Yona of the Dawn (Serie de TV)
Sinopsis de la película
Serie de TV (2014-2015). 24 episodios. La historia tiene lugar en un mundo de fantasía. La cultura está influenciada por la cultura coreana y china. Esta influencia es evidente en la distribución de los reinos, y también en los nombres de los personajes, así como su ropa.
Detalles de la película
- Titulo Original: Akatsuki no Yona (TV Series)
- Año: 2014
- Duración: 24
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Opinión de la crítica
Película
7.3
62 valoraciones en total
Un anime lleno de aventura y acción, todo un entretenimiento de momentos dramáticos y trágicos, lo que sorprende teniendo en cuenta que la diversión y la comedia acaba por llenar la trama.
Y es que Akatsuki no Yona tiene ese perfume de shojo que tira para atrás, fue una de las cosas que me decepcionó, que podría haber sido más Basilisk y menos Kanon .
Si este anime hubiera sido serio, sin esos momentos de humor gratuitos que quitan hierro al asunto, habría estado de 10. Pero Mizuho Kusanagi no buscaba eso. Como en muchos animes de esta pasta, el/la protagonista es el/la típico/a chico/a que no tiene ni idea del verdadero mundo en el que vive por una razón u otra y, hasta que no le pasa algo terrible (como es en este caso el asesinato de su padre), no abre los ojos ni pone los pies en el suelo por la cúpula insonorizada en la que habita. Esta vez la protagonista es una princesa de pelo rojo, Yona, y la cúpula es su castillo ubicado en el reino de Kouka, en una época de batallas espectaculares y reyes corruptos, de fantasía donde hay dragones y adivinos…repito, si este anime hubiese sido más serio…
Princesa que resulta caprichosa, engreída y, para colmo (y una vez más en el mundo del anime) está enamorada de su primo Soo-won, el mejor personaje de la serie (se nos cuela un lado romántico entre espadas y guerreros). Todo ese mundo de color rosa se le viene abajo cuando este último liquida a su padre para quedarse en el trono, pero el guardaespaldas de Yona, Hak, la protegerá de cualquier peligro. En este contexto asistimos a otra imitación: la princesa es la reencarnación (y van ya…) de un antiguo rey, el primero del reino de Kouka. Metemos a cuatro dragones en el juego y esto, inevitablemente, empieza a oler a Ikki Tosen , pero esos cuatro dragones están repartidos por todo el territorio y, claro, hay que buscarlos, no es original, y mirando los resultados, la jugada le salió mejor a Hiroshi Takeuchi con Blade & Soul .
Aun así, es ese viaje lo que merece la pena, lo que trae el conocer a los múltiples, entrañables y pintorescos personajes (el testarudo Yoon, el despreocupado Hak, el patoso Ik-soo, el fanfarrón Jae-ha) y ver su desarollo a lo largo de toda la aventura. Y aunque sean más de 20 capítulos, las secuencias de acción que se cruzan con el humor ameniza la historia, y a pesar de eso precisamente hay que darse cuenta de que hay una tremenda historia de traición, redención y superación detrás, sólo que no está del todo bien tratada, eso es todo (pero hay veces en que no se le pueden pedir peras al olmo).
El capítulo 22 es el mejor, el de vena más épica, donde se da la batalla en el barco de Kum-ji. Muy Basilisk , pero la verdad no merecía la pena comerse 19 capítulos para llegar a los últimos cuatro, que son los mejores…el último no, claro, porque sencillamente es un episodio que deja un camino muy abierto para continuar la serie en una 2.ª temporada, ya que el manga sigue en proceso…
Bueno, a ver si es verdad y se hace, porque uno se queda expectante sobre lo que puede pasar entre Yona y Soo-won, y ese final inconcluso crea mucha incertidumbre.
El final del anime me dejó con una curiosidad tal, que me he leido el manga, y menudo manga…
Engancha. La historia no es 100% seria pero la comedia que hay se desarrolla bien y a veces hasta me hace reir.
Los personajes tienen muy buen desarrollo y da gusto ver como se enfrentan a cada arco de conflicto, por desgracia el anime solo abarca un arco de estos.
La protagonista es bondadosa, carismática, valiente, apenas llora, practica para ser más fuerte cada día sin hacer un mundo de ello, es decir, es mejor que cualquier protagonista de shonen que haya visto antes. Pero no es así siempre, va desarrollandose poco a poco hasta que parece mentira que su yo del pasado existiera.
Solo puedo decir que el manga cierra todos los cabos sueltos, ofrece una gran historia de aventura, romance, drama, perdón, batallas…Merece la pena darle una oportunidad.
El anime tiene una animación simple y bonita además de una banda sonora bastante chula.
Muy recomendable si eres una persona con paciencia.
Socrates dijo hace mucho tiempo Cuánto más aprendo menos sé , y es una de mis citas favoritas porque representa perfectamente el espíritu de una persona ávida de conocimiento, que aprende sólo por el placer de saber. Como alma curiosa yo también me siento identificada en ésta frase inmortal, y es que esa sensación cuando comprendes que por mucho que investigues siempre habrá mucho más por descubrir es uno de los placeres más dulces que existen. Es como si por un momento el Universo te diera una lección de humildad diciendo: No creas que puedes encontrar mis límites. Yo no tengo fronteras.
