Xtremo
Sinopsis de la película
Dos años después de que su hermano Lucero traicionara a la familia, matando a su padre e hijo y dejándolo a él casi muerto, Max está listo para ejecutar su venganza. El plan, cuidadosamente planeado, lo tendrá que adelantar porque los hombres de Lucero aparecen de nuevo en escena.
Detalles de la película
- Titulo Original: Xtremo
- Año: 2021
- Duración: 111
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Opinión de la crítica
Película
4.7
100 valoraciones en total
Óscar Jaenada tiene un aspecto que le hace idóneo para el papel de cruel mafioso que hace aquí. Pero ni él ni el resto de actores más conocidos que participan en esta película tienen personajes protagonistas.
En su lugar tenemos a un desconocido (al menos para mí) Teo García, que se muestra como una especie de superhéroe de mediana edad.
La película es un thriller de acción muy efectivo, en el que han combinado de forma realmente curiosa ciertos momentos de caspa pura española (como ese Luis Zahera, que siempre me recuerda a la saga de Torrente), con un estilo de tiroteos y peleas totalmente estadounidense que inevitablemente recuerda mucho a John Wick.
Aunque no es tan buena como las series de Álex Pina (que van un poco en la misma línea), el resultado me parece bien.
Los malos son detestables, así que la violencia y el pasado de rosca de las escenas de acción (muy conseguidas, por cierto), me resultan apropiados, aunque haya gente que pueda verlos como de comedia involuntaria.
Se demuestra de nuevo que en España podemos hacer cine del género que nos dé la gana, con buena factura y sin nada que envidiar al americano, al menos a nivel de realización.
Desde luego su guion no es que sea revolucionario, pero está bien hecha y es muy entretenida, además de contar con buenos actores.
A mí por lo menos me ha convencido.
Un artificioso ejercicio de acción, totalmente superficial con ínfulas de Gareth Evans. Es ambiciosa, se nota las ganas del reparto, sobre todo de Teo García pero no resuelve con destreza la poca aclimatación de los actores a este tipo de películas. Jaenada sobreactúa demasiado, lo de la yakuza no cuela y juntando su look de gánster del Harlem de los 70, parece un malvado irrisorio. Su metraje duradero más algunas escenas de acción apáticas, forman un film pretencioso con aires de grandeza. Aún así muy plausible el intento.
Bailes de katanas, tiroteos, violencia extrema y un reparto sugerente en una producción española cortesía de Netflix. ¿Cómo resistirse? No obstante, no voy a negar que tenía ciertos reparos (por no llamarlo prejuicios) con respecto a la nueva cinta de Netflix, ya que se notaba que la película quería emular a toda costa el cine de acción que triunfa (o triunfaba) al otro lado del charco, siendo una producción que podría haber acabado siendo un absoluto desastre (cayendo en el ridículo o fracasando en sus intenciones). Pues bien, me complace afirmar (al menos para quien esto escribe) que estamos ante un gran thriller de acción, que poco o nada tiene que envidiar a ejemplos recientes del género y que da lo que promete, siendo una propuesta tan redonda como efectiva.
Se nota que detrás del proyecto hay un especialista en artes marciales (Teo García), ya sea aportando la idea original o protagonizando el film, en una ensalada de tiros y duelos de espada que convencerá a los amantes del cine de acción, ya que los responsables de la cinta tienen las cosas muy claras. Por supuesto, habrá quién no abrace este entretenido producto de evasión por el siempre hecho de ser Made in Spain, pero creo que es algo a valorar, demostrando que se pueden hacer buenas producciones de acción en nuestro país, por mucho que se rehúya del citado género (las películas de acción en España se pueden contar con los dedos de una mano).
Es bastante curiosa la filmografía del director (por decirlo de alguna forma), por lo que me centraré en su labor tras las cámaras en la película que nos ocupa, siendo un trabajo sorprendente y muy por encima de la media, con unos tiroteos y coreografías que sólo pueden calificarse como fascinantes. Ojo, no digo que estemos a la altura de locuras como la saga John Wick, pero sí de producciones mucho más cacareadas. La factura técnica es prácticamente impecable, hasta el punto de que me dices que es una cinta americana (y, por lo tanto, de más presupuesto) y me lo creo. Atención a los combates cuerpo a cuerpo o el duelo de katanas, aunque seguramente Teo García tenga mucho que ver. Destacar el uso de la violencia, no escatimando en sangre y crueldad, y sin dejar títere con cabeza. Cine del que ya no se hace.
En cuanto a la historia, navega entre el thriller de venganzas, la acción explosiva o el cine de mafias (incluso con referencias a la Yakuza), notándose las referencias a clásicos del género como León, el profesional o El hombre sin pasado, por citar dos ejemplos. Porque sí, esta historia ya la hemos visto todos antes, aunque no cayendo en el error de perder el tiempo en una innecesaria subtrama romántica (sólo se insinúa) y manteniendo el interés en sus casi dos horas de duración (que jamás se hacen pesadas, por cierto). Quizás se puedan discutir las tramas del protegido del protagonista (que luego tampoco aporta demasiado al argumento principal) o la necesidad de tener dos villanos, pero son elementos que tampoco molestan, aunque seguramente se habría ganado agilidad de haber prescindido de ellas.
