7 días en Entebbe
Sinopsis de la película
En 1976 un avión de Air France con 248 pasajeros a bordo fue secuestrado por dos palestinos del Frente Popular para la Liberación de Palestina y dos alemanes de las Células Revolucionarias alemanas, siendo desviado al Aeropuerto Internacional de Entebbe, en Uganda. Los secuestradores exigían la liberación de más de 50 palestinos detenidos en diferentes países.
Detalles de la película
- Titulo Original: Entebbe aka
- Año: 2018
- Duración: 107
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Opinión de la crítica
Película
5.3
67 valoraciones en total
Pais
Directores
Actores
- Andrea Deck
- Angel Bonanni
- Antonella Axisa
- Ben Schnetzer
- Brontis Jodorowsky
- Daniel Ben Zenou
- Daniel Brühl
- David Annen
- Denis Menochet
- Eddie Marsan
- Flynn Allen
- Frida Cauchi
- Ingrid Craigie
- Jonathan Pyatt
- Kamil Lemieszewski
- Laurel Lefkow
- Lior Ashkenazi
- Mark Ivanir
- Natalie Stone
- Noof McEwan
- Omar Berdouni
- Peter Sullivan
- Rosamund Pike
- Uriel Emil
- Vincent Riotta
- Yiftach Klein
La nueva película del realizador brasilero Jose Padilha, el responsable de las dos ‘Tropa de Elite’, la nueva ‘Robocop’ y de la serie ‘Narcos’, retoma un hecho sucedido en los años 70 en Entebbe, Uganda.
En 1976, un grupo de activistas en pro de los derechos de Palestina secuestran un avión de Air France que partió de Tel Aviv con rumbo a París, en una escala realizada en Atenas y desviando el avión al Aeropuerto de Entebbe, con la idea de liberar a los pasajeros a cambio de pedir la liberación de más de 50 palestinos detenidos alrededor del mundo.
El grupo de secuestradores está conformado por dos alemanes (Rosamund Pike y Daniel Brühl) y dos palestinos, y al llegar a Uganda se suma otro grupo de terroristas en contubernio con el presidente Idi Amin, quien será el enlace con el gobierno israelí que se niega a negociar.
La película tiene desde su inicio un tono grave, partiendo la narración desde el secuestro del avión y mostrando algunos flashbacks donde se explican diferentes momentos primero de los alemanes y la preparación del secuestro y posteriormente mostrando a un soldado israelí y su mujer.
Así, la narración se vuelve muy esquemática, monótona y previsible, algo imperdonable cuando lo que se narra es el secuestro de un avión, sin lograr en ningún momento generar la tensión que el relato exigía.
Por otro lado, el relato se torna totalmente parcial, presentando personajes chatos, y tomándose mucho tiempo en tratar de humanizar a los secuestradores alemanes, en buscar la empatía del espectador con los israelís, en especial con la historia del soldado y la bailarina, mientras que los palestinos son todos toscos y torpes, en un relato que siempre es plano, y que busca añadir la nota emotiva y/o metafórica al incorporar a una compañía de danza durante los créditos finales.
http://tantocine.com/rescate_entebbe_jose_padilha/
El film recrea el secuestro de un avión por parte de un grupo extremista alemán en 1976.
Resulta llamativo ver el funcionamiento del servicio secreto israelí en una época que hoy en día parece ya prehistórica a nivel tecnológico, aunque solo hayan pasado 40 años.
Nuestro internacional Daniel Brühl es uno de los protagonistas. Es un buen actor que nunca he tenido claro cómo ha logrado dar el salto a Hollywood con tanto éxito, pero me alegro por él.
Rosamund Pike es su compañera de reparto. Parece que el éxito de Perdida le ha venido bien a la actriz, para obtener papeles más importantes que los que hacía antes de la de David Fincher.
La ambientación de los años 70 está lograda, y doy por hecho que la película documenta a la perfección los hechos. Pero por desgracia, el resultado final de la película se queda a medias.
