A 47 metros 2
Sinopsis de la película
Secuela de A 47 metros . Sigue la aventura de 4 jóvenes que deciden explorar una Ciudad Maya sumergida. Una vez adentro, la emoción de vivir una gran aventura se convierte en una descarga de terror al descubrir que estas ruinas están custodiadas por un enorme y temible tiburón blanco. Con la reserva de aire escaseando, las 4 amigas deberán de bucear por un laberinto de cuevas y túneles claustrofóbicos en búsqueda de la salida de lo que se convirtió en un infierno acuático.
Detalles de la película
- Titulo Original: 47 Meters Down: Uncaged aka
- Año: 2019
- Duración: 89
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Opinión de la crítica
Película
4.3
92 valoraciones en total
A 47 Metros me gustó bastante en su momento: Buena fotografía, tensión bien llevada a cabo y escenas submarinas creativas. A 47 Metros 2 es un despropósito que intenta usar el tirón de la primera para ocultar sus numerosos y variados problemas.
La película nos ofrece una premisa que ya anticipa el desastre: Cuatro jovenzuelas alocadas en viaje no comunicado a ruinas Mayas submarinas con menos turismo que Tijuana en invierno. ¿Qué podría salir mal? A mayores de este grupo, evidentemente inspirado en Descent, hay una serie de personajes masculinos completamente ridiculizados, con el fin de que el grupo de féminas parezca más fuerte, cosa que la película no consigue porque son más tontas que hechas de encargo. Por supuesto no puede faltar la nota del feminismo mal entendido actual (que sí supo mostrar correctamente Descent).
La nota de color la ponen unos tiburones albinos, adaptados a la oscuridad de las ruinas Mayas, ciegos y con un sentido del oído hiper-desarrollado. Parece que estos dos factores, el color y los sentidos, es lo único que han conseguido adaptar tras ¿generaciones? de estar ahí atrapados. El resto de su fisiología es la de un tiburón blanco random, incluyendo un tamaño de varios metros, lo cual es óptimo para que solo se puedan mover por una habitación del templo (no caben por el 90% de las zonas) y que puedan mantener la dieta lamiendo musgo de las paredes, porque otra cosa ya me dirás. Además están encerrados por vicio porque son capaces de salir al exterior.
Las escenas generadas por ordenador se tambalean entre lo muy espectacular y lo terriblemente cantoso. Los tiburones generalmente tienen unas escenas muy bien hechas, tanto en cuanto a modelos como iluminación, sin embargo también caen a veces en el chabacanismo más extremo. Aunque el premio se lo lleva una escena que está entre lo más terrible que he visto nunca en cuanto a secuencias generadas por ordenador: La escena en concreto es la de un friend (un clavo de escalada) bloqueado entre dos piedras, todo ello hecho digitalmente, es increíblemente cantoso y evidente, con un polvo y una iluminación dignos de Asylum. Y lo peor es que es la escena más barata de hacer en la realidad, una simple cuerda y un friend, no acabo de entender por qué acabaron recurriendo a una escena digital. Si no soportáis la película al menos echad un ojo a este momento, no tiene desperdicio.
El tramo final de la película es el remate a este despropósito cinematográfico, con una de las resoluciones más terriblemente mal llevadas a cabo que he tenido la desgracia de ver en películas del género.
Steven Spilberg realizó, en su época, la innovadora Tiburón y a partir de allí, quizá con la salvedad de su secuela surgieron una serie de film que utilizando el crédito inicial realmente arruinaron el género y ésta se podría decir que es una de ellas. Debo reconocer que la primera a 47 Metros si bien no era excelente mantenía en el espectador una atmósfera claustrofobica con dosis de suspenso y con un final fuera de lo convencional. Aquí la cosa es totalmente distinta, primeramente porque esta horriblemente actuada, con situaciones totalmente carentes de lógica y con todo tipo de tiburones que se nos pueda ocurrir. Realmente se debería dar un premio al guionista que fue capaz de pensar cosas insólitas (hay un pez que grita) y plasmarlas en la pantalla para que al cabo de 90 minutos no deje absolutamente nada positivo. La acción se desarrolla cuando un grupo de jóvenes que desatendiendo a sus padres deciden investigar una cuevas mayas en las profundidades y por supuesto ahí encontraran de todo menos cosas buenas. Sinceramente este tipo de películas han destruido una temática que supo tener su apogeo y diría su fin con la inolvidable Tiburón. Desechable.
