Zootrópolis
Sinopsis de la película
La moderna metrópoli mamífera de Zootrópolis es una ciudad absolutamente única. Está compuesta de barrios con diferentes hábitats como la lujosa Sahara Square y la gélida Tundratown. Es un crisol donde los animales de cada entorno conviven, un lugar donde no importa lo que seas. De hecho puedes ser cualquier cosa, desde un elefante enorme hasta la musaraña más diminuta. Pero cuando llega la optimista agente Judy Hopps, descubre que ser la primera conejita de un cuerpo policial compuesto de animales duros y enormes no es nada fácil. Pero está decidida a demostrar su valía y se mete de cabeza en un caso, a pesar de que eso significa trabajar con Nick Wilde, un zorro parlanchín y estafador, para resolver el misterio.
Detalles de la película
- Titulo Original: Zootopia
- Año: 2016
- Duración: 108
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Opinión de la crítica
7.1
44 valoraciones en total
¿No sabes a donde ir el fin de semana? Pues ya tienes destino, no lo dudes y hazte con un billete hacia Zootrópolis, la nueva película de Disney es una absoluta maravilla, un viaje perfectamente planificado con unos ingredientes de primera elegidos y colocados con tanto mimo que al mezclarlos conseguirán que te pierdas en un fantástico lugar poblado por unos carismáticos habitantes. Una cinta capaz de provocar una placentera regresión infantil a los más adultos, un viaje al buen cine de animación, un thriller de espías al uso para todos los públicos, una maquina arranca sonrisas de lo más efectiva. Y lo mejor no es ese gran conjunto, sino el inconmensurable trabajo en los pequeños detalles que convierte a Zootrópolis en una refrescante aventura que atrapará a todos y que sin duda los más pequeños repetirán hasta la saciedad.
Su trabajado apartado visual está a la altura de los mejores títulos atesorando al mismo tiempo un ligero aire al cine de antaño que lo ensalzan aún más. Misterio, aventura y humor consiguen que el argumento fluya de principio a fin captando involuntariamente la atención del espectador. Mención aparte merecen los personajes, no los principales, sino todos y cada uno de la multitud de animales que aparecen en Zootrópolis funcionan a la perfección, simplemente sublimes. La guinda viene servida por una banda sonora que acabará de sumergir al público en un viaje tan entrañable como divertido.
Como buena cinta de animación destinada a todos los públicos Zootropolis desprende moralidad educativa por todos sus poros, una clase magistral de valores para pequeños y adultos, colocados de manera inteligente para que el espectador los digiera con los demás elementos de puro divertimento. Una alegoría a la sociedad actual, una reflexión sobre la condición humana, una explosión de diversión educativa. El nuevo trabajo de los directores Richard Moore (Los Simpson, Futurama) y Byron Howard (Bolt, Enredados), también cuenta con fantásticos guiños a otras películas de referencia. Un despiporre de largometraje llamada a ser una de las cintas de animación del año.
Lo mejor: todo funciona en Zootrópolis, y sus personajes están a otro nivel.
Lo peor: no volver a disfrutarla por primera vez.
Más en http://estovacine.blogspot.com.es/
Después de ver los primeros avances de Zootrópolis, lo primero que se me vino a la cabeza fueron sus enormes similitudes con la serie BoJack Horseman. No es que la idea de animales antropomórficos fuera precisamente novedosa, pero la ejecución era bastante semejante y algunos de los chistes parecían directamente calcados de la serie de Netflix. Lo más probable es que todo esto se trate de algo completamente accidental, pero lo menciono porque fue lo que me hizo entrar a la sala con ciertas reservas sobre lo que me iba a encontrar.
Por suerte, se me pasaron de golpe.