En un nivel muy básico, pero con Akatsuki no Yona he recibido una lección de humildad. Sin ser una otaku pura estaba casi convencida de conocer bastante bien el mundo del anime, de hecho comencé a visionar ésta serie con cierta soberbia, y es que buscaba una historia sencilla que me limpiara tras ver King of Thorn . Cuál no fue mi sorpresa cuando descubrí en Akatsuki no Yona una de las historias que más me ha recordado a lo que sentí cuando leí El Señor de los Anillos por primera vez. El viaje tanto físico como espiritual de ésta joven que intenta más que cualquier otra cosa descubrir su lugar bajo el sol me ha parecido sencillamente precioso. De hecho creo que es la primera vez que veo un Shonen sin plantearme en ningún momento cómo sería si hubieran contado la misma historia como un Seinen.
El anime -al menos por el momento- lo cuentan como un círculo donde el comienzo y el final se unen. Cuando en la primera escena del primer capítulo vemos a una joven arquera con el cabello rojo como el fuego enfrentarse a un grupo de soldados y secundada por un variopinto grupo de seis hombres con poderes especiales sabemos cómo acabara su búsqueda, al menos por el momento. Lo que importa en Akatsuki no Yona es la historia que visionamos, los personajes y, sobre todo, la extraordinaria -y al mismo tiempo lógica y creíble- evolución de Yona, que pasa de ser una princesa mimada a una mujer apasionada y fuerte.
En el reino de Kouka gobierna el bondadoso rey Il, y en su palacio hecho de joyas y paz el rey no posee mayor tesoro que su bella hija Yona, cuyo rasgo más característico es su roja melena. Recién cumplidos los dieciséis años muchos nobles e hijos de jefes intentan cortejarla, pero Yona tiene claro que no se casará con otro que no sea su primo, el apuesto y gentil Soo-Won, de quién lleva enamorada desde niña. Sin embargo su padre se muestra extrañamente reacio a aceptar el compromiso. Cuando Yona acude a los aposentos de su padre para intentar convencerle de que acepte su amor por Soo-Won, se encuentra con una escena que tarda varios capítulos en comprender: a su adorado Soo-Won apuñalando a sangre fría al rey Il. En una sola noche Yona pierde a su padre, al amor de su vida y todo el mundo que conocía hasta entonces, y debe huir del castillo si quiere salvar lo único que le queda: su vida.
Protegida en todo momento por su otro amigo de la infancia que ahora es su guardaespaldas, Hak, Yona tiene que aceptar el giro dramático que han tomado los acontecimientos y elegir qué hacer a partir de ahí, cosa que nunca antes había tenido la necesidad de hacer. Es en éste punto donde el personaje de Yona demuestra una madurez y una humanidad que cuesta encontrar en los animes. Yona era una princesa que había vivido rodeada de lujos en su pequeña burbuja dorada, ignorante de su propio reino, pero ahora que debe valerse por sí misma, en vez de llorar todo lo que ha perdido elige luchar, elige aprender, elige sobrevivir. Yona es consciente de sus propias carencias y comienza una búsqueda para encontrarse a sí misma, descubrir el propósito de su existencia. Y una determinación: no perderá a nadie más.
A partir de aquí la huida de Yona adquiere tintes épicos cuando la leyenda de los cuatro dragones nos es revelada junto a la princesa por un torpe y afable sacerdote llamado Ik-su.
Mucho tiempo atrás un Dios Dragón llamado Hiryuu bajó de los cielos, adoptó forma humana y creó el reino de Kouka. Hiryuu, conocido por su cabello rojo como el fuego, trató de ser un gobernante bueno y justo pero el alma de los hombres estaba llena de maldad, capturaron a Hiryuu y a punto estuvieron de asesinarle cuando los cuatro hermanos dragones del Dragon Rojo bajaron del cielo y le rogaron que volviera con ellos. Hiryuu sin embargo, se negó: en su corazón él ya era humano. Los dragones entonces dieron su sangre a cuatro guerreros y, a cambio del poder dragón, los guerreros debían proteger a Hiryuu sobre todas las cosas. Y así fue durante muchos años hasta que Hiryuu murió. Sin embargo estaba escrito que algún día el rey Hiryuu renacería como único y verdadero rey de Kouka, de modo que la sangre de dragón de los cuatro guerreros en lugar de morir junto a sus poseedores fue transmitiendose de generación en generación.
Ik-su revela a Yona que como reencarnación de Hiryuu, su destino es buscar a los cuatro dragones. Ella le escucha si bien no está segura de qué hacer cuando los encuentre. Aún insegura respecto a sí misma, lo único que Yona desea es proteger a las personas como su padre no pudo hacerlo. Y es que para Yona es una penitencia descubrir que todo el reino consideraba al rey Il un gobernante inútil. Yona, Hak y Yoon (el joven ayudante del sacerdote) comienzan su búsqueda de los cuatro legendarios dragones hasta restaurar lo que fue destruido y usurpado por Soo-Won, cuyos verdaderos motivos no nos son desvelados.
(Sigue en spoiler)
Una princesa destronada por un asesino (amigo de la infancia), emprende su viaje en busca de 4 guerreros legendarios bajo la protección del único superviviente a la masacre, su guardaespaldas (y amigo común de la infancia con el asesino).
Una presentación de personajes muy buena, un desarrollo de la trama que va haciendo crecer las expectativas del público, aderezado con el cambio y el aprendizaje de la princesa, un romance a 3 bandas poco convencional y un malo cuyas acciones comienzan a hacer dudar al espectador y todo se estropea con un cierre prematuro de la serie, unas OVAs que intentan justificar lo injustificable, dejando a medias una serie que prometía y que da la sensación que se le dió carpetazo rápidamente, dejando a sus seguidores con las ganas de lo que hubiera podido ser una serie espectacular.