Si una película, hoy en día, no es secuela, precuela, remake, spin-off o adaptación de lo que sea, los productores revientan. Esta presunta segunda parte no tiene absolutamente nada que ver con A 47 metros porque ni comparte personajes, ni mencionan nada de lo que pasó antes. Ni siquiera transcurre en el mismo sitio. Y tampoco dicen estar a dicha profundidad. ¡Caramba, ya sería casualidad que no estuvieran ni a 46 ni a 48 metros! Pero bueno, como se parece un poquillo en la situación, pues pensaron en ponerle el 2 para hacer más caja.
En fin, tenemos una nueva aventura de supervivencia con tiburones blancos, para estrenarse en pleno verano, y ya van unas pocas parecidas.
Se sabe lo que vamos a ver. Esto no es cine de Christopher Nolan, sino que las protagonistas son adolescentes que gritan uuuhhh creyendo que se lo van a pasar muy bien en sus vacaciones, y ahí está el bicho esperándolas para fastidiárselas. No hay más.
Bueno, sí me ha gustado muchísimo la localización. Hay cenotes y ruinas mayas sumergidas que nos recuerdan a las aventuras de Lara Croft, aunque con mucha menos espectacularidad. Al menos, este escenario aporta algo de originalidad para una historia así, aunque ya habíamos visto un cenote en El santuario. Pero ahí no salían tiburones, claro.
Y ya está. Un escualo que va comiendo jóvenes por turnos, dando lugar a agobiantes escenas de supervivencia. Un déjà vu que no quita que sea entretenida. Lo malo es que a veces enfocan demasiado cerca a las actrices y no se bien lo que está pasando.
La secuencia final está francamente bien conseguida y tiene mucha tensión. Además, es muy cortita para no cansar. Si no esperas demasiado, que es lo más justo, se puede echar un buen rato viéndola.
Pero vamos a ver… usuarios humanos de filmaffinity , esta es una película de esas para ir en verano cuando no tienes nada que hacer, después de haberte pasado el día sin hacer nada.
Con lo que se esfuerzan esas pobres chicas buceando por aguas profundas que invaden cuevas donde te puede pasar de todo, y casi todo malo… Y alguno venga a desearles que fallezcan pronto. ¡¡Sois mala gente… No me lo puedo de creer !!
¿O no sus dais cuenta que esto es para pasar el rato entre una terraza y otra, una salida por ahí con los colegas o la chavala?
Si, si… venga… cuenta poco y no tiene mucho argumento, es cierto pero ¡¡Es que estáis amargaos coño!! Disfrutar de las escenas, para saber si al tiburón le parece sabrosa la carne de chavala, y al terminar ir vosotros mismos a tomaros una hamburguesa a uno de esos Burrikin
Darle por favor al dedo para arriba, que me esforzao en hacer una crítica constructiva y de buena persona. Gracias.
¿Quién pidió una segunda parte de 47 Metros?… por estos días nos llega a las salas de cine la parte dos de Terror a 47 metros , pero sin tener nada que ver con la primera, solo el título. Esta continuación es pan casi de lo mismo. Chicas atrapas por tiburones, solo que esta vez son tiburones ciegos.
En 2017 aparecía un filme llamado A 47 metros , solo tenía una idea y era entretenimiento veraniego, ligeramente, que atrapaba a dos jóvenes una de ellas era Mandy Moore bajo las aguas de México en una jaula de avistamiento de tiburones, ante el doble peligro del agotamiento del oxigeno de sus tanques y del posible ataque de estos tiburones blancos que acechaban el lugar. Un film que, más allá de los tópicos, mostraba a un autor hábil en la construcción del suspenso y de buenos movimientos de cámara que acentuasen la asfixia del relato.
Pero en esta segunda parte su director que es el mismo no logra nada de eso. Ahora las 4 protagonistas son tontas y desde el minuto que caen al agua deseas que se las coman. Los personajes son prototipos cortados por un mismo patrón, son odiosas y ridículas, nunca hay una empatía por ellas.
Y se nota que su director y guionista no sabe que hacer con ellas y a eso súmele que el filme repite los mismos patrones y recursos de la primera dejándola cero original, y pareciendo una copia barata.
Por momentos es aburrida, nada tiene sentido, cosa que la primera comprabas la idea del relato, aquí no, es tan inverosímil que lo único que queda es reír y deseas que se las coman los tiburones mayas y ciegos… Buuu Ahhh y hay un pez de pega gritos.