Waiting in the Summer (Serie de TV)
Sinopsis de la película
Serie de TV (2012). 12 episodios. Mientras Kaito Kirishima probaba su cámara de 8 mm en la noche, éste queda atrapado en medio de una misteriosa explosión que termina matándolo. Extrañamente, Kaito despierta al día siguiente perfectamente bien, pero sin ningún recuerdo de lo que ocurrió exactamente el día anterior. Sin prestar atención de lo que había sucedido, se dirige a la escuela sin pensar sobre dicho accidente. Conversando con sus amigos en la escuela, deciden hacer una película durante las vacaciones de verano, e invitan a dos estudiantes de cursos superiores para participar en el proyecto: la recién llegada Ichika Takatsuki y la extraña Lemon Yamano. En un extraño giro del destino, Ichika comienza a vivir con Kaito, ya que su hermana debe viajar a Bolivia para trabajar. Sin embargo Ichika no es una chica normal, no procede de este planeta y oculta su identidad haciéndose pasar por una chica extranjera que ha decidido estudiar en Japón.
Detalles de la película
- Titulo Original: Ano Natsu de Matteru (Waiting in the Summer) (TV Series)aka
- Año: 2012
- Duración: 25
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Opinión de la crítica
6.3
82 valoraciones en total
A ver por dónde empiezo, porque es que «Waiting in the Summer» da pie a comentar muchas cosas, todas desagradables. De acuerdo en que es más o menos entretenido, pero eso a fin de cuentas no es nada cuando ves lo aberrante que es todo.
Mi sensación es que el anime, y en concreto el shonen, ha evolucionado de la peor manera con un ecchi grosero e impertinente, un harem asqueroso y un moé cansino. El ecchi es un contenido sexual o erótico no pornográfico. El grado puede ser muy amplio y puede ir, no sé, desde que se muestre la ropa interior al levantarse la falda hasta un desnudo. Siempre ha habido de todo, de acuerdo, pero en un anime normal se sabía cuándo insertarlo y la historia no era la excusa para lo erótico, sino que era solo un elemento más dentro de la trama y de las relaciones. Ahora ya no.
Odio profundamente esa sexualización absoluta de los personajes femeninos expuesta sin ton ni son. ¿Es necesario que la protagonista Ichika tenga esta talla de pecho y que, además, se vea cómo se le bambolean? Que en el primer capítulo le restriega los pechos por la cara y le da besos al prota, ¿eh?¿Y el fetichismo de las gafas?¿Es necesario que se marquen bien las nalgas y el pubis? ¿Esos zooms a los senos y a los culos? ¿Un personaje que se pasea desnudo tapado con un peluche? ¿Disfraces de doncella gatuna? ¿Esos sonrojos emulando excitación sexual? Y, claro, luego entran los estereotipos: no puede faltar la loli del grupo, siempre con vestiditos de muñeca, ni la tierna dulce, ni la enérgica con pelo corto. Y el protagonista tiene que ser el más pardillo de la galaxia del que se enamoran… ¡por que sonríe cuando está triste! Basura.
Pero hablemos del romance. Aquí hay dos cuestiones: el enamoramiento y la actitud ante el enamoramiento. El cómo y por qué te enamoras es de una artificialidad que da susto, es que no te puedes tomar en serio esta chorrada. Se lleva mucho eso de buscar una razón cualquiera, sacada de la manga, que justifique por qué alguien se enamora de alguien: se acordó de mi nombre, me animó cuando estaba triste, me dijo que era guapa… Yo qué sé, cualquier pamplina con la que se evita mostrar una relación amorosa bonita, coherente, desarrollada. ¿Por qué se enamora Ichika de Kaito? ¿Por qué? No lo comprendo. Luego viene la actitud: qué haces cuando te enamoras. También está de moda esa idea del «me esforzaré para conquistarte» que se le implanta sobre todo a las chicas, porque esto se ve tanto en el shonen como en el shojo, y es una falacia que merece un desmentido claro y rotundo.
Una mujer no conquista a un hombre. Eso es mentira, es un bulo, un cuento. Si después de tres años juntos, un chico no se ha fijado en ti, ¡ya no se va a fijar! No, olvídalo, pasa de él, asúmelo y mira para otra parte. No tienes que esforzarte, no tienes que seducir a nadie, eso no va así. Somos como somos, nos mostramos como nos mostramos, y gustamos o no gustamos independientemente de nuestra voluntad o nuestro deseo. Por mucho que lo busques en su casa como una perra, te ofrezcas o te declares, no va a quererte. No, no y ¡no!
Qué mala uva, por favor. Qué asco de mensajes, de mujeres, de héroes, de historias de amor, de todo.
P.D: Acabo de ver que es el mismo autor que el de «Toradora!»… Ahora se entiende todo…
Aclaro que aunque la protagonista femenina de esta serie sea igualita a Yoko Littner o Yoko Ritona de Tengen Toppa Gurren-Lagann (2007), especialmente cuando se hace profesora y va con gafas, en realidad no existe la más mínima conexión entre ambos dibujos animados: ni productora, directores, ni nada. Pura coincidencia o para ser más exactos, que se han copiado los de Waiting in the Summer . Por lo demás, se trata de un anime japonés cortito de 12 episodios, más un OVA que la verdad no apetece nada ver, que ha acabado dando lugar a un manga, al contrario de lo que suele suceder, que primero sea el manga y luego la adaptación para televisión.
Dicho esto, de entrada no tenía mala pinta, con su oferta de romance adolescente con un toque de ciencia ficción, servido por varias chicas monas, en especial la protagonista. Sin embargo, las expectativas son dinamitadas en el primer episodio, cuando se desvela de que en realidad esta Waiting in the Summer no es más que una fantasía para satisfacer a los espectadores de género masculino más ardientes o ilusos. Es decir, que nadie se puede creer que las cosas sucedan con tal grado de complacencia para el héroe del relato, el tal Kaito. Que no puede ser que ya en el primer episodio una tía buena te caiga del cielo, te se meta en tu casa y casi te se ofrezca.
A partir de aquí el anime tiene un desarrollo complicado para enmendarse pero es que Tatsuyuki Nagai no lo intenta en absoluto. El romance aparece de inmediato y de una forma de lo más boba, antinatural y cómoda para el héroe Kaito, el invariable pardillo de estas series para más inri, pero con los típicos achuchones y lugares comunes para complacer al televidente. Mientras tanto hay por ahí un enredo amoroso estridente, forzado y tampoco muy creíble que entorpece la trama aventurera que cuando aparece es también una tontería más. Lo peor, la imagen rastrera, estúpida y totalmente complaciente aquí del sexo femenino, salvo por la rara y simpática Remon.