5 cámaras rotas
Sinopsis de la película
Al nacer su cuarto hijo, Emad, un agricultor palestino compra su primera cámara de vídeo. Poco a poco y en paralelo al crecimiento de su hijo empieza a grabar los actos de resistencia pacífica de los habitantes de su pueblo, Bilin, frente al avance de los colonos israelíes y la construcción de un muro de separación entre las urbanizaciones. Durante más de cinco años, Emad graba este conflicto en el que dos de sus mejores amigos lideran la resistencia. Arrestos diarios, represión brutal por parte del ejército israelí. Hasta cinco cámaras de Emad son destrozadas por el ejército israelí. Cada una de ellas grabará una parte de esta impresionante historia.
Detalles de la película
- Titulo Original: 5 Broken Cameras
- Año: 2011
- Duración: 90
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Opinión de la crítica
7.7
54 valoraciones en total
Visualmente no es muy distinta de lo que podemos ver en CNN, lo digo con todo respeto, la diferencia se halla en el peso de quien filma: un lugareño que arriesga su vida y la de los suyos a cambio de un documento que ni siquiera sabe si llegará a ser visto. Y no es un detalle menor, de hecho, creo que es lo que resignifica la importancia del film, pero me hubiera gustado que el peso de la película estuviera más equilibrado y que no fuera sólo el hecho de quien filma lo que le diera una entidad al documento.
Por otro lado me molesta un poco que el montaje final sea tan maniqueo. Por supuesto que como espectadores nunca podremos ver el bruto del material, pero es raro que en cinco años no haya encontrado nada bueno sobre Israel que mereciera ser filmado e incluido en el corte final, lo más cerca es el momento en el Hospital y tampoco es un elogio. Esto vuelve al trabajo excesivamente subjetivo, algo que tiene sentido ya que toca muy de cerca al realizador y es más que loable su trabajo, pero no deja de ser un detalle nada menor que le quita mucha veracidad a la historia cuando uno no intenta comprender al enemigo y se coloca a uno mismo es un lugar de absoluto victimismo. A esto contribuyen algunas escenas que resultan forzadas al punto de parecerme casi que guionadas donde se ve la intimidad de la familia de Emad.
Desde un punto de vista más técnico y cinematográfico se denota un gran trabajo de montaje que no sólo se centra en la imagen sino que además hace un gran laburo de sonido, donde éste sirve para ubicar al espectador en el ambiente incluso forzando la coherencia formal entre la imagen y el mencionado sonido. Centrándome en la imagen, esto ya es una opinión personal y subjetiva, creo que es innecesario el ser tan gráfico en detalles del enfrentamiento armado donde se muestra a civiles muertos, sangrando, etc., porque a estas altura es casi redundante ver esas imágenes, volviendo al tema de la CNN, creo que le da un toque casi periodístico que lo torna un tanto sensacionalista.
Narrativamente, es muy interesante el paralelismo trazado entre el crecimiento de su hijo y el crecimiento del conflicto, que da para reflexionar mucho por lo cruda que resulta la comparación entre dos cosas tan distintas: la vida y la guerra. Es una mirada más sobre un tema que todos deberíamos conocer, es una mirada más que interesante que aporta mucho al espectador, pero sería un error quedarse sólo con ella. Es un documental de visión casi obligada pero en absoluto definitivo.
Todo el mundo alza la voz contra las atrocidades que cometen los islamistas en Irán, o las de los chinos en el Tibet, pero es increible la poca repercusión que tienen las injusticias que cometen los judíos en Palestina.
El documental está genialmente realizado, las escenas son brutalmente impactantes, yo creo que las recordaré para siempre… PORQUE SON REALES…los disparos, los gritos y la sangre. Es historia viva, el diario de Ana Frank del siglo XXI.
Lo único que he visto que no me ha gustado son ciertos momentos en los que no se documenta la realidad tal cuál, en algunos creo que hay un poco de interpretación, pero eso no debería desmerecer el resto de la historia, nadie puede actuar cuando le disparan a un ser querido.
Siempre pensé que el conflicto palestino-israelí era el conflicto perfecto, porque no le veía otra solución a que uno de los banos acabara por completo con el otro, pero gracias a este documenta veo que tambien hay en los dos bandos gente moderada que quiere la paz y solo pide que se respeten los acuerdos.
Es un documento impactante y que debería ser visto por los historiadores del futuro.
La película, dirigida a medias entre el documentalista Guy Davidi y el cámara Emad Burnat (que además ejerce de conductor principal del relato), posee virtudes impagables tales como una crudeza indiscutible, una necesidad vital indispensable y un in crescendo emocional aplastante. El ser vulnerable se convierte en absoluto protagonista de forma involuntaria.
La realidad es fascinante y Burnat nos empuja a mirarla de tú a tú. A no quitarle ojo. Sin parpadear. Sin censura. Sin kilómetros de por medio. La temperatura narrativa es cálida y produce hipnosis inmediata. La verdad es desgarradora y magnética: por eso cada vez que el contexto reclama el auxilio del foco, todas las cámaras presentes son necesarias pero insuficientes.
Los conflictos pueden ser analizados o juzgados, pero Davidi y Burnat hacen de parte y no de jueces. Ahí radica el mayor acierto de un relato emotivamente descomunal que no necesita excusas y que esconde parte de su originalidad en la construcción de la estructura. Documentales como ‘5 broken cameras’ nunca se verán en TV ni grandes salas, y eso nos provoca tanto daño intelectual como cualquier otro muro levantado.
Cuatro niños, cuatro cámaras. La quinta llegará después. Cada una registra un pedazo de la infancia de los hijos de Emad, envuelta en el ciclo de violencia sin fin de Palestina. Ellos marcan el ritmo de este documental filmado por un padre que se niega a olvidar aquellos olivos de Bill’in, su aldea cisjordana, a salvo del avance de los colonos judíos.
La primera cámara comienza a grabar en 2005, cuando nace Gibreel Emad y el ejército israelí devora una franja de la aldea con una valla para construir un asentamiento. Unidos por la defensa de la tierra -su fuente de supervivencia- y armados con esquejes de olivos, los vecinos comienzan a manifestarse cada semana frente a la valla. Una bomba lacrimógena destroza la primera cámara.
Convertido en improvisado cronista de la resistencia, Emad utiliza sus cámaras para protegerse -la tercera le salva la vida- y para disuadir a los soldados de disparar contra los niños que les apedrean. Las cámaras y los amigos sucumben a una violencia creciente, y Emad se cuestiona en alto si juega un papel correcto. La respuesta no tarda en llegar: Las heridas olvidadas nunca se curan.
Una parte del conflicto en primera persona. Gran documental de la mano de un padre de familia que entrelaza esta pequeña historia con la vida de su hijo recién nacido, hecho que hace ver como piensa y como actúa un niño criado en medio de toda esta injusta guerra.
Recomendado, pienso que es interesante que la gente vea este documental y se sensibilice un poco con todo este asunto.
Lo mejor, ver como algunos adultos no pierden la esperanza y las fuerzas para luchar y recuperar sus tierras, todo un ejemplo.
Después de ver este documental se me ha quedado una duda en la cabeza, ¿cuánto cobra un soldado israelí?.