Trolls 2: Gira mundial
Sinopsis de la película
En una aventura que les llevará más allá de todo lo que habían conocido, Poppy y Branch descubren que su tribu de Trolls es solo una de las seis que existen, que el resto están repartidas en seis reinos y consagradas a seis tipos distintos de música: funk, country, tecno, clásica, pop y rock. La reina Bárbara, miembro de la realeza del hard rock, y su padre, el Rey Metal, quieren acabar con el resto de géneros musicales e imponer el reinado del rock. Con el destino del mundo en juego, Poppy y Branch, junto con el resto de la pandilla — Grandullón, Chanelle, Satén, Cooper y Guy Diamante—, visitarán los demás reinos para unir a los Trolls contra los planes de Barb de eclipsarlos a todos.
Detalles de la película
- Titulo Original: Trolls World Tour aka
- Año: 2020
- Duración: 90
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Opinión de la crítica
5.5
38 valoraciones en total
Trolls 2 World Tour es una película que deberían ver absolutamente todas las personas, especialmente los niños, y más en tiempos como los que corren actualmente.
El rock busca imponerse por encima de los demás géneros musicales, ya que creen que todos deberían pensar como ellos. Es por lo que buscan controlar al resto de los géneros y convertirlos todos en rock. Como se puede observar, es una analogía perfecta con temas tan controvertidos como puede ser la política u otras cuestiones.
Anna Kendrick (Poppy) y Justin Timberlake (Branch) son los protagonistas de esta película y ambos están fantásticos. Me considero seguidor absoluto de Anna Kendrick y es que casi siempre hace un gran papel, incluso en películas más pequeñas. Además de estos dos actores podemos encontrarnos a diversas celebrities como son Rachel Bloom, Kelly Clarkson, Jamie Dornan, Ozzy Osbourne, Anthony Ramos, Anderson .Paak, George Clinton y muchísimos mas en una película que abarca absolutamente todos los géneros musicales, aunque sea por un segundo. No dejan nada atrás, desde el yodel hasta el emo, pasando por el hip-hop y acabando en el rock sinfónico.
Es por esto que cualquier aficionado a la música, cualquier persona que quiera pasar un buen rato y al mismo tiempo enseñar a los pequeños y recordarnos a nosotros mismos que debemos aceptar todas las opiniones y todos los gustos, por muy diferentes que sean de los nuestros propios, debería ver esta película y recomendarla en estos tiempos.
Esta secuela es muy atractiva de ver por su color y sus personajes, el guión es pobre ya que hay demasiadas canciones, no se hará pesada, pero la secuela no se deja lucirse del todo ya que su antecesora era floja, algunas canciones son buenas, pero otra innecesarias, la animación es correcta.
Personajes: Mi favorita es Poppy, tiene potencial y siempre esta positiva.
La recomiendo pero no es ninguna maravilla.
Mi puntuación: 6,1/10.
*Está bien que seamos diferentes
Uno de los aspectos que más se explora en esta cinta, tiene que ver con cómo percibimos a todo aquel que es diferente a nosotros. Desde el comienzo, vemos como al principio en este universo animado, se concebía la diferencia como algo que generaba crispación y odio entre unos y otros. Esa idea errónea de que uno solo puede llevarse bien con aquellos que comparten los mismos gustos e ideas. La diversidad hace de la vida algo apasionante e inspirador, ya que nos da la oportunidad de ser mejores y crecer en todos los niveles.
Da la sensación que DreamWorks, esta optando por un enfoque cada vez más parecido al de otros estudios de animación como Pixar, historias que hagan las delicias de los peques de la casa, a la vez que cuenten con una gran carga moral que atraiga también a los adultos. En este sentido, Trolls 2: Gira mundial explora cuestiones de total actualidad, desde un punto de unión y fraternidad. Ante una situación como la actual, en donde parece que el odio y la intolerancia están ganando cada vez más terreno, son necesarias cintas como esta, cintas que eduquen a los más pequeños en los principios del respecto y la tolerancia hacia los demás, y también que sirvan como un toque de atención, para los que ya tenemos una edad.
*La música es algo que llevamos dentro
Como se ha mencionado previamente, en Trolls 2: Gira mundial la música está mucho más presente que en su precuela. La trama central de la película gira en torno a ella y todos los personajes que vamos viendo, simbolizan distintas figuras musicales. Música de todos los colores y gustos, se reúnen de una forma divertida y alocada, a lo largo de todo el film. Al tener a Justin Timberlake como protagonista y productor ejecutivo musical, los momentos musicales que aparecen en la cinta son sencillamente impresionantes, sobre todo el clímax final, que es una tremenda apoteosis musical y visual.