Porque, ideas prestadas —o no— aparte, el mundo que nos propone esta película es visualmente espectacular y está repleto de detalles ingeniosos. Quizá los estudios de animación de Disney no suelan sacarse la chorra tan fuerte y con tanta frecuencia como en Pixar, pero desde luego han sabido aplicarse y recortar distancias a marchas forzadas y pasos agigantados. La animación es tremenda, fluida, divertidísima y recargada de gags visuales en segundo plano. El mayor mérito, no obstante, está en haber sabido crear un universo con cierta coherencia interna pese a lo totalmente descabellado del concepto en sí mismo.
Pero aunque el envoltorio sea la mar de bonico, el resto de la película tiene que estar también a la altura. Y si no, que se lo digan a James Cameron. Que sí, que Pandora es una auténtica delicia audiovisual y con una mitología súper compleja e interesante, pero Avatar no deja de ser un remake de Bailando con Lobos protagonizado por pitufos en esteroides. En Zootrópolis, milagrosamente, el guión acompaña. Y acompaña mucho.
Si nos centramos en la trama en sí, nos encontramos con una parodia del género policiaco bastante conseguida, con tintes de buddy movie incluso, en la que lo más sorprendente es que los giros argumentales no se ven venir desde el minuto cero. Vamos a decirlo ya: como thriller policíaco funciona mejor que la segunda temporada de True Detective (como comedia un poquito menos, el bigotito de Colin Farrell sigue siendo más hilarante). Pero centrarnos en eso sería quedarnos sólo en la superficie. No podemos obviar que esto es una película de Disney y que, como tal, contiene también una bella lección moral dirigida hacia LOS PEQUEÑUELOS de la casa.
Lejos del «lucha duro por tus sueños y conseguirás todo lo que te propongas» por el que temía que iban a tirar a raíz de lo visto en los primeros compases de la cinta, la moraleja final en realidad está más enfocada en contra de la discriminación y los prejuicios de cualquier tipo —sí, aquí nos hablan de especies, pero no cuesta nada extrapolarlo a las discriminaciones raciales o sexuales—. Esto es Disney, no son excesivamente sutiles al respecto, pero como mínimo es un mensaje positivo, necesario y que además no arruina ni entorpece la diversión.
Pero sin duda, el punto más destacable del guión son los chistes. Porque funcionan. Y cuando digo que funcionan, es que funcionan DE VERDAD. De carcajada pura y dura. No, no son chistecitos de mierda para niños pequeños unineuronales —no quiero señalar a nadie, pero Madagascar 3—, no. Son gags disfrutables para todos los públicos. En serio. No importa si eres un crío de teta o un friki gordicalvo con canas en los huevos: si ves Zootrópolis te vas a reír. Y no precisamente poco. Ya sea con la cantidad de detalles repartidos de fondo por los escenarios, con los ágiles y divertidos diálogos, la enorme cantidad de guiños cinematográficos y seriéfilos que hay —incluyendo pullitas a la propia compañía y referencias veladas a Breaking Bad— o por la ENORME escena de los perezosos funcionarios (tristemente destripada en la mayoría de tráilers y clips), el material cómico de este film es de primer nivel.
Ayuda, y mucho, un reparto de voces totalmente entregado a la causa. No tengo ni idea de cómo será la película doblada, aunque rezo para que no se la carguen demasiado, pero entre las voces originales nos encontramos con un Jason Bateman (Arrested Development) que parece haber nacido para hacer de zorro estafador y cabroncete, a una adorabilísima Ginnifer Goodwin (Once upon a time) en la piel de la primera coneja del cuerpo de policía y a un reconocible e inspiradísimo Idris Elba (Luther) interpretando a un cliché andante como es el del típico comisario cabreado pero con la suficiente gracia para que no nos importe.
