona, pero aquí el relato no se centra en un grupo de personas, sino en una pareja, ambos con sueños artísticos, que sólo se tienen el uno al otro, en la inmensa Nueva York que apenas aparece como trasfondo.
Es una suerte que Martín Piroyansky se decida por un film intimista, sin grandes cuadros de la ciudad, porque cada vez que sale a exteriores y da un pantallazo del Central Park o de alguna callecita característica lo hace con criterio y para contar algo, no por el simple hecho de estar en Nueva York.
La relación en la pareja es cambiante y llena de contradicciones muy acertadas: Valeria (una bonita y natural Carla Quevedo) ama a Pablo (Abril Sosa, bien, pero con un estilo, a mi juicio, demasiado particular) en su libertad de artista bohemio y odia a Pablo en su locura de artista bohemio. Él es músico y ella estudia teatro, con la diferencia de que ella trabaja y paga las cuentas, y él no. El juego que se da entre ellos, los constantes gestos de intimidad y ternura seguidos de peleas, peleítas y peleones son los que dan color a una obra que siempre dice la palabra justa para pasar de una situación a otra.
Si bien el final parece un poco traído de los pelos (sin anticipar nada, podríamos verlo como uno de esos giros bruscos que aparecen únicamente en función de dar un cierre a una película), la hora y cuarto se pasa rápido y deja muchas imágenes dando vueltas en la retina. Sin dudas, un aprobado en el debut de Piroyansky como director de largometrajes, confirmando todo lo bueno que había anticipado en el corto La amo pero .
La película, dirigida por Martin Piroyansky, narra la vida en pareja de dos jóvenes argentinos en New York. El relato toma algunos pasajes de la vida cotidiana de los protagonistas, intentando (aunque sin lograrlo) darle un tono intimista a la cotidianeidad de esta pareja. Como en muchas películas de pequeñas historias cotidianas, hay un uso (y en este caso también abuso) de la cámara en mano, con ese movimiento de la imagen tan molesto para el espectador, pero que muchos cineastas independientes utilizan como estrategia de verosimilitud.
La actuación de los actores es poco creíble, no llegando nunca a generar una mínima empatía con el público. Como en muchas películas argentinas, hay un exceso de términos y modismos propios de los argentinos (en especial el clásico boludo , tan común en este tipo de productos), todo en medio de un multilingüismo que busca remarcar el carácter de extranjeros de los protagonistas y parte de su entorno.
En fin, otra película argentina más, de esas que a mi gusto personal no logran atraparme, con una historia que apenas cumple con su cometido, una edición llena de escenas innecesarias, y muy malas actuaciones (en especial en las escenas dramáticas). Vale la pena remarcar que los paisajes de New York están desaprovechados, aunque resultan lo mejor de toda la película.
Aclaración: la película no es una comedia.
Lo mejor: La intención de filmar en New York (y algunos paisajes urbanos).
Lo peor: el final (muy cursi y muy moralista).
El resto de la crítica, en la sección de Spoilers.
El estilo de Piroyansky se nota en esta película, comedia fresca, juvenil del mismo tipo que Voley . La pareja protagónica muy convincente, natural, es que no se nota que están actuando ya que cumplen la misma situación en la vida real. Carla Quevedo actriz en Buenos AIres y Nueva York y Miguel Sosa músico bohemio de rock. El trío amoroso típico de las comedias románticas se completa con Matt Burns. Interesante propuesta que plantean las dificultades de adaptación de una pareja de argentinos en Nueva York. Le pongo un 7.