Contamos con gran parte de los personajes de la primera película, además de nuevas incorporaciones como la de la Reina Barb (Rachel Bloom), que hace de la nueva villana de esta entrega. Los personajes de Poppy y Branch siguen ocupando gran parte de la trama narrativa, pero también se cuenta con subtramas de otros personajes bastante interesantes, la subtrama del personaje de Prince D (Anderson .Paak), es súper divertida y entrañable. Otro elemento que es interesante de estos personajes, es que no se llega a blanquear ni demonizar sus personalidades, son personajes con distintas capas, que demuestran tener una mayor complejidad emocional. El personaje de Poppy (Anna Kendrick), que podríamos considerar como la gran protagonista, también muestra aspectos negativos en su personalidad, no un arrebato puntual como sucede en la mayoría de las películas animadas, sino algo que va repitiéndose reiteradamente a lo largo de la película. En el caso de Poppy, ella se da cuenta que para ser una buena reina tiene que saber escuchar a su gente, algo que se podrían grabar con fuego, algunos dirigentes de la actualidad.
*Motivos de sobra para ir al cine
Trolls 2: Gira mundial nos da motivos suficientes, para ir en familia o con amigos a una sala de cine. Esta secuela visualmente es mucho más florida, con una composición de colores muy absorbentes en pantalla. Llegamos a escuchar éxitos de todos los géneros, pero también temas originales compuestos para la película. En cierta manera, es una película que se ve inspirada por este mundo de los haters en que vivimos. En la música pasa con frecuencia, que juzgamos o reprendemos a los demás, porque consideramos que sus gustos musicales son peores que los nuestros. Esa intolerancia y condescendencia cultural, se trata también a lo largo de todo el largometraje.
Un largometraje que consigue construir una trama entretenida, a la vez que sorprender en todos sus aspectos técnicos. Una cinta que gana mucho si es vista en la gran pantalla, por lo impresionante que llega a ser visualmente en todo momento. Por otro lado, cuenta con golpes cómicos bastante divertidos y que hacen inevitable no soltar una carcajada mientras la estás viendo. Al ser una cinta de animación tan vinculada al mundo de la música, la trama principal depende mucho de este aspecto. Sin embargo consigue mostrar equilibrio y jugar a su vez, con otros elementos narrativos que enriquecen su trama.
Conclusión
En definitiva, Trolls 2: Gira mundial es una de las grandes citas cinematográficas de este final de año tan convulso. Una cinta que divierte y emociona, a partes iguales. Con momentos musicales muy chulos, que te tendrán bailando desde tu butaca. Una película que nos da motivos suficientes, como para salir en familia a disfrutar de una película, tan optimista y vibrante. Con tantas películas de animación que se han caído a causa de la pandemia, Trolls 2: Gira mundial viene a demostrarnos que este 2020 sigue contando con grandes películas en cartelera, con las que constatar que ir al cine es totalmente seguro.
Escrito por Daniel Jiménez
Hace cuatro años, la percepción que siempre habíamos tenido sobre los trolls (seres malvados, toscos, brutos y, sobre todo, sucios y maleducados) cambió radicalmente. Las aventuras de Poppy, Branch y el resto de la pandilla que nos contaba Trolls presentaban a unos personajes achuchables, que se dan abrazos sin control, ven la vida de color de rosa y cantan y bailan sin parar a ritmo del pop actual y clásico.
La historia era sencilla y entretenida y la calidad de la animación dejaba sin aliento casi más que la inagotable actividad de los protagonistas. Dispuestos a repetir el éxito cosechado y supongo que, de paso, darnos también un chute de optimismo y positividad en este año tan aciago, se estrena ahora Trolls 2: gira mundial totalmente pasada de rosca.
La trama básica tiene su gracia –la división de reinos según el tipo de música– pero, sobre esta línea argumental, no se construye nada en absoluto con un mínimo de lógica o consistencia. Lo que desfila por la pantalla y ocupa la hora y media de metraje es una electrizante sucesión de videoclips musicales, con gran despliegue de efectos de animación, una explosión de colorido cercano a la psicodelia y unos interludios de diálogos superfluos y repetitivos que acentúan la sensación de ir en una montaña rusa con destino a ninguna parte.
Lo único que podía tener algo de interés –los distintos tipos de música en versión troll– se desperdicia tontamente: lo clásico ni se oye, para el country se elige lo menos representativo y el funky, techno o reguetón se muestran solo con simples pinceladas caricaturizadas.
Se podría alegar que el público al que va dirigido, el más pequeño de la casa, no es muy exigente y no pretende convertirse en melómano. Sin embargo, si solo se perseguía tenerlo sentado un rato largo en la butaca 90 minutos, no hacía falta tanto despliegue técnico: cualquier canal televisivo de dibujos interminables podría cumplir la misma función.