Respecto a los personajes, tenemos al clásico protagonista rudo y parco en palabras, el villano pasado de rosca (música celestial para mis oídos) o el pupilo que tiene que reconducir su vida y se mete constantemente en problemas. Todos funcionan, aunque no todos los intérpretes estén al mismo nivel. Y es que se nota que Teo García es más especialista en artes marciales que no actor, chirriando su actuación en los primeros compases, aunque funciona como héroe de acción, sobre todo a la hora de repartir tortas (y vaya si las da). Da el pego y seguramente estemos ante nuestro primer action hero patrio, por lo que poco se puede objetar, más allá de que es el actor más limitado de la película.
Mucho más inspirados están unos Óscar Jaenada y Sergio Peris-Mencheta (curiosamente, ambos repiten asociación después de la infame Rambo V) pasándoselo en grande, saboreando sus roles de villano y totalmente conscientes del producto en el que están. Espero que se tome nota, porque a ambos les sienta genial ser los malos de la función (en especial a Jaenada). Es una lástima que los dos tengan pocos minutos para su lucimiento, aunque más sangrante son los casos de unos Juan Diego y Luis Zahera totalmente desaprovechados. Soy consciente de que son colaboraciones especiales, con todo lo que ello conlleva (apenas aparecen dos minutos), pero duele ver a dos actores de su talento en papeles tan pequeños e insulsos. Terminar destacando la convincente labor de Óscar Casas (hermano de Mario), Andrea Duro (Física o Química) o Alberto Jo Lee (Tapas o Fuera de carta), el cual está pidiendo a gritos una cinta de acción para él solo.
Llegados a este punto, y aunque mi crítica es bastante entusiasta, que nadie me malinterprete. Xtremo no es ninguna maravilla, pero oye, funciona como película de acción, dando exactamente lo que se pide cuando te acercas a un producto de estas características. Una propuesta consciente de sí misma y que no decepciona, destacando a la mayoría de su reparto, una dirección enérgica y una historia tan convencional como cumplidora. ¿Se puede pedir más? No lo creo, siendo una de las producciones más logradas de la plataforma en los últimos años, y me refiero en general, sin tener en cuenta la nacionalidad. Si te gusta el género y quieres pasar un buen rato, ésta es tu película. Bravo.
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Buen comienzo que decae al pasar los minutos y a ratos se vuelve aburrida. Xtremo es una película de acción que al menos cumple su cometido, acción. Aunque las actuaciones son bastante regulares, a excepción de algunos casos, y el final no genera el impacto y/o satisfacción que debió generar no deja de ser una película violenta, en donde también, se añadieron toques de comedia en donde Sergio Peris-Mencheta (Finito) los interpreta de muy buena manera.
Luego del comienzo la película nos empieza a mostrar la historia de Leo y el actual estado de los demás personajes con los cuales uno no se llega a encariñar nunca debido al poco desarrollo y conocimiento que tenemos de estos, dejándonos también muchas preguntas sin resolver. ¿Quiénes son los buditas que le enseñaron a Max a usar la katana?, no lo sé.
Como conclusión, Xtremo es una película que no decepciona en cuanto a la acción que debería tener, pero si se queda corta en muchos otros aspectos ya anteriormente mencionados como el poco desarrollo de los personajes y el aburrimiento que llega a generar, al igual que su mal final.
4/10
Uff… ¿por dónde empiezo? A poco tiempo que cualquiera lleve leyéndome por estos lares virtuales sabrá de lo mucho que me gusta el cine de acción, y para más inri, de lo desacomplejadamente que gozo cual marrano rebozando en un lodazal viendo películas de tercera división. Pero os juro que esto me ha superado, a mí y a mi simpatía por el encefalograma plano fílmico. De hecho la única razón por la que he aguantado ¡una hora! es la curiosidad que me generaba ver, por fin, un producto nacional de artes marciales sin coartadas de thriller. Porque serlo lo es, y por supuesto que la cuarta película de Daniel Benmayor -autor de la estimable, por lo menos para quien esto escribe, Bruc, El Desafío- homenajea con devoción a un cine de hostias como panes muy específico, esos vehículos de lucimiento tardochentero o de los primeros noventa para iconos videocluberos -escasas veces de la pantalla grande- con aptitudes interpretativas de alcance inversamente proporcional al de su destreza física. Pero si aquellos disimulaban sus carencias gracias al doblaje de los actores profesionales, el artista marcial Teo García se reserva aquí el as en la manga de contar con Oscar Casas como sidekicker, logrando que tanto él como su hermano Mario -aquí no implicado-, a su lado, parezcan Laurence Olivier.
Los villanos Oscar Jaenada y Sergio Peris Mencheta se lo pasan como enanos a costa de la broma privada de intercambiar sus roles respectivos de matón y final boss en Rambo: Last Blood (2019, Adrian Grunberg).
¿Y qué más? Pues eso, que ni todo vale ni el encomiable fin de producir un género impracticado en el cine nacional justifica semejante artefacto. Lo único positivo de esta experiencia es que ahora me siento lo suficientemente valiente para atreverme en un futuro, quién sabe, con Veredicto Implacable (1987, Mariano Ozores).
Más suerte la próxima vez. Lo deseo de todo corazón.