Naturalmente, no todo es perfecto. Algunos bajones de ritmo en su segunda mitad, un numerito final bastante lamentable con una Shakira metida con calzador (pese a protagonizar, indirectamente, algún chistecillo simpático) y más de un cliché que podría haberse evitado —normalmente lo perdonaría, y más siendo una película de Disney, pero en ésta esquivan y/o saben darle la vuelta a muchos otros tópicos de un modo tan inteligente y divertido que cuando ponen el piloto automático se les nota mucho más que si el guión hubiera sido consistentemente convencional de principio a fin— impiden que esta cinta sea la pequeña joya que podría haber sido.
En definitiva, Zootrópolis no marcará un antes y un después en el cine de animación y seguramente ni siquiera formará parte del imaginario colectivo como muchas otras películas que quizá se lo merezcan menos —no quiero señalar a nadie, pero los putos minions—, pero sin embargo ofrece una buena colección de carcajadas para toda la familia, un guión lleno de sorpresas, un auténtico deleite visual y una moraleja la mar de fina. Si tenéis la oportunidad de verla, no lo dudéis. Pasaréis un rato cojonudérrimo.
Crítica original: http://www.criticronico.com/2016/02/zootropolis.html
Notable película de los estudios Disney que combina a la perfección el cine de aventuras y acción clásico con grandes dosis de humor en un alejamiento total de los manidos cuentos de princesas a los que factoría suele recurrir cuando la falta de ideas predomina. Película número 55 de Disney, Zootopia, o Zootrópolis como se ha traducido para su estreno en España el 12 de febrero, puede parecer en primera instancia la típica película temática que cualquier estudio de animación realiza, juguetes y su mundo, bichos y su mundo, robots y su mundo etc pero que, gracias a un inteligente guión y a sus grandes dosis de humor se desmarca de esta tendencia volcando todo el centro de atención en la historia que involucra a los personajes y no en el mundo en el que se desarrolla la acción. El argumento es el siguiente: La moderna metrópoli mamífera de Zootrópolis es una ciudad absolutamente única compuesta de barrios con diferentes hábitats como la lujosa Sahara Square y la gélida Tundratown. Un crisol donde los animales de cada entorno conviven, un lugar donde no importa lo que seas y donde poder ser cualquier cosa, desde un elefante enorme hasta la musaraña más diminuta. Cuando la optimista agente Judy Hopps (Ginnifer Goodwin), descubre que ser la primera conejita de un cuerpo policial compuesto de animales duros y enormes no es nada fácil. Decidida a demostrar su valía se mete de cabeza en un caso, a pesar de que eso signifique trabajar con Nick Wilde (Jason Bateman), un zorro parlanchín y estafador. Zootopia (Zootrópolis) pese a ser una película destinada al público infantil es también un perfecto entretenimiento para adultos donde se nos habla de la perseverancia en nuestras metas, de conseguir ser quien queremos ser por muy duro que sea pero refleja en segundo plano sin tapujos una critica bastante clara sobre el racismo que posiblemente los mas pequeños no capten pero que refuerza sin duda, la sobriedad del filme a pesar de ser un divertimento olvidando las ñoñerías del aclamado estudio de cine americano de animación por antonomasia. De hecho, solo hay una escena sensible en la película y si no fuera porque es una producción Disney y todo lo que ello conlleva, podríamos decir que Zootopia (Zootrópolis) es un buen thriller/buddy movie de animación de cualquier otro estudio de animación menos de Disney.
