A la sombra
Sinopsis de la película
Praga, 1950. Hakl, un miembro de la policía comunista, investiga un robo aparentemente mundano en la tienda de un orfebre. A pesar de todo, su deseo por la verdad, le conduce hasta una nueva prueba que indica que el caso es mucho más complicado de lo que parece. La Seguridad del Estado se hace cargo de la investigación y lo sustituye por un especialista alemán en crimen sionista, Zenke, cuya ominosa llegada parece ser mucho más que una simple coincidencia. Hakl continúa desafiante por su cuenta con su investigación, y envía a ambos hombres a un choque con los poderes del Estado más allá de lo que podrían haber sospechado.
Detalles de la película
- Titulo Original: Ve stinu (In the Shadow) aka
- Año: 2012
- Duración: 106
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Opinión de la crítica
6.3
22 valoraciones en total
Se trata de un policial de serie negra, con una excepcional ambientación, en la Praga de 1953. Se respira y se siente el ambiente opresivo del estalinismo de aquella época, a lo que se agrega en forma paralela el desarrollo del episodio de la híper inflación checa. Con algún altibajo el film mantiene un alto nivel a lo largo de su desarrollo.
Merece destacarse la recreación histórica de los juicios en la época de Stalin.
Título obvio y predecible. Como aquellas piezas propagandístico-informativas que vemos en las películas estadounidenses ambientadas en la guerra fría del otro lado del telón de acero.
Tras unos primeros compases vibrantes, con un atraco rodado a las maneras del cine bélico actual viene el naufragio. Un intento de intriga que se deslavaza enseguida por una trama que ni esta planteada con pericia ni presenta demasiado interés en el estudio y desarrollo de unos personajes ni de una trama que deja multitud de cabos sueltos.
La película con una ambientación donde priman los interiores, es en contraste con las películas checoeslovacas de la época que retrata más negra y lúgubre. Aspecto este que entronca a la perfección con el verdadero objetivo que persigue , la denuncia no sólo de las purgas estalinistas de esa época ejemplificada en unos juicios que ni siquiera explica o desarrolla. El objetivo de la película es la condena del comunismo en general y una lectura revisionista y un tanto nacionalista. Es este dirigismo , su esquematismo errante y su falta de honestidad quizá lo más molesto de una propuesta que daba para más.
Una de estas pelis que te hacen reflexionar y nos hace dar cuenta del buen cine que todavía se hace en Europa. Un film muy recomendable ambientado en la Checoeslovaquia de los años 50 en la que un honrado policía se enfrenta en su investigación llega demasiado lejos por salvar a unos inocentes, mientras el régimen comunista trata de condenarlos, el policía luchará`por la verdad, aunque ésta le salga muy cara.
170/05(09/10/15) Mas que interesante film checo del director David Ondříček, un sugestivo thriller dramático con marcados tintes a cine noir, una punzante crítica al totalitarismo comunista que gobernó Checoslovaquia durante décadas, un ácido fresco sobre este régimen opresor manejado en la sombra por la URSS. Aunque de ficción la obra se inspira en hechos reales acaecidos en el país centroeuropeo durante las dos semanas previas a la reforma monetaria de la primavera de 1953 que devaluó la moneda en una proporción de 50 a una, dejando a las familias de la nación sin ahorros, asimismo el centro es un robo que derivó en un juicio, es está estimulado por el llamado en realidad El Juicio Slánský , uno de los juicios más mediáticos en la historia de Checoslovaquia, cuento más en spoiler. Estas dos historias juntas ponen de manifiesto el poder de la tiranía, lo poco que le importan las personas, todo para el pueblo, aunque haya que acabar con él. Esta obra viene ser una de las cintas que forman parte de una ola de historias sobre los desmanes tras el telón de acero. Ondricek dijo estar influenciado en Hitchcock. La academia de Cine Checa mandó el film a los Oscars, no fue nominado.