Le veo dos fallos garrafales que hacen que solo me conforme con darle un 5.
Primeramente, al secuestro en sí no han sabido darle la más mínima emoción. Todos están la mayor parte del tiempo demasiado tranquilos, tanto los rehenes como los secuestradores. Apenas hay nerviosismo ni tensión en prácticamente toda la película. Está todo tan calmado que ni empatizo con nadie, ni temo por la vida de los pasajeros. No es que haya síndrome de Estocolmo, es que parece que la hayan hecho con pocas ganas de esforzarse en imprimir emoción. Parece que estuvieran en un bar, más que en una situación de vida o muerte.
Que me perdonen los detractores de Chuck Norris, pero hasta en Delta force los terroristas hacían honor a su nombre (dando miedo), mucho más que lo que se puede ver aquí.
Y en segundo lugar, se cargan bestialmente la que podría haber sido la secuencia más interesante del film, que es la del final. La alternancia de lo que sucede en Entebbe con la coreografía de danza (y una música bastante fea, por cierto) de la mujer del soldado israelí, es un completo esperpento. No le veo el más mínimo sentido ni a nivel simbólico ni a nivel estético. Si querían representar algo con eso, lo único que han conseguido es romper el ritmo de la única escena que podría haber tenido más interés.
Así que, solo por esos dos motivos, la catalogo como pasable y nada más.
Las historias de secuestros de aviones y las vicisitudes experimentadas por sus pasajeros tuvieron un auge importante en la década de los 70. Quizás ahora a lo lejos, puedan haber perdido vigencia, como ocurrió con dicha modalidad terrorista que originaban frecuentemente estos sucesos. Es posible que las nuevas generaciones de espectadores no encuentren atractivos estos relatos porque evidentemente los gustos han cambiado.
Pero rescato algunos aspectos interesantes que presumo van a constituir una opinión aislada por las 7 (como los días en Entebbe) críticas adversas que me han precedido.
En principio, celebro que un director latinoamericano como José Padilha haya entrado al cine internacional por la puerta grande. Sus películas en su país natal ( Tropa de Elite 1 y 2 ) y sus series televisivas ( Narcos y El Mecanismo ) lo hacen merecedor de esta distinción. Por eso puede darse el lujo de fallar de vez en cuando.
Me atrajo el modo en que hilvana el desarrollo de la trama mediante el hilo conductor de un grupo coreográfico de danza moderna que por sí sólo merece la atención y justifica la visión del film. ¿Habrá querido este director incluir una especie de coro de las tragedias griegas que va conduciendo la historia mientras ésta se desarrolla en otro plano independiente?. Esta inclusión coral no es gratuita, y por eso constituye un acierto, porque motiva, impresiona y emociona por la plasticidad y fuerza de estas escenas que valen por sí mismas, independientemente de historia central.
La respuesta a este interrogante la da el propio Padilha en cuanto consideró que la película debía comenzar con los bailarines, vestidos con indumentaria de judíos jaredíes, saliendo a escena y preparándose para interpretar la secuencia de la danza de las sillas de la obra del coreógrafo israelí Ohad Naharin Echad Mi Yodea . Eso simboliza la llegada del pueblo judío a Palestina justo antes y justo después de la Segunda Guerra Mundial.
La hipnótica danza, interpretada por la compañía de baile Batsheva, incluye una fila de sillas sobre el escenario. A lo largo de la película, se van intercalando más pasajes de la danza, que culminan en un final espectacular ejecutado durante los títulos de crédito de cierre.Con su energía contenida, los cuerpos de los bailarines, sus movimientos que sugieren dolor autoinfligido, constituyen un comentario implícito sobre la historia que están presenciando los espectadores.
A medida que avanza el baile, los bailarines se van quitando su ropa jaredí. Metafóricamente, se están despojando de su ortodoxia , explica Padilha. Se están liberando de la tradición a base de abrirse a nuevas ideas que podrían contradecir sus viejas creencias .