Dirigida y escrita por Byron Howard (Tangled, Bolt) junto a Rich Moore (Breaking Ralph, The Simpsons, Spy vs. Spy) y Jared Bush, llegará a los cines repetimos, el 12 de febrero acompañada del tema principal de la película interpretado por la cantante internacional Shakira, Try Everyting. En el reparto de voces y junto a las de los dos protagonistas Ginniger Goodwin y Jason Bateman o la propia Shakira como Gazelle (la estrella pop de Zootopia) podemos encontrar algunas muy reconocibles como la de Idris Elba en el papel del comisario jefe Bogo pero también otras como la de J.K. Simmons siendo el león alcalde Lionheart, Octavia Spencer como la esposa nutria del desaparecido que inicia el caso e incluso hasta la de Tommy Chong en un personaje que le va como anillo al dedo y que recuerda mucho al que hacia en Up in Smoke por su aparencia. Producida por Clark Spencer (Lilo & Stich, Bolt, Breaking Ralph) en asociación con Nicole P. Hearon y John Lasseter, director de la famosa saga Toy Story o Cars que había colaborado en la producción anteriormente tanto como Byron Howard como con Rich Moore en sus primeros trabajos. La banda sonora es de Michael Giacchino, lo que añade un punto mas de perfección al gran trabajo de animación realizado. Zootopia (Zootrópolis) es una mas que buena opción para disfrutar con los mas pequeños y pasar un rato divertido frente a la pantalla también los mas grandes, todos sus personajes están bien perfilados y el humor mediante situaciones o guiños a series como Breaking Bad, o la escena de los perezosos (sloths) que pasara a la historia de la animación mas que seguro harán que sus casi dos horas de duración, se os pasen volando.
Crítica completa en BLOODSTAB: http://bloodstab.blogspot.com/2016/02/zootopia.html
Hay un pensamiento muy ligero en mencionar que esta podría ser una historia de Pixar.
No me voy a poner a defender cada compañía por lo que representa o por lo que ha venido contando, pero sí parece que ante la sofisticación de tramas y renovación de conceptos actual que hace Disney muchos vuelven la vista al hermano mayor, Pixar, mencionando que seguro les han echado una manita en el desarrollo.
Y pregunto: ¿no fue Disney el primero, el pionero que nos llevó de la mano a las vidas de perros y gatos, mostrándonos que tienen sus costumbres y romances? ¿no fue Disney la que construyó un Nottingham poblado por animales emulando la leyenda del mejor arquero de los bosques?
¿No se merece Disney progresar sobre sus historias, sabiendo dónde se han quedado atrás, y actualizarlas para una nueva generación libre de prejuicios? Sí, se lo merece sin que le digamos que no ha podido hacerlo sola, porque siempre pudo hacerlo de esa manera. Y, de igual manera que una reina del hielo rompió las convenciones del relato de princesas , esta es una historia que se propone lo mismo con los animales antropomórficos.
Zootrópolis, concebida así, es muchas cosas: primero un deslumbrante mundo lleno ingeniosas soluciones para la vida diaria de sus habitantes, después una fascinante en todos los sentidos reflexión sobre el heroísmo de baratillo o el miedo irracional y, finalmente, para nuestro propio disfrute, la historia de una conejita que lucha día sí día también contra los prejuicios derivados de su especie o posición social.
La experiencia vital de Judy Hopps nos sirve de guía para no perdernos en este festival de colores y grandes conceptos, pues inmediatamente empatizamos con la historia de alguien que nunca lo ha tenido fácil para hacerse valer. En un brillante diseño, los animadores se encargan de resaltar su pequeño tamaño entre mastodontes, aunque tampoco se olvidan de acercarnos a su enorme voluntad y disposición.
Una experiencia de su niñez la deja una marca profunda para nunca olvidar: no importa lo que luches, perteneces a tu lugar, no vas a ser nadie más que lo que te dejen ser los demás. Es curioso como se elige este hecho, trivial, para resaltar la sinceridad salvaje de la niñez en la que ningún niño se priva de decir las cosas directamente, frente a los adultos que, quizás inconscientemente, sobre todo los padres, tratan de persuadirla con palabras amables que no harán efecto alguno.
Desde ese instante, la suya es una lucha por la diferencia, por probar que tiene las mismas agallas que los animales depredadores más grandes. Se llenan las conversaciones y las acciones, inicialmente graciosas, de pequeñas diferencias entre estos y los animales pequeños que en tiempos antigüos servirían de presa, cavando una zanja progresivamente más grande, de temor irracional y casi desprecio por lo diferente.