Al menos, eso sí, se repite hasta la saciedad la necesidad de comprender a los demás y vivir en armonía y tolerancia. Si nos quedamos con eso, bienvenido sea.
http://www.contraste.info
En 2016 se estrenó una adaptación (si se puede llamar así) de los populares juguetes que hicieron furor hace tantos años, que no son otros que los entrañables Trolls. Pues DreamWorks nos trajo una cinta animada con unos coloridos personajes que poco o nada tenían que ver con las figuras de antaño.
Dejando eso a un lado (y los prejuicios ante los primeros adelantos, como los de un servidor), el estudio sorprendió al ofrecer una divertida y tierna historia, con grandes canciones, personajes tan entrañables como los originales (y obviamente con más carisma) y que, sin ser ninguna maravilla, dejaba un sabor agradable gracias a sus buenas intenciones y su carencia de pretensiones, a ser una cinta para todos los públicos tan humilde como amena.
La película tuvo críticas más que decentes (76% en Rotten Tomatoes) y fue un éxito de taquilla, y claro, cuando eso sucede (sobre todo con una película animada) todos sabemos lo que eso significa. Exacto, secuela. Pues bien han pasado cuatro años y aquí la tenemos. La película se iba a estrenar en cines en Marzo, pero debido al coronavirus ha llegado de forma doméstica a muchos hogares, siendo un tremendo éxito en los hogares que ha batido récords. Ya sabéis, los pequeños de la casa no pueden salir a calle y los padres están desesperados y deseando entretenerlos para tener un respiro. Fórmula infalible.
En esta ocasión, la secuela ha tenido también unas críticas positivas, aunque sin alcanzar el nivel de la primera parte (68% en la película que nos ocupa), y la verdad es que me parece un tanto incomprensible, ya que, desgraciadamente, estamos ante una secuela muy inferior, que apenas aporta nada y que se confirma como una de esas segundas partes más que innecesarias y que desaprovecha los logros de la anterior entrega.
La animación es estupenda, sin alcanzar los logros de Pixar (eso es imposible), pero sorprendiendo con no pocas escenas, siendo una cinta muy muy muy colorida. He hecho énfasis en el muy porque seguramente algunos vomiten arcoiris y purpurina al finalizar el visionado, y más si no están habituados a este tipo de productos infantiles y animados. Muchos/as la van a disfrutar sin tapujos, como es mi caso, ya que la película es esto, sin más, y en eso no se traiciona a si misma.
Y ya que hablamos de cosas positivas, destacar su estupendo soundtrack, con unos fabulosos mashup (es decir, combinación e integración de canciones entre sí), que combinan música clásica, pop, country, funk y todos los estilos habidos y por haber (bueno, casi todos…). Se nota que la película tiene su mayor baza en sus canciones, aunque debido a eso se haya sacrificado la historia por completo.
Y es que toda la trama gira en torno a la música (al contrario que en la primera parte, donde era un complemento), habiendo canciones cada dos minutos, lo que provoca que los personajes tengan menos interés o directamente se desaprovechen (muchos secundarios de la primera parte apenas tienen minutos para ellos, y algunos que funcionaron muy bien ni siquiera aparecen, aunque se haga la broma en los créditos finales…).
Y es que la película tiene una trama bastante floja, insustancial y que entretiene pero no fascina, a pesar de que el mensaje que se quiere dar (sobre todo a los más pequeños) es bastante positivo y acertado (que no es otra cosa que respetar los gustos y diferencias de los que nos rodean).
Por otro lado, el guion es bobalicón a rabiar, con diálogos y personajes demasiado insípidos, con algún momento puntual en el que alguno de ellos logra destacar, pero poco más. Y tampoco es excesivamente divertida, aparte de que algunas de las mejores bromas estaban en los tráilers. Eso sí, a pesar de ser una película claramente destinada a los más pequeños (y que seguramente el público adulto tenga que sufrir) sorprende el momento de la canción country, tan valiente como tétrico. Pobres niños…
En conclusión, ¿es una mala película? No lo creo, pero sí una secuela ciertamente innecesaria, bastante floja, insustancial y donde sólo funcionan algunos instantes, el mensaje que quieren transmitir y los mashups que ocupan el film. Poco más brilla bajo el sol. No obstante, y a pesar de que jamás alcanza los logros de la mucho más acertada primera parte, estoy seguro que los peques de la casa la van a disfrutar, por lo que es una gran opción para estos fatídicos días (contexto: coronavirus).
Podría haber dado más de sí, pero tampoco es una mediocridad. Eso sí, espero que si hay una nueva entrega se preocupen más por la historia y menos por asombrar con la música. Ambas cosas se pueden conseguir y el mejor ejemplo es la primera parte. No era tan complicado…
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