Por su intensidad dramática y metafórica, este recurso coreográfico debió haber sido más aprovechado para unirlo al desarrollo de la trama central que no se le corresponde y parece ir por otros carriles. Una oportunidad desperdiciada que podría haber potenciado al film jerarquizando su originalidad. Las actuaciones son correctas pero no deslumbrantes. Otro aspecto interesante lo constituye la interna política entre el Primer Ministro Rabin y el entonces Ministro de Defensa Shimon Peres, que ha quedado debidamente reflejada.
El resto se diluye en un final anunciado y sin el crescendo dramático que ameritaba este acontecimiento verídico, a raíz del antiguo conflicto territorial entre judíos y palestinos que persiste hasta nuestro días y ha dado lugar a tensiones bélicas que aún no fueron superadas.
Entretenida puesta en escena de todo un referente en lo que a secuestros aéreos y rescates se refiere, los hechos descritos tienen la enjundia suficiente para captar nuestra atención desde el primer momento y el ritmo se mantiene a lo largo de toda la película, aunque quizás a costa de dejar algo de lado el componente dramático en el que la película flojea bastante más, nunca llegamos a conocer a los protagonistas y sus reacciones parecen demasiado a la deriva en más de una ocasión. También se echan en falta muchos detalles de la operación de rescate como la destrucción de los aviones Mig que se guardaban en otra parte del aeropuerto.
Lo mejor: La subtrama geopolítica que se desarrolla en los despachos del gobierno de Israel.
Lo peor: El montaje de la secuencia de rescate y cómo se han intercalado las escenas de ese número musical tan atractivo como innecesario.
http://www.aluCINEando.com
Diez años después de producir Vuelo 93 , que trataba los atentados del 11 de septiembre, se pidió a los dos productores Tim Bevan y Kate Salomon que intentarán llevar al cine otra historia real de un avión secuestrado en 1976 que conmocionó al mundo, el rescate en Uganda bajo el mandato de Idi Amin de una avión de Air France con casi 250 personas a bordo una operación militar que se llevó a cabo por parte del ejército israelí.
Ya en ese mismo año después de suceder los acontecimientos reales los americanos se apresuraron a contar la historia en tres películas que se estrenaron pocos meses después que fueron Victoria en Entebbe un film fallido pero con un reparto de lujo que incluía a Burt Lancaster, Kirk Douglas, Richard Dreyfuss, Elizabeth Taylor o Helmut Berger, Operación Thunderbolt de Menahem Golan con Klaus Kinski y Brigada Antisecuestro de Irvin Kershner con Charles Bronson y Peter Finch destinado a TV pero que aquí en España tuvo estreno comercial en cines, mejor que las anteriores y que incluso llegó a ganar un globo de oro a la mejor película de TV.
En esta ocasión el encargado de llevar a la pantalla la historia es el brasileño José Padilha director conocido por las dos partes de las estupendas Tropa de Elite , la serie de Netflix Narcos y el remake menos acertado de Robocop . Los hechos están contados con mucha verosimilitud para ello encargaron a Gregory Burke (El guionista de 71 ) que investigara y diera forma a la historia.
Para el terrorista Wilfried Böse, los productores contrataron a Daniel Bruhl de origen alemán-español y para Brigitte Kuhlmann esta Rosamund Pike que se defiende muy bien hablando alemán. Destacar también al incombustible Eddie Marsan como Shimon Peres y el francés Denis Ménochet (Custodia compartida, Malditos Bastardos).
La película nos muestra muy bien las dos partes los secuestradores-secuestrados y los políticos y militares que llevaron las negociaciones, pero el ritmo de la película es irregular alternando continuamente (incluso en la resolución final) escenas de Ballet del famoso Baile de la silla que hace referencia al conflicto israelí-palestino. No obstante la recreación, ambientación, fotografía son excelentes y en la cuestion tecnica no se le puede reprochar nada. Quedando al final una visión muy real de los hechos pero ralentizando la acción personajes poco relevantes como la historia del soldado con la bailarina.
Destino Arrakis.com