El guión es del propio director, Misha Votruba y de Marek Epstein, crean un inteligente relato con tonos humanistas, donde con un ritmo fluido vemos que la primera mitad se desarrolla una historia clásica de detectives, cine negro que bebe del americano, con hombres con traje y gabardina, con sombreros de ala ancha, lugares sórdidos, con sus indagaciones, paseos por los bajos fondos, pistas falsas, cruce con testigos, persecuciones, tiroteos, giros sorpresa, en la segunda parte deviene el acentuamiento político, se cargan las tintas sobre el sátrapa estado comunista, aquí ya aparecen matones comunistas, nazis policías corruptos, en realidad como en las historias buenas de cine negro el protagonista lucha contra un ente poderoso imposible de tumbar, un simple hombre contra un sistema corrompido moralmente. Habla de temas de carácter universal, como la dignidad, el sentido del deber, el valor de la justicia, la honradez, el legado paterno o el antisemitismo. Esto último además abordado de modo valiente, un tema nada explotado en el cine como el post-Holocausto judío (solo recuerdo la cinta polaca Ida), como tras acabar la WWII muchos judíos quisieron volver a sus antiguos hogares en media Europa y fueron mal recibidos, la xenofobia no había terminado, sus viviendas habían sido destruidas o eran ocupadas por otros, se veían abocados muchos a emigrar a Palestina, la Tierra Prometida.
Films como este son necesarios para destapar la falacia del supuesto idealismo comunista, una clase de historia con ambientación maravillosa en la que se muestra el clima asfixiante en el que vivían los ciudadanos, gobernados por una élite podrida, manejada a su vez desde Moscú, esta sociedad explotó en 1968, en la famosa primavera de Praga, la nación se quiso democratizar y el pacto de Varsovia (eufemismo para decir la URSS) la invadió para volver al status quo de provincia de la Unión Soviética. La cinta plasma notablemente el clima de miedo, de paranoia, de claustrofobia, con el que estaba inoculada esta sociedad comunista y por ende los regímenes totalitarios, ello lo hace construyendo una atmósfera cerrada, oscura, tétrica en algunos casos, apenas se ve la luz, cielos nublados, calles mojadas (tristes), como reflejo de la conciencia del país, todo en pos de un increscendo dramático subyugante.
La narración tiene sus momentos íntimos en la relación del protagonista Hakl con su esposa e hijo, con su esposa cojea algo, no se siente fuerza, ni química, se nota algo forzada, pero la que tiene mucho valor es la paterno-filial, con puntos en que saltan chispas, siente el padre que es su deber insuflar en su hijo la valentía y arrojo ante las injusticias, siente él no podrá tumbar este tiránico régimen, harán falta generaciones que se rebelen para este empiece a debilitarse. Como manifiesta alegoría de esto es como Hakl le lee a su hijo por las noches 20.000 leguas de viaje submarino de Julio Verne, Hakl le cuenta a Tom que aunque se dice que el Calamar Gigante (Kraken) no puede ser derrotado, en realidad (se entiende como metáfora de que el Kraken es el régimen totalitario comunista), vencerlo es tarea muy difícil, pero si se le ataca una y otra vez se volverá débil y al final caerá. Seguro que su hijo fue uno de los que estuvo en la Revolución (fallida) en la primavera de Praga de 1968, pero seguro los nietos de Hakl estuvieron en la Revolución de Terciopelo de 1989 que acabó con el régimen dictatorial comunista.
La lúgubre puesta en escena es uno de sus puntos fuertes, con un notable diseño de producción de Jan Vlasák rodándose en Lodz (Polonia) y en Praga (Chequia), haciendo de estos lares deprimentes, desolados, sombríos, a esto ayuda la fenomenal fotografía Adam Sikora bañada en cine negro, con un patinado entre grisáceo y tonos sepia, con encuadres que acentúan emociones y sensaciones de intensidad dramática, adornadonado esto por la música de Jan P. Muchow y Michal Novinski, con alguna disonancia que suma dramatismo, acunando la acción de modo penetrante.
Ivan Trojan borda su ascético rol, tipo lacónico, seguro de sí mismo, íntegro, noble, carismático, con sobriedad despliega una actuación muy sentida y empatizante, muy buenas sus escenas con su hijo, también muy buenas los encuentros que tienen con su ambiguo jefe, Ondříček quería el personaje de Hakl fuera un comunista ferviente que en gradualmente cambiara de posición, Trojan no quiso. Sebastian Koch resulta brillante en su rol complejo, poseedor de un manejo expresivo de mirada extraordinario.
En los créditos finales podemos ver que el film está dedicado a todas las víctimas de los execrables juicios del régimen comunista checo de 1950 y a todos los héroes anónimos que han luchado contra las injusticias… (sigue en spoiler)