187, más mentes peligrosas
Sinopsis de la película
Trevor Garfield es un profesor que se vuelca en cada uno de sus alumnos, porque es consciente de que graduarse es la única oportunidad que tienen de salir de los barrios marginales. Después de numerosos enfrentamientos, uno de sus alumnos lo acuchilla. Un año después, completamente recuperado vuelve a la enseñanza en un instituto nuevo. Tampoco allí el ambiente es muy alentador, pero en esta ocasión no está dispuesto a desempeñar el papel de víctima.
Detalles de la película
- Titulo Original: 187 aka
- Año: 1997
- Duración: 119
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Opinión de la crítica
Película
5.3
29 valoraciones en total
Antes de empezar esta crítica, quiero decir que mis años de instituto siempre serán recordados como algo horroroso, a excepción del último … Sin embargo este funesto detalle no ha impedido (por suerte) que no pueda disfrutar de películas basadas en este tema, como por ejemplo las estupendas El rector , Mentes peligrosas o esta 187, más mentes peligrosas que en mi opinión es toda una pasada, pues me parece de las mejores de este género, aunque no es de extrañar viniendo de un buen director como es el gran Kevin Reynolds.
La verdad es que a mí siempre me ha gustado esta película, y parece que cada que la veo me gusta más, no se porque, lo que si tengo claro es que si no fuera por la intervención del siempre oportuno actor Samuel L. Jackson, quizá esta peli no sería lo mismo, o no sería igual de buena, a lo mejor.
Con todo esto, sobra decir que este film es de los mejores del director Kevin Reynolds, pese a la no muy alta puntuación que le han dado en esta web, ya que para mí es cojonuda, pese a lo que digan los demás.
Requetevista cinta de profesores buenos y alumnos malos (Javier Ocaña: Cinemanía)
Yo no he requetevisto este tipo de películas, pese a que me encanta el género. De todas formas Javier Ocaña se equivoca en rotundo al decir profesores buenos y alumnos malos , tan sólo está estereotipando. La realidad (y también la ficción) se mueve en una trama más compleja que simples malos y buenos.
Grandiosa interpretación de Samuel L. Jackson. Una película que trata de demostrar como los profesores realmente necesitan tratamiento psicológico porque enfrentarse a una clase no debe ser nada fácil. Se muestra una juventud maliciosa y se demuestra como en América todo el mundo tiene un arma, se reivindican los problemas que vienen dándose en aquel país desde la década de los 90. País al que nunca iría a vivir, no por la calidad de vida sino por los valores que existen allí y se exportan al resto del mundo (algunos buenos y otros mu malos).
Sin embargo hay momentos en que la película se vuelve espectáculo ficcional… y el realismo queda borroso.
Qué curioso encontrarse con este drama-thriller-peli social que se une a la lista de filmes sobre colegios problemáticos junto a REBELIóN EN LAS AULAS (la primera, con Sidney Poitier), EL RECTOR (aquella de James Belushi), MENTES PELIGROSAS (la de la canción de Coolio), EL SUSTITUTO (la de Tom Berenger) y APRENDE COMO PUEDAS (la de coña) y otras más que habrá por ahí.
Las he mencionado porque lo cierto es que 187 aporta poco al panorama, salvo la sorpresiva reacción del profesor ante la actitud poco amable de sus pupilos. Y aparte resulta lenta y un tanto descuidada en el guión. A veces uno no se da cuenta de cosas que ocurren ni de por qué ocurren. En fin, mejorable.
Requetevista cinta de profesores buenos y alumnos malos (Javier Ocaña: Cinemanía). ¡¡Protesto!! Samuel L. Jackson interpreta (de forma inocente y brutal a un tiempo) a un profesor malo-malísimo. Tiene momentos notables, como la emulación de la famosísima escena de El cazador, de Michael Cimino. Cuanto menos, interesante (6.5).
A punto estuve de pulsar el botón de stop a mitad de la película, pues ésta tenía un argumento exactamente igual a Mentes peligrosas y uno no está para perder el tiempo. Escenas clavadas: profe bueno capta la atención de los chicos, profe bueno visita la casa de uno de los chavales conflictivos…. Pero en ese punto cambia todo. Sensiblería barata a la papelera (sólo nos faltaba copiar la mítica escena de Oh, capitán, mi capitán a algún poeta muerto), y al bueno de Samuel L. Jackson se le gira la cabeza. Es esa parte la que realmente merece la pena del film, y de la cual no desvelaré detalles. Sólo os recomiendo no pararla a mitad, pues os perderíais ese interesante tramo, que si bien no salva el cómputo general de la película, al menos resulta interesante y sorprendente en este encorsetado estilo de institutos barriobajeros.