Trauma (Violación fatal)
Sinopsis de la película
Un escritor se hospeda en un parador situado en un bosque y regentado por una mujer marcada por los malos tratos a los que fue sometida por parte de su marido. De inmediato entabla una buena relación con ella, ignorando que se trata de una perturbada mental con instintos homicidas. Esa misma noche, un grupo de jóvenes que también se alojan en el lugar son asesinados.
Detalles de la película
- Titulo Original: Trauma (Violación fatal)
- Año: 1978
- Duración: 82
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Opinión de la crítica
Película
3.8
89 valoraciones en total
Tal y como yo lo veo estamos ante una película al más puro estilo Juan José Porto (guionista y supongo que uno de los principales artífices de la producción), una casa en la sierra, una señora de buen ver enseñando carne y a rodar una voluntariosa y paupérrima película de terror (véase Morir de miedo 1980 con Mónica Randall y Regreso del mas allá 1982 con Ana Obregón), con un toque de qualite (o experiencia como ustedes gusten) a cargo del fiable e injustamente ninguneado, León Klimovsky, que si bien son indefendibles como buenas películas ante cualquier mínima objeción por parte de cualquier cinéfilo (sea lo que sea el significado que cada uno le quiera dar a este pretencioso palabro) para mi tienen un encanto especial y he acabado por cogerlas cariño.
Cuando leí en la sinopsis un grupo de jóvenes que también se han instalado en el lugar son asesinados, comenzando así una serie de muertes, no daba crédito, sonaba a superproducción comparadas con las anteriormente mencionadas y efectivamente lo es, Ágata Lys como la dueña del parador con evidentes trastornos, Irene Foster como la campista, Isabel Pisano (la mujer del malogrado Waldo de los Rios), como la prostituta que acompaña a Ricardo Merino y Sandra Alberti como al mujer del escritor, conforman el elenco femenino y nos brindan sus correspondientes desnudos, Heinrich Starhemberg (muy conocido en su casa a la hora de comer) en el papel del escritor que se aísla del mundanal ruido para escribir lo que quiera que sea que escriba (creo recordar que no se le ve con un bolígrafo ni una máquina de escribir en toda la película). Ricardo Merino como el putero al que se le avería el 131 (motor 1430), Antonio Mayans como el novio de Irene Foster, un chaval y un tipo con bigote que es el desencadenante del trastorno de Ágata Lys, el elenco masculino y el Citroën CX del escritor, el Seat 127 de la mujer del escritor y el land Rover y el 1500 de la Benernerita el abundante parque móvil, lo dicho toda una superproducción para el bueno de Juan José Porto (me da que de León Klimovsky hay poco en la película), la ambientación en su línea, un chalet en Las Navas del Marqués (Ávila) y la historia todo un lujo, su poquito de Psicosis, la intrigante identidad de la persona a la que no vemos la cara con querencia al afeitado en seco (se podían haber estirado un poquito más con el gore de los degüellos) y un final bastante resultón.
Viendo las votaciones de esta película, se adivina que hay algún sujeto que le ha cascado un diez. Apostaría a que es alguien relacionado con el film.
No creo que sea León Klimovsky, el pobre murió hace ya varios años, y además un odontólogo argentino no necesita sentirse respaldado en su ego. Para mí que es Ágata Lys, esta es una de las poquísimas películas donde ella era protagonista y no actriz de reparto. Y debe de intentar que suba en el ranking. Pues hija, vas a necesitar a toda tu familia para que este bodriete alcance algún día el cinco.
Ya que antes citaba a León Klimovsky, decir que le tengo por uno de los grandes supervivientes de la historia de nuestro cine. Se fue acoplando a las modas imperantes, que ahora toca verbena, comedia, musical, terror, destape… todo lo hacía, no muy bien, pero bastante mejor que muchos otros estómagos agradecidos de su época.
Por cierto, si quieren ver una buena película de terror española setentera, echen un vistazo a Escalofrío de Carlos Puerto, no está incluida en la base de datos de FA, pero merece mucho la pena.
Thriller ibérico en el que una Agata Lys desquiciada comete todo tipo de tropelías con los pobres e inocentes (y degenerados, que todo hay que decirlo) clientes de su hotel (¿o casa rural? ¿o tal vez picadero?). Hay guiños al cine de Hitchcock, así como al de Aldrich. Guiños tan débiles que apenas son perceptibles, ya que cuando la cosa se pone seria e interesante de repente aparece Isabel Pisano y, zasca, uno vuelve a la triste realidad de lo que era, y es, el cine español.
— ¿Sabe usted leer las manos?
— Sí. Pero prefiero mirarla a los ojos…
Me quedo con ese diálogo de este eogiallo españ-olé esplendoroso, bizarro y de irracionalidad promiscua e impertinente. ¡Isabel Pisano enseñando tetas y potorro! Tranquilos, ya lo hizo en Bilbao. Y precisamente las armas erogiallo-cañís son viejas y rudimentarias, torpes y dignas de una paletada sin glamour ni encanto. Porque León Klimovsky es todo un maestro de la psicología y el trauma: gracias a su filmografía han quedado traumatizados millones de espectadores.
Aquí aparece un Klimovsky que emula al maestro Hitchcock como si hiciera un remake español de Marnie, la ladrona con tintes del giallo y añadiendo el destape made in Spain. Le sale una precuela de un descarte de Jess Franco.
Trauma (Violación fatal) contiene una intensidad que hace a este filme único en su especia. En lo bueno de lo malo y en lo malo, lo peor. Hace trasladar el título a la sensación del visionado por parte del espectador: violado y con trauma fatal.
Una de las últimas producciones del maestro que sabe de lo que habla y cuenta: estudió medicina y se especializó en Odontología (que aprenda Olaf Ittenbach).