Mientras lucha por su sueño profesional, Judy se encontrará con Nick Wilde, un zorro estafador que se aprovecha de esas diferencias existentes que todo el mundo ignora. Será su discurso, brutalmente sincero, el que hará en Judy la mella que no hicieron las palabras de sus padres, quizá porque la retrotrae a aquel golpe juvenil: la vida es dura, y probablemente no haga tus sueños realidad.
Es bastante increíble que Disney ponga en los labios del supuesto canalla de buen corazón unas palabras así, pero lo es bastante más que en toda la historia nunca quiera apartarse de ese camino trazado. Ambos se embarcarán en una investigación, con algún brillante homenaje de por medio, que no dejará de afilar el ingenio a Judy y dar una lección de humildad al arrogante zorro, en la mejor tradición de compañero que se odia a amigo que se quiere.
Inciso: Disney se burla de los pantalones de Donald y de todas las ropas que alguna vez un animal antropomórfico ha vestido, de la única manera posible, demostrando que nadie se ha parado a contemplar las posibilidades de los animalitos graciosos .
¿Pero recordais aquella zanja que se ha venido cavando desde la llegada de Judy, sin prisa pero sin pausa?
Pues sin previo aviso la historia te empuja y te mete de cabeza.
Lo que hasta entonces habían sido buenos y malos de repente son simplemente miedos mal dirigidos o discriminaciones injustas. Se abre un abanico de grises donde empezamos incluso a dudar de nuestra propia heroína, de la que aprendemos que no hay ninguna causa puramente justa, o ninguna frontera tan fina como para saltarla sin problemas. No hemos visto esa zanja, y hemos caído igual que ella, porque en otras historias siempre se ha asfaltado con buenas intenciones sin nada más.
Ahí es dónde realmente este relato madura y nos dice que, igual que no hay que convertirse en la bestia que te dicen que eres, tampoco hay que considerar al otro la bestia que te dicen que es.
Es entonces cuando Zootrópolis ya no es un lugar ficticio, y podría ser cualquier ciudad que vemos en las noticias.
Si pudiéramos quedarnos con alguna reflexión que dinamite años de animación con moralejas rancias, sería que las luchas no se ganan una vez, se ganan día a día. Ahí es cuando se difumina la última barrera, cuando ya no hablamos tanto de animales como hablamos de personas.
Y de repente, Disney ha conseguido lo que en décadas anteriores no se cansó de experimentar: ha hecho animales plenamente humanos. No porque hablen, o anden a dos patas, o vivan en sociedad urbanizada.
Sino porque primero nos ha mostrado sus miedos, sus esperanzas y sus luchas, para después mostrarnos cómo se conquistan, como nosotros también hacemos.
Zootrópolis se convierte así en la perfecta fábula del mundo actual: la que evita animalitos graciosos para hablar de problemas reales con consecuencias reales, pero sin olvidar el toque de esperanza y optimismo que debe acompañar, siempre, a relatos tan maravillosos como estos.
Soy el típico usuario de Filmaffinity que nunca escribe una crítica, pero esta película lo merece…
Para empezar, nos encontramos con un film para todos los públicos, tocando temas que van desde la búsqueda de la igualdad a la perservarancia e inconformidad con tu rol en un sistema en el que luchas para alcanzar tus sueños.
Tiene numerosos gigs destornillantes, algunos de los cuales harán reír más a los adultos que a los pequeños de la casa. Juegan mucho con las frases hechas del mundo animal.
La ciudad, simplemente magistral, un escenario envidiable lleno de vida adaptado a todo tipo de clase animal.
Para finalizar, he de decir que hacía mucho tiempo que no salía de una sala de cine con una sonrisa tan sincera de oreja a oreja, la recomiendo a todo aquel que quiera dar un viaje por la que sea probablemente la mejor película de animación que se haga este año. En un abrir y cerrar de ojos ya se había acabado